24 de enero de 2015

El obligado comportamiento ético del profesorado universitario.

La Universidad pública se nutre esencialmente de recursos públicos y sus actividades son inherentes a su condición de servicio público. El profesorado está sujeto a unas normas de conducta que deben ser respetadas, so pena de vulnerar la imagen de la institución. Cuando se participa de un proyecto de investigación, financiado con cargo a convocatorias públicas, todos los procedimientos a seguir deben estar cuidadosamente regulados y formalizados. Los permisos, las modificaciones del equipo, los ajustes en el presupuesto, la movilidad de los investigadoras han de atenerse a las solicitudes y autorizaciones reglamentarias, siempre por escrito y con registro de salida, que después se unirá al documento con registro de entrada, recibida la autorización. 

Cuando, por su parte, se acomete un contrato de investigación (de acuerdo con el Art. 83 de la Ley Universitaria), el desarrollo del proceso contractual tiene que figurar pormenorizadamente en un contrato suscrito entre la entidad financiadora y la Universidad, de modo que todos los pagos se canalizan a través de ésta, que supervisa tanto las entregas para gastos como los abonos correspondientes, entre ellos las retribuciones del personal adscrito a la investigación. Jamás el investigador, que siempre opera en el seno de un equipo, gestiona directamente un euro o un dólar. Lo de Juan Palomo suscita en este caso todas las sospechas. 

Por su parte, la Universidad detrae una cantidad del contrato (generalmente el 15%) que nutre su presupuesto, lo que parece lógico teniendo en cuenta que los profesores investigadores hacen uso de los medios e infraestructuras universitarios para realizar sus trabajos y el tiempo ocupado en ello se hace a costa de la dedicación - a tiempo completo o parcial - a la que el profesor - funcionario o contratado - se compromete con la Universidad y por la que se le retribuye todos los meses. Así han de funcionar las cosas si no se quiere incurrir en omisiones, opacidades, irregularidades o corruptelas. 

¿Sabían esto o acaso lo ignoraban los profesores Iglesias Turrión, Errejón Galván o Monedero Fernández-Gala, docentes vinculados a la Universidad Complutense de Madrid, de cuya plantilla forman parte? Que cada cual saque sus conclusiones. Defendamos la ética como principio rector de las conductas.

8 de enero de 2015

Interesante y pertinente el artículo publicado en Le Monde Diplomatique por Alexis Tsipras, dirigente de Syriza y, según las encuestas, el líder de la formación con mayor respaldo electoral en Grecia en estos momentos. Más allá de lo que pudiera opinarse sobre esa opción, vale la pena recordar los argumentos que el político griego esgrimió hace dos años al traer a colación la política adoptada por los paises europeos respecto al cobro de la deuda alemana en los años posteriores a la SGM. Si somos conscientes de hasta qué punto nos ahoga el pago de la deuda, a la que España destina 35.000 millones de euros anuales para el abono de intereses, no carece de importancia la postura favorable a la negociación y al reajuste de esas escalofriantes cifras, que es precisamente lo que permitió a Alemania levantar cabeza en los años cincuenta del siglo XX.

Basta tener en cuenta el primer párrafo del texto:

"Febrero de 1953. La República Federal de Alemania se ahoga en su deuda y amenaza con llevar a todos los países europeos a la crisis. Preocupados por su propia salvación, los acreedores - incluyendo Grecia - constatan un fenómeno que solo ha sorprendido a los liberales: la política de "devaluación interna", es decir, la reducción de los salarios, no garantiza el reembolso de las cantidades adeudadas, sino todo lo contrario.

Reunidos en Londres en una cumbre especial, 21 paises decidieron volver a evaluar las capacidades reales de Alemania para cumplir con sus obligaciones. Acordaron recordar en un 60% de la deuda nominal acumulada y conceder una moratoria de cinco años (1953-1958) y un período de amortización de treinta. Introdujeron también una "cláusula de desarrollo" que permite a no dedicar al servicio de la deuda de más de una vigésima parte de sus ingresos. Europa contrarresta el Tratado de Versalles (1919), sentando las bases para el desarrollo de la República Federal de Alemania después de la guerra".
¿Oportuno, no?

7 de enero de 2015

Un obsequio maravilloso


Quisiera hacerles partícipes de un obsequio que acabo de recibir de allende el Atlántico y que confieso que me ha emocionado. Se trata de la edición facsímil del texto elaborado por Santiago Cortés, fundador de la Sociedad Colombiana de Geografía, en el que describe la “Historia Natural y Paisajes de la Guajira, región del Catatumbo y del Páramo de Tamá”, fechada en 1900. 


Con el título “Una geografía hecha a mano” recoge los dibujos y los textos realizados por Cortés como parte de los trabajos destinados a trazar la frontera entre Colombia y Venezuela, un litigio que solo podía resolverse diplomáticamente sobre la base de un conocimiento detallado del territorio. Como se señala en la presentación “es la primera muestra de la minucia, aprendida en el microscopio, que usó en los dibujos y acuarelas del territorio que recorrió paso a paso este botánico, zoólogo y geógrafo” o, como se le denominaba en la época, este “naturalista” bogotano”. 

La obra fue editada en 2014 por la Subgerencia Cultural del Banco de la República, en Bogotá. Una delicia bibliográfica, que me ha hecho llegar gentilmente la profesora Lucila Reyes, de la Universidad Nacional de Colombia. ¿Quien, al observar estas imágenes, no se siente transportado a las vivencias que describe Gabriel García Márquez en "El amor en los tiempos del cólera", con sus travesías incesantes, henchidas de sensibilidad, a lo largo del río Magdalena?



31 de diciembre de 2014

Incertidumbres en un cambio de década




Finalizamos la primera mitad de la década que ha coincidido con una de las crisis económicas y sociales más profundas de la historia contemporánea. Cuando empieza un nuevo año se hace balance de lo sucedido pero la mirada se empeña en vislumbrar el futuro con la intención de encontrar en él algún atisbo de esperanza y de confianza en el futuro. Los clamores oficiales, interesados en el cortoplacismo electoral, se afanan en ofrecer indicios optimistas, pero el tren, la maquinaria que lo sustenta y quienes manejan los mandos no suscitan la confianza pretendida. 

Utilizar los datos en sus magnitudes absolutas sin relativizarlos adecuadamente en función de su impacto social objetivo deriva en la manipulación y la demagogia. En ese tren estamos subidos inexorablemente. ¿Hacia donde emprenderá el rumbo? ¿Qué habrá más allá del horizonte confuso que la vista percibe? ¿Estamos en la via adecuada? ¿Son éstos los railes que nos aseguran lo que necesita la mayoría de la sociedad, empobrecida durante una travesía en la que las diferencias entre unos vagones y otros no han cesado de acentuarse?

 Un sinfín de preguntas emergen cuando se comienza un año que se intuye decisivo, en virtud de los escenarios que sin duda van a alterar la dirección de la locomotora de la que va a depender la trayectoria hacia un futuro en el que les deseo lo mejor.

21 de diciembre de 2014

Un impacto decisivo en la política española





Es evidente su papel de catalizador esencial de la vida política española. Ha convulsionado el panorama tal y como estaba ahora diseñado y lo ha hecho con un mensaje reiterativo, insistente, basado en una serie de denuncias concretas, claras y muy incisivas, que calan fácilmente en un sector importante de la sociedad, que se siente identificado con ellas y con quienes las propalan, beneficiarios de esa cualidad de recién llegados a la política de masas, sin contaminación alguna previa que los desautorice de antemano. Modulando sus propuestas programáticas al socaire de sus objetivos electorales, que se pretenden masivos y transversales, el núcleo central de su discurso persiste aferrado a la crítica con fines de ruptura con el pasado. En ello cimentan su razón de ser y sus expectativas. Pragmatismo, habilidad expositiva y discurso lapidario frente al resto, tales son sus ingredientes esenciales. Espadas como labios, recordando el magnífico poema de Vicente Aleixandre. 

¿La coherencia del programa?... Ya se verá. Todo un fenómeno de estrategia política de laboratorio, didácticamente concebido, que de momento les está dando resultados asombrosos. A la espera de cómo pueda evolucionar en el año decisivo que se abre ante los españoles, lo más importante de su presencia en el acto de Barcelona , celebrado el 20 de diciembre de 2014 e hito histórico indiscutible, ha consistido en su capacidad para transmitir un mensaje que cuestiona el independentismo, mediante la reafirmación de una voluntad integrada del Estado - los "puentes" frente a los "muros"- que los otros partidos estatales no han logrado proyectar. Bajo las premisas de un "proceso constituyente", destinado a sustentar los pilares de un "país de países", no parece, en principio, una propuesta original, pues, con palabras similares, ya se habían planteado desde otras posiciones.

Es curioso de qué manera la fortaleza adquirida por Podemos en Catalunya y en el Pais Vasco, y testificada por un presunto apoyo más que significativo, puede constituir a la postre una garantía de la integración del Estado, que muchos veíamos amenazada. El nerviosismo mostrado por los nacionalistas de toda laya ante el auge electoral de Podemos es buena prueba de ello. Impresionante, a mi modo de ver. ¿O no?

16 de diciembre de 2014

Mensajes en la calle (44): la pervivencia del libro

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Cuando todo parece indicar que la presentación formal del libro está en crisis, resulta reconfortante tener la sensación de que ese maravilloso producto de la inteligencia humana permanece vivo en quienes siguen defendiendo su existencia tal cual lo hemos conocido y lo seguimos admirando. Visitar las librerías cuando se viaja es un verdadero placer que hace del conocimiento del lugar recorrido una experiencia aún más gratificante. Siempre he pensado que una parte sustancial de la imagen de una ciudad la ofrecen sus librerías, depositarias de esa función de referencia cultural que las pertenece, lejos de la banalidad y de la despersonalización ofrecida por las grandes superficies, en las que jamás he comprado ni compraré un libro. 

Basta con leer algunas de las páginas del excelente libro de Jorge Carrión con este mismo título - Librerías (Anagrama, 2014) - para percatarse de ello. Por eso, el viajero que callejea por una ciudad - en este caso Lille, una bellísima del Norte de Francia - no puede por menos de detenerse ante el escaparate que, al tiempo que identifica su imagen como "calle de los poetas", brinda a quien se detiene ante él una definición sencilla, pero elocuente, de lo que el libro realmente representa y significa.

8 de diciembre de 2014

La Universidad pública en el punto de mira

Ninguna institución debe estar al margen de la crítica. Cuanto más rigurosa, mejor. La crítica debe ser inherente a la Universidad, pues solo así será capaz de corregir sus deficiencias y resolver las contradicciones que una estructura tan compleja y variopinta presenta. En un país donde la autocrítica está ausente - e incluso quienes se reclaman depositarios políticos de la mayor honestidad son incapaces de hacerla - la defensa de esta postura, aplicada al mundo académico no deja de ser algo excepcional, a fuer de necesario. 

Pero, ojo, de ahí a denostar con virulencia a la Universidad pública, sin resquicio alguno al reconocimiento de lo que se hace y al sinnúmero de profesionales solventes que en ella trabajan, media un gran trecho. Nada se dice de las Universidades privadas, que comparten con aquélla el mundo de la formación, aunque no el de la ciencia, mientras permanecen inmunes a la crítica. Ciencia y formación se funden, en cambio, en las aulas de los Centros superiores financiados por todos, arrojando resultados que deben ser valorados en lo que representan, pues tras ellos hay con frecuencia una enorme carga de esfuerzo, dedicación y, a menudo, sacrificio personal, que deben ser tenidos en cuenta. Hay de todo, ciertamente, pero conviene también reconocer que pocas estructuras son tan irreductibles a la simplificación como la Universidad.

En cualquier caso, ¿cabría pensar que en medio de esta corriente de descrédito no se esconde otra vertiente más del empeño por justificar el trato injusto que en España está recibiendo la enseñanza pública en los tiempos que corren?

4 de noviembre de 2014

Un presidente letal para la Unión Europea

No cabe la menor duda de que el nombramiento de Jean Claude Juncker como presidente de la Comisión Europea está fundamentado en la presión de los grandes lobbys o grupos de intereses que pululan por los despachos comunitarios en Bruselas y cuya fuerza ha acabado imponiéndose sin ningún pudor y con la aquiescencia de la mayoría del Parlamento Europeo. Y lo digo convencido y sin ninguna reserva. ¿Cómo es posible que la austeridad a que se han visto y se ven sometidos los países del Sur coincida en el tiempo con la acentuación de los privilegios fiscales en el seno de la Unión, que se dice integradora? ¿En qué han quedado la Carta Social Europea y los principios de la cohesión económica, social y territorial preconizados desde el Acta Única en 1986? Todo es papel mojado cuando precisamente uno de los artífices de esa ruptura de la solidaridad es el sujeto llamado a gobernar la Comisión en los próximos cinco años.

En los últimos días han aflorado por doquier los corifeos que lanzan alabanzas de la época de Durao Barroso, sin reparar en ningún momento en la catástrofe que ha supuesto la complicidad de la Comisión con los otros elementos de la troika en la política que ha destrozado la situación de los trabajadores y de los sectores más vulnerables de la sociedad, mientras pasan por alto lo que finalmente se ha descubierto, aunque todo el mundo lo sabía: el escándalo que supone la existencia de paraísos fiscales en el propio espacio comunitario, con el agravante de que el país donde solo se tributa por beneficios el 1% es el que durante años ha sido presidido por quien, sin mover un dedo en pro de los países que ven desangrarse sus capacidades recaudadoras, consiente y tolera tan ignominiosa vulneración de la solidaridad. La excelente labor llevada a cabo por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación ha permitido sacar a la luz una información esencial en este sentido. ¿Quién sostiene, pues, el edificio fiscal de los Estados? Muy sencillo: los trabajadores por cuenta ajena. De ellos dependen los ingresos del Estado, obligando al endeudamiento y a la acentuación del déficit, cuya corrección recae sobre los propios trabajadores y sus derechos.

Es el círculo vicioso en el que se apoya el agravamiento de las desigualdades. ¿Cómo se puede presumir en estas condiciones de espacio integrado y cohesionado? Sencillamente, el hecho de que ese tal Juncker ostente la responsabilidad que ostenta es una indecencia. En otras palabras, el nuevo presidente de la Comisión es un elemento demoledor para la supervivencia de la propia Unión Europea tal y como creíamos que estaba concebida. Y de paso no estaría de más que la cohorte de los economistas de cámara que respaldan las políticas basadas en el austericidio social tuviera una brizna de principios éticos para considerar el hecho que comento como un factor indisociable de la crisis en vez de rendir pleitesía a los que sólo saben invocar la lógica de la flexibilidad y de la competitividad a cualquier precio para afrontar el desastre al que nos ha llevado el pensamiento único al servicio de los grupos de intereses que gobiernan la Unión Europea. Sus grandes silencios en este sentido invalidan sus diagnósticos y sus recomendaciones. 


2 de noviembre de 2014

La corrupción que no cesa: una trama inabordable

Ambición de poder e inmersión profunda al propio tiempo en las prácticas corruptas, cometidas sin pudor, durante mucho tiempo y con la sensación de que eso era lo normal y que la impunidad estaba garantizada. Los casos del presidente de la Diputación de León y del que fuera nada menos que el vicepresidente del gobierno madrileño se convierten así en paradigmas, de los que quizá no sean solo ellos los únicos protagonistas. Mucho me temo, y la simple percepción de cómo están aflorando los hechos lo apunta claramente, que esa mancuerna que muchos practican entre el poder y el delito, entre la decisión política y el lucro personal incesante, va a tener aún en España un largo recorrido. ¿Qué sorpresas no nos deparará el futuro inmediato? Cuesta pensar que la mancha de aceite no recrezca y se expanda en función de las imbricaciones que se producen entre los gobernantes de espacios contiguos. El efecto aglomeración no tardará en manifestarse. Por pura lógica inercial y ligada a los efectos inducidos que las prácticas corruptas provocan. 

Poco a poco, o mucho a mucho, asistiremos a la configuración de una enorme "tangentópolis" (¿se acuerdan de lo que pasó en Italia?) que posiblemente llegue a desbordar, por su tipología, su variedad de elementos y su densidad delictiva, la magnitud de la experiencia italiana. Ante esta perspectiva, ¿qué capacidad de sorpresa, de estupor y rabia aguarda todavía a la sociedad que asiste al espectáculo que más daño hace a la democracia y al Estado de Derecho? ¿Por qué derroteros ha de avanzar la gangrena que pone en entredicho los mismos pilares del Estado? ¿Qué impacto va a provocar todo ello en la recomposición de la política española? ¿Quiénes lograrán sobrevivir al escándalo, a sabiendas de que la frontera entre los corruptos convictos y los potenciales corruptos se muestra cada vez más tenue? Seguramente habrá quienes se han mantenido y se mantienen al margen de la ponzoña. La cuestión está en constatar qué relevancia tienen en medio de ese magma que no cesa de crecer.

14 de octubre de 2014

La ciencia frente al riesgo o el valor de la credibilidad

Cuando la sociedad se siente vulnerable, ¿en quiénes deposita su confianza? Posiblemente la respuesta a esta pregunta testifique la calidad del tipo de relación que los ciudadanos mantienen con quienes institucionalmente les representan. Lo sucedido en España con ocasión del problema sanitario planteado por la infección por el virus del ébola refleja claramente que en un contexto de crisis - y no hay más preocupante y desestabilizadora que la sanitaria - la imagen del político responsable de afrontarla queda desplazada por la de aquellos que ofrecen explicaciones más rigurosas y convincentes. Al fallar el principio de precaución, la capacidad reactiva de los responsables políticos se debilita y pierde credibilidad a pasos agigantados hasta convertirse en una caricatura de lo que debería ser.

Es entonces cuando, ante una situación de riesgo, emerge el colectivo que transmite seguridad y confianza. El mundo de la ciencia recupera el crédito que merece, fortaleciendo su condición de referente básico para la toma de decisiones. Ya no están en las pantallas los Mato, Saenz Santamaría, Rodríguez, Rajoy y demás patulea. Están, al fin, los que saben, los que asesoran, los poseedores de los argumentos que se apoyan en el saber contrastado. Mas me temo que su presencia ante la expectación social volverá a desvanecerse cuando el problema quede resuelto. Los científicos volverán al anonimato que les confiere su discreción para desenvolverse en el panorama de incertidumbres y zozobras creado por la precariedad de los recursos que quienes ahora se sirven de ello han ocasionado.

¿Cómo valorar esta situación? ¿Cómo el reflejo de la incompetencia de los que ejercen la política para saber estar a la altura de las circunstancias? En buena parte, sí, pero también es cierto que en ese magma formado por la llamada clase política hay quienes ejercen tal oficio con calidad y buen criterio, por más que sus voces queden apagadas por los que en esa amalgama destacan por su mediocridad y su ineptitud para afrontar dignamente los problemas que atañen a una ciudadanía a la que ignoran y menosprecian.


11 de octubre de 2014

Mensajes en la calle (43): las impudicias del marketing



Si en ocasiones el sentido de la vergüenza desaparece cuando de comercializar un producto se trata, hay formas de ofrecer la mercancía que transgreden las normas éticas más elementales. ¿Cuántas tragedias encierra el mercado inmobiliario basado en la venta de viviendas embargadas? ¿Cómo se puede ser tan inhumano y encima alardear de ello? 

Con letras grandes, que invaden el escaparate como reclamo de impacto, esta inmobiliaria de Tordesillas presume de brindar auténticas gangas a quienes se acercan a conocer el catálogo habitacional que los Bancos ponen a disposición de los clientes interesados en adquirir los chollos que, procedentes de desahucios y enajenaciones varias, han sido arrebatados a los propietarios incapaces de satisfacer los plazos hipotecarios. 

Ver el anuncio así, de repente, causa asombro e indignación, aunque, bien pensado, ¿no es mejor que se sepa el origen de esas casas en venta, para que nadie pierda la conciencia de lo que ha supuesto una de las mayores tragedias provocadas por la crisis y de la que tan ostensiblemente se han beneficiado las entidades financieras de toda laya y condición?

4 de octubre de 2014

Principios más necesarios que nunca



Paseando por Avignon, la mirada se detiene ante el impresionante edificio de su Hotel de Ville. Uno de los más espectaculares Ayuntamientos que he conocido. El viajero queda asombrado por la columnata y el friso de evocaciones helénicas, pero enseguida la vista centra la atención en las ideas que han marcado en la Historia el rumbo por el que debe transcurrir la evolución de la Humanidad. Quizá muchos las han olvidado, por lo que nunca está de más traer a colación el significado de lo que representan las nociones de Libertad, Igualdad y Fraternidad, nacidas de la Ilustración, del Siglo de las Luces, y plasmadas para siempre en los frontispicios donde ha dejado su huella bienvenida la Revolución que a finales del siglo XVIII cambió el destino del mundo. 

Siempre me he identificado con estos conceptos, que más que nunca cobran vigencia ante la antigualla de los nacionalismos de toda laya, que sólo han traído consigo exclusión, enfrentamientos, mentiras y tragedias. Ya lo dijo el gran Inmanuel Kant: "el nacionalismo es el pensamiento más nefasto de la Historia". "El nacionalismo es la guerra" profirió siglos después François Miterrand. Entre uno y otro, la reflexión de Stefan Zweig no fue menos elocuente: "La peor de las archipestilencias, el nacionalismo es capaz de convertir identidades culturales en excluyentes soberanías políticas". 

Recuperemos, adaptado a nuestro tiempo, el espíritu que cimentó el progreso de la Ilustración y enfrentemos con la dialéctica del buen sentido y la cordura las miserias intelectuales que emanan del nacionalismo excluyente, manipulador y mendaz. Hoy mi nieta Lara cumple tres años, tres años maravillosos. Llegará el día en que su abuelo le haga ver lo mucho que han de representar para su vida estas tres ideas, esculpidas para siempre en los muros de la racionalidad.

2 de octubre de 2014

Cuando la Universidad recuerda los valores de sus personajes relevantes



Rendir homenaje a quienes han acreditado y embarnecido la vida de sus Universidades requiere a veces algo más que una simple mención al nombre. Esto ahora ya no se hace, pero antes se hacía para dejar constancia de los méritos que adornan a la persona reconocida. Desde luego, es un placer leer esas referencias a lo que alguien representó. Detenerse en lo que ellas se dice, y respetando la grandilocuencia del texto, ilustra bien sobre valores - "fustigador impertérrito de la injusticia, de la cobardía y de la mentira", se dice - que dignifican a quienes los poseen. Por eso, cuando se traspasa el umbral que da acceso al edificio noble de una Universidad pública - en la imagen, la de Catania - uno tiene la sensación de que la institución universitaria encierra valores y esencias que, vigentes en el tiempo, van más allá de los oportunismos, las mediocridades y las coyunturas.


15 de septiembre de 2014

Ante el desafío catalán, abajo las murallas





Recuerdo aquella exposición, magnífica, que tuvo lugar en Barcelona y que visité en la primavera de 2005. Evoco aquella referencia para valorarla en lo  mucho que significa en estos momentos de incomunicación infranqueable 


Cuando oigo hablar de nacionalismo o de identidades socio-culturales me vienen a la memoria las tragedias que a lo largo de la historia llevan asociados estos conceptos a hierro, dolor, odio y fuego. Sobre ello escribió palabras elocuentes Emmanuel Kant cuando aludía a los mensajes que invocaban en la sociedad alemana la fuerza de la patria como idea obsesiva, alienante y culturalmente tan sectaria como demoledora. Me cuesta encontrar algún ejemplo sobre la utilidad de estas nociones y sobre su contribución al desarrollo de las sociedades, de las mentalidades y de la persona. La experiencia ha demostrado que son una rémora y una antigualla, a menudo esgrimidas para enmascarar problemas y defectos de gestión de quienes las propalan para, embutidos en mensajes simplificadores, egoístas y excluyentes, sentirse ungidos por principios y soflamas que les permiten eludir sus responsabilidades, empobrecer y fracturar a las sociedades que dicen representar y ocultar sus corrupciones. Es lo contrario al legado político e intelectual de la Ilustración, ese asidero intelectual que tanto se echa de menos y cuyo fracaso en España ha sido la causa de una Historia tan llena de miseria moral y frustraciones. Frente a ello, defiendo el Estado integrador, multicultural, solidario y desmitificador de las ideas en las que se sustentan los axiomas elementales de la tribu ensimismada.

¿Consulta en Catalunya? ¿Y porqué no? ¿Porqué eludirla o temerla? Fuera las murallas, que afloren y se abran las ideas, que los debates libres prevalezcan sobre las consignas reductoras, que el Estado demuestre lo mucho de que es capaz para garantizar el buen funcionamiento de un territorio plurinacional integrado, en el que todos sus elementos han encontrado, y más aún en democracia, posibilidades de desarrollo y cotas de poder que nunca pudieron imaginar. No hay en estos momentos país más descentralizado en Europa. Cuando un Estado se organiza bien, todas sus partes resultan beneficiadas, convirtiendo a la escala de colaboración entre ellas en el factor que permite afrontar los problemas, como sucede en Alemania, un Estado federal de impresionante solidez. En un mundo globalizado y al tiempo marcado por la dimensión de la diversidad, la configuración de un Estado bien articulado y fuerte constituye la mejor garantía de supervivencia de los derechos humanos. Los mensajes que enarbolan los de CiU, ERC y comparsas, son simples, primarios, elementales y febles ante la crítica seria, honesta y contundente. ¿Aguantarían un debate riguroso, presentado ante la opinión pública? ¿Porqué no se celebra ese cara a cara tan necesario como ilustrativo entre los políticos defensores de las distintas opciones? Que se haga en la televisión, con datos, con informaciones objetivas, con ideas sólidas y consistentes. Con la verdad. Sin demagogias ni tergiversaciones. Al margen de los slogans sin explicación racional que los justifique. 


Cuando una Comunidad, como ocurre en el caso de la catalana, ha estado gobernada durante más de veinte años por una banda mafiosa, que encubría o difuminaba la gravedad de sus prácticas bajo el manto fabricado de la identidad amenazada, los argumentos a favor de la ruptura soportan con dificultad la controversia razonable. Posiblemente sea tarde ya para afrontar el proceso de enajenación con la fortaleza y la capacidad de neutralización lógica y argumental que se precisa, lo que, por otra parte, requiere una capacidad, un prestigio y una fortaleza de la que tanto carecen los gobernantes españoles, enzarzados en su maraña, en ese laberinto sin fin, de tópicos incesantes y tediosos en el que están sumidos. Sin embargo, cuando leemos reflexiones como la de Francesc de Carreras, prestigioso intelectual y jurista catalán, solo cabe reafirmarse en el convencimiento de que la situación a la que se ha llegado no es más que un monumental artificio, un inmenso tranpantojo...que es preciso poner en evidencia a través de la confrontación inteligente de las ideas y posiciones respectivas.

1 de septiembre de 2014

En defensa del saber socialmente integrador

Apenas se debate sobre esta cuestión en nuestras Universidades o en otros foros de interés común dentro del espacio público, pese a la indiscutible relevancia que posee. Hablamos de conocimiento, de generación del saber, de desarrollo científico, pero la verdad es que todo ello se resuelve en un panorama donde prima el trabajo individual o el que se lleva a cabo en equipos cerrados, que pugnan, en uno y otro caso, por adaptarse a los cánones que seleccionan la labor realizada en función de criterios a menudo mal avenidos con la versatilidad propia del trabajo científico y con el nivel de compromiso que el intelectual ha de tener respecto a la realidad - compleja y en situación de cambio permanente - en la que inscribe su responsabilidad. 

Debatir sobre el valor del saber ayuda a comprender críticamente hasta qué punto se ha producido un distanciamiento entre la riqueza intrínseca del conocimiento y la tendencia sesgada con la que tiende a valorarse, con total menosprecio al que no se atiene a los cánones rentabilistas, que justifican un respaldo selectivo, más allá de su utilidad social, entendida en la pluralidad de perspectivas con las que ha de entenderse esta función. El saber concebido como materia prima, como recurso de utilización inmediata, como opción intelectual banalizada en función de su uso cortoplacista, como capital, como bien dominado por el pragmatismo: he ahí el enfoque que conviene someter a fuerte revisión, si queremos que el saber no pierda esa dimensión integradora, plural, socialmente enriquecedora y susceptible de controversia que refuerza su valor intrínseco sin caer en la supeditación obsesiva a la lógica del "ciclo" obediente a las exigencias del mercado en la que actualmente aparece sumido.  




4 de julio de 2014

De la Cina è vicina a la China omnipresente

¿Alguien se acuerda de aquella película dirigida por Marcho Bellochio en los años sesenta con el título de Cina è vicina? Ya el mismo título sorprendió y fue objeto de discusiones muy intensas cuando fue proyectada en aquellas salas que se llamaban de Arte y Ensayo, porque en ellas se ofrecían muestras de un cine minoritaria, que a menudo daba pie a intensos y acalorados debates, que hoy difícilmente mantendríamos porque la forma de ver cine de entonces ya ha desaparecido para siempre. Recuerdo aquella película con frescura y de cuando en cuando me viene a la mente al observar la impresionante dimensión adquirida por China en el mundo contemporáneo.  En torno a este país se estructura una tupida red de engranajes, que se extienden por todo el planeta, creando una urdimbre de relaciones basadas en la energía, las materias primas y los mercados. El mapa es suficientemente elocuente de esa realidad. 

Y si se quiere observarla más de cerca, vayan a Fuenlabrada y desde los cerros que rodean esta ciudad del sur de Madrid observen la magnitud del polígono empresarial Cobo Calleja y paseen posteriormente por sus calles. En ellas los caracteres chinos se han apoderado del paisaje, aunque, eso sí, coexisten en perfecta armonía con los nombres de las calles, que recuerdan, casi de manera exótica, la toponimia leonesa. 





28 de junio de 2014

Un recorrido mágico por las librerías del mundo





Aunque pensaba que me iba a llevar mucho más tiempo,  la lectura del libro de Jorge Carrión no me ha resultado  tan dilatada como en principio su extensión y densidad hacían presumir. Me refiero a la obra titulada Librerías, que mereció el reconocimiento como finalista del Premio Anagrama de Ensayo 2013. Desde que tuve noticia de su existencia, me interesó sumergirme en sus páginas ante el atractivo del tema y convencido de que el rigor que este autor pone en sus escritos iba a reflejarse en un texto digno de la máxima atención y del no menor interés.  No me ha defraudado porque ha superado con creces mis expectativas. Ahí es nada: un recorrido por las librerías más afamadas del mundo, por esos recintos mágicos en los que se acumula el papel encuadernado para cristalizar en una de las realizaciones más importantes de la creatividad humana y de la técnica puestas al servicio de la cultura.  De la cultura que permanece indeleble por mor de la perennidad de la palabra escrita. 


Por eso es convincente la reflexión inicial con la que Carrión inicia su obra cuando señala que "entre un cuento concreto y toda la literatura universal se establece una relación parecida a la que mantiene una única librería con todas las librerías que existen y existieron y tal vez existirán". Poco a poco el lector se va abriendo al universo impresionante y cautivador de las librerías que dan personalidad, prestigio y calidad a las ciudades del mundo. ¿Es posible identificar correctamente un lugar sin hacer mención a sus librerías más emblemáticas? Deleitarse en este elenco a través de las referencias que aporta la obra que menciono constituye otra de las dimensiones atractivas de las experiencias viajeras, en las que visitas a las librerías forma parte - debe formar parte - inexcusable del paisaje visitado. Estoy convencido de que todos tenemos en nuestra mente recuerdos imperecederos de este tipo de vivencias. 

Librería Puro Verso, en Montevideo




No hace mucho recordé en esta misma ventana las emociones que afloraron en Valladolid cuando se conmemoraron los cuarenta años de la Librería Sandoval. Es una de las que tengo más cercanas a mi experiencia vital, y que comparte espacio en la memoria con las que al tiempo concibo como ingredientes esenciales de mis viajes dentro y fuera de España. Tomar contacto con el mundo del libro siempre aporta ideas y enriquece perspectivas. Entrar en contacto con los elementos que configuran una librería aporta sensaciones que ningún otro entorno procura. El libro, el contacto con el librero, el encuentro con personas de inquietudes compartidas, la mirada complacida, curiosa y vigilante. La sorpresa cuando uno menos se lo espera.

Pero, ay, lo cierto es también que cuando se reflexiona sobre el tema no es infrecuente que la preocupación haga desde el primer momento acto de presencia. Es la sensación que he tenido a raiz de una reciente visita a una de las mesas redondas celebradas en la Feria del Libro de Madrid, donde la atención se centró en los problemas a que se enfrenta el mercado del libro, y que en aquella ocasión estuvieron lúcida y contundementemente expuestos por Lola Larumbe, una de las responsables (la tercera persona a la izquierda de la fotografía) de la Librería Alberti de Madrid.  





Es curioso. El mismo dia en que termino de leer Librerías,  y mientras contemplo la masa pinariega que adorna el curso del Duero en Tordesillas, me entero del acuerdo unánimemente adoptado por la Asamblea Nacional francesa a favor de una ley por la que se prohibe a los distribuidores de libros electrónicos la aplicación de rebajas por debajo del precio fijo de las librerías. Noticia interesante donde las haya en un tema tan sensible. Es una reacción lógica de defensa frente a la competencia desleal efectuada por los gigantes de la distribución del libro, con prácticas que cercenan considerablemente el margen de maniobra de las librerías, poniendo así en peligro la supervivencia de uno de los espacios más representativos para el enriquecimiento cultural que nuestra sociedad tanto necesita. 

Con acierto las ha definido Francisco Llorca cuando escribe que "las librerías no son centros de distribución; son espacios de interrelación, puntos de encuentros para la comunidad y que garantizan su pluralidad, algo que dificilmente ocurrirá en la situación de monopolio hacia la que nos encaminamos" para concluir recordando la atinada afirmación de Joan Margarit: la llibertat és una llibrería

21 de junio de 2014

Espacios transformados (19)


Cae el sol a plomo y el paisaje, o lo que de él queda, se estremece cuando llega el mediodía. La urbanización avanza imparable, acompañada de su omnipresente y tupida amalgama de hormigón, farolas, asientos desperdigados y demás artilugios que reducen lo verde a la insignificancia. La densidad de farolas que nada iluminan -o iluminan en exceso sin necesidad- sustituye al árbol como ingrediente benefactor y de alivio de los espacios calcinados en este mundo del mediterráneo tan castigado por la voracidad urbanística, tan refractaria a los paisajes arbolados. Los que lo defienden argumentan que también se crea espacio público, espacio de relación y convivencia allí donde la ciudad acaba perdiendo su nombre. La sensación de vacío impresiona cuando se contempla en lontananza, pero resulta todavía más angustiosa cuando se ve pasear, en medio de la nada, al abuelo con el nieto sin que el observador que lo ve desde el puente del ferrocarril consiga captar, más allá de la imagen, los pensamientos que anidan en la mente de ese hombre que aprovecha el espacio desolado que le ofrecen. La imagen corresponde a una ciudad del Sur de Madrid.
  

18 de junio de 2014

Conocer mejor la realidad social ayuda a transformarla

Acabo de tener noticia del último informe sobre Capital Humanorealizado por el prestigioso Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE). No me resisto a darlo a conocer porque tiene el mérito de poner en evidencia una realidad social que no debe ser ignorada ni, menos aún, relegada al rincón de las noticias irrelevantes. Centrado en el conocimiento de la realidad social española, es mucho más que un mero inventario de datos y noticias sobre lo que sucede actualmente en nuestro país. Muchos tratan de edulcorar la situación acogiéndose a las grandes magnitudes donde todo se diluye en los datos macroeconómicos, que tan a menudo se prestan a interpretaciones contradictorias, al gusto de quien las esgrime para justificar lo que de antemano desea aun a costa de enmascarar la realidad. Cada día nos abruman con datos, selectivamente extraídos dentro de una información plural y heterogénea, para llegar con ellos a conclusiones que, presentadas asépticamente de manera global, dan idea de tendencias genéricas, en cuya valoración se omite la dimensión ofrecida por sus implicaciones sociales. 


Por eso son bienvenidas y, sobre todo, necesarias las aportaciones que descienden al terreno de lo que realmente interesa al ciudadano: la importancia de los procesos generadores de segregación y desigualdad, de marginación... y de pobreza. De ahí el nombre del Informe cuya lectura recomiendo: Pobreza en un período de crisis económica. Urge conocerlos y entenderlos en su justa perspectiva, tanto en términos de cantidad como cualitativamente. Profundizar en en el impacto que socialmente ofrecen los datos referidos a la salud, a la educación y a la distribución de la renta - componentes multicriterio del indicador  introducido en 2010 por Naciones Unidas - nos acercan las manifestaciones tangibles y clamorosas de ese mundo real, que percibimos cotidianamente en la calle, que aflora en las conversaciones y que inevitablemente, aunque no se quiera, acaba formando parte de nuestras vidas. 

23 de mayo de 2014

Mi última elección en aquella brumosa tarde de mayo



Una fuerte ventolera sacudía las ventanas de mi despacho cuando ayer por la tarde regresaba a ese espacio, donde he pasado tantas horas, tras depositar mi voto en las elecciones a Rector de la Universidad de Valladolid. Mientras ordenaba mis papeles antes de emprender el paseo cotidiano de vuelta a casa, tuve la sensación de que había vivido una experiencia irrepetible, que no se volvería a dar. Recordé durante unos instantes mi vida universitaria, que empezó allá por los años setenta del siglo XX, para tomar conciencia de que era ya la última vez en que participaba en una elección al rectorado. Me he alejado definitivamente de esas urnas que tanto han significado para mí. Nunca más volveré a hacerlo, ya que dentro de cuatro años mi situación administrativa será bien distinta. Me vinieron entonces a la mente las numerosas ocasiones en que esos actos han formado parte de mi vida, y a veces con gran intensidad.

Siempre he votado, he participado en ocasiones de forma activa y me he tomado muy en serio cuanto rodea a un proceso de tanta trascendencia: candidaturas, debates, reflexiones, polémicas en el claustro, esperanzas, alegrías, decepciones.. de todo ha habido en esa larga singladura, cuyas anécdotas bien darían para un escrito novelado. He visto cambiar la Universidad, suceder mil y una anécdotas, y apreciar desde dentro el panorama de posibilidades y contradicciones que encierra. Desde la primera elección democrática en febrero 1982 hasta la de ayer, en mayo de 2014, han transcurrido treinta y dos años repletos de sucesos y de transformaciones. De ilusiones, esperanzas y también de alguna que otra decepción. Lo normal en un mundo de gran heterogeneidad y en una época donde todas las experiencias han sido posibles. 

Seis rectores la han gobernado desde entonces. El balance es muy desigual, como ocurre cuando se trata de una institución tan compleja, sometida a vicisitudes de todo tipo, repleta de inercias y marcada también por un caudal de esfuerzos que han de ser valorado como se merece, sin olvidar tampoco las características personales de sus gobernantes. Con sus luces y sus sombras, el proceso no ha hecho si no reafirmar mi confianza en la Universidad Pública, para identificarme con ella y a luchar porque su prestigio no se vea lesionado. En ese empeño me mantendré mientras pueda, deseando lo mejor al nuevo rector - al séptimo - y su equipo ya que de su buen hacer, de su capacidad, de sus decisiones y de sus resultados depende en buena medida el que la Universidad de Valladolid responda a los objetivos que la sociedad la encomienda y requiere. Decisivos siempre, en los tiempos que corren son aún más ambiciosos y esenciales.


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