Una decisión acertada y encomiable del Gobierno de España: otorgar la nacionalidad española a los 222 ciudadanos nicaragüenses que la dictadura criminal y corrupta de Ortega-Murillo ha expulsado de su patria, privandoles de la nacionalidad que les pertenece, con el riesgo de convertirse en apátridas. Sin duda ese régimen maldito, miserable aliado del nazismo ruso, lo ha hecho como gesto para mitigar el ostracismo internacional al que está justamente sometido.
Ay, Nicaragua, Nicaragüita, “ la flor más linda de mi querer” …¿cuándo volverá la libertad? “ Cuando seas libre, Nicaragüita, te querré mucho más “.
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