Ha ocurrido en Palestina, en los territorios sometidos al genocidio impunemente llevado a cabo por Israel e identificados con el espacio de la llamada Tierra Santa, simbolizada en las conmemoraciones que al comienzo de todas las primaveras evocan la tortura y la crucifixión del Nazareno. Esta imagen, que no admite réplica ni ambigüedades, quedará para siempre en la retina del mundo como el testimonio que compendia el legado histórico dejado por Israel. Es una imagen de la que ese Estado jamás se desprenderá.
Ha sido elegida para merecer el Premio World Press Photo 2025. Es obra de los fotógrafos españoles Samuel Nacar y Luis Tato.
Cuando se dice que una imagen vale más que dos mil palabras con espacios incluidos será por algo. Quedará para siempre en la memoria colectiva de nuestro tiempo.
Me pregunto qué pensarán o sentirán los israelitas que contemplen esa imagen....¿mirarán hacia otro lado?
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