27 de septiembre de 2019

La legalización del disparate urbanístico





De vez en cuando, como si de un volcán se tratara, afloran noticias que nos dejan estupefactos. Sumidos en los dimes y diretes de la política ruidosa, un manto de silencio oculta las manifestaciones de las malas prácticas en la forma de hacer política, que abundan en demasía. Pero de pronto, salen a la luz. Siempre estallan.




¿Cómo es posible que existan más de 300.000 construcciones ilegales solo en Andalucía? ¿Se imaginan ustedes lo que eso significa como expresión de una tolerancia desmesurada e ininterrumpida hacia la iniciativa urbanística sin control y como reflejo de un desprecio absoluto hacia la calidad del territorio y la sostenibilidad ambiental? Pan para hoy y hambre para mañana, y el que venga atrás que arree. Esa es la lógica que durante décadas ha regido el quehacer de la mayoría de los responsables públicos con bastón y mando en plaza y felices de haber sido electos. Un disparate que permanecerá para siempre.



 
Llevo toda la vida profesional hablando y escribiendo sobre la necesidad de ordenar racionalmente el territorio (capacidad de carga, evaluación de impacto, prospectiva...) y me encuentro con esto. ¿ Qué hago al leerlo? Organizo una pira con los textos, que no han servido para nada, o procuro seguir manteniendo viva la llama de la denuncia contra la ineficacia de aquellas administraciones que, fascinadas por su patrimonio cultural y por sus festejos de toda laya, olvidan que el resto del territorio también existe y cuya destrucción acaba tarde o temprano por pasar factura? El coste de la regularización, a cargo del erario público, va a ser descomunal, aunque en modo alguno aliviará el enorme impacto ambiental provocado.

327.583 viviendas ilegales en Andalucía. En toda la Comunidad. ¿Cuántas habrá en este país nuestro tan insensible y despiadado con el territorio que aparentemente no se ve pero que existe como una cruda realidad insoslayable?

Luego viene la gota fría y pasa lo que pasa.



24 de septiembre de 2019

Un día para la Historia

24 de septiembre de 2019: sentencia del Tribunal Supremo de España avalando por unanimidad la exhumación y traslado de los restos de Francisco Franco Bahamonde del mausoleo de Cuelgamuros; sentencia de la Corte Suprema del Reino Unido considerando ilegal la interrupción temporal de la actividad parlamentaria, forzada por el premier Johnson; presentación por el Partido Demócrata de los Estados Unidos de un impeachment fundamentado por Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes, contra Mr. Trump.

Un día para la Historia. Que cada cual saque su opinión y sus conclusiones.

23 de septiembre de 2019

España funciona

Cuando los derechos y las libertades están garantizados, reconforta observar la eficacia de las instituciones que protegen al ciudadano de los riesgos que le acechan y que ponen en peligro su vida, sus recursos y su misma libertad. Esa seguridad en libertad no tiene precio.

Es éste un gran país. Si hace unos días vimos las muestras de agradecimiento expresadas por los vecinos de la Vega Baja del Segura hacia los efectivos de la Unidad Militar de Emergencia en su impresionante labor de ayuda contra las terribles inundaciones, si la misma actitud motivó manifestaciones similares con ocasión de los pavorosos incendios que asolaron Gran Canaria y Galicia, somos muchos también los que en Cataluña y en el resto de España admiramos la labor de la Guardia Civil, que tanto ha sufrido con el terrorismo, al lograr desmantelar, con habilidad y contundencia, la infraestructura de miedo, intimidación y destrucción que, según parece, un grupo de individuos estaban montando para hacerse notar con motivo de las fechas cruciales que se avecinan para el secesionismo catalán. Perseguían el pánico y el dolor como estrategia, algo de tan infausta como atroz memoria en la historia de España. Por fortuna, todo parece indicar que lo han logrado detener en seco. Ha quedado patente que el Estado está bien presente en esa tierra que tanto admiramos. Gracias a cuanto han hecho posible esta operación. Muchos catalanes se han sentido aliviados, como he tenido ocasión de comprobar en conversaciones mantenidas estos días con amigos y compañeros de las cuatro provincias catalanas. 

Más allá de las ideologías, debe imperar el Estado de Derecho...y, la verdad sea dicha, creo que, sin olvidar la crítica que pudiera hacérsele, me siento satisfecho de que el Estado español, aun con Gobierno en funciones, FUNCIONA.



18 de septiembre de 2019

Cuando la autocrítica de los políticos brilla por su ausencia

Agobiados en medio de interpretaciones redundantes y circulares, sumidos en la decepción, inquietos por el futuro y con una inseguridad que no cesa, llama la atención el que no se insista con la necesaria contundencia en la cuestión, a mi juicio, más descorazonadora y que contribuye a agravar el pesimismo hacia la política española y quienes la protagonizan.

A saber: ¿Dónde está la capacidad autocrítica que debieran tener los que ostentan responsabilidades tan decisivas? Ni una sola idea acerca de los posibles errores cometidos. Ninguna apreciación del margen de responsabilidad que les concierne. Ni atisbo siquiera de estrategias correctoras del rumbo seguido. Reproches sin fin. Todo a cara de perro y sin concesiones al reconocimiento del error, instrumento clave para despejar la bruma.

Cuando la autocrítica desaparece por completo del escenario, las perspectivas no pueden ser más desalentadoras. Lo ocurrido esta mañana en la sesión de control - en la última sesión de una estéril legislatura - demuestra bien a las claras el ambiente de tensión y vacío intelectual que se ha apoderado de la política española y de sus liderazgos.

13 de septiembre de 2019

La lección inaprendida de la catástrofe de Nogalte

Jamás olvidaremos lo que sucedió en 1973 en la Rambla de Nogalte, en Almería, que en tres ocasiones he visitado en compañia de los estimados colegas de Murcia. Han pasado 46 años de aquella terrible tragedia, que puso dramáticamente al descubierto los riesgos que las grandes precipitaciones, asociadas al fenómeno ciclónico conocido como gota fría, provocan regularmente, cuando están urbanizados, en los cauces que desde las Béticas y Subbéticas avenan al Mediterráneo. Mil y una veces se ha dicho y advertido, pero no se ha mucho caso. Se ha escrito sobre el tema hasta la saciedad, se han organizado numerosas reuniones cientificas sobre el tema, efectuando análisis, propuestas y conclusiones que no admiten réplica posible. La amenaza de la macroinundación es letal en ese sector del Mediterráneo occidental.

En 2012 recuerdo, porque así a ese encuentro en Alicante,  que se habló del tema en Orihuela y Onteniente, donde la sensibilidad de un sector de la sociedad está a flor de piel. Pese a todo, los errores se han seguido cometiendo, la ordenación del territorio brilla por su ausencia, los negocios inmobiliarios se disparan sin evaluaciones de impacto previas y sin pensar en el día después. La tragedia ha vuelto a suceder. Nadie con poder parece percatarse de que la Naturaleza siempre se rebela ante el maltrato y la desconsideración. La muerte y la destrucción acechan mientras la visión cortoplacista induce a mirar para otro lado.

12 de septiembre de 2019

Admirando la obra de Vermeer



Nunca había visto hasta hoy en directo el mítico y excelente cuadro de Vermeer, que recoge la mirada del geógrafo y el ambiente de trabajo que le rodeaba en la Holanda de la segunda mitad del siglo XVII. El cuadro, propiedad del Museo de Frankfurt, se expone temporalmente en el del Prado, de Madrid, en una exposición que impresiona, deleita y sobrecoge sobre la representación de la mirada en el arte, apoyada con visión comparativa en el talento de Rembrandt, Velázquez y el maravilloso pintor de Delft.

Uno se detiene ante ese cuadro y le cuesta apartar la vista: tantos son los elementos que encierra, tantas las señales que hablan del sentido del oficio de geógrafo, tan deslumbrante y simbólica la luz que lo anima y envuelve. Ante la prohibición de fotografiarlo in situ, el observador aprovecha para compartir durante un momento el espacio en la calle con el rostro de la admirada figura. Al fin, he visto el cuadro de Vermeer. Me he quitado una espina de encima. Y además se lo he explicado a quienes me acompañaban. Comentar el significado de la Geografía y el trabajo de los geógrafos en la Europa del Seiscientos.

Y a las puertas del Museo del Prado. Un placer.

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