26 de junio de 2024

Un acuerdo necesario...y que vengan muchos más

 He leído con detalle, mientras disfruto en el campo de esta tarde brumosa y anticipatoria de un cambio en el tipo de tiempo, del acuerdo suscrito por el PSOE y el Partido Popular para poner fin a la situación de bloqueo impuesta por éste a la renovación del CGPJ y considero que se trata de una solución correcta y plausible. Lo que sorprende es que una salida tan equilibrada y razonable se haya postergado durante casi seis años. Y no es menos desconcertante que se haya llegado a esta solución tras el ultimátum formulado por el Presidente del Gobierno y con la mediación, tras infinitos mareos de perdiz, de la Unión Europea.

De todos modos, bienvenida sea la salida adoptada, más allá de las coincidencias que desde el punto de vista critico han surgido por parte de las posiciones extremas del arco parlamentario, de la que sin rubor han participado también - y en esta ocasión, por fortuna, marginales - algunos personajes recalcitrantes del PP. Y no es porque la posición de centro y de equilibrio haya prevalecido, sino porque el acuerdo adoptado, si se analiza con detenimiento, se inscribe dentro de las coordenadas del sentido común inherente a los grandes pactos de Estado que tanto convienen a España.

22 de junio de 2024

Sensibles diferencias regionales en "resultados creativos"


 Deseo llamar la atención sobre los resultados ofrecidos esta semana por la OCDE en su informe PISA 2022 "Mentes creativas, escuelas creativas", que analiza y cuantifica las capacidades comprobados de los estudiantes adolescentes para alcanzar resultados creativos. Se plantea como un complemento a las competencias tradicionales de lectura, matemáticas y ciencias.

En España, situada en el décimo tercer lugar del mundo (con una puntuación global de 32,8, seis puntos por debajo de los dos primeros, Corea del Sur y Canadá), el 80% de los estudiantes alcanza el nivel de rendimiento básico, lo que supone dos puntos por encima del promedio de la OCDE. Eso significa que pueden, como señala el informe, "generar ideas apropiadas para tareas en las áreas de expresión y de resolución de problemas de complejidad simple a moderada". Por pensamiento creativo se entiende el proceso mental que combina la imaginación, la curiosidad, la flexibilidad y la exploración para abordar y resolver problemas a través de soluciones innovadoras. Muy interesante.
Las comunidades autónomas con mejor rendimiento son Madrid (34,8), Castilla y León (34,6), Galicia (34,3) y Asturias (34,1), situados a la altura de los mejores países de la OCDE, donde Finlandia suele ponerse de ejemplo de calidad educativa en PISA, con 35,8 puntos. Otros países que en las últimas ediciones han sacado buenos resultados en la evaluación de las competencias tradicionales de PISA son Polonia (34,4) y Portugal (33,9), en el mismo nivel que estas regiones.
En las posiciones más bajas se encuentran Ceuta (26,1) y Melilla (26,1), Castilla-La Mancha (31,7), Andalucía (31,7), el País Vasco (31,9) y Canarias (31,9), por debajo de los promedios de la OCDE.
¿Merece la pena valorarlo? ¿Qué conclusiones cabe extraer de esta información, elaborada por un organismo de prestigio y con indicadores internacionalmente homologados?
Y, last but not least,... ¿Hasta qué punto esos resultados tienen que ver con la calidad y los esfuerzos del profesorado?

18 de junio de 2024



Testimonios inolvidables de la Escuela Pública - para Niños y para Niñas - que se mantienen silentes, altivos y bellos en la España débilmente poblada. Una arquitectura digna de ser conocida y preservada. Llueve en Pozoantiguo (Zamora).

8 de junio de 2024

La utilidad del saber geográfico

 



La lectura de este titular me lleva a la reafirmación de un argumento que siempre he defendido: la importancia que el conocimiento del espacio tiene en la percepción y la toma de conciencia de la realidad en la que cada cual se desenvuelve. He ahí, pues, ratificada la función formativa de la Geografía como poderosa herramienta intelectual sobre la que construir las formas de comportamiento relacionadas con el territorio.

Y es que no hay personalidad sin arraigo en el territorio ni capacidades susceptibles de ser desarrolladas al margen de los entornos de vida y de relación. La tendencia que el reportaje señala incide claramente en el alcance de esta reflexión. Curiosa y llamativa, invita a valorar los nuevos significados que adquiere el Este europeo como espacio modificador de los fundamentos históricos en los que se ha basado la construcción europea. Un tema muy interesante, que he creído conveniente no pasar por alto en el día que precede a las elecciones al Parlamento Europeo.

5 de junio de 2024

Cuarenta años cumple la Universidad de Burgos. Yo la vi nacer

 


L
as efemérides relevantes son siempre una oportuna ocasión para que la memoria reverdezca. Y digo toda la memoria, sin omisiones intencionadas e incomprensibles. Por esa razón, cuando se conmemora felizmente el cuarto de siglo del nacimiento de la Universidad de Burgos, parece lógico, a la par que la congratulación por el hecho, que la mirada se vuelva sinceramente retrospectiva para que lo vivido y lo mucho logrado a lo largo de ese tiempo cobren, asumidos con orgullo y frente al olvido, la fuerza y el reconocimiento que merecen.

 Conocedor del tema, pues,  por la experiencia vivida en su día como Director del Colegio Universitario burgalés,  me considero justamente artífice de los pilares que fundamentaron su transformación en Universidad, tal es el sentido que pretendo dar a esta nota tras comprobar las referencias sesgadas con las que por parte de algunos se ha tratado de abordar la génesis de la Universidad burgalesa, haciendo un tratamiento selectivo de los hechos mediante la sobreconsideración de unos y el olvido deliberado y malintencionado de otros.


Impresionante es sin duda el balance alcanzado por una institución de enseñanza e investigación de rango superior que, conviene recordarlo para que no quede relegado a la desmemoria, hunde sus raíces en el proceso de adaptación a los parámetros de la Universidad pública a partir de un proceso iniciado a comienzos de los años ochenta del siglo XX. Desde esa perspectiva, la trayectoria que culminaría en su creación como Universidad específica hace de la experiencia burgalesa un caso singular en España. Es la primera, y la única, que, partiendo de un Colegio Universitario Adscrito – como estructura aglutinante del núcleo esencial de las enseñanzas universitarias impartidas en Burgos - , acomete una etapa de transición mediante la integración en la Universidad cabecera del distrito al que pertenecía con el fin de incorporar gradualmente los instrumentos, reglas y procedimientos de gestión inherentes a la Universidad pública. Se hizo así porque con este propósito se formalizó el convenio suscrito por el Rectorado de la Universidad de Valladolid con los responsables del Ayuntamiento y la Diputación de Burgos en 1981. Fue, insisto, un caso excepcional  en España.


Todo hubiera transcurrido con normalidad de no ser por la demora en la aplicación del convenio y por la hostilidad que  las autoridades locales del momento mostraron a la hora de cumplir los compromisos de todo orden contraídos con la Universidad vallisoletana, una vez el acuerdo comenzó a ponerse en marcha  por parte del Rectorado de Justino Duque, en el que tuve el honor de asumir dicha tarea -como Director del Colegio Universitario burgalés - a partir del mes de febrero de 1982. Una tarea concebida además como un reto que personalmente entendí beneficioso para mi ciudad natal.


            No dispongo aquí de espacio suficiente para evocar el cúmulo de tensiones, zozobras y anécdotas vividas durante aquellos dos años decisivos. Pero las tengo bien registradas y jamás las olvidaré. Así consta en la hemeroteca del Diario de Burgos y en diversos artículos publicados al respecto. Las decepciones se entremezclaron con los descubrimientos de personas memorables, los avances ilusionados con los bloqueos oficiales inconcebibles. A la postre, arropado por el Rectorado y por los miembros del profesorado y del personal de servicios que siempre encontré a mi lado, acabó prevaleciendo el sentido común y el cumplimiento del compromiso contraído. El apoyo recibido de quienes me acompañaron en aquella responsabilidad –José Luis Cabezas, Carlos Matrán y José María Leal por parte del profesorado del CUI, Gerardo Llana y Miguel Gobernado desde la Gerencia de la UVa y José Luis Puras en las tareas administrativas en  Burgos– me lleva a mantener con ellos, más allá del tiempo transcurrido, una deuda de gratitud que nunca quedará saldada. 

Relevantes personalidades de la vida burgalesa como Ángel Olivares, Fernando Ortega, Esteban y Octavio Granado, Tino Barriuso o Pablo del Barco sumaron también su apoyo y sus consejos en esos momentos tan difíciles como cruciales. Nadie más con dimensión política y ciudadana movió un dedo entonces a favor de aquella singladura. Su apoyo se echó de menos. A la superación de las trabas institucionales contribuyó, sin embargo, y de forma sustancial,  la reunión mantenida en el Ministerio de Educación el 19 de mayo de 1982 con el propio Ministro, Federico Mayor Zaragoza, y con el Secretario de Estado de Universidades, Saturnino de la Plaza, a quienes agradecí su pertinente y provechosa mediación. En medio de aquellas contrariedades, los cimientos se fueron afianzando irreversiblemente. Se logró que las enseñanzas de Físicas y Matemáticas no desaparecieran, como el convenio establecía, se implantó el segundo ciclo de la Licenciatura de Derecho, germen de la futura Facultad, se incrementaron las dotaciones para Bibliotecas y Laboratorios, se proveyeron las primeras plazas de funcionario del Cuerpo de Profesores Adjuntos, se iniciaron obras de acondicionamiento del edificio de San Amaro, se duplicó el presupuesto a lo largo del bienio, todo el personal, docente y de servicios, fue incorporado a la plantilla normalizada de la Universidad de Valladolid, consolidándola y favoreciendo así su transferencia ulterior, se promovieron iniciativas culturales de gran resonancia dentro y fuera de la ciudad…se sentaron, en fin, los puntales de una estructura que poco a poco adquirió consistencia en un contexto de gran precariedad de medios que quedaba subsanada por la generosidad de un esfuerzo del que convendría dar cuenta precisa alguna vez.

             A la postre, cuando finalicé voluntariamente el ejercicio de aquella responsabilidad en la primavera de 1984, y arropado por quienes me lo reconocieron en un encuentro memorable en el restaurante El Peregrino, tuve la sensación de que el objetivo había quedado satisfecho. Misión cumplida, me dije. Es cierto que quedaba camino por recorrer, toda una década,  si bien iba a serlo con la mirada puesta en un horizonte más propicio y, por tanto, mucho más fácil y menos incómodo, pues la plataforma ya estaba construida. Y es que, tras una etapa que he denominado de la “Universidad sin ley”, se abrían con el desarrollo reglamentario de la Ley Orgánica de Reforma Universitaria (1983) posibilidades inimaginables hasta entonces, que algunos supieron aprovechar casi de manera automática. 

El nacimiento de nuevas Universidades públicas en todo el país – diecinueve fueron creadas entre 1987 y 1998 - , la normalización de unas reglas de funcionamiento bien definidas, el amplio escenario de expectativas favorecidas por la internacionalización del conocimiento y la previsible integración en las Comunidades Europeas configuraron un panorama de total ruptura con las insuficiencias de la fase precedente. Quedó definitivamente superada esa fase de desafíos que nos tocó vivir y gestionar a cuantos, en un entorno de soledad, incomprensiones e incertidumbres, tuvimos también algo que ver con la historia de la Universidad de Burgos, a la que felicito por su veinticinco aniversario y a la que deseo la mayor de las fortunas. 

Dia del Medio Ambiente

 Por más que el escepticismo cunda sobre el tema, no hay que pasar por alto la consideración del 5 de junio como Día Mundial del Medio Ambiente. No suelo ser muy aficionado a este tipo de efemérides, pero en este caso la excepción siempre se impone.

Más allá de la dimensión simbólica con la que habitualmente se percibe, es bueno, oportuno y necesario dedicar un rato en este día a pensar en la importancia de la cuestión ambiental como un hecho decisivo, como un problema de primer nivel, que a todos concierne sin excepción. Representa la toma de conciencia acerca de la vulnerabilidad de los entornos naturales en los que nuestra vida se desenvuelve y la asunción del nivel de responsabilidad que a cada cual corresponde en función de los comportamientos adoptados y de la irreversibilidad de los impactos derivados de actuaciones indebidas. Y es que es urgente abandonar la creencia en lo ilimitado de los recursos naturales para asumir su finitud.
Sin duda se han dado avances importantes en este sentido pero queda aún mucho por hacer, sobre todo cuando se percibe la resistencia y la ausencia total de ética de aquellas opciones políticas, sociales y económicas a asumir las magnitudes que ofrece una realidad ambiental permanentemente amenazada.
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