Una emisora de León me ha pedido valoración e interpretación de las razones que explican el hecho de que las candidaturas de la llamada España Vaciada - algunas de las cuales estaban esperanzadas en este sentido - no hayan logrado la presencia parlamentaria que pretendían. Todas - hasta doce se han llegado a presentar en diferentes provincias- han resultado fallidas, incluso las que mayor arraigo parecían tener. Me han pillado en offside y he salido del apuro como he podido. Pero me han motivado para profundizar en ello... y en ello estoy.
El tema llama la atención, es importante y, analizado con sosiego y a falta de un análisis y un debate más rigurosos, induce, como primera aproximación, al escepticismo y a la duda sobre las posibilidades políticas de estas opciones, que, más allá de sus buenos propósitos y del empeño laudable que las anima, tienen evidentes dificultades para motivar a la sociedad, que se adhiere a ellas de manera más esporádica y pasional que con visos de continuidad en el tiempo.
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