Hacia tiempo que no había leído un libro en tan poco tiempo. Se presentó en Valladolid el jueves 29 de mayo, en un acto memorable embarnecido por las interpretaciones musicales de Ernesto Monsalve (piano) y Eva Helena García (cello). Acabo de terminarlo cuando termina mayo con un inmenso aguacero. Al levantar la vista tras la lectura arrobada, he tenido la sensación de que el cielo se fundía, por medio del agua bravía, con la Tierra.
Está dedicado a la indagación, para plasmarla literariamente, en un filón inagotable: la vida y la obra de Antonio Machado a través de la peripecia vital experimentada por el poeta en las nueve ciudades que jalonaron su vida y orientaron el despliegue de su inmenso talento.
Adentrarse en las relaciones afectivas e históricas desarrolladas por el escritor eterno en Sevilla, Soria, Madrid, Baeza, Segovia, Valencia, Barcelona, Rocafort y Colliure proporciona al lector una perspectiva cultural, geográfica, histórica y humana que hace mella en lo más profundo de las emociones.
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