Es inconcebible que algo así suceda en la Universidad española. Y, para mayor decepción y rabia, en la prestigiosa Universidad de Salamanca. Acaba de ser elegido, sin alternativa posible, un rector que no merece esa dignidad. Sorprende que nadie haya competido con él en la elección a rector recientemente celebrada. Es fácil conseguirlo así. No tiene mérito alguno.
¿Por qué la ética y la decencia moral y profesional son a veces tan maltratadas? ¿Será consciente ese hombre del daño que ocasiona a la Universidad de Salamanca y a la Universidad pública en general?
El Ministerio español de Ciencia ha decidido abrir una investigación sobre las numerosas irregularidades que nutren el curriculum científico de ese personaje. Los datos que hasta ahora han aflorado alcanzan un nivel escandaloso, incompatible por completo con el ejercicio de la responsabilidad a la que ha accedido por elección sin competencia alguna.
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