31 de julio de 2008

El café y sus mil sensaciones


Desearía hablar de muchas cosas, que se agolpan día a día entre los sucesos que me suelen atraer como temas a considerar (el lamentable fracaso de la Ronda de Doha, la valiente postura de las Universidades madrileñas sobre la situación del Sahara, el dificil laberinto en el que se ha convertido la financiación de las Comunidades Autónomas en España, los avances en la jurisprudencia contra la difamación y el insulto, tras la nueva sentencia condenatoria a un tal Jiménez, ese de la Cope..... etc.etc.). Ya habrá tiempo de ello. Hoy finaliza Julio, apenas dispongo de un rato para entrar en el ciberespacio, y lo que más me apetece es brindarles la posibilidad de tomar un buen café.

¡Cuántas reflexiones, ideas y comentarios surgen en torno a una taza de café caliente allí donde sea, a la búsqueda de la oportunidad deseada!, ¡de qué manera se fraguan la amistad y el buen entendimiento ante el solaz que procura el aroma gratificante de una infusión poderosa, que nos lleva a imaginar deseos y proyectos, unas veces imposibles, otras quizá realizables!. La literatura y el cine están llenos de referencias a las muchas sensaciones a las que la liturgia del café conduce o puede conducir. De ahí que, aunque de manera virtual, y ahora sí como disposición al relax veraniego, les sugiero la oportunidad de saborear un buen café capuccino, otro de los símbolos de Italia, como los que sirven, para mayor precisión, en la Piazza della Signoria de Firenze. Cuidado en la elaboración, arte en la forma de presentarlo, esmero en la imagen. Y además sobre un plato donde aflora la cabeza impresionante del David de Miguel Angel, que se expone, inmenso como es, en la Galeria de la Academia florentina.

¿Qué más se puede pedir para disfrutar de un momento de placer y tranquilidad en estos tiempos de turbulencias y desasosiegos?. No olvidemos los problemas, mas sepamos entenderlos en compañia de un sabor que, en los momentos deseados, siempre reconforta.

30 de julio de 2008

Mensajes en la calle: todo es posible en Piazza Venezia


No hay mucho que decir sobre esta foto que obtuve hace unos días mientras tomaba un buen gelatto en Piazza Venezia, el lugar de donde parte la urdimbre de avenidas que estructuran actualmente la ciudad de Roma. Al leer el recuerdo que Merche Pallarés hace en su blog de la celebérrima fotografía ("Le baiser") realizada por Robert Doisneau en el Paris de 1950, se me ha ocurrido insertarla como simple testimonio de las muchas cosas que ocurren en la calle y que tantas veces nos pasan desapercibidas.

No tiene, desde luego, la calidad de aquélla ni tampoco el
glamour que la aportan el paso del tiempo y la época en que se hizo, pero sí les aseguro que, si en la de Paris está comprobado que los protagonistas de la escena posaron ex-profeso, en la que aqui se expone todo es espontáneo, natural, improvisado, surgido de pronto en el atardecer de un caluroso día de julio en Roma.

29 de julio de 2008

¿Será posible salir de este círculo vicioso? No. De nuevo ha fracasado la Ronda de Doha

¿Existe realmente conciencia en nuestras sociedades de lo que ha significado la reunión ministerial de la OMC, que ha tenido lugar en Ginebra sobre las relaciones comerciales globalmente aplicadas a los productos agrarios?. Las negociaciones han contado con la participación de 35 ministros de países de la OMC, que a su vez representaron a los 153 Estados de la organización. La posición clave ha correspondido a los siete con mayor presencia en el comercio internacional, es decir, Australia, Brasil, China, Estados Unidos, India, Japón y la Unión Europea.

Para muchos ha representado una oportunidad esencial para avanzar en la línea que desde hace años vienen reclamando los países menos desarrollados a favor de reducir esa fortaleza inexpugnable que para la comercialización de sus productos agrícolas supone el férreo proteccionismo practicado por parte de los países desarrollados. Los datos son tan contundentes como escandalosos: según Oxfam “en 2000, los subsidios de los países desarrollados a sus agricultores ascendieron a 245.000 millones de dólares, lo que representa cinco veces más que todo el flujo anual de cooperación y ayuda al desarrollo dirigido a los países “en vías de desarrollo”.
No ha lugar, pues, a grandes proclamas y autocomplacencias cuando de presumir de la ayuda al desarrollo se trata. Pese a la magnitud de las operaciones de cooperación que se puedan llevar a cabo, incluso alcanzando o superando ese 0,7% del PIB - que se adopta como listón de una política de ayuda activa, muchas veces matizada por las cantidades que se destinan simplemente al alivio de la deuda, como parte de la ayuda oficial al desarrollo - las severas restricciones impuestas a las importaciones de productos agrarios prevalecen como principio de actuación, lo que inevitablemente acaba eclipsando la efectividad de las transferencias al desarrollo, que muchas veces se infrautilizan o despilfarran.
En el ambiente previo a la reunión, ya se dejaron oir, arrogantes como siempre, las declaraciones preventivas de Nicolas Sarkozy, rechazando nuevas concesiones por parte de la Unión Europea e insistiendo en la necesidad de frenar las pretensiones exportadoras de los países en vías de desarrollo al tiempo que se imponen fuertes restricciones a la inmigración procedente de esos paises, difíciles de evitar en un contexto de enorme dificultades económicas. Está clara la contradicción, ¿verdad?. Nos encontramos así ante un círculo vicioso, que se mantiene y aumenta sus efectos perversos, sin que los gobiernos europeos y norteamericano se atrevan a romperlo, como se vio ya en la cumbre de la FAO, celebrada en Roma el pasado mes de Mayo.
Sin embargo, muchos hemos estado atentos a los acuerdos de esta reunión enmarcada en las negociaciones de la Ronda de Doha de la OMC, puesta en marcha en 2001. Los indicios apuntaron inicialmente a un aumento de los recortes de los aranceles a la importación por encima del 50%, con la posibilidad de llegar incluso al 60%, muy por debajo de lo que plantea la propia OMC. En cualquier caso, las esperanzas depositadas en esta reunión han sido muy grandes, tras siete años de altibajos e interrupciones en el cumplimiento de los objetivos perseguidos por la Ronda. Es una oportunidad que no se podía perder: el último suspiro para los pobres, como lo ha calificó Soledad Gallego-Díaz en un excelente artículo.
Pues bien, tras nueve dias de negociaciones, la Ronda de Doha se ha visto de nuevo interrumpida, bloqueada. El fracaso ha sido sonoro y una pésima noticia para los países pobres y emergentes que ven cómo la comercialización de sus productos agrarios se topa con las restricciones impuestas por los que de ninguna manera, y pese a sus proclamas de libertad comercial, cuestionan la liberalización cuando pone en peligro sus intereses y sus clientelas, como han puesto de manifiesto las declaraciones del comisario europeo de comercio, Paul Nicholson. Y ya está bien de tanta demagogia como la que se ha vertido estos días contra la liberalización que propugna la OMC. Más habituados a utilizar slóganes y frases hechas sobre este organismo, sus análisis adolecen de una endeblez supina cuando se trata de analizar críticamente las posturas de quienes lo obstruyen. Y es que, como ha señalado la FAO en un comunicado oficial, "el fracaso de la Ronda de Doha de negociaciones para liberalizar el comercio internacional se debe sobre todo a la lucha para obtener ventajas en los mercados agrícolas por parte de las grandes potencias, empresas y lobbies". Sustituir los compromisos multilaterales por la negociación bilateral, y sálvese quién pueda: esa es la alternativa a este fracaso, y que desearía fuera analizada por los respetables grupos que tan furibundamente se oponen a la OMC.
Fotografía: Sede de la OMC en Ginebra

Barack Obama en Berlin: ¿apoyo incondicional o sonora advertencia?


Reconozco que pocas experiencias de la vida política internacional me han impresionado tanto como el acto que ha tenido lugar en Berlin el 24 de Julio de 2008, con ocasión del encuentro del candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos, Barack Omana, con una impresionante concentración de ciudadanos berlineses, a la que se incorporaron también los procedentes de otras partes de Europa. Las crónicas hablan de que cerca de 200.000 personas recibieron enfervorizadas al político norteamericano en un lugar tan emblemático como bello de la capital alemana: al pie de la columna de la victoria de Siegessäule, un impresionante monumento de 67 metros, erigido en 1873 para conmemorar las victorias de Prusia sobre Austria, Dinamarca y Francia, y en su extremo coronado por la escultura dorada de Else, la diosa de la victoria.


Si la puesta en escena ha sido espectacular, la aglomeración humana no tenía precedentes para un acto de estas características, ya que no se trataba de un presidente norteamericano en ejercicio ni tampoco de un político al que de momento se le reconozcan otros méritos que los de haber conseguido vencer en las primarias del Partido Demócrata, y a falta todavía de la nominación formal que tendrá lugar en Denver (Colorado) en el mes de Agosto.

¿Justifica el haber ganado a Hillary Clinton en esa maratoniana y tensa carrera que los ha enfrentado durante largos meses? ¿Son los discursos pronunciados hasta ahora por Obama suficiente muestra de talento y de categoría política para ser objeto de tan enorme acogida?, ¿Sus declaraciones, previas a la visita a Berlín, efectuadas en Afganistán, Irak e Israel, a las que hay que sumar la fría y frustrante atención a los palestinos, dan pie a perspectivas realmente novedosas respecto a la línea dominante en la política mantenida en la zona por Estados Unidos en las presidencias anteriores? O ¿son quizá percepciones diferentes de la visión de los problemas de su país y del mundo, acreditados por un conocimiento a fondo de su envergadura y complejidad, los que avalan a Obama y le sitúan en un nivel que hace presagiar, de llegar el caso, una presidencia memorable?.

Como muchos en España y en Europa, he procurado seguir la trayectoria de Obama así como el fondo y la forma de sus declaraciones, y he de confesar que, en general, las encuentro vagas, demasiado genéricas y en muchos casos intrascendentes. Y prueba de ello es el tono y el sentido que dio a su intervención en Berlín, llena de frases hechas, expresiones convencionales y palabras al viento que sonaban bien en un auditorio absolutamente entregado de antemano.

Mas, en medio de ese ambiente de declaraciones tan altisonantes como neutras, sólo se percibe una nota que lo distingue: su compromiso de retirada de Irak. Fiel a su postura de firme opositor en su día a esa guerra infame e ilegal, el senador por Illinois mantiene una actitud de coherencia, que permite a Estados Unidos y al mundo tener la sensación de que aquella pesadilla va a quedar como un funesto recuerdo del pasado. Y, al parecer, con eso basta. Basta con mostrarse distante, distinto, alejado y disonante con la imagen y las hazañas de George W. Bush, el peor presidente de la historia de Estados Unidos, para recibir el aplauso masivo de la sociedad europea, personificada en este caso por los berlineses que saben mucho de guerras, de humillaciones y de mentiras. Por eso, su presencia abrumadora en Tiergarten no es sólo una muestra de apoyo al candidato demócrata sino una advertencia de cara a rendir cuentas, ante los europeos al menos, de su sinceridad respecto a lo que pueda hacer si finalmente llega, como muchos deseamos, a The White House.

(Fotografía de Associated Press)

25 de julio de 2008

Juventud, malgastado tesoro

Publicado en El Norte de Castilla. 25 de Julio de 2008

Más que el “divino tesoro” con que la concibió la mente poética de Rubén Darío, la juventud actual es más bien un tesoro a menudo malgastado, una generación infrautilizada y en cierto modo abandonada a su suerte. A todos se nos llena la boca cuando hablamos de lo bien formados que están los jóvenes de nuestro tiempo. Como nunca. Hace años se habló de los JASP (Jóvenes Aunque Suficientemente Preparados), para designar una categoría que destacaba por su cualificación, por sus dotes para levantar el país. Al tiempo se enfatiza sobre lo que representan otras siglas casi mágicas - I+D+i - un polinomio que integra investigación, desarrollo e innovación. Son los pilares del desarrollo, los cimientos de la sabiduría y la posición sólida en un sistema muy concurrente, el objetivo de toda política económica que se precie. Sin ellos, no hay competitividad ni correcta inserción en la economía global, que selecciona y al tiempo discrimina a cuantos - países, organizaciones, ciudadanos - no se acomoden a sus pautas y exigencias. Asumidas estas siglas como indispensables, qué mejor garantía que la juventud que tenemos para convertirlas en armónica y fecunda realidad. El modelo a seguir.

Todo eso está muy bien, pero...... ¿en qué situación se encuentra esa juventud profesionalmente tan sólida, y que tantas garantías de seguridad nos ofrece?.
Salvo que cundan los mecanismos que, a través de las influencias personales, familiares o políticas, resuelven la incertidumbre, cada vez son más numerosos y reiterados los ejemplos que evidencian que esa juventud se enfrenta a un panorama más que sombrío: o el paro o la explotación. No hay paliativos que contengan y maticen tan dura y preocupante realidad para los que compiten con sus solos recursos intelectuales. Los jóvenes están sumidos en un círculo vicioso, en el que priman la precariedad y la indefensión, de los que resulta difícil salir: precariedad ante el empleo e indefensión ante el empleador y las instituciones que teóricamente les amparan.

Su expresión más clara es el humillante tratamiento salarial otorgado, que mayoritariamente les sitúa en el rango de los
"mileuristas" o, mejor aún, de los "submileuristas", lo que se traduce en una absoluta incapacidad para organizar la vida con perspectivas confiadas de futuro. Según los últimos datos ofrecidos por el Consejo de la Juventud de España (2008), el salario medio por tramos de edad y sexo era de 1.203 euros los hombres y de 1.000 las mujeres. Cifras medias que encubren la posición crítica en que se encuentran los que están por debajo de los 24 años que apenas rozan los mil euros en aquéllos primeros para alcanzar los 753 en éstas. Hay informes que rebajan en casi un 20% estos umbrales, agravados por la brevedad de las contrataciones.

Con este listón salarial, que se mantiene inamovible, se retribuye un trabajo cualificado, esencial para el funcionamiento de las empresas y propenso además a una adaptabilidad que echa por tierra los tópicos de que la formación adquirida no se adecua a las exigencias del sistema productivo. Falso. Los JASP trabajan duro y mucho, con horarios superiores a los establecidos, con contratos temporales y sujetos a modificaciones que escapan a su control. Se adaptan rápidamente a las circunstancias técnicas y estratégicas de las empresas y su versatilidad es reconocida como una de sus principales cualidades.

Y además, lo que agrava aún más el panorama,
es que sobreviven en un contexto de individualismo atroz, absolutamente desprovistos de los instrumentos de defensa que de hecho existen, aunque cada vez más mitigados, para el conjunto de los trabajadores. De ahí la crítica situación de la juventud que se esfuerza, que trabaja, que evita el oropel de lo fácil y lo oportunista y que no se diluye en los discursos banales de quienes utilizan la imagen de los jóvenes como pretexto para sus declaraciones no exentas de demagogia.

Que alguien me corrija, pues deseo estar equivocado: ¿se recuerda que en las políticas de igualdad que se propalan desde el poder con tanto énfasis cobre fuerza la propuesta en contra de las discriminaciones que afectan al reconocimiento del trabajo de los jóvenes y al desigual tratamiento salarial por sexos?, ¿tenemos noticia de que el relumbrón con que se presenta la promoción de ambiciosos jóvenes, profesionalizados en la política, va ligado a la manifestación de una preocupación por quienes no optan por esta vía para satisfacer sus ambiciones personales y profesionales?, ¿
hasta qué punto resulta ético presentar a aquéllos como un símbolo a seguir?, ¿ha visto alguien a uno o varios dirigentes sindicales, en activo o en su cómodo retiro, sacar la cara, con la contundencia y persistencia que merecen, por la situación de los jóvenes explotados con contratos temporales, con becas de miseria y con trabajos en prácticas, suscritos con las Universidades, y merced a los cuales se dispone de mano de obra apta a precios irrisorios?, ¿dónde están los principios que respaldan el reconocimiento dignificado de un trabajo de gran competencia?.

Por favor, díganmelo, porque yo no estaba cuando salían en su defensa. Partidos políticos, s
indicatos, organizaciones empresariales, universidades: todos se concitan para incurrir en la misma componenda, aceptando convenios que redundan en la consideración deteriorada del trabajo. Pero, eso sí, mirando para otro lado cuando les sacan los colores, que tampoco son tantas veces.

Gráfico: El mercado laboral juvenil. Fuente: Consejo de la Juventud de España (2008). Editado por Público

Nota:
Este tema fue abordado en un post insertado el 28 de Mayo de 2008. La sugerencia de una colega para que se publicara en la prensa explica su posterior redacción como artículo, que finalmente ha visto la luz en el diario vallisoletano El Norte de Castilla, en su edición de 25 de Julio de 2008. Se mantienen los comentarios amablemente incluidos a propósito de la entrada inicial.

23 de julio de 2008

Recordemos la dimensión poética de Aimé Césaire

Cuando falleció a mediados de Abril de 2008, dediqué a Aimé Césaire una entrada en este blog, con el fin de dar a conocer la personalidad y la importancia histórica de un personaje singular en la política y en la literatura del siglo XX, a quien descubrí hace años en los trabajos relacionados con la independencia de los paises africanos y la emergencia de la idea de la "negritud", representada por el dirigente senegalés Léopold Sédar Senghor.
Soy modesto admirador de la cultura africana y siempre me ha interesado la figura de Césaire, nacido en la isla caribeña de La Martinica y durante casi medio
siglo admirado y reconocido alcalde de su capital, Fort-de- France. Traigo de nuevo el recuerdo de este valioso político y escritor tras haber leido buena parte de su Antología poética, que recientemente he adquirido en la Librería del Musée du Quai Branly de Paris, un magnífico espacio dedicado al encuentro intercultural, y cuya visita les recomiendo encarecidamente. No duden en visitarlo si se acercan por la capital de Francia. Cualquier cosa menos toparse con Sarkozy y sus prepotencias.

De esa obra, editada por Sepia (1995), selecciono este breve poema, que Césaire, el "negro fundamental", como le llamó André Bréton, dedica a Senghor, como personificación de la realidad africana. Y es que durante toda su vida trató de identificar su condición caribeña con la dimensión y solidez de sus raices africanas. Dice así (la traducción es mía):

Mi tierra es buena,
tu voz también es buena
con esta calma que da
la salida del sol.
Tierra, fragua y silo. Tierra que muestra nuestros caminos.
Está aquí.
Que una verdad emerja
ocultando los oropeles de un viejo brillo cruel
Mirad:
África no es sólo ya,
en el diamante de su desgracia,
un negro corazón que se rompe.
Nuestra África es una mano fuera de la canasta,
es una mano recta, con la palma por delante
y los dedos bien apretados.
Es una mano tumefacta,
una herida-mano-abierta,
tendida.
Oscuras, amarillas, blancas,
todas las manos,
todas las manos heridas del mundo.

21 de julio de 2008

¿En automóvil o a pie? Dos opciones enfrentadas para el disfrute del patrimonio histórico y natural.

Cuando hace unos días valoré críticamente el hecho de que la espectacular Plaza Mayor de la villa de Lerma (Burgos, España) no estuviese cerrada al aparcamiento de automóviles, que impiden por completo la percepción de ese bellísimo conjunto histórico-artístico, no supuse que el tema iba a suscitar la atención que ha merecido. Ha habido opiniones favorables a la mía y otras, bienvenidas sean también, en contra. Entre ellas, contundente y argumentada ha sido la de MANZACOSAS, a quien he conocido recientemente en esta sala virtual, de la mano de MERCHE PALLARÉS, magnífica anfitriona donde las haya. Su conocimiento del tema es notable y sus afirmaciones están apoyadas por un dominio incuestionable de cuanto sucede en Burgos y su provincia. No entraré yo en esos detalles, por más que algunos sean, cuando menos, opinables, aunque sí me reafirmaré en mi idea de que la concentración masiva de vehículos en un espacio de valor histórico-artístico o natural debe ser, en la medida de lo posible, evitada.

Es este un debate antiguo entre las reflexiones efectuadas sobre el modo de gestión de este tipo de espacios, especialmente sensibles. Pero ya no es un debate tan abierto como hace años, pues tanto la teoría como la experiencia práctica se reafirman en la idea de que la conservación y el uso sostenible de un bien patrimonial deben llevarse a cabo de forma que la percepción del espacio no se vea amenazada ni afectada por la presencia agobiante de "carros" de cuatro ruedas. Este planteamiento aparece ya claro y reconocida en la mayor parte de las Plazas históricas. Hagan memoria y me darán la razón. No me atrevería a decir en la totalidad, pues no me consta ese dato, pero es cierto que tanto en Europa como en América Latina, el espacio público por excelencia, que es la plaza de raiz histórica, el ámbito emblemático y represenativo de la ciudad, está casi siempre preservado de los múltiples impactos que provoca el tráfico rodado, salvo el uso viario a que puedan abrirse temporalmente para labores de carga y descarga. Transcurrida esa función, solaz pleno para los ciudadanos y sus miradas sin obstáculos que las entorpezcan.

Bien es cierto que se necesita dar opciones alternativas al estacionamiento de los coches. Y generalmente lo hay, aunque implique una distancia física entre el lugar donde se aparca y el lugar que se desea visitar. Las soluciones arbitradas en este sentido son numerosísimas y revelan resultados positivos cuando realmente existe voluntad política para ello. También en numerosos lugares se aplican medidas para facilitar el desplazamiento a pie a quienes tienen dificultades para hacerlo y no es infrecuente que los visitantes cuenten, a la entrada de la ciudad histórica, con guias y asesores que les explican las características de un trayecto que suele ser interesante y que se pierden cuando el acceso, por calles que nunca estuvieron concebidas con ese fin, se realiza en vehiculo de motor.

En cualquier caso, la cuestión que aquí se plantea tiene que ver con la persistencia de habitos de conducta, que habria que ir superando. En concreto, se trata de plantear hasta qué punto la dependencia del automóvil para el acceso indiscriminado a cualquier punto no se ha convertido más en una inercia de comportamiento que en una costumbre susceptible de ser modificada, al comprobar racionalmente de que no siempre puede ser así. Da la impresión de que con el coche se puede llegar a donde se quiera, pues no hay limites a su penetración. Se pretende llegar hasta el mismo lugar donde se desea, a un paso o poco más. Pero lo cierto es que, en un contexto de turismo masivo y de presión brutal sobre el paisaje, natural o edificado, lo más razonable y sensato sería hacer uso del coche hasta donde se deba y después recurrir al esfuerzo físico, a sabiendas de que es un hábito saludable que bien pronto compensa, cuando se llega al destino deseado y en función del cual se hace el viaje, la molestia que el visitante se ha tomado y que tampoco es como para llevarse las manos a la cabeza.

Imagen. Plaza Mayor de Bolonia, una de las primeras ciudades europeas en acometer medidas eficaces para la peatonalización del centro histórico.

18 de julio de 2008

Nelson Mandela cumple noventa años

¿Qué decir de Nelson Mandela que no se haya dicho? Absurdo sería por mi parte reiterar características y vivencias referidas a uno de los personajes más conocidos y admirados de nuestro tiempo, como tampoco tendría sentido alguno enaltecer unas cualidades que a estas alturas de la historia son objeto de una valoración unánime, como quizá no haya merecido ningún dirigente político a lo largo del siglo XX, por más que también la dimensión de su figura se prolongue en la primera década del siglo XXI, cuando sigue sobresaliendo en un panorama de profunda crisis y lamentable deterioro de la política.


Si todo esto es bien cierto, ¿porqué seguir recordando la figura de Mandela cuando nada nuevo es posible decir ya y cuando su legado se manifiesta en una huella indeleble? En mi opinión la respuesta es clara: cumplir nueve décadas de vida con un reconocimiento tan clamoroso y universal es algo que no puede ser olvidado en estos tiempos en los que la mediocridad, la arrogancia, el oportunismo y la corrupción se enseñorean, salvo contadísimas excepciones (que las hay), de los que algo significan, casi siempre más de lo que merecen, en la escena política internacional. 

De ahí que su figura nos reconcilie con la política identificada con valores y principios que la conciben como un proyecto a favor de la ética del servicio público y de la defensa de los derechos humanos. Y si además a ello se une la dimensión simbólica de dignidad que Mandela aporta al continente más castigado y dolorido de nuestro tiempo, cualquier motivo – y su noventa aniversario lo es- está más que justificado para congratularse, allí donde cada cual se encuentre, por su fecunda longevidad y el balance de una vida inseparable de la historia de Africa.

16 de julio de 2008

Las limitaciones del desarrollo científico-técnico en América Latina: baja inversión y crisis profesional

A pesar de sus importantes recursos humanos, del prestigio de muchas de sus Universidades y de la relevancia de las aportaciones realizadas por investigadores de proyección internacional, el peso de América Latina en el sistema mundial de ciencia y tecnología es en estos momentos muy débil.

Aludo al tema por dos razones: porque me interesa mucho cuanto se relaciona con el funcionamiento del sistema universitario de la Región y porque los datos recientemente suministrados por
la Red de Indicadores de Ciencia y Tecnología sitúa a los paises latinoamericanos en la penúltima posición, sólo por delante de África (0,3%), en él cómputo de las inversiones mundiales en I+D, a las que contribuye con un modestísimo 2% (Ver gráfico). Lo cual se debe al reducido peso que este capítulo tiene en el presupuesto de los Estados: ninguno le destina más del 1% de su Producto Interior Bruto.

Con todo, dentro de este panorama sobresalen con fuerza Brasil y México, que aportan, respectivamente, el 54% y el 26 % de toda la inversión latinoamericana en I+D. El hecho de que 8 de cada 10 dólares invertidos proceda de ambos paises revela no sólo el altísimo nivel de concentración existente como la posición endeble que ocupan otros - Argentina, Chile, Venezuela o Colombia, por ejemplo - que, aun disponiendo de una valiosa infraestructura universitaria y de una sólida tradición vientífica, por razones de diversa naturaleza no consiguen ser reconocidas como parte significativa en este importante indicador de desarrollo.

Todo parece indicar que el sistema de investigación aparece lastrado en América Latina por tres factores de especial gravedad, y que someto a la consideración de los lectores: de un lado, por la debilidad de las políticas públicas de apoyo a la investigación y a las Universidades, muy condicionadas en bastantes ocasiones por la dificil situación económica de los Estados; de otro, como consecuencia de la deficiente participación en esta estrategia por parte del sector privado, lo que demuestra las insuficiencias y limitaciones de un aparato productivo endógeno, debilmente relacionado con los procesos innovadores; y, finalmente, por la pérdida de valiosos recursos intelectuales como consecuencia de la crisis profesional que está teniendo lugar y que se ha agudizado sensiblemente en los últimos veinte años.

Aquejados por bajos niveles de retribución, que obligan al pluriempleo, y por posturas propensas a la desmotivación y al desencanto son numerosos los intelectuales latinoamericanos que luchan denodadamente por investigar y sobrevivir en un contexto de grandes dificultades cuando no miran hacia afuera, tratando de encontrar en el exterior lo que no consiguen en sus propios paises. De ahí la admiración que con frecuencia suscitan, no bien correspondida en sus respectivos países, y que personalmente he tratado de destacar cuando me ha sido posible. Y lo seguiré haciendo, desde luego.

Gráfico: RICYT: Inversión en Ciencia y Tecnología por grandes regiones del mundo. Fotografía: Campus de la Universidad Nacional de Cuyo en Mendoza (Argentina)

15 de julio de 2008

¿Carreras meteóricas o uso indebido del lenguaje universitario?

Vaya por delante mi mayor consideración y respeto a la persona que recientemente ha sido objeto de atención por parte de la prensa española por las razones que motivan esta entrada.

Todo parece indicar que un joven español, de nombre Carlos Blanco, de 22 años, posee unas cualidades intelectuales excepcionales, que le han hecho acreedor de múltiples reconocimientos y de un prestigio que han merecido el interés mediático que se le presta. Sin embargo, la crónica que el día 12 de Julio realizaba una periodista del diario El Pais (Madrid) sobre este joven me ha llamado la atención por una referencia que considero cuando menos sorprendente. Sin entrar en detalles, ni precisar en qué centros académicos se ha formado y cuáles son los temas de investigación en los que ha centrado su punto de mira, el reportaje señala que a los 22 años, cuando apenas ha superado la mayoría de edad, el joven superdotado posee cuatro carreras (de Letras y de Ciencias), ha realizado dos tesis y habla nada menos que nueve idiomas. Así descrito, un curriculum apabullante.

Seguramente, las cualidades de esta persona son tan excepcionales como llamativa la ligereza con la que la prensa suele tratar, el menos en este caso, la información relacionada con la Universidad. Quienes conocemos ese ámbito, que aun teniendo mucho de heterogéneo, obedece, sin embargo, a criterios que obligan a identificar a las cosas por su nombre, evitando denominaciones incorrectas, sabemos que todo ese bagaje que se señala es totalmente imposible de alcanzar a esa edad. Salvo que se utilicen esos términos para designar otros logros académicos, lo que convendría precisar en sus justos términos, es evidente que el proceso de formación de un universitario no es tarea fácil y más aún en unos momentos en los que las exigencias son cada vez mayores y el rigor de los conocimientos impide que la carrera académica sea, en la gran mayoría de los casos, un paseo triunfal.

Es, por otro lado, probable que lo que la periodista llama ampulosamente "tesis" sean trabajos relacionados con los cursos realizados, aunque ese concepto – el de Tesis – deba ir necesariamente asociado, para evitar confusiones, con el que se requiere para la obtención de un grado, convencionalmente el de Doctor. Y, en cuanto a los idiomas, a nadie se le ocultan las dificultades que implica el laborioso aprendizaje de una lengua, cuya acreditación también se acomoda a criterios normalizados que conviene respetar para no llamarse a engaño.

Insisto: un aplauso sincero a los méritos de Don Carlos Blanco, que en la entrevista se revela como muchacho perspicaz y despierto, y si duda de grandes posibilidades en el largo camino que tiene por delante. Pero cuidado: cuando de hablar de la trayectoria académica realizada por una persona se trata, llamemos a las cosas por su nombre y no confundamos la velocidad con el tocino. No vaya a ser que, al tener noticia de palmarés tan deslumbrantes, la sociedad piense que los jóvenes que a duras penas sacan una carrera, aprenden un idioma y, tras esfuerzos increíbles, consiguen culminar una Tesis Doctoral, son poquita cosa frente a quien en su primerísimo juventud les saca ya un montón de pueblos. Seriedad, pues, cuando se hable de la Universidad o de cualquier otra Institución.

Imagen: logotipo y emblema de la Universidad de Valladolid

13 de julio de 2008

Mensajes en la calle: el patrimonio entorpecido


Con motivo de una celebración familiar, he visitado este domingo la villa de Lerma, en la provincia de Burgos. Es un lugar de visita obligada. Destacada sobre el valle del río Arlanza, desde donde se divisa una magnífica perspectiva que lleva la mirada hasta las siluetas inconfundibles de la Cordillera Ibérica, sobresale por el interés de su historia y la riqueza arquitectónica y monumental legada por su relevancia en este sentido. El elemento distintivo de su personalidad urbana y artística se identifica con su Plaza Mayor, donde resalta la espectacular imagen del conjunto monástico- palaciego, testimonio del inmenso poder que en su época - la del reinado de Felipe III- tuvo el Duque de Lerma. La Plaza, de trazado regular y dominada por el impresionante Palacio, que el Duque mandó edificar para disponer de un edificio que emulase a El Escorial, tiene una superficie de 6.862 metros cuadrados, lo que la convierte en una de las Plazas Mayores más grandes de España. Es un conjunto espectacular, grandioso y de gran valor para visualizar y entender la España de comienzos del siglo XVII.

Pues bien, la perspectiva de este conjunto queda totalmente dificultada e impedida porque la plaza no es sino un enorme aparcamiento, caótico y atestado de vehículos, que acceden a ella sin limitación alguna, para acercarse a las puertas mismas del Palacio y dar buena cuenta de los manjares, gneralmente recios, servidos en los numerosos restaurantes que proliferan en su entorno. Los autobuses tiene prohibido el acceso, pero nadie evita que sus moles se aposenten en el empedrado e introduzcan otro más de los obstáculos que impiden contemplar la magnificiencia de un espacio singular. En definitiva, cualquier intento de disfrutar de este paisaje construido por la historia resulta vano y decepcionante. Una lástima. Otra prueba más de las numerosas deficiencias de que adolece en nuestro país el modo de entender y gestionar el espacio público, a fin de facilitar, sin estorbos, el conocimiento y disfrute del patrimonio, en este caso histórico-artístico.

Nota: Sigan mi consejo, que es, al menos, lo que mi familia y yo hicimos. Dejen su vehinculo a las afueras de la villa, ya que hay espacio suficiente, y suban lentamente a pie, que además es muy saludable. Aparte de corto, el trayecto les deparará experiencias muy gratas. Verán las calles del trazado medieval, algunas soportaladas, otras de nombro sonoro (como la que figura en la fotografía), tendrán la oportunidad de contemplar el magnífico edificio de la Colegiata de San Pedro y la balconada sobre el Valle del Arlanza, en una plaza donde destacan el convento de las Clarisas y el mausoleo dedicado al Cura Merino, uno de los héroes de la guerra contra los franceses, de la que ahora se celebra el segundo centenario. Y poco a poco, y como compensación al esfuerzo realizado, irán abriendo su mirada al espacio abierto de la Plaza Mayor, encontrando de frente el Palacio Ducal, espléndidamente rehabilitado e integrado en la red de los Paradores Nacionales de Turismo.

12 de julio de 2008

Del Sahara, ni pío. De Ceuta y Melilla, a tutiplén

No me resisto a incluir hoy una segunda entrada, que tiene que ver con la visita realizada por el Presidente del Gobierno español a Marruecos. Con los dedos de la mano podrían contarse las ocasiones en que el hijo de Hassan II o cualquiera de los muchos primeros ministros que se suceden en el pais hermano han visitado Madrid para tratar cuestiones de interés común, que son muchísimas y muy candentes, como todo el mundo sabe. En cambio, los viajes a Rabat o a las ciudades seleccionadas para el encuentro forman parte de la agenda predeterminada de los Premiers españoles: siempre ha sido el primer viaje oficial que efectúan al extranjero tras tomar posesión y cada dos por tres disfrutan de los aires marroquíes en compañía del Rey de los alauitas. Cuatro ha hecho ya Don José Luis Rodriguez Zapatero, y los que te rondaré, morena.
¿Y de qué se ha tratado en esta ocasión? Pues, como siempre, de lo que peta al anfitrión, sin duda. Por lo que la prensa dice, ha sido un encuentro de buena voluntad, de acercamiento superador de la tensión surgida a raiz de la visita que a Ceuta y Melilla efectuaron los Reyes de España allá por el Noviembre de 2007 y que tanto indignó a Mohamed VI, a su gobierno, a los partidos políticos marroquíes y a la población toda del reino. Una "insolencia" necesitada de reparación.
En un escenario que dejaba bien claro quién era quién – una sola bandera española en compañía de una veintena de enseñas rojas con la cruz verde – las crónicas señalan que el tema central, quizá único, fue la cuestión de Ceuta y Melilla. Una cuestión sumida en la ambigüedad, pues mientras el monarca alauí, atento y de una cordialidad suma, afirma que no es un punto que esté en la agenda, el primer ministro, Abbas el Farsi, aprovechó la ocasión para señalar al Sr. Rodríguez Zapatero el inalienable derecho de Marruecos a "recuperar" las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, circunstancia que no ha mucho comparó con la ocupación de Israel de territorio palestino, a la par que instaba a plantearse en el futuro un plan de negociación y no volver a incordiar con actos como el de la visita borbónica a las ciudades autónomas del Norte de Africa, otrora llamadas “plazas de soberanía”.
¿Y hablaron del Sahara?, se pregunta mi amiga Antònia Pons que lo sabe todo del Sahara. Pues, no, del Sahara, ni mu. No estaba en la agenda de nadie y a nadie interesaba el tema, cuando ha poco el representante de Naciones Unidas ha insistido en lo de la autonomía, olvidándose de la Resolución histórica y los compromisos internacionales sobre la cuestión. Y, a fe mía, que el asunto ha tenido bemoles. Pues el encuentro de marras se ha celebrado en la ciudad de Oujda, a sólo trece kilómetros de la frontera con Argelia, muy cerquita de donde sufren y padecen desde hace más de treinta años los saharauis, cuyo clamor incómodo quedaba difuminado ante los vapores del excelente té que Mohamed VI ofreció a los Sres. Rodríguez Zapatero y Moratinos Martínez, que, tras la palmada en la espalda y los saludos de rigor, regresaron complacidos a Madrid, satisfechos y alegres por la misión cumplida. Y hasta la próxima. Luego irán en procesión los ministros a tratar de detalles pendientes. En un viaje de Norte a Sur, como de costumbre.
La política exterior requiere tacto, habilidad y prudencia, es cierto. Pero no debe ser nunca sumisa ni olvidadiza de las causas nobles en la que debe comprometerse o está comprometida. Todo el discurso sobre la cooperación internacional se va al garete y deviene insincero cuando se limita a la inercia de las actuaciones o simplemente a incrementar su cuantía, si no va a asociado a posiciones políticas de firmeza frente a la injusticia, que van mucho más allá de los programas rutinariamente llevados a cabo. La cooperación al desarrollo como mero trasvase de fondos y créditos no sirve a la larga de mucho. España pertenece a la Unión Europea y Marruecos debe mucho al espacio comunitario. ¿No habría forma de hacer valer esta posición en aras de la resolución de una deuda histórica en lugar de dar la sensación, cada vez más ostensible, de que, ante la cuestión de Sahara, España ha decidido tirar definitivamente la toalla?. Mucho me temo que así es. Hace tiempo que se echan de menos declaraciones al respecto. Silencio, olvido, indiferencia, eso es lo que hay.
Arriba: El estrecho de Gibraltar separa a España de Marruecos. Abajo: La foto del campamento saharui me la ha vuelto a prestar Antònia P. Su enlace figura entre mis blogs recomendados.

Viñetas que invitan a pensar: la ayuda como paliativo frente a la persistencia de los problemas que la justifican

Ayudar es, en principio, propio de mentes y actitudes solidarias, altruistas. Son muchos los que, carentes de medios o en una situación trágica, necesitan en un determinado momento ser ayudados, pues es la única manera de superar una situación crítica y de lograr, mediante su esfuerzo, capacidad e inteligencia, ese nivel que les permite adquirir autonomía propia y campar por sus fueros. Es la ayuda sincera y generosa, a la par que circunstancial y no indefinida.
Pero cuando la ayuda es un mero paliativo, que se concede con el fin de aliviar un problema estructural o de intensificar los lazos y dependencias que unen a quien la recibe respecto del que la da, es evidente que las cosas cambian. Disfrazada de filantropía, y con la envoltura de la buena voluntad y de la generosidad desinteresada, la ayuda elude el corazón mismo, el fundamento real, de las causas que la justifican. No las resuelve, simplemente las mitiga, cuando no las elude, lava la mala conciencia y, a la postre, explica la dilación en la puesta en marcha de medidas realmente correctoras de la necesidad, que no cesa de agravarse. "No queremos ayuda - dijo Lula en una Cumbre América Latina-Unión Europea - , queremos que nos compren nuestros productos".
No se convierte así la necesidad en virtud, sino en pesada losa. Es pura y simplemente el resultado de una grave situación estructural, motivada por reglas del juego diseñadas al servicio de los que ayudan y cuya gravedad se agudiza al compás de esa especie de "quiero y no puedo" en que parecen instalados quienes a la par que envían sus aportaciones económicas y sus consejos, y de ello bien que presumen, hacen bien poco o, mejor aún nada, cuando de corregir los factores que explican la agudización de las necesidades, que obligan a ayudar, se trata. Y todo ello sin pasar por alto las situaciones en que sus pretendidos efectos se ven condicionados por la corrupción o por el mal uso de quienes la gestionan o, por desgracia tan a menudo, de quienes la reciben.
Viñeta: El Roto. Abajo: Tremenda escena, ocurrida en Somalia y recogida en la exposición fotográfica de los 30 años de "Le Figaro Magazine", que se ha exhibido entre Abril y Julio de 2008 en los Jardines de Luxemburgo de Paris. Se reparte un saco de ayuda humanitaria, destinado al famélico individuo que lo necesita. Se lo birla y lleva un sujeto más fuerte, al que el pobre impedido por el hambre jamás podrá dar alcance. Nadie lo impide.

11 de julio de 2008

La expresividad artística de Carlos David

La vida profesional suele deparar en ocasiones oportunidades gratificantes de conocer a las personas más allá del limitado marco que permiten las relaciones convencionales. Son oportunidades que surgen de pronto, sin buscarlas, al amparo de la conversación circunstancial, del encuentro fortuito, que de pronto ponen en evidencia aficiones, inquietudes o valores ocultos, apenas percibidos de antemano y que resultan, a medida que el horizonte se amplía, de gran interés. Tanto personal como intelectualmente.

De ese modo he tenido la oportunidad de descubrir las cualidades artísticas de Carlos David Pérez Fernández, a quien he conocido como alumno y posteriormente como artista. Y creo que tiene talento y probada capacidad creativa. Sin ser experto en la materia, acostumbro a visitar las exposiciones de arte allí donde tengo la oportunidad de hacerlo. En concreto, desde hace tiempo he seguido la que anualmente realiza la Asociación REUNART, surgida en la Universidad de Valladolid y que todos los años acude puntualmente a su cita con los aficionados y amantes del arte en la vieja ciudad bañada por el Pisuerga.

Este año, y en una conversación emprendida tras una clase, he sabido de la participación de Carlos David en la Muestra, donde exponía una de sus obras. Fui y me llamó la atención. A los pocos días, se lo comenté y así fue surgiendo una relación ajena a los rituales académicos (que se han mantenido cuando corresponde) y muy enriquecedora para mí, interesado en seguir más o menos de cerca por dónde van las sensibilidades culturales y artísticas de la juventud. De aquélla que se esfuerza, que trabaja, que rehúye el relumbrón de lo fácil y lo oportunista y que no se diluye en los discursos banales de quienes utilizan la imagen de los jóvenes como pretexto para sus declaraciones demagógicas. Este es, en cambio, un ejemplo del modelo de juventud que valoro y por eso lo traigo aquí.



Carlos David es hijo del pueblo vallisoletano de Villabrágima, donde nació en 1973. Estudia la Licenciatura de Geografía en la Universidad de Valladolid y es un artista joven, que merece ser reconocido. Y, como yo creo que tiene talento, es sensible, se decanta por formas de expresión artística innovadoras, sin perder la lealtad a sus raíces y a la naturaleza de los testimonios en los que se apoya para dar rienda suelta su imaginación, daré a conocer su obra de vez en cuando, sin más pretensión que ésta: la de poner en evidencia el mérito que encierra lo que hace alguien que estudia, que trabaja, y que trata, con tesón y creatividad, de abrirse a un mundo de imágenes, formas y estructuras que convencen por su diversidad, por su expresividad, por la cuidadosa técnica utilizada y porque están concebidas con ilusión y esfuerzo.

De Arriba a abajo: Marina de Santander, Olas triangulares, Paisaje de Villabrágima en primavera

10 de julio de 2008

¿Xenofobia consentida?: el caso de las comunidades romaníes

Se dice que los gitanos - roms o romaníes, en la terminología genérica europea - comienzan a hacer acto de presencia en Europa desde mediados del siglo XIV, procedentes de la India. En principio serán personas integradas sin dificultad en la estructura social y económica del imperio otomano, donde desempeñan trabajos artesanales, forman parte del ejército o se ocupan de las tareas del campo, sin problemas con las sociedades a las que pertenecen. Poco a poco, y de manera progresiva, van ampliando su ámbito de residencia hacia el Centro y el Oeste de Europa, aunque en este caso mantendrán una mayor singularidad en sus hábitos y comportamientos, formando comunidades de gran identidad y a menudo con problemas de integración que se agudizan durante las crisis económicas, cuando son objeto de expulsión y marginación creciente. Tras la Primera Guerra Mundial no tardan en surgir las tensiones en el contexto de la nueva estructura geopolítica del continente.
Sufrirán terriblemente la obsesión racista y criminal de los nazis alemanes, que se tradujo en la persecución de cientos de miles de gitanos, víctimas de los campos de exterminio y de un genocidio masivo que, a diferencia de lo ocurrido con otros grupos, fue totalmente ignorado en el juicio de Nuremberg. Poco se ha hablado de lo que sucedió con los gitanos en los terribles años de la Segunda Guerra Mundial. Como si no hubiera pasado nada en este caso. Desde entonces son comunidades en situación permanente de crisis y exclusión. Sus miembros sólo son admitidos cuando logran destacar por su fortuna o su talento, que les lleva a ser reconocidos y aplaudidos con vehemencia. En cambio, los demás viven o malviven como pueden y les dejan, en un proceso de segregación y menosprecio que se retroalimenta en sí mismo, caracterizado por la sucesión de períodos de tolerancia o de discriminación, que van cerrando cada vez más a estos grupos en los estrechos límites de la economía de la supervivencia y en la marginalidad social.
Cerca de diez millones de gitanos residen hoy en Europa (ver Mapa), algo menos de la cifra registrada hace veinte años, lo que es debido a las migraciones con destino a Estados Unidos, Canadá y Australia desde finales de los años ochenta del siglo XX. Poca fuerza tienen como organización en nuestros días y, salvo el Consejo de Europa, nadie se interesa por su suerte. En 1978 se creó la Unión Romaní Internacional, integrada por 48 delegaciones nacionales, fijando el 8 de Abril como el Dia Internacional de los Roms. Más allá de su pretensión de manifestar su existencia, poco más se puede decir de sus objetivos y proyección en el mundo contemporáneo.
¿Marca en estos momentos el gobierno de Berlusconi la pauta que se va a seguir en Europa con las sociedades gitanas? Varios campamentos en Nápoles, Roma y otras ciudades han sido objeto de agresiones y al poco tiempo quemados para pavor de sus residentes. En su mayoría son ciudadanos italianos, algunos nacionalizados tras haber entrado en Italia a raíz de la caída de Ceaucescu en Rumania, de las guerras de los Balcanes y, en particular, de la masiva y violenta expulsión de los gitanos de Kosovo llevada a cabo por los extremistas albaneses del Ejército de Liberación que operaba en la antigua provincia de Serbia. Nada se dijo de eso en su momento, pero ocurrió, precisamente cuando las noticias eran alarmantes sobre la limpieza étnica que sufrían los albanokosovares.
Es cierto que medidas de fuerte control y severas restricciones habían sido ya introducidas en Italia previamente por el gobierno de Romano Prodi. Mas la llegada de Il Cavaliere y sus furibundos y paranoicos aliados de la Liga Norte y de la Alianza Nacional no han hecho sino acentuar la aplicación de procedimientos que contravienen los derechos humanos y se sitúan en la órbita de la xenofobia y el racismo. Expulsiones en masa, detenciones y encarcelamientos sin motivo, controles permanentes y, para demostrar lo que es bueno, la creación de una “Comisión Extraordinaria para la Urgencia Rom” (sic), que ha comenzado a funcionar en Milán, para extenderse después al resto del país, y que impone un documento de identificación para todo el que entre en su propio lugar de residencia, dejando bien claro en una de sus anotaciones la pertenencia a la etnia gitana. Una vez más el jodido concepto de etnia como criterio de identificación.
Que sepamos, nadie le ha sacado los colores sobre este tema ni sobre ningún otro a Don Silvio en la cumbre del G-8 que, con arbolito plantado incluido, se acaba de celebrar a todo trapo y sin rubor en la ciudad japonesa de Hokkaido. No lo han hecho, en efecto, los "grandes" del mundo ni tampoco los "emergentes" se han atrevido a dar la cara, pero sí ha recibido el repudio del Parlamento europeo, que, en su sesión del 10 de Julio, ha condenado los métodos utilizados por el gobierno de El Caimán, y solicitado que ponga fin al proceso de identificación racial de la comunidad gitana residente en Italia. Hubiera sido dificilmente asumible que, tras la Directiva de la Vergüenza, el Parlamento europeo se mostrase comprensivo hacia lo que está ocurriendo en Italia con este asunto. Con todo, aún está por ver que los gobiernos europeos denuncien el procedimiento puesto en marcha por un tal Maroni, ministro de la cosa en el gobierno italiano. El español, hasta la fecha, no ha dicho "esta boca es mía" sobre tan vergonzoso asunto. Tampoco lo ha hecho el portugués, también en manos del Partido socialista, y del que no se sabe que diga absolutamente nada sobre nada.
El Mapa, que representa la distribución de la población romaní en Europa, es obra de J.P. Liégeois: Roms en Europe. Editions du Conseil de l'Europe. 2007. La imagen de la izquierda corresponde a la carátula de un disco excelente de Música Tzigane. No es dificil encontrarlo en Paris. A la derecha, una imagen sobre este tema en la Manifestación contra Berlusconi, celebrada en la Piazza Navona de Roma el 8 de Julio de 2008. Abajo: Ficha de identificación, donde se señala la etnia a la que pertenece la persona de referencia.

9 de julio de 2008

Mensajes en la calle: la elocuencia de los silencios

La reflexión que hizo ayer Cecilia Alameda - desde un balcón repleto de interesantísimas sugerencias - a propósito del valor del silencio me lleva a incluir ésta, aprovechando además la inscripción que encontré hace unos años en una apacible ciudad europea y de la que dejo ahora constancia, seguidor como soy, entre otras aficiones, de lo que el ciudadano anónimo transmite de manera espontánea y libre a través de su impronta en la pared. El mensaje es de lo más romántico: “El amor sólido consiste en poder callarse sin romper la conversación”. No se puede decir tanto y tan bien en tan pocas palabras.

Y es que el placer de la conversación no supone desconsiderar la importancia de los silencios, que forman parte de ella. Es cierto que las relaciones humanas se construyen ante todo a partir de la comunicación que posibilitan las palabras como soporte de esa capacidad para transmitir lo que se desea y recibir al tiempo las ideas, los comentarios y las observaciones del otro. Es la oportunidad que permite crear espacios de afinidad personal gratificantes y necesarios, sin los cuales nuestras posibilidades de enriquecimiento vital e intelectual aparecen sensiblemente cercenadas.

Mas la creatividad que el encuentro hablado procura incluye también, en determinados momentos, el hecho de estar callado. Muchas veces la simple mirada, el pensamiento que se elabora sin tener que exponerlo en ese momento, o la reflexión reposada previa al discurso ayudan a crear la complicidad que después cobra forma y calidad cuando la conservación se restablece. De ahí el sentido de las intermitencias en el desarrollo y plasmación verbal de las ideas, la satisfacción por saber que no siempre la locuacidad es la mejor garantía de que la comunicación funciona bien.

8 de julio de 2008

Algo se mueve en Italia: los "girotondini" en la calle

¿Se acuerdan de aquella canción que decía "Se va el caimán, se va el caimán, se va para Barranquilla"?. Muchos no la recordarán, pero les refrescaré la memoria señalando que en la dictadura franquista llegó a estar prohibida, porque los nunca bien ponderados censores de aquel régimen pensaban, y no sin razón, que cuado se cantaba, muchos asociaban la figura del caimán a la de aquel siniestro militar de El Ferrol que gobernó dictatorialmente España durante casi cuarenta larguísimos años.

Vuelve la imagen feroz del caimán, animal noblote y digno de mejores referencias, para identificarlo con quien en estos momentos ocupa la Presidencia del Gobierno de la República Italiana. Ha sido elegido por los ciudadanos y merece, por tanto, el reconocimiento de una legitimidad que no merecía el pequeño y miserable general susodicho. Pero los italianos que se temen lo peor con un individuo que aparece imputado en mil causas penales, que se burla insolentemente de la Ley, que confunde sus responsabilidades públicas con sus intereses privados, y que además ha embarcado a Italia en una corriente xenófoba que causa espanto en amplios sectores de la sociedad, no se paran en mientes a la hora de agruparse para poner en evidencia lo que se les ha venido encima, aunque posiblemente sea también en parte por sus propios errores.

Son relevantes, muy relevantes, algunas de las personas que comparecen en esta manifestación convocada para hoy en la Piazza Navona de Roma, donde los "girotondini", articulados en torno a la "Italia de los valores" se citan para clamar por los derechos conculcados del pueblo italiano. No es grande el escenario donde antaño estuvo el estadio del emperador Domiciano y que hoy embellecen las magnificas fuentes de Bernini. Pero es un acontecimiento que merece ser reseñado, porque pone de manifiesto - y al grito de "Paremos al Caimán. Ciudadanos, no temáis" - que no todo está perdido para la causa de la decencia y la calidad democrática en Italia.

Arriba: Cartel de la convocatoria en la Piazza dell'Independenza de Roma. A la izquierda: Paolo Flores de Arcais a su llegada a la Manifestación. A la derecha: Aspecto de la Manifestación celebrada en Piazza Navona, con el lema: Un pueblo que no se expresa, no tiene dignidad.

¿Logrará despertar algún día el “pensador de Rodin”?

Confieso que siento simpatía por Don Jesús Caldera Sánchez-Capitán, el que fuera Ministro de Trabajo y Seguridad Social en el Gobierno socialista español durante la anterior legislatura (2004-2008). Natural de Béjar, donde laboriosamente se fabricaban los rudos y buenos paños de lana que durante siglos han resguardado de los fríos y las intemperies a los soldados españoles y de Ultramar, se ha mostrado siempre como un hombre curtido en ese ambiente tan característico de los ilustrados salmantinos en el que los buenos modales y la campechanía van a la par con la tozudez propia de quien sabe lo que quiere, aunque tenga dificultades para ello. Son cualidades que dan esa tierra y muchas otras, pero en este caso les sorprendería saber de lo que son capaces las gentes honestas y trabajadoras (de las otras, mejor no hablar) de la Sierra de Salamanca y de la villa bañada por un río al que llaman Cuerpo de Hombre.
Creo que su balance ministerial fue positivo (Ley de la Dependencia, Acuerdos de Inmigración con países africanos, Acuerdos entre agentes sociales, Ley de Igualdad, etc), de modo que hasta cierto punto es de lo más sólido que se recuerda del primer cuatrienio del Sr. Rodríguez Zapatero, cuyo ascenso al poder y su proyección política tanto deben al esfuerzo y a la compañía del ilustre bejarano cuando el PSOE pugnaba por salir de la oposición. El tandem Zapatero-Caldera estaba tan omnipresente por entonces en la vida política española que no resultaba fácil entender lo que intentaba decir el primero sin oir previamente, y muchas veces después para aclarar las cosas, la opinión del otro elemento del binomio, es decir, del que habia asumido la función de fiel escudero y muñidor para lo que fuese.
En la segunda legislatura, el Sr. Caldera ha salido del gobierno sin perder la sonrisa, cesado ante la sorpresa de muchos, que luego, a la vista del rumbo que están tomando los acontecimientos, no se han sorprendido tanto. Salió Jesús Caldera, salió Cristina Narbona, Ministra de Medio Ambiente, salió Soledad Murillo, brillante Secretaria de Estado de Igualdad y a cuya categoría no se ha hecho justicia. Antes había salido ya Jordi Sevilla, acompañado en su retirada por el Plan de Modernización y Mejora de la Administración pública, del que se nunca más se supo. Salieron, a mi modo de ver, algunos de los mejores componentes del equipo socialista, que se fueron para no volver y de los que apenas se ha vuelto después a saber nada. Se inició una nueva etapa en la que éstos ya no tenían cabida, porque soplaban tiempos de cambios, que, por lo que se ve, apuntan más a los fuegos de artificio y a los impactos mediáticos de calado, embebidos en un discurso efectista en el que lo que se dice y lo que se hace no suele encontrar fácil correspondencia, cuando se trata de afrontar los problemas reales de la ciudadanía.
Son mensajes optimistas para tiempos de crisis, con la figura del eficaz Pedro Solbes cada vez más desvaída y venida a menos. Mensajes de renovación juvenil hacen acto de presencia en la escena mientras las políticas a favor de los jóvenes brillan por su ausencia, abandonados a su suerte. Carreras meteóricas de políticos y políticas profesionalizados, en las que la lealtad prima sobre el mérito y fraguadas más en la aquiescencia del líder que en la preparación y solvencia acreditados al servicio de la cosa pública. Tiempos de sonrisas permanentes, de abrazos entusiastas y de frases superdivertidas, propias del pensamiento “light”, en el que el medio es, más que nunca, el mensaje.
Don Jesús Caldera decía hace poco que algunos le llamaban “el pensador de Rodin”, por aquello de que, alejado del poder que proporciona un lugar en el Consejo de Ministros, va a hacerse cargo de una Fundación para elaborar ideas, propuestas, sugerencias y aportaciones sin cuento a la causa de la socialdemocracia. Un retiro en toda regla para asumir una responsabilidad etérea que nadie sabe para qué va a servir, henchido como está nuestro panorama de Fundaciones que piensan o creen pensar, sin que sirva para mucho el fruto de sus desvelos y devaneos intelectuales.
Si varias hay ya en el panorama del pensamiento socialista (Alternativas, Pablo Iglesias, Progreso Global y quizá alguna más), ¿qué espacio le corresponde ocupar a la Fundación que ha de regir el señor Caldera?, ¿tendrá líneas de reflexión específicas que la identifiquen y singularicen respecto a las demás?, ¿y si esas ideas entran en contradicción con las que propugnan sus fundaciones hermanas?, ¿en cuál de ellas se apoyarán el pensamiento y las estrategias del gobierno, en el que todas tienen puestas sus complacencias?, ¿será sensible éste a lo que le sugiera el think tank dirigido por Don Jesús Caldera frente a los dicterios que emanen de los grupos de presión, normalmente más atendibles desde la acción de gobierno?.
Preguntas como éstas afloran por doquier, como hongos en otoño. Pero hay una que las resume de perillas: ¿se limitará el conspicuo hijo de Béjar a permanecer en la actitud pensativa, aunque silente, del fornido pensador de Auguste Rodin, que parece estar pensando aunque nadie sabe lo que piensa, o despertará de su silencio, abandonando su sonrisa de circunstancias, para decir lo que quizá decía antes con demasiada convicción y que, a la postre, ha sido posiblemente una de las razones de su salida del verdadero centro de poder del Estado?. Se admiten apuestas.

7 de julio de 2008

Imágenes que no necesitan palabras: extracción de agua de pozo en India


Las palabras sobran cuando las imágenes lo dicen todo. Mayor expresividad no cabe. De tanto disponer de agua generosamente y a bajo coste nos hemos acostumbrado a considerarlo como un bien natural del que siempre tendremos garantizado el suministro. Y cada vez está más claro que no es así. Conviene que vayamos dándonos cuenta, antes de que sea tarde, de que los tiempos que se avecinan no van a ser pródigos en recursos que estimábamos inagotables. No en vano se afirma que el siglo comenzado va a ser el del agua dulce, algo que saben bien los que están procurando asegurar y controlar en su provecho las grandes fuentes de aprovisionamiento. ¿Recuerdas, Rubens Ferreira, lo que me comentabas hace unos días desde Montevideo?

Los mensajes que sobre el problema llegan más directamente hasta nosotros lo hacen de momento, y con un tono entre lúdico y motivador, en el marco de grandes eventos o celebraciones, como es el caso de la Exposición Internacional "Agua y Desarrollo Sostenible" que en estos momentos tiene lugar en Zaragoza. Bienvenida sea, si sirve para fortalecer esa sensibilidad por el elemento natural más importante para la vida humana. Todas las iniciativas son pocas cuando se trata de introducir en la mente de la sociedad los principios y los objetivos de una nueva cultura del agua. Cuánta razón encierran las palabras de Dany Leipziger en su intervención en una de las Tribunas del Agua de la Expo al afirmar que "el acceso al agua es uno de los factores que facilitan el desarrollo de los países por encima de la línea de pobreza. Sin agua es mucho más difícil progresar para las familias, incluso sobrevivir. El acceso al agua es fundamental para erradicar la pobreza y la desigualdad en el mundo".

La foto que justifica esta entrada viene a cuento porque da una pauta más sobre la dimensión del problema. Procede del magnífico fondo gráfico que "Le Figaro Magazine" ha ofrecido, de Abril a Julio, en los Jardines de Luxemburgo de Paris, y del que, tras haberlo visitado, incluiré alguna más en este blog, pues es una muestra impresionante, en algunos aspectos sobrecogedora. Ante un panorama así, la pregunta surge inevitablemente: ¿todas esas manos y esos rostros volcados en la boca del pozo serán recompensados con la cantidad de agua deseada para satisfacer las necesidades básicas de unas gentes sabedoras del esfuerzo y del tiempo que exigen extraerla de la tierra?. ¿Hasta qué punto somos conscientes de lo que eso significa?. ¿Nos percatamos realmente de los compromisos que entraña vivir en un planeta finito?. ¿Y que además no hay otro alternativo?.

5 de julio de 2008

Mensajes en la calle: ¿Hacia un mundo culturalmente globalizado?


Somos propensos a crear mundos imaginarios, que acaban imponiéndose tanto por la fuerza de los hechos como por la manipulación virtual que de ellos se realiza. La cartografía brinda un magnífico campo de aplicación perceptiva cuando se trata de transmitir y de plasmar la idea de que los contrastes, las diferencias, las desigualdades, los conflictos que aquejan a nuestro mundo tienden a quedar difuminados por el poder creciente de la uniformidad introducida por los habitos culturales a que se abre la mundialización de los saberes y de las diversas modalidades de transmisión del conocimiento, sin más restricciones que las que establece la competencia y la orientación de quien, dentro de ella, logra ostentar la posición dominante.

Prevalece así la impresión de que los límites de los Estados dejan de ser tales ante la impresionante capacidad integradora que permiten los instrumentos al servicio de la homogeneidad cultural pretendida. ¿Dónde quedan las singularidades ante la capacidad abrumadora de los medios puestos a disposición de esta voluntad proclive a que la diferencia no entorpezca ni dificulte esa sensación de que allí donde se desee es posible transmitir un mensaje, un producto cultural cuidadosa y atractivamente diseñado, que pueda ser atendido por un mercado que, con independencia de su nivel de desarrollo, se presta a ello sin reservas ni matizaciones?.

En la prensa italiana he topado recientemente con este mensaje publicitario de una poderosa firma comercial, que trata de hacer suyos todos los medios y posibilidades que las nuevas tecnologías ponen al alcance de quien puede permitírselos. Seguramente, la pretensión sea excesiva y ni siquiera lo intente con la ambición de que presume. Pero no he creido conveniente pasar por alto la idea central que subyace a este ocurrente mensaje publicitario, que sintoniza muy bien con las caracteristicas que en nuestra época presenta esta potente estrategia a favor de la globalización cultural, ajena a restricciones de cualquier tipo.

3 de julio de 2008

Íngrid Betancourt liberada: un hecho de gran trascendencia política

La liberación de la política colombiana Ingrid Betancourt ha sido uno de los acontecimientos de mayor resonancia mundial en los últimos años. Un secuestro terrible y prolongado, la personalidad pública de la víctima, su condición de ciudadana francesa y la intervención - entre oportunista y bienintencionada - de los que, al margen del gobierno colombiano, ansiaban indisimuladamente atribuirse y capitalizar a su favor la recuperación de la libertad han contribuido a hacer de esta circunstancia un poderoso símbolo en el que confluyen anhelos personales, proyectos de futuro, objetivos políticos y la resonancia propia de un acontecimiento con enorme proyección mediática, que ha sabido concitar como pocos la sensibilidad de todo el mundo con independencia de las ideologías.

Si nada invalida el mérito que hay que reconocer al gobierno colombiano, artífice incuestionable de una hábil operación de rescate que se ha saldado con el éxito cuando el liderazgo guerrillero se muestra ya prácticamente descabezado tras la muerte de Manuel Marulanda y Raúl Vallés, no hay que olvidar otro hecho particularmente trascendental, derivado de lo sucedido: supone el comienzo del fin de la última guerrilla que, sumida en el descrédito y en la degradación, sobrevive en América Latina. A la vista de los hechos y de las declaraciones efectuadas por destacados dirigentes políticos latonoamericanos, no es aventurado afirmar que con la liberación de Betancourt el camino a la extinción del movimiento guerrillero en el continente se muestra como algo inexorable.

En estos dos escenarios he tenido la oportunidad de conocer gráficamente la enorme resonancia que han tenido el secuestro y la liberación de Ingrid Betancourt. A la derecha, panel colocado en el Ayuntamiento de Paris durante el cautiverio (7 de Junio 2008); a la izquierda, su liberación aparece ostensiblemente destacada en un cartel colocado en la Via Nazionale de Roma (2 de Julio 2008)
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