Hace unos días vi la película "En un muelle de Normandía" o "Ouistreham" (2021), de Emmanuel Carrere. Me impresionó, por lo que la aconsejo, convencido de que, más allá de los debates que pueda suscitar, les ocurrirá lo mismo. Neorrealismo, la vida tal cual es, la mujer como protagonista, el papel de los invisibles. No se la pierdan. En el reparto figura Hélène Lambert, actriz no profesional, excelente, un descubrimiento.
La asocio con la imagen que ilustra esta entrada. Les sorprenderá el motivo, pero creo que es de justicia darlo a conocer, y especialmente en estas fechas de algarabía y residuos incontrolados de la fiesta por doquier. Me refiero a la necesidad de admitir la visibilidad de los invisibles, de aquellos de los que nadie y con los que nadie habla, de los ignorados, de los que se sienten al margen de la mirada en el espacio público, que cuidan en silencio. Pero existen, están ahí, al servicio del ciudadano, mejorando la calidad de vida de la gente. Son los trabajadores de los servicios municipales de limpieza. Les he saludado y agradecido su labor. Me han mirado con sorpresa y un punto de recelo, pronto desvanecido. "Nadie nos lo ha dicho nunca en la calle". " Disfruten de la fiesta. Ustedes son los protagonistas. Son los que nos permiten vivirla", les he contestado. "Gracias", "De nada". "Buenos días"." Adiós ".
A continuación, he ido a coger los periódicos nuestros de cada día en el kiosko de la Plaza de la Trinidad para leerlo en la terraza de El Norte. Benditos sean los kioskos que aún quedan. Las calles estaban vacías y silenciosas. La terraza tranquila. Qué placer el silencio. Me he sentido a gusto con los chalecos amarillos. La ciudad estaba más limpia gracias a ellos. Y ellas.
Vean la peli. Hélène Lambert excepcional.
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