29 de marzo de 2022

Acogida y asilo a los refugiados ucranianos



 ¿Se imaginan lo que suponen y significan diez millones de personas desplazadas por la agresión rusa de Crimea? Puede ser una cifra exagerada, pero, en cualquier caso, va a alcanzar niveles espectaculares. Ese dato, estimado por la Comisión y avalado por ACNUR, equivale a tres veces la población de Madrid, cuatro la de Castilla y León, la de Portugal toda, casi el doble del censo registrado en las tres pequeñas repúblicas del Báltico... No ha habido en la historia de la humanidad tal volumen de exiliados en tan corto período de tiempo. El desafío es enorme; el problema, de una magnitud extraordinaria.

De pronto se impone la adopción de una política de asilo, acogida e integración que no tiene precedentes. Cabe pensar que ese movimiento masivo se encamina preferentemente a la Unión Europea, obligada a asumir una función para la que no está preparada. Si el país que riega el Dniéper va a quedar asolado y sus expectativas de desarrollo muy condicionadas por una recuperación difícilmente previsible en sus plazos e intensidad, ¿por dónde se encaminarán los afanes e ilusiones de una comunidad tan castigada y empobrecida?
La Unión Europa es para muchos un horizonte prometedor, estimulante, atractivo y repleto de esperanzas. No hay en el mundo un escenario igual. Ni lo habrá. Los que vivieron bajo el yugo de la Gran Mentira que fue el modelo soviético lo saben bien.

24 de marzo de 2022

Contra la agresión criminal de Rusia. Canto a Ucrania

 



Tierras negras y feraces
tierras todas, de la Ucrania malherida
qué cruel ha sido la Historia con ellas
Tierras inmensas de cereal y girasol
expandidas en el horizonte inabarcable
bajo la luz del cielo protector
y fecundadas por el Dniéper indómito que no cesa
Son tierras henchidas de amarillo y azul
Tierras hoy condenadas al hambre, a la miseria,
al ultraje por quien abusa de ellas
Miserable sea por siempre
Tierras de heroísmo y resistencia
Tierras empeñadas en vivir en paz
Abiertas al Mar Negro y al Mediterráneo allende
Solo quieren respirar
solo quieren libertad
libertad para pensar, libertad para contemplar
sus horizontes destruidos
sus ciudades asediadas y arrasadas por la bestia
sus ciudadanos asesinados por doquier
el éxodo masivo de sus hijos exhaustos
Tierras indómitas de Ucrania, tan cerca y tan lejos
Son Europa, europeos libres
Símbolo de independencia y dignidad
en estos tiempos convulsos
que conmueven este siglo
de zozobras, exilios y esperanzas


20 de marzo de 2022

Una decisión injusta

 


Se presente como se presente, España -oficialmente la potencia administradora del Sáhara, según la ONU - ha sacrificado al pueblo saharaui, algo que resulta difícilmente asumible al coincidir en el tiempo con la brutal invasión de Ucrania. Son dos hechos que vulneran el Derecho Internacional y desoyen a las Naciones Unidas. Sucede además en un momento de máxima tensión en el mercado energético, que en el caso de España depende estrechamente de las importaciones de gas de Argelia. No está de más recordar que en los acuerdos de Madrid (1975) no se entregó la soberanía del Sáhara por lo que ese territorio sigue siendo español (ONU, 2002).

¿Qué resuelve España con esta decisión? ¿Qué garantías ha recibido del monarca marroquí, que celebra la decisión (vean la prensa alauita) como una victoria y como "la vuelta de España al buen camino"? " La solución de la autonomía del Sáhara gana notoriedad y la diplomacia marroquí gana en prestigio y liderazgo", afirma "Le 360". " España ha garantizado de manera irreversible la soberanía marroquí del Sáhara Occidental y la integridad territorial de Marruecos ", subraya el politólogo Tajeddine El Husseini.

Nada debe hacer España en política exterior sin el respaldo de la Unión Europea, su mecanismo de salvaguarda y al que no se ha tenido en cuenta para actuación tan decisiva.

En qué ha beneficiado a nuestro país y a nuestro crédito internacional esta medida? ¿Alguien lo ve?

18 de marzo de 2022

La invasión criminal sobre Ucrania

 La invasión criminal que el ejército ruso está llevando a cabo en Ucrania se caracteriza por una lógica geográfica aplastante, de manual de terror territorial, bárbaramente planificado. Todas las guerras persiguen el mismo objetivo: la ocupación, la dominación, el control del territorio enemigo. Sin embargo, la desencadenada el 24 de febrero de 2022 no es una guerra convencional, pues no hay enfrentamientos de combate entre profesionales de la guerra ni siquiera la respuesta de la población agredida responde a los esquemas propios de la reacción guerrillera efectiva que algunos suponiamos se iba a producir y en función de la cual quedaba justificado el envío de armamento para la defensa contra la bestia agresora.

No. Es una guerra de aniquilación progresiva, no errática sino sistemática, ajustada a tres objetivos de inequívoca dimensión espacial: la desmembración del país rompiendo sus estructuras de organización interna, el aislamiento de Ucrania mediante la interrupción de sus posibilidades de proyección marina y la destrucción de sus elementos urbanos más representativos. Este aspecto requiere nota a pie de página.
Los tres objetivos pretenden lo más inhumano que uno imaginarse pueda: minar la moral de la ciudadanía, provocar el terror global para impedir la capacidad de respuesta, obligar al éxodo masivo e interminable y trasmitir la idea de que la rendición es inevitable.
De seguir así las cosas Putin, albacea del nazismo ruso, puede actuar como le venga en gana, sin límites ni restricciones. Puede hacer lo que quiera con Ucrania y lograr su fin principal: humillar a la Unión Europea y a las democracias liberales. El panorama es desolador y a corto plazo - pues su dominio en el comercio de gas a Europa le sitúa en posición muy ventajosa- solo puede ser neutralizado mediante la intervención decidida de China, que para ello pondrá sus condiciones a Estados Unidos y la Unión Europea. Hay quien opina que la oligarquía rusa, afectada por las sanciones, pueda hacer caer al autócrata asesino, antiguo colaborador de la Stasi.
En cualquier caso, una nueva configuración del mundo se perfila quizá tras la agresión rusa a la libertad.

17 de marzo de 2022

Calimas en invierno

 Los análisis prospectivos lo habían anticipado pero nunca ha habido constancia de un fenómeno natural de esta magnitud y persistencia y en esta época del año. Se conocen las calimas de aire tropical continental (sahariano) como fenómenos habituales, aunque esporádicos y de corta duración, en el centro del solsticio de verano coincidiendo con el desarrollo de potentes dorsales anticiclónicas debidas a las ondulaciones de la corriente en chorro (jet stream) en el hemisferio norte en esa época del año, cuando el jet está más alto en latitudes septentrionales.



Algo serio está pasando para que ese tipo de desviaciones en la circulación general de la atmósfera se produzca durante el invierno. Es una anomalía que llama la atención e invita a pensar hasta qué punto el aumento de la temperatura media de la Tierra y, sobre todo, los efectos derivados de la disminución de la banquisa helada del Ártico están contribuyendo a la aparición de situaciones de llegada masiva de sólidos arenosos en suspensión en latitudes altas en invierno.

14 de marzo de 2022

El sentido del tiempo




 No es un pensador cualquiera. Es ruso, de Samara, y Premio Nobel de la Paz 2021. La frase es terrible, expresada por uno de los grandes del periodismo mundial. Con un café al lado y con la compañía del viento racheado del Pisuerga, me detengo en ella porque no es posible pasarla por alto.

Tal vez sea exagerada, pero encierra un mensaje - entre desolador y provocativo - que obliga a la reflexión. ¿Con que horizonte temporal cabe plantear y entender ese futuro? ¿Inmediato, a medio plazo, lejano, indefinido? Ya el geógrafo sueco Torsten Hägerstrand señaló en 1984 que "el conocimiento del tiempo determina la forma de controlar el espacio, cuya dimensión se difumina sin el tiempo". De ahí que, cuando no hay certezas sobre el futuro, las referencias espaciales resultan inconsistentes.
Somos pasado y presente, pero todo carece de sentido sin la proyección hacia el futuro. ¿Cómo afrontarlo, pues, si todas las seguridades se desvanecen?

10 de marzo de 2022

Malditos sean

 


Así que pasen mil años permanecerá siempre indeleble en la memoria del mundo el recuerdo del día 9 de marzo de 2022, en el que el nazismo expansionista ruso, encarnado en un abyecto criminal de guerra apellidado Putin, bombardeó deliberadamente el hospital materno-infantil de la ciudad ucraniana de Mariúpol. Asesinos de seres indefensos quienes tal salvajada hicieron. Criminales sin entrañas. Así que pasen mil años, no se olvidará. Malditos sean para siempre.

La destrucción del paisaje en la Ribeira Sacra de Galicia

 


¿Cuánto vale un árbol? ¿Qué valor tiene un bosque? ¿Cuáles son los criterios - científicos, estéticos, emocionales - utilizados para derribar una inmensa masa forestal de gran valor ecológico, sin permiso legal y bajo la iniciativa depredadora de una administración pública, la Diputación Provincial de Orense, en este caso? Se trata nada menos que de la eliminación de más de un centenar de árboles centenarios (amplias biomasas de robles y pinos), que desde tiempo inmemorial embellecen y dan personalidad paisajística a la Ribeira Sacra de Galicia, calificada, por su riqueza y biodiversidad ecológica, como Bien de Interés Cultural y abierta a la declaración de Patrimonio de la Humanidad. Se ha cometido en Galicia: una salvajada, lisa y llanamente, a pesar de que el portavoz de la Asociación Amigos das Árbores ha recordado que el presidente de la Xunta gallega, Núñez Feijóo, “asegurou que coa declaración de Ben de Interese Cultural, a paisaxe da Ribeira Sacra estaba totalmente protexida”. Bien empezamos, Don Alberto. Un papelón, el suyo.




Es una prueba patente, otra más, de la falta de sensibilidad ambiental en nuestro país, que se sacrifica y elude en aras del aprovechamiento turístico intensivo y efectuada por el poder público al margen de la ley (Vean el video). No todo sirve para la promoción turística sin tener en cuenta la capacidad de acogida del territorio y su nivel de tolerancia a los impactos, principios sustanciales en los que se apoyan las evaluaciones de impacto ambiental requeridas como paso previo a cualquier intervención.

Por desgracia, es una práctica habitual en España donde la cultura del territorio - ¿alguien ha oído hablar de estas cuestiones en los debates parlamentarios? ¿recuerdan aportaciones en este sentido en el ámbito de la decisión pública? ¿Cuántos proyectos de ordenación sostenible yacen en el baúl de los recuerdos? - se supedita al cortoplacismo de los intereses que priman en la utilización del patrimonio y de los elementos territoriales más valiosos. España es el país de la Unión Europea donde la agresión a la calidad de los paisajes, y con harta frecuencia también al patrimonio cultural, alcanza mayores umbrales de incidencia.


9 de marzo de 2022

Un horizonte de incertidumbres

 Tras la pandemia, la invasión de Ucrania. ¿En qué han quedado las previsiones que con tanta sensación de seguridad se hicieron en los años noventa y que, con más prevención y cuidado, fueron lanzadas de nuevo y con viento bonancible al acabar la segunda década del XXI? Evidentemente ni ha llegado el fin de la Historia ni los optimismos sobre la globalización han hecho de nuestro mundo un mundo mejor.

Se imponen, en cambio, la zozobra, el repliegue, la reflexión sin alharacas y la necesidad del sentido común, asociados al valor de la solidaridad y a las aportaciones más positivas del conocimiento científico. En esas estamos, expectantes y sumidos en el desconcierto y la rabia ante los efectos provocados por un expansionista salvaje y criminal, que ya ha perdido una guerra, de la que caben extraer múltiples lecciones. Entre ellas, la de haber contribuido a poner a cada cual en su sitio, a medida que se despejan las dudas y las ambigüedades quedan definitivamente desacreditadas. No ha lugar al pasteleo ni a la demagogia. Ha llegado la hora de la verdad.

Todo lo demás, como diría el inmenso poeta de Paredes de Nava, son "verduras de las eras"

8 de marzo de 2022

La necesidad de un gran acuerdo institucional para el gobierno de Castilla y León

 

Tras las elecciones autonómicas celebradas el 13 de febrero de 2022, la Comunidad Autónoma y León se enfrenta sin duda a un horizonte político de enorme envergadura, que está suscitando gran inquietud entre los ciudadanos. No hay medias tintas: o la región se identifica con el primer territorio español con un Gobierno del que forman parte miembros de la ultraderecha, impulsores de un programa socialmente regresivo y reconocidos debeladores del proyecto comunitario europeo, en la línea obsesivamente perseguida por el nazismo ruso, … o apuesta decididamente, y con visión de futuro, por una coalición, liderada en este caso por el PP como opción mayoritaria y fundamentada en un acuerdo de legislatura con el PSOE - cuyo peso político como segunda fuerza más votada (con quince escaños más que la tercera) debería ser reconocido con la Presidencia de las Cortes - y las fuerzas minoritarias que deseen respaldarlo tras las negociaciones y compromisos correspondientes.

Es decir, el futuro de la Comunidad debería estar cimentado sobre un gran acuerdo en defensa de la lealtad institucional, con voluntad de centralidad, integradora y apoyada en las capacidades de sus miembros, ante los grandes desafíos que ante sí tiene la Comunidad Autónoma, y que puede ejemplificar un modelo de Gobernación - acuerdos de consenso vertebrados por las fuerza mayoritarias, si no se alcanza la mayoría absoluta, sin confrontación, separatismos, bloqueos e insultos - muy útil y conveniente para España.

¿Castilla y León como modelo? ¿Et pourquoi pas?

Ya veremos lo que sucede.


Mensajes en la calle: Paseo entre la devastación

 



Una abuela pasea con su nieta en medio de la devastación de su su ciudad. El nazismo ruso se ha cebado en ella. Todo a su paso es ruina y muerte. En eso se ha convertido la Rusia actual: en muerte, destrucción, corrupción, miseria. Aún es invierno en las llanuras de tierra negra de Ucrania. Hace frío. Van abrigadas y con buenas prendas. Solían pasear y de vez en cuando sonreír con la mirada. La ciudad es bella, de grandes avenidas y con referencias visuales que llaman la atención. Les gusta descubrir la ciudad con las manos unidas y comentar lo que ven. No parecen asustadas: el horror anida en sus corazones.

La relación con los nietos tiene un encanto difícil de describir. Sólo es descifrable a partir de la intimidad que procura. No han querido quedarse en casa, tal vez porque ya no la tienen o no se pueden quedar en ella mucho tiempo. Saben lo que es el miedo, sienten pavor con los estruendos que les impiden hablar y dormir. Pero que nadie les quite su paseo cotidiano, el recorrido por las calles de siempre, el comentario con la sonrisa en la mirada y a media voz. Fíjate bien - le dice la abuela - nunca olvides lo que estás viendo. La niña calla o, a lo sumo e incrédula, musita un por qué.
¿Qué pensarán ahora? ¿Cómo influye la diferencia de edad en la percepción del espacio de vida destrozado? Cuando la abuela ya no esté, ¿Qué recuerdos tendrá la nieta de aquel paseo por las calles de Kyiv cuando todavía no había aflorado la primavera en las tierras negras de Ucrania?

Fotografía: Washington Post. 7.3.22



7 de marzo de 2022

Contra el genocidio y la destrucción de Ucrania: la libertad de información perseguida

 


Sabe bien el criminal del Kremlin lo que la libertad de información significa. Coherente con la brutalidad aplicada en la invasión y destrucción de Ucrania, las imágenes surgidas de la tragedia operan como aldabonazos contundentes en la opinión pública, para la que es inasumible tanta indignidad. Una agresión de esas características acaba trayendo consigo no sólo el hundimiento de la imagen de quien las provoca, aunque le importe bien poco, sino también su derrota definitiva en la guerra de la información, necesariamente decantada, por principio, a favor de la libertad como su indispensable y permanente asidero.

Y esa es la guerra que ha perdido Putin para siempre pues siempre permanecerán patentes en las páginas de la Historia la magnitud del genocidio cometido, los millares de desarraigos ocasionados, la muerte y la devastación por doquier. Así que pasen los años, las imágenes de su crimen le sobrevivirán y le marcarán con sus trágicos perfiles en las páginas del tiempo. Es ahora cuando volvemos a recuperar las estampas de Grozni y Alepo destruidos, la miseria producida en Crimea, los salvajes impactos en Chechenia. Son las imágenes del espanto eterno que acompañan a las agresiones que en el mundo son y han sido, pues nada hace olvidar, gracias a ellas, lo ocurrido en Palestina, en Irak, en Afganistán, en Vietnam, en el Sáhara, en Yemen, en Santiago de Chile... Las ciudades ucranianas nos remiten a la experiencia de Leningrado cercada por los nazis, ahora representados por la barbarie rusa. Putin trata de convertir a Ucrania, ochenta y un años después, en un inmenso Leningrado.
Es la Geografía del Horror en cuya descripción descuella, incólume, prestigiosa y necesaria, la labor de los periodistas, de los reporteros de la libertad que se juegan la vida y que, a la postre, se convierten en los mayores adversarios de los sátrapas y criminales precisamente porque la defensa de la libertad de información - y cuya prohibición ha motivado el abandono masivo de Rusia por parte de los medios de comunicación - edifica los pilares sobre los que se asienta su derrota al tiempo que evita que sus crímenes y salvajadas queden sumergidos en las fosas del olvido.

5 de marzo de 2022

El valor de la Geografía para explicar las guerras

 


La Geografía, eso que sirve, en primer lugar, para hacer la guerra". Fue una obra pionera en su tiempo y el paso del tiempo no ha hecho sino ratificar su lucidez y la utilidad de su objetivo: mostrar, analizar e interpretar las relaciones que se establecen entre el poder y el territorio para la dominación y el control de los recursos. Territorio y poder son indisociables.

A la espera de que comience el partido frente al Tenerife (el estadio a tope) abro este libro de nuevo, cuya primera edición compré en Bordeaux (qué tiempos aquéllos, de ilusiones, amores y de rabia), y me detengo en algunos de los párrafos que desde entonces tengo subrayados. Vigentes como el primer día. No ha habido otro libro igual para entender la dimensión espacial de las guerras como una constante de la Historia, que vuelve a ratificarse con toda su tragedia y crueldad en la conquista por el nazismo ruso del espacio ucraniano, tras la destrucción de Chechenia y la ocupación de Crimea.
Todo planificado, todo calculado, incluso las manipulaciones previstas, poco a poco, conociendo a fondo los puntos más críticos, más vulnerables y de mayor impacto. Con la cartografía siempre lista. De manual.

El pacifismo como rendición

 


La fotografía - que hoy publica la edición de Le Monde - corresponde a la visita que el dictador sirio realizó a Vladimir Putin el 21 de octubre de 2015. La imagen, de hace siete años, es impresionante. Habla por sí sola. El criminal y genocida ruso ya había invadido Chechenia, arrasado Grozni y anexionado Crimea. La OTAN y Europa callaron ante tanta destrucción y barbarie, vulnerando la legalidad internacional. Nadie dijo nada. Por ninguna parte se apreció una toma de conciencia sobre la tragedia que se cernía sobre Europa y sobre el mundo.  Hasta hoy, cuando miserable y brutalmente se pretende destruir a Ucrania como realidad y proyecto, de pulverizar sus sueños de emancipación de la bestia. Y, si le sale como pretende, los límites pueden ser imprevisibles. Ucrania quiere ser europea, libre, no sometida al atroz modelo ruso o bielorruso. Defiende la dignidad frente a la dictadura. 

Apelar a las vías diplomáticas como única solución es peor que una ingenuidad: es, objetivamente, un acto cínico e inmoral de colaboracionismo indecente con el invasor. Quienes así plantean las cosas, con la pretensión de engañar a los que les escuchan, bien saben que se ha tratado de negociar hasta la saciedad y que la disposición a la negociación diplomática del nazi del Kremlin es absolutamente nula. Equivale a exigir al Estado y al pueblo de Ucrania que capitulen, abandonen la resistencia armada y, llegado el caso, imploren, sumisos y derrotados algún de clemencia o conmiseración. Supone además renegar de la reacción, por una vez rápida y vigorosa, de la Unión Europea. No contiene un llamamiento a la paz, sino a la rendición. Es el pacifismo al servicio del invasor.
El objetivo inmediato no debe ser la paz, sino la derrota de Putin, lograr que el coste de la invasión le resulte insoportable y disuasorio para aventuras ulteriores de ese mismo signo. El camino de la paz pasa obligatoriamente por redoblar la resistencia —sí, la resistencia armada—, aislar y asfixiar internacionalmente al Estado agresor y convencer a su ambiguo colega chino de que no le conviene seguir respaldando este disparate y al asesino que lo capitanea. Ucrania tiene que convertirse en un calvario político, económico y militar para Putin. Y, a ser posible, en su sarcófago. Renunciar a ello no es apostar por la paz, sino avalar esta masacre e invertir en futuras guerras de ocupación y devastación.


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