Comparto con el arquitecto y dibujante Peridis una afirmación que ha hecho el día 30 de diciembre de 2023 en el programa "A vivir... " de la cadena SER.
Comparto con el arquitecto y dibujante Peridis una afirmación que ha hecho el día 30 de diciembre de 2023 en el programa "A vivir... " de la cadena SER.
El futuro está ahí, nadie puede escapar de él, se impone inexorablemente, llega cuando llega, pero es imprevisible.
Acabo de encontrarme en mi paseo cotidiano cabe el río con un editor que me ha dicho una frase que invita a reflexionar: "salvo contadísimas excepciones, la existencia operativa de un libro dura un año y poco más". Es una opinión discutible pero no baladí. Es tanto lo que se publica, son tantas las opciones que mediatizan el recurso a la lectura del libro como hábito formativo, que la capacidad de atracción de un libro se antoja como algo fugaz, efímero, circunstancial.
No suelo aconsejar la lectura de libros en este foro, pero en esta ocasión lo considero pertinente y, por supuesto, bien intencionado. Interesado en las cuestiones relacionadas con las diferentes formas de sociabilidad y de relación entre las personas - en virtud de la importancia que tienen en la configuración de las dinámicas socio-espaciales - he descubierto esta obra que sinceramente merece la pena. Es un ensayo riguroso, muy bien escrito. fundamentado en una interesante base bibliográfica, que aborda una cuestión esencial ante la que no podemos permanecer indiferentes, pues a todos, sin excepción, afecta.
La Unión Europea no ha estado a la altura de lo que requiere una actitud firme y contundente frente a la tragedia que afecta al espacio israelo-palestino. Ante ese escenario de reacción y denuncia de la barbarie, en el que sólo destaca la figura relevante de Josep Borrell, me parece digna de encomio la postura adoptada por el Presidente del Gobierno español en su reciente visita a la zona. Quien haya seguido sus declaraciones habrá podido comprobar la necesidad, oportunidad y solidez de sus propuestas. No las mencionaré porque de todos son conocidas. Se ha limitado a la defensa del Derecho Internacional.
Se esgrime el argumento de que ha sido el precio que había que pagar para que no gobernase la derecha. Así es, pero más allá de la opinión que merezca tal justificación, es posible que el ciudadano se plantee si ese objetivo basta para explicar el nivel de consistencia de la capacidad negociadora que - por lo que se deduce desde el primer momento, y que la visita insólita de la vicepresidenta así lo avala - un Gobierno que se precie y con la legitimidad que le ampara debe demostrar con firmeza e inteligencia para que el resultado de la negociación no fuese al final tan ostensiblemente asimétrico. Con el coste que ello pueda suponer desde el punto de vista constitucional.
El ciudadano sin formación jurídica pero conocedor de sus derechos y obligaciones, asiste perplejo a la aparición de conceptos que suscitan tanta curiosidad como preocupación. De oír hablar de la "desjudicialización" de la política descubre de pronto la noción de "lawfare", entendida como algo peyorativo por cuanto significa la crítica del uso de la justicia, de la ley existente, como instrumento frente a las acciones del adversario.
Qué bien saben los sorianos lo que quieren. Conscientes de su situación y de sus realidades, procuran con inteligencia demostrar que están ahí, en defensa de lo que consideran justo y merecido: vivir con dignidad y respeto.
¿Recuerdas, Juan José Molinero, Moli, cuando quedamos en viajar a Belorado para acabar de tomar aquellas notas
que necesitabas para escribir esa obra en ciernes que titulabas “los Días
felices”? ¿Recuerdas cuando comentamos la posibilidad de emprender un viaje a
Urueña para precisar aquellos detalles que se te escaparon en tu última visita y
completar así el poema que te bullía en la cabeza como una emulación del que
había compuesto Jorge Guillén en ese mismo escenario?
Es que lo
tuyo, Molí, era un sin parar, un continuo e incesante flujo de ideas y de
iniciativas que no hacían sino reflejar el deseo de vivir y de aprovechar al
máximo la vida que te quedaba. Sentíamos que no era mucha pero no nos resignábamos a pensar que se acortase tanto. Daba la impresión de que te encontrabas en una
permanente y obsesiva lucha contra el tiempo y las erosiones que conlleva.
Transmitías un deseo constante por dejar atrás los malos recuerdos que te
llevaban a evocar las enfermedades sufridas, los desengaños, las decepciones
para aferrarte, con la pasión que siempre te caracterizó, por los momentos más
gratos de tu experiencia vital que siempre estuvo asociada a la figura de
Maribel, de la infancia y adolescencia de tu hija María, de tus hermanos y de ese
ramillete de amigos y compañeros que nunca te abandonamos.
Cuando
mencionabas a estas personas, y lo hacías con mucha frecuencia, era fácil
comprobar que tu relación con todas ellas gravitaba en torno a la poesía, de la
que constituían una fecunda fuente de inspiración, que plasmabas con acierto y con letra inconfundible en el lugar
menos pensado. La verdad es que era admirable tu capacidad para poetizar
cuanto veías y admirabas. Manifestabas una propensión admirable a la
descripción de la belleza y a abordarla con extraordinaria sensibilidad. ¿Y qué
decir de esa otra vertiente de tu vida y de la que tantas lecciones supiste transmitir?
Me refiero a la Filosofía, entendida en su acepción más cabal, es decir, la de
asumirla como el amor a la sabiduría. No escatimabas esfuerzos para hablar de
los pensadores que mayor interés te habían suscitado. No son fáciles de olvidar
tus disertaciones sobre Gastón Bachelard que enriquecías con las experiencias y
conversaciones compartidas en París. De cuando en cuando, el nombre de Emilio
Lledó, otra de tus grandes referencias, afloraba para dar lugar a explicaciones
con todo lujo de detalles.
Si cuantos
estamos aquí seríamos capaces de llenar decenas de páginas de vivencias
compartidas contigo, personalmente no puedo dejar de aludir a lo que han
significado para mí las complicidades mantenidas contigo en los últimos cuatro
años, en los que se retomaron unos vínculos y unas confianzas que hundían sus
raíces desde la época en que nos conocimos allá por comienzos de los años
ochenta en Burgos tras coincidir en un recital de poetas burgaleses, entre
ellos el admirado e inolvidable Tino Barriuso, y en el contexto de las zozobras
personales y académicas vividas en el Colegio Universitario de la ciudad del
Arlanzón.
La etapa más
reciente, recuperada la relación cuando en la primavera de 2019 mantuvimos
aquella conversación inesperada en la cafetería El Minuto, no ha podido ser más
intensa en todos los sentidos. Del sinfín de detalles que desde entonces se
agolpan en la memoria y que culminan en la definitiva despedida de hoy – nunca
pensaste, me decías, despedirte en otoño; prevalecía en ti la idea de hacer el
viaje final en primavera- me limitaré en adelante a recordar las veladas del
Café del Norte. Confieso no haber tenido nunca una experiencia parecida. Lunes
y miércoles, de 11 a 13,30. No importaba el tiempo que hacía. Al final de la
cafetería instalaste tu despacho. Lugar de encuentro, lugar para la confidencia
y la elaboración de proyectos, concebidos con ilusión aun a sabiendas de que
difícilmente se llevarían a cabo. Fue en ese escenario donde de forma inesperada, y mientras me ausenté, me escribiste un poema, que siempre estará conmigo. No lo olvidaré: fue el día de El Corpus de 2023.
Con el
periódico del día como referencia y guión de los temas a tratar en esos encuentros cafeteros, el viraje hacia
la poesía se hacía inevitable a la par que grato y, si cabe, hasta necesario.
El ambiente se iba calentando, la inspiración llegaba al fin, nadie molestaba,
el espacio y el tiempo te pertenecían, pues bien sabías que nadie te lo iba a
quitar. Aunque la enfermedad iba haciendo mella, el afán de vivir se sobreponía
al desasosiego y a la incertidumbre. La forma de afrontar los infortunios que
te afectaban se resolvían con la escritura de un poema sobre el mantel de papel
de la cafetería. Al terminar los versos, casi siempre afloraba la pregunta
inevitable: ¿Cuándo vamos a viajar a Belorado? Esa será la asignatura pendiente
que bien sabíamos que era imposible resolver.
Descansa en
paz, poeta de los Montes de Oca
Pero... ¿Por qué no se admite la crítica en el seno de los partidos? ¿Por qué esa actitud de rechazo y descalificación a quienes con argumentos, desde luego rebatibles, cuestionan las líneas de la posición dominante? A la crítica, que si se hace con respeto, siempre es beneficiosa pues ayuda a reflexionar honestamente sobre lo que se hace, dice o decide, no se la puede responder con menosprecio ni invalidación de quien la plantea. Hay que responderla con argumentos bien fundamentados y nunca además ad hominem. Los tiempos cambian, cierto es, pero ello no debe conducir a la minusvaloración del critico en función de la edad o de la pertenencia a otra época, cuando no son infrecuentes los juicios de valor que rayan la ofensa para llegar incluso al ostracismo o depuración sin piedad.
Obvio y comprobado es que la adolescencia y la juventud son las etapas más importantes en el proceso formativo de la persona. En el decisivo tránsito de la infancia a la madurez todos los cuidados son pocos para evitar o corregir hábitos que puedan lesionar el futuro. Quizá la reacción sobre los riesgos que se ciernen sobre las nuevas modalidades de adicción y dependencia provocados por la telefonía móvil ha sido tardía y no bien prevista o planificada. La inercia, cómoda y complaciente, ha prevalecido sobre la inteligencia asociada al sentido de la responsabilidad. Ante la revolución fascinante y seductora la forma de gestionarlo no se ha entendido, creo, como problema... hasta que ha demostrado serlo.
Una excelente y magistral lección. El tiempo no pasa - o pasa menos - para quienes, ya provectos, siguen manteniendo ilusión, energía y empeño en lo que hacen. Superadas las ocho décadas de vida, y atendiendo lo que Eduardo Martínez de Pisón ha vivido, visto y estudiado, uno tiene la sensación, conociéndole desde hace muchos años, de que mantener vivas las inquietudes intelectuales permite, con la memoria y el valor de la experiencia acumulada, preservar esa lozanía que nunca se fue.
Según el Regional Authority Index (RAI), España es el segundo país más descentralizado del mundo. Como seguramente muchos no lo saben, no está de más recordarlo. El primer lugar, según esa clasificación, lo ocupa Alemania, aunque hay indicadores que en nuestra noción superan algunas de las variables alemanas.
Siempre tendremos a Gianni Vattimo como referencia vigorosa del pensamiento europeo contemporáneo. Se ha ido en los tiempos en que también nos abandonaron Nuccio Ordine, Alain Touraine, Carmen Rovira, Marc Augé o Bruno Latour. Hay quienes piensan que la partida hacia la memoria de estos maestros ha ampliado la profusión de ese pensamiento débil del que el propio Vattimo se lamenta en ese interesante reportaje.
He aprovechado este fin de semana relajado y tranquilo, cuando comienza la otoñada, a base de paseos, algo de bici, lecturas, teatro ( espléndida María González en el Zorrilla) y conversaciones varias, para descubrir y deleitarme con un fenómeno artístico de primera magnitud y obligado conocimiento y reconocimiento. No suelo recomendar obras en este foro, pero creo que merece la pena apreciar el valor de la que aquí comento, pues hacia tipo que no disfrutaba de una iniciativa museística y editorial tan maravillosa, tan digna de ser reconocida y justamente valorada.
La Carta impresiona y en cierto modo sobrecoge. Desconozco el tema pero el mensaje que ofrece provoca inquietud y preocupación. Como en este foro hay gente muy sabia, lo planteo como tema importante, necesitado de clarificación.
Daniel Bernabé: La cuestión territorial y el precio del aceite de oliva
La figura de Salvador Allende emergió con fuerza hasta simbolizar la experiencia chilena que pretendía romper con el pasado. Fracasó porque fue bloqueada sin piedad hasta su destrucción aquella mañana del 11 de Septiembre de 1973. El tiempo se encargó de difuminar aquel suceso trágico y es probable que ya diga poco a las generaciones que no lo vivieron. Hace unos años me acerqué al mausoleo, en el Cementerio General de Santiago de Chile, donde yace Salvador Allende con un clavel en la mano.
He ahí la experiencia de una vida segada por la barbarie, que no hay que olvidar mientras, como cantaba Pablo Milanés, nos detengamos "en una plaza liberada a llorar por los ausentes"
¿Quién dijo que Gibraltar no era Spanish? Será formalmente British pero de español tiene bastante. No podría haber elegido el primer ministro de la cosa otra expresión más genuinamente española, y tan contundente que todo el mundo entiende, para definir el estado de ánimo y la valoración que los súbditos de su Graciosa Majestad - dejémoslo así, pues Charles III poco tiene de gracioso- hacen de aquella operación que, demagógica y con implicaciones contraproducentes, sacó al Reino Unido y a Gibraltar, que es lo que le jode, de la Unión Europea. La huella de aquel tal Boris Johnson no ha podido ser más fatídica. Está desaparecido al igual que aquel siniestro Nigel Farage, que utilizó la mentira hasta la náusea.
Aprovecho que este foro está repleto de lectores y lectoras empedernidos para plantear una cuestión sobre algo que me ha llamado la atención respecto al arte y las posibilidades de la escritura.
Hechos están ocurriendo en la política española que causan desazón y sitúan al ciudadano de a pie en posiciones incómodas. Son la manifestación de un entorno dominado por el ruido y los comportamientos poco edificantes en una democracia que, pese a todo, creemos sólida, firmemente asentada e irreversible. La fortaleza de la Constitución, abrumadoramente apoyada por los españoles en 1978, así lo asegura. Tanto como el hecho de haber propiciado el período más prolongado de libertades, garantías y derechos de la historia de España.
Se apellidan Pérez y Martín, dos de los gentilicios más frecuentes en la sociedad española. Personas del común, de origen humilde, sin alcuños ni marbetes. Gente sencilla, trabajadora y honrada. Expresión y ejemplo de las posibilidades inherentes a los proyectos emprendidos con ilusión y esfuerzo, han logrado una proeza inmensa en el atletismo español. Orgullo de país. Ningún Rubiales de mala baba y mano floja andaba por ahí para capitalizar el evento y empañar su hazaña.
La consideración del llamado ranking de Shanghai como el baremo determinante, exclusivo y excluyente, de la relevancia ostentada por las Universidades a nivel mundial, suscita tanta fascinación como cuestionamiento. Adoptado como factor de diferenciación de un conjunto tan heterogéneo y lleno de condicionantes territoriales como es el universitario, se fundamenta en una metodología discriminatoria que prima selectivamente los criterios impuestos por la Graduate School of Education of Shanghai Jiao Tong University, es decir, acomodados y congruentes con los que singularizan las directrices de los centros superiores identificados con las prioridades del modelo de crecimiento de la República China.
Aunque el fenómeno metropolitano prevalece con fuerza en la evolución y configuración de los sistemas urbanos contemporáneos, las alusiones sobre el papel desempeñado por las ciudades medianas y pequeñas no han dejado de tener consistencia teórica y evidencia empírica en las investigaciones sobre el tema. Lo traigo a colación a raíz de una conversación que he mantenido esta tarde en Tordesillas sobre ese tema. Y porque crea debate, que bien pudiera apoyarse en las valiosas opiniones de Teresa Táboas, vicepresidenta de la Unión Internacional de Arquitectos, que ratifica una idea ya enraizada en la cultura del territorio más sensata y razonable.