¿Se acuerdan de aquella canción que decía "Se va el caimán, se va el caimán, se va para Barranquilla"?. Muchos no la recordarán, pero les refrescaré la memoria señalando que en la dictadura franquista llegó a estar prohibida, porque los nunca bien ponderados censores de aquel régimen pensaban, y no sin razón, que cuado se cantaba, muchos asociaban la figura del caimán a la de aquel siniestro militar de El Ferrol que gobernó dictatorialmente España durante casi cuarenta larguísimos años.
Vuelve la imagen feroz del caimán, animal noblote y digno de mejores referencias, para identificarlo con quien en estos momentos ocupa la Presidencia del Gobierno de la República Italiana. Ha sido elegido por los ciudadanos y merece, por tanto, el reconocimiento de una legitimidad que no merecía el pequeño y miserable general susodicho. Pero los italianos que se temen lo peor con un individuo que aparece imputado en mil causas penales, que se burla insolentemente de la Ley, que confunde sus responsabilidades públicas con sus intereses privados, y que además ha embarcado a Italia en una corriente xenófoba que causa espanto en amplios sectores de la sociedad, no se paran en mientes a la hora de agruparse para poner en evidencia lo que se les ha venido encima, aunque posiblemente sea también en parte por sus propios errores.
Son relevantes, muy relevantes, algunas de las personas que comparecen en esta manifestación convocada para hoy en la Piazza Navona de Roma, donde los "girotondini", articulados en torno a la "Italia de los valores" se citan para clamar por los derechos conculcados del pueblo italiano. No es grande el escenario donde antaño estuvo el estadio del emperador Domiciano y que hoy embellecen las magnificas fuentes de Bernini. Pero es un acontecimiento que merece ser reseñado, porque pone de manifiesto - y al grito de "Paremos al Caimán. Ciudadanos, no temáis" - que no todo está perdido para la causa de la decencia y la calidad democrática en Italia.
Arriba: Cartel de la convocatoria en la Piazza dell'Independenza de Roma. A la izquierda: Paolo Flores de Arcais a su llegada a la Manifestación. A la derecha: Aspecto de la Manifestación celebrada en Piazza Navona, con el lema: Un pueblo que no se expresa, no tiene dignidad.
Hola Fernando.le agradezco que me haya dicho lo de la firma del señor Miguel Delibes.
ResponderEliminarNo sabia de su estado de salud,aunque si que había leido en alguna ocasión que practicamente no escribia.Espero que su recuperación sea lo más rápido posible.
Fernando,ha sido un placer conocerlo.
Un saludo
Hola Fernando. Te pido mil disculpas, pues hace días que no me paseo por tu casa.
ResponderEliminarHe estado viendo tu blog, tan bien documentado como siempre. Me encanta la forma que tienes de ofrecernos la información. Ya me gustaría algún día poder llegar a expresarme, aunque sea la cuarta parte, de como lo haces tu.
Me pasaré más a menudo.
Un abrazo.
Sí, ese mafioso de Berlusconi ganó las elecciones ¿limpiamente? A mi me da que tuvo que haber mucho chanchullo y mucha compra de votos porque no asimilo que un pueblo tan culto como el italiano lo haya escogido por mayoría. No me lo creo. Besotes, M.
ResponderEliminarEs que por fuerza se tiene que mover algo en Italia, no puedo llegar a creerme que la población se quede pasiva ante tales graves desmanes de Berlusconi. No me voy a meter en la legitimidad de ese señor pero sí en una política que a todas luces conduce a fines muy lúgubres. Y lo peor de todo es que hay caimán para rato...
ResponderEliminarYo ya hablé en mi blog sobre la política del caimán en: http://capricestfini.blogspot.com/2008/05/estrellas-cosidas-la-ropa.html
Un saludo.