28 de noviembre de 2008

Nadie habla, casi nadie se acuerda ya, de los palestinos

Parece que no existieran, pero siguen existiendo. Los grandes titulares de la información, las listas de sucesos, los temas candentes ya no se decantan hacia ellos. Los palestinos han dejado, hace tiempo, de ser noticia. Otras son las cuestiones que galvanizan la atención mundial y atraen comentarios, dudas, inquietudes. El mundo convulso de nuestros días se debate entre el viejo y el nuevo modelo de crecimiento, sin que nadie sepa bien dónde está la frontera entre uno y otro y qué nos va a deparar el destino cuando de las Cumbres selectivas, a poco que se profundice en ellas, sólo emanan vaguedades, las típicas proclamas de buenas intenciones, muy pocos propósitos de la enmienda y una disposición más o menos generalizada al sálvese quien pueda. Medidas de emergencia, medidas que, amparadas en inyecciones másivas de dinero público, enmascaran la gravedad del diagnóstico, que nos llega a cuentagotas sin que nadie descubra con pelos, señales y datos la magnitud del desaguisado.

En medio de esta urdimbre de hilos que se deshilachan para construir nuevas tramas y alianzas motivadas por la psicología de la supervivencia, los problemas de los más pobres no dejan de agravarse para cobrar dimensiones aún mayores de tragedia cuando a la pobreza se suma el aislamiento, el acoso, el deliberado propósito de la humillación impune y consentida. Hay que sumergirse en las profundidades de la red de redes para indagar lo que en estos momentos está sucediendo en Palestina, de la que nadie o casi nadie, insisto, habla, por la que nadie se interesa. Tema incómodo donde los haya, el problema de los palestinos no cesa de agravarse en el convencimiento, que yo comparto, de que no tiene marcha atrás porque las soluciones que en algún momento se han planteado son ya lisa y llanamente imposibles.


“La segregación demográfica y territorial naturalizada con el Muro, la bantustanización de Cisjordania, la disgregación de Gaza y el avance de la judaización organizada de Jerusalén son realidades que, más allá de voluntades políticas concretas, hacen inviable en la práctica una solución que comporte la creación de un Estado palestino soberano. El colapso material y anímico de los palestinos se palpa en cada esquina. También entre los israelíes desprejuiciados y críticos ante las lacras del sionismo” nos señalaba no hace mucho la profesora Gómez García de la Universidad Autónoma de Madrid. Es la misma sensación compartida en su libro “Gaza. Una cárcel sin techo” (Catarata, 2008) por el periodista Agustín Remesal. Es una obra lúcida, valiente, elaborada a pie de obra, en el suelo martirizado de la minúscula franja de tierra, donde la desesperación ha llegado al límite y donde no se percibe atisbo alguno de futuro por parte de una sociedad dominada por “el síndrome de la jaula”. El síndrome de Gaza. La ignorada tragedia palestina.

27 de noviembre de 2008

Mensajes en la calle (20): El lenguaje del fútbol: los que mandan, a mandar; los demás, a conseguir que la afición no decaiga

Decía el maestro Santiago de los Mozos, entrañable Catedrático de Gramática en Granada y en Valladolid y que tanta huella dejó en quienes fuimos sus amigos, que cada lenguaje crea su espacio y cada espacio es capaz de generar su propio lenguaje. Las formas de expresión son, en efecto, versátiles y se acomodan por la fuerza de los hechos a las capacidades expresivas y a las formas de comunicación de quienes las cultivan. La trayectoria de los comportamientos sociales antecede a la propia evolución del lenguaje utilizado, que al final acaba sintonizando con las palabras que emergen de la sociedad, logra hacerlas suyas e incluso no muestra reparos en reconocerlas y consagrarlas en los diccionarios elaborados por los órganos que dan reconocimiento, lustre y esplendor al lenguaje oficial.
El lenguaje deportivo da prueba fehaciente de ello, y no hay más que oir la transmisión de una competición que se precie o los comentarios de los expertos en el tema, que normalmente suelen ser legión, para percatarse de que se trata de un mundo singular, lleno de frases prefabricadas que se repiten, de términos que cobran fuerza al compás de la pasión que en ellos se pone, de expresiones con impacto garantizado en la audiencia, totalmente permeable a un discurso que casi de inmediato y sin esfuerzo es asumido como propio.

Baste un ejemplo para ratificar esta reflexión. Lo encontré casualmente paseando por los alrededores del campo del Valencia C.F., no hace mucho tiempo. Me sorprendió la profusión que se había hecho de él en todo el entorno del estadio de Mestalla y, al prestarle más atención, me di cuenta del mensaje que trataba de transmitir a la afición valencianista, convocada a formar parte de la grey entusiasmada con los colores del equipo, dispuesta a todo con tal de alcanzar la victoria y no debilitar un ápice la moral de los jugadores, pero en absoluto crítica con quienes llevan las riendas del club, que, por supuesto, saben perfectamente lo que hacen y lo que tienen que hacer. Animar, sí; criticar, no. Cada uno en su sitio y que nadie diga que la afición - la sangre valencianista - no sabe estar a la altura de las circunstancias. Faltaría más.

23 de noviembre de 2008

Niños que venden en la calle, miradas que no se olvidan, infancias perdidas


Sus rostros nunca deberían pasar desapercibidos, pues a sus ojos, vivaces y siempre en alerta, nunca escapa cuanto ocurre alrededor. Son ojos abiertos que han visto de todo, que han sentido el dolor de la indiferencia, la amargura del menosprecio, la humillación del olvido, el desdén de quien ni siquiera les dirige una sonrisa o una palabra amable. Niños que en la calle alteran siempre el paisaje de quien piensa en las sociedades sin problemas, de cuantos tratan de eludir la realidad incómoda que cuestiona sus percepciones pretendidamente correctas y confortables de los hechos que suceden en su entorno, que les cierra el horizonte de la vida. Pero la realidad es como es, y hay que abordarla sin máscaras ni autoengaños : maravillosa en ocasiones, cruda, hostil y tremenda en otras, ineludible en la medida en que lo que nos ofrece, bueno o malo, no se puede ni se debe ignorar.


Difícilmente se puede olvidar la mirada de un niño cuando nos ofrece su mercancía en las calles del mundo y, sobre todo, en las calles donde cunden la pobreza y las necesidades a que obliga la supervivencia cotidiana. Cada mirada encierra sin lugar a dudas una historia de dificultades y privaciones, las que fuerzan al abandono de la escuela y a tratar de encontrar en los espacios concebidos para el encuentro y el disfrute de la gente con posibles las oportunidades de las que la vida les privó sin permitirles siquiera esbozar la sonrisa propia, inconfundible, de la infancia. 

Sonrisas forzadas, sonrisas insinceras, sonrisas que modelan rostros que apenas consiguen esbozar la mueca de una voz que mecánicamente transmite el producto en venta, incapaces de decir nada más porque nada más se les pregunta ni se les ha enseñado. Niños del comercio informal, niños del mundo pobre, niños privados de la infancia, niños que nunca sabrán lo que es ser niño.

Imágenes: Niñas vendedoras en Santa Catarina Palopó (Sololá, Guatemala). Escena en Kom Ombo (Egipto)

20 de noviembre de 2008

El placer de compartir las "pupusas" de El Salvador

No hay fronteras naturales que delimiten a los países centroamericanos. La naturaleza, soberbia, espectacular e indómita impone una visión unitaria e integrada de lo que la historia se ha encargado posteriormente de fragmentar, dando origen a Estados pequeños, económicamente débiles, con altísimos niveles de pobreza y una presencia en el mundo que ni siquiera es testimonial. Adentrarse en América Central requiere generosidad, voluntad de compromiso y mirada abierta. Nada que ver con los horizontes, las posturas o las perspectivas que apreciamos en América del Sur o en los entresijos de una realidad mexicana que mira al Norte y en cierto modo da la espalda a esa amalgama de hermanos pero modestos vecinos que desde Guatemala a Panamá se debaten entre la identidad y la diferencia, mientras se agudizan las desigualdades internas hasta extremos inconcebibles.

La Naturaleza une más que separa al tiempo que absorbe la atención y deslumbra porque se ven realidades que, por mucho que se esfuerce la imaginación, no es capaz siquiera de intuir. Me aproximo al conocimiento de El Salvador con la sensación de encontrarme en un territorio familiar, ya contemplado en Guatemala, Honduras y Costa Rica. Veintiún volcanes salpican el territorio salvadoreño, que ocupa una superficie de poco más de 20.000 Kms2 . Bellísimos lagos, también de origen volcánico, alteran puntualmente la dimensión de un verde que admite todas las tonalidades.

Recorrer estos escenarios realmente sobrecoge porque, a medida que la espectacularidad de la naturaleza acaba siendo asumida, cuesta mucho resignarse a la magnitud de los problemas que aquejan a una sociedad en la que una vez más salta a la vista la profunda contradicción existente entre quienes tratan intelectualmente de abrirse al mundo y dan en todo momento prueba de su sensibilidad y su esfuerzo por hacerse oir y aprender a la vez, y quienes perpetúan las malas artes de la acción política en un escenario que se degrada por la situación de marginalidad en que se encuentra una parte significativa de la juventud con todas las manifestación de inseguridad, violencia e impunidad ante la ley que esas malas prácticas traen consigo.

Con todo, es un pais por descubrir y valorar. Y entre las muchas opciones que ofrece en este sentido están no sólo sus increíbles paisajes sino la oportunidad de descubrir nuevas caras, otras formas de pensar y nuevas sensibilidades mientras se degustan las “pupusas” salvadoreñas, que acompañan la conversación y le ayudan a uno, mientras las prueba y conversa, a relativizar lo que hace, lo que piensa y lo que dice.


Imágenes: Arriba: Lago Suchitlán, en el centro de El Salvador. Abajo: Disfrutando de la tertulia con los colegas salvadoreños tras degustar una ración de suculentas pupusas.

15 de noviembre de 2008

Guatemala, el pais que no se resigna a perder


País de los mil colores, así le denominé cuando escribí hace tiempo sobre la elección de Álvaro Colom a la Presidencia de Guatemala, haciéndome eco de las esperanzas que a tantos sufridos ciudadanos proporcionó ver en la Casa de Gobierno a un hombre de mirada suave, ademanes enérgicos y de proyectos bienintencionados. Pais enigmático, sorprendente, lleno de misterio, de historia atormentada, víctima de una guerra civil que duró treinta y seis años. Pais de los volcanes y de los lagos que proporcionan a quien los mira sensaciones que jamás olvidará. Pocos españoles lo visitan porque sus rutas y sus paisajes son vagamente conocidos cuando no ignorados o, lo que es peor, temidos por miedo a no se sabe qué. Pero ahí está, encabezando desde el Norte el istmo que construye la retorcida serpiente centroamericana, uno de los espacios más bellos y castigados de la Tierra. Los huracanes y los terremotos se ceban sobre sus ciudades, pueblos y laderas, haciendo del barro y de la grieta feroz zarpazo que todo lo destruye y nos lega sus huellas para siempre.

Las apetencias del gran Tio Sam se han mostrado insaciables con él, nunca le han dado reposo ni le han dejado ser auténtico y libre. Siempre bajo sospecha, sometido a advertencias que no admitían réplica, lecciones de disciplina que ahogaban la palabra, aturdían el pensamiento y vetaban la libertad. Tierras gobernadas por familias y sicarios de la indecencia y la corrupción, han sido pasto durante años de las guerras y los saqueos que sólo han traido miseria, odio y desesperación. La deriva religiosa opera como válvula de escape y, por más que los más sensibles luchadores de la creencia católica hayan pagado con sus vidas (Romero, Ellacuría, Montes, Martín Baro....) y con el desprecio de las jerarquías mundiales la osadía de servir la causa de los pobres, las tribus del evangelismo alienante y embrutecedor del espíritu critico se expanden como la peste, creando fantasmas ilusorios a los que la gente se acoge en la desesperanza de ser algo que nunca podrá ser.


Guatemala y la América Central. Han conseguido recuperar la voz mientras su dignidad es reconocida tras siglos de ignominia y menosprecio. Mientras los rostros de los indígenas cobran la entidad que nunca tuvieron, los esfuerzos por ser alguien pugnan por serlo conscientes de las enormes dificultades que tienen ante sí. Tierras de indefensión política, de sociedades expectantes, de economías vulnerables y de paisajes tan maravillosos como indómitos.

Visitarlos, como haré a partir de hoy y durante unos días, es para mí una experiencia compleja mas siempre satisfactoria. Se entremezclan el deseo de aprender con la necesidad de ayudar y de ser ayudado. Conversaciones múltiples - académicas unas, sin guión previo, las demás - me acompañan en esta peripecia, en la que el oido prima sobre la voz, al tiempo que aprovecho, cuando puedo, para disfrutar del sonido de la marimba, de autenticidad guatemalteca. Al final, y mientras contemplo admirado el volcán del Agua en Antigua y escucho atento lo que me dicen, tengo la impresión de que me queda todavía muchísimo por descubrir. No creo que lo consiga jamás.

Ilustraciones: Arriba: Volcan del Agua en la Antigua Guatemala. Izquierda: Una mujer maya camina con sus hijas en el departamento de Sololá, por uno de los lugares afectados por el huracán Stan (2005), como se percibe al fondo.

13 de noviembre de 2008

Delincuentes de seda, impunidad garantizada

No es probable que en la Cumbre de Washington, convocada para el día 15 de Noviembre con el fin de encontrar soluciones (?) a la crisis financiera que conmociona a la actividad económica y a las sociedades de nuestros días, se vaya a exigir responsabilidades a nadie por la situación en la que nos encontramos y que una vez más ha puesto de manifiesto quiénes son fuertes y quiénes débiles en la ruleta de la fortuna y en la gestión de los dineros.


¿Responsabilidades?, ¿dónde encontrarlas?. Claro que se pueden encontrar, como se encuentra al delincuente que comete un delito, al estafador que abusa de la confianza ajena, al ratero que roba porque es lo que sabe hacer, al chorizo impenitente. Pero aquí no, aquí se trata de "alta ingeniería financiera", del arte de gestionar sin vergüenza lo que debiera ser entendido como un recurso a proteger de la codicia y la malversación. "Banqueros de rapiña" los denominó en una ocasión Ernesto Ekaizer en un excelente libro, publicado en 1994, con el sello editorial de Plaza y Janés, y que convendría releer, aunque no será fácil encontrarlo.


Lo recomiendo del mismo modo que insto a leer el artículo publicado en el diario "El Pais" (Madrid, 12.11.08) por Francisco L. Laporta, catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid, y que expone, muchísimo mejor de lo que podría hacerlo yo, el sentimiento de frustración que nos invade cuando vemos irse de rositas a los artífices de esta crisis de la que tanto se habla y que tanta zozobra crea en millones de personas (empresarios responsables, trabajadores, ciudadanos que viven sólo de su esfuerzo), mientras guardan silencio en sus espléndidas guaridas, sabedores de que el tiempo juega a su favor y que nadie les va a exigir responsabilidades. Pero no todos se esconden a la espera de que el temporal amaine. Incluso ahora, como denunciaba hace unos días el San Francisco Examiner, no son pocos los que se pavonean en los lujosos hoteles y salones de conferencias del mundo, pregonando cínicamente la misma salmodia y los mismos argumentos indecentes que la experiencia que estamos viviendo devuelve a las cloacas de donde nunca debieran haber salido.

12 de noviembre de 2008

África llora por Miriam Makeba

En las fechas en las que el hijo de un abogado de origen keniata es elegido Presidente de los Estados Unidos la voz de Miriam Makeba se ha apagado en plena juventud, pues sólo tenía 76 años. Dos hechos coincidentes en el tiempo que tienen un punto en común: nos remiten a África, al continente que nutrió con su sangre y su esfuerzo una parte sustancial del desarrollo norteamericano y que a la par fue el ámbito donde se fraguaron y adquirieron fuerza y proyección algunas de las manifestaciones más importantes y decisivas de la historia de la música con profundas raices en la tierra y en la historia de sus gentes.

Ha muerto Miriam Makeba, Mamá Africa. Y lo ha hecho en Italia, mientras tomaba parte activa en un concierto contra la Camorra napolitana y daba su apoyo sin reservas a la defensa de la vida de Roberto Saviano. Makeba se ha despedido sin ruido, sin avisar, utilizando sólo aquéllo que sabía hacer como pocos: su voz, capaz de transmitir mensajes y sensaciones que no admitían ambigüedad alguna. Era una de las voces más representativas de Africa y de la negritud. La misma que combatió al apartheid en su Suráfrica natal, la que le llevaría a asumir la lucha contra el racismo en Estados Unidos, que sufrió en su piel y en sus relaciones personales, la que le situó en la vanguardia de los movimientos de liberación que en los años sesenta dieron forma y futuro a los nuevos países del África que se desprendía de su pasado colonial.

Ha muerto Makeba, otra de las luces que se desvanecen en Africa.

Y es que.....

Miradas que no engañan
Las luces en Africa comienzan a apagarse,

sumidas en la nostalgia que en otro tiempo
las hizo vigilantes, alertas, siempre vivas,
luces resistentes al olvido y a la indiferencia,
luces de rebeldía y de pasión por el futuro.
No quieren terminar, porque el dia que lo hagan
quedarán oscurecidas, silentes, para siempre.
Muchas desaparecieron y su recuerdo es desvaido.
Nkrumah, Lumumba, Touré, Senghor,
Machel, Ben Bella, Nasser, Modibo Keita.
Nadie destaca ya en una tierra explotada,
ferozmente empobrecida, dejada a su suerte.
Corrupción, abandono, codicia, dolor.
La luz de Mandela sobrevive, solitaria, aunque rotunda.
Luz surafricana proyectada hacia el mundo, que la necesita.
La misma luz ya extinta que nos lega la voz infatigable de Makeba.
Mamá Africa la llamaban.

He ahí la canción que la proyectó al mundo


11 de noviembre de 2008

¿Dónde está el problema de la vivienda?


Preocupados están los promotores inmobiliarios españoles porque el mercado de la vivienda está por los suelos, mientras las agencias que viven de venderla no paran de cerrar el negocio y dejar el local libre para otra actividad, que muchas veces tampoco lo cubre. La crisis se ha cebado con gravedad en un sector que hace apenas dos años nadaba en la abundancia, florecía en medio de cantidades masivas de dinero "negro" (¿qué ha sido de él?, ¿qué se ha hecho con él?) e hinchaba la cifra de beneficios - propietarios de suelo recalificado, promotores, ayuntamientos, alcaldes, concejales, intermediarios, etc. etc., - de cuantos en comandita (aunque haya habido honrosísimas excepciones), y en medio del silencio oficial, se aprovechaban especulativamente de la demanda de un bien básico social, constitucionalmente reconocido como un derecho más, al que la mayor parte de los compradores accedía sumergidos de por vida en hipotecas abrumadoras, que también hacían las delicias de Bancos, Cajas de Ahorros y Financieras de toda laya y condición. Miles de empleos se creaban al socaire de esta eclosión del sector inmobiliario, y ahora engrosan las cifras del paro sin saber hasta cuándo van a detenerse o comenzar a remitir.

¿Problema de la vivienda? Helo aquí. Paseaba antes de ayer por Valladolid cuando detuve la mirada ante un espectáculo que me llamó la atención. En la Sociedad de Suelo y Vivienda del Ayuntamiento, sita en la Plaza de la Rinconada, estaban colocadas inmensas "sábanas" de papel, de las que la gente pasaba y que yo quise mirar. Y fotografiar para dejar constancia del hecho. Lo que ví no me sorprendió, puesto que el tema lo conozco, pero sí me irritó muchísimo. "Una hartá", que dicen los andaluces. Se hacia pública la relación de los solicitantes para acceder a 39 viviendas de protección oficial en un barrio de las afueras. 39 viviendas en una ciudad en la que habitan 320.000 personas. ¿Saben Vds, queridos y sufridos lectores, cuántas, con nombres, apellidos, DNI y una historia de necesidades detrás (supongo que la gran mayoría) habían presentado la solicitud para que el azar les acompañara, confiando en que la suerte, y no mecanismos espurios, les sonriera en esta ocasión?. 39 viviendas al alcance de .............¡ 6453 demandantes!. Es decir, 165 peticiones por vivienda. Observé con detalle: ningún nombre se repetía. Un rato me pasé, solo, pegado al cristal. A algunos los conozco: son gente joven, no pocos licenciados universitarios, inmigrantes arraigados, personas en la flor de la vida, que procuran que la vida tenga la calidad deseada a través de una vivienda que les permita organizar su vida. Otro obstáculo más al que tiene que enfrentarse nuestra juventud.

¿Problema de la vivienda?. Miles de pisos vacíos aparecen registrados en esta ciudad y en todas las españolas. A más de medio millón asciende el número de viviendas sin vender, aunque las sociedades de tasación elevan esta cifra hasta las 920.000. Impresionante. Miles de pisos de segunda mano, de primera o en construcción esperan, como el arpa de Bécquer, "la mano de nieve que sepa arrancarla" o, lo que es lo mismo, al comprador que en el mercado libre se endeude hasta las cejas y roce la jubilación con la esperanza de que para entonces ya será, al fin, propietario de su casa.

¿Problema de la vivienda?. ¿Se imaginan Vds. de qué modo se reactivaría el sector sumido en la crisis si las viviendas disponibles en el mercado libre fueran accesibles a una demanda potencial más que suficiente para adquirirlas?. ¿Hasta qué punto la voracidad por el dinero fácil, y en no poca medida irregular, ha relegado hasta extremos increibles la promoción pública, hasta convertirla en algo marginal dentro de una oferta sobredimensionada?. Si hay un enorme plan de ayuda para asegurar la liquidez financiera de las entidades de crédito y se piensa en otorgar avales oficiales para que esas mismas entidades recuperen el vuelo..... ¿no parece pertinente arbitrar algún mecanismo de intervención destinado a facilitar el acceso a la vivienda de quienes realmente lo necesitan, con todos los controles que parezcan pertinentes?

Sin embargo, un alto representante de los promotores ha dicho que "antes de que la vivienda baje de precio, se las regalamos a los bancos". Por ahi van las declaraciones en ese mundo del dinero fácil propiciado por una inercia, que ha gozado de enorme tolerancia por el poder y los fedatarios públicos, a sabiendas de que estaba viciado hasta la médula. Cualquier cosa menos sensibilidad hacia unas necesidades cuya satisfacción sólo abre camino al endeudamiento o a la frustración.

9 de noviembre de 2008

País Vasco: la realidad desenmascarada

Poco importa que su Producto Interior Bruto esté por las nubes, que el "glamour" inunde las calles de San Sebastián durante su afamado Festival de Cine, que nos maravillemos ante el soberbio espectáculo de Chillida-Leku en Hernani o de lo que de vez en cuando nos ofrece el impresionante Guggenheim en Bilbao, que las regatas de traineras de Orio sean un espectáculo digno de ser visto, que Ken Follet se extasíe con la catedral de Vitoria, o que los grandes "chefs" de la gastronomía vasca nos deleiten con sus audaces manjares. Todo eso, y mucho más de cuanto nos ofrece la tierra vasca, está muy bien y es interesante, pero queda desvaído cuando salen a la luz las razones que han motivado el que millares de sus hijos la hayan abandonado porque sienten que no pueden vivir en ella. Se habla de decenas de miles, pero la cifra exacta es lo de menos. Basta con que uno lo haga a su pesar para que la tragedia sea un hecho. Es algo sabido, de lo que hemos tenido noticia hace mucho tiempo, algo consustancial a la historia contemporánea de Euskadi.


Al fin, conocemos las razones, los sentimientos, las formas de vida, las nostalgias y sinsabores de quienes han protagonizado esta diáspora, insólita en la Europa de nuestros días. Lo sabemos gracias a la magnífica película realizada por Iñaki Arteta, cuyo título lo dice todo - El infierno vasco” – y que acaba de estrenarse en España, aunque de momento sólo en ocho salas, de otras tantas ciudades, entre ellas Bilbao y Vitoria, pero no en San Sebastián. No voy a hablar de ella, porque mi recomendación es que la vean. Y, si es posible, dos veces, ya que en la primera, al menos a mí me ha ocurrido, no se capta por completo la infinidad de matices que el documento encierra. Un documento impresionante, que mueve a la rabia y a la idea, parafraseando al inolvidable Antonio Machado.

Es una película realizada por un vasco, destinada a los vascos, a quienes admiramos al Pais Vasco y a quienes repugnan del asesinato, la extorsión, la amenaza, el insulto o el aislamiento social. Es una película emblemática en la defensa de los derechos humanos, conculcados en un territorio en el que los incuestionables logros económicos, culturales y turísticos no deben nunca enmascarar una realidad en la que hay personas que sufren y sienten mucho miedo simplemente por el hecho de ser diferentes de los que se creen dominantes a la par que excluyentes.

7 de noviembre de 2008

La barbarie una vez más: el cruel espectáculo del “Toro de Júbilo” de Medinaceli


Bramidos que no son voces, estentóreas carcajadas reñidas con la risa y el sentido del humor, miradas enardecidas que nublan la vista sosegada y curiosa, argumentos a favor que ofenden la inteligencia y la dignidad humanas, llamamientos a la tradición que nadie sabe ni acierta a explicar: así se comporta, en medio de una algarabía frenética que recurre a la noche para indiferenciarse y acentuar la soberbia del aquelarre de fuego y pestilencia, la mayoría de las gentes que contemplan enfervorizadas un espectáculo brutal y absurdamente violento, que pone en evidencia hasta qué extremos de crueldad y ensañamiento puede llegar el ser humano cuando de hacer daño al indefenso se trata. El 9 de Noviembre tendrá lugar en Medinaceli (Soria).
Lo llaman “El Toro de Júbilo”, utilizando impúdicamente un término que la Academia identifica con la alegría. Pero, ¿qué alegría y satisfacción puede haber en ver moverse a un toro en todas las direcciones, los ojos desorbitados, cuando sus astas, embadurnadas para arder, se queman como teas, provocando esa sensación atroz que ocasiona el fuego incontrolado, envolvente, ante el que el animal se revuelve hasta enloquecer? A eso se limita simplemente el espectáculo, que invoca la tradición para justificar algo que nada tiene de creativo, de cultural e interesante. Algo vulgar y violento hasta la náusea.
Finalmente tedioso, cuando el ambiente ya se aburre de tanta salvajada, el abandono de la cosa pone término a una despiadada tortura, que acaba dejando mal sabor de boca. Terminado “el júbilo”, las gentes se retiran. Dudo mucho de que hablen más allá de cinco minutos de lo que han presenciado. Hasta es posible que de algunos se apodere la inevitable sensación de vergüenza que a una persona mínimamente sensible proporciona algo así. De lo que estoy seguro es que muy pocos se atreverán a presumir de lo que han visto, oido y olido. Saben que, si lo hacen, están haciendo el ridículo. El silencio de la noche se acaba imponiendo mientras el fuego se apaga y en el horizonte cobra cuerpo y entidad la silueta de Medinaceli, con los valores culturales y patrimoniales que identifican a esta espléndida villa soriana, y que, como Tordesillas, con su nefando Toro de la Vega, o Vilafamés (Castellón) o lugares afamados por otros valores en la Ribera del Ebro en Catalunya, que también recurre n miserablemente al fuego impregnando las astas del animal ("Toro embolao", lo llaman), ve en un momento del año mancillado su nombre por algo que sólo ocasiona oprobio, vergüenza y descrédito.




5 de noviembre de 2008

Suerte, Mr. Obama, y que su elección sirva para lo que muchos deseamos


Al Senador Barack Hussein Obama, Chicago, Illinois

Aunque seguramente no es Vd. muy aficionado a sumergirse en la lectura de estas formas de expresión que, aprovechando la cobertura del ciberespacio, manifiestan libremente esperanzas y deseos motivados por el anhelo de que nuestro mundo sea cada vez mejor, me permito, sin más pretensión que la de dar rienda suelta a las reflexiones y expectativas que provoca su elección como Presidente de los Estados Unidos de América, lanzar en voz alta algunas ideas que bullen en la mente ante lo mucho que ese hecho representa o puede llegar a representar. Ha obtenido, en un ambiente de gran participación electoral, un apoyo masivo de la juventud, un voto de confianza impresionante, entusiasta y alentador, que además se corresponde con el afianzamiento de sus posiciones en el Senado y en la Cámara de Representantes.

Le deseo, sobre todo, que tenga mucha suerte, capacidad para administrarla y que tarde en decepcionarnos, si es que se ve obligado a provocar la decepción. Sabemos que no lo tiene fácil y que, de momento, lo que nos une a Usted no es tanto una admiración desbordante hacia su persona como el rechazo de todo cuanto ha hecho y representa su predecesor. Significa, Mr. Obama, la alternativa triunfante que aleja de nuestra mirada y de nuestras percepciones más sentidas los terribles acontecimientos sucedidos durante el gobierno de George W. Bush, que a los que tenemos cierta edad se nos antoja como la manifestación más flagrante de la incompetencia en la gestión y de la catástrofe en sus resultados. Sabemos de memoria los slogans de su campaña, resuenan en nuestros oídos el famoso "Change. We Can", recordamos las promesas relativas a la retirada a plazo fijado de Irak, a la eliminación del oprobio de Guantánamo, sabemos de su sensibilidad por la situación de los millones de personas que en su país sufren de la pobreza, de la marginalidad y del abandono de los servicios más elementales. Pero poco más.

Grandes incógnitas existen aún sobre su modo de enfocar el tratamiento de la crisis financiera que sacude los cimientos mismos del sistema, una sensación de vaguedad nos embarga respecto a su concepción de las relaciones internacionales, del entendimiento de sus vínculos con Europa, con América Latina, y con los grandes paises emergentes del mundo, sin olvidar ese continente africano de donde Vd. procede y que hoy aparece sumido en la miseria y en la deriva hacia no se sabe dónde. Los fracasos de Bush en relación a la causa palestina.... ¿van a ser subsanados?. ¿Continuará con las tensiones que sacuden al entorno del Golfo y particularmente a cuanto surge de Irán?. ¿ Y respecto al Sahara Occidental, qué hará?. Huelga insistir en la retahila de conflictos y puntos críticos que amenazan la paz en el mundo, y ante los cuales la postura de Estados Unidos siempre será determinante. ¿Hasta qué punto lograremos captar y entender que una nueva América está en marcha?.

Seguiremos de cerca sus pasos, vigilaremos lo que haga y diga, porque el mundo en el que vivimos, el mundo globalizado y bien conocido en la magnitud de los numerosos problemas que le afectan, necesita de una GOBERNANZA digna de tal nombre, de un estilo de gobierno diferente, que, sensible y decidido, nos reconcilie con los órganos de poder dotados de responsabilidad para que nuestro mundo en riesgo sea mundo mejor, más habitable y más solidario. Asume Vd. la presidencia en el momento - política, económica y ambientalmente - más crítico desde la Segunda Guerra Mundial. Es Vd. depositario de una enorme dosis de confianza tanto en su propio país como en el resto del mundo (no olvide la recepción que se le hizo en Berlin el 24 de Julio de este año). Jamás un Presidente de los Estados Unidos de América habia sido recibido por los propios y los de fuera con tanta ilusión y esperanza. ¿Serán excesivas?, ¿estaremos confundiendo los deseos con la realidad?. Por favor, no nos falle o, en todo caso, tarde en hacerlo.

El triunfo de la ilusión, del esfuerzo y del deseo de cambio

Nunca han tenido razón los que acusan de antiamericanismo a quienes cuestionan la política estadounidense o rechazan la imagen o las acciones (¿porqué no criticables?) de sus Presidentes. Estados Unidos es un gran país, muy complejo, donde conviven todas las culturas y todas las etnias del mundo, y en el que es posible encontrar satisfacción y eco a cuantas inquietudes hacen acto de presencia en el mundo contemporáneo. Pero precisamente por esa relevancia que le distingue no puede ni debe estar nunca por encima de la crítica y de la protesta, y del reconocimiento, en su caso.
Impresionaba ver en la noche electoral del 4 de Noviembre de 2008 a las gentes que se dieron cita en el Parque Grant de Chicago para conmemorar la victoria de Barack Hussein Obama en las elecciones a la Presidencia de los Estados Unidos de América. Las imágenes eran contundentes, expresivas de una movilización popular que, entusiasta e ilusionada, quería estar presente en el que sin duda ha de ser considerado como uno de los principales acontecimientos históricos de la época contemporánea. Cuando al filo de la medianoche apareció el nuevo Presidente en escena, es seguro que en el mundo a muchos nos vino a la memoria la imagen de Martin Luther King y de cuantos han sufrido la ignominia del racismo y el desprecio a los derechos humanos.
Y no es sólo porque un presidente de origen africano haya merecido abrumadoramente la confianza del pueblo norteamericano (364 votos electorales frente a los 162 de John Mc Cain). No. Es impresionante, desde luego, ver a un negro residiendo en la Casa Blanca y representando al pais más poderoso de la Tierra, pero mayor relevancia tiene aún, en mi opinión, lo que esta victoria holgada e inequívoca representa: el triunfo de la voluntad de recuperación de la dignidad perdida, la victoria sobre la arrogancia y el desprecio a la legalidad internacional, la eliminación de la escena política norteamericana de la banda de neocons y negociantes de la guerra que mancillaron el nombre de ese gran país en beneficio propio, la sencillez de un hombre sencillo frente a la petulancia de un ser inepto y miserable, el cierre de Guantánamo, la solidaridad hacia los más débiles, el restablecimiento de los derechos humanos…. Todo lo contrario, en fin, de lo que ha hecho y dicho la Administración republicana - y su nefasto Presidente - en estos últimos ocho años.
I have a dream”, dijo Martin Luther King el 28 de Agosto de 1963 durante la famosa marcha de Washington por la Libertad. Cuarenta y cinco años después, el sueño parece haberse convertido en realidad. Al menos, como símbolo y esperanza. Demasiados y complicados frentes tiene abiertos el nuevo Presidente. La tarea no va a ser fácil, pero no me negarán que ver salir de la escena norteamericana y mundial a Bush y su siniestra camarilla no es como para celebrarlo. Que tenga mucha suerte, Mr. Obama.

2 de noviembre de 2008

Elecciones presidenciales en Estados Unidos: cuatro incógnitas aún por despejar ... y felizmente despejadas

Prudencia, por favor. Que todavía no está todo el pescado vendido.
Si echamos la vista atrás y observamos cómo han transcurrido las nominaciones y la campaña electoral de cara a las elecciones presidenciales en Estados Unidos, y si además, haciendo un esfuerzo de memoria, las comparamos con experiencias anteriores, llegaremos a la conclusión de que lo ocurrido en esta última es excepcional. Si las tensiones habidas en la formación de la candidatura del Partido Demócrata - y de las que he dado cuenta en este blog - dominaron con dureza a lo largo de una etapa del proceso que se acabó resolviendo con bastante amargura por parte de la senadora Clinton y sus seguidores, la nominación de John Mc Cain en el Partido Republicano produjo una gran sorpresa, dada la mediocridad del vencedor (ha habido coincidencia en que era el peor de todos), que posteriormente se vería aún más lesionada por la falta de preparación y las impertinencias de su compañera de tandem, Sarah Palin, que desde Alaska ha irrumpido en las elecciones USA con una torpeza y unas ínfulas que han llegado a avergonzar a sus propios correligionarios, amén de costarles una pasta.
Con estos precedentes, ¿puede decirse que la suerte está echada?, ¿hasta qué punto las certidumbres que proporcionan las encuestas, casi unánimemente decantadas a favor de Obama, llegarán a confirmarse en las urnas?, ¿podemos confiar en que, pese a las triquiñuelas que presenta el sistema electoral norteamericano, la nefasta era Bush quedará arrumbada definitivamente?. Bastaría con tener claras las respuestas a estas cuestiones, para evitar confundir los deseos con la realidad. Toda precaución es poca.
Cuatro incógnitas afloran en este panorama:
Primera: ¿Está lo suficientemente cohesionado el Partido Demócrata para apoyar sin reservas a Barack Obama, después de las tensiones que durante meses le enfrentaron con Hillary Clinton, y cuyas heridas no están definitivamente cerradas a tenor de las declaraciones de algunos relevantes miembros de ese partido?
Segunda: ¿Cómo reaccionará la América racista y fanatizada, para la que la posibilidad de que un negro llegue a la Presidencia es considerada como el principio del Apocalipsis y de todos los males del averno, según se viene señalando hasta la náusea desde que fue nominado en Denver en varios periódicos ultraconservadores, y algunos que no lo son tanto, de una costa a la otra?
Tercera: Sabiendo que la maquinaria electoral del Partido Republicano es mucho más eficaz y marrullera que la del Demócrata, y teniendo en cuenta las imperfecciones y deficiencias de seguridad de que adolece el sistema de votación eléctrónica ¿no volverá de nuevo a suceder lo escandalosamente ocurrido en las primeras de Bush contra Al Gore, en las que le birlaron las elecciones al hoy ferviente defensor de esa conciencia ecológica que tanto irrita a Vaclav Klaus, el ignorante presidente checo, y a su amigo Aznar López?
Y cuarta: ¿Habrá conseguido Barack Obama, merced a su imagen cuidadosamente proyectada, a su voluntad de romper con la trayectoria de Bush y a la generosa ayuda económica recibida, convencer a ese electorado silencioso de clases medias e intelectuales que en principio se considera uno de sus principales apoyos electorales, y que no ha mucho dejaba manifestar en la prensa (NYT) su desencanto ante las ambigüedades del candidato y, por tanto, la posibilidad de abstenerse?
Creo que de la respuesta a estas cuestiones depende el que las previsiones puedan confirmarse, y al fin pueda quedar saneado el ambiente que rodea el Despacho Oval (en la imagen) de la Casa Blanca. Ojalá que así sea.
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