De pronto me dí cuenta de que las experiencias vividas en los
viajes realizados a la América del Sur durante treinta años podían servir como
argumento digno de ser transmitido a través del relato y de la evocación
fidedigna. Sin pretender que eso pudiera llegar a dar forma y contenido a un
libro, me agradaba de cuando en cuando revisar los cuadernos de notas que
siempre me acompañan en los viajes y que aconsejo utilizar para que lo vivido
no quede disuelto en la memoria. Sorprende comprobar el sinfín de matices que se descubren cuando se releen esas notas, merced a las cuales afloran en la memoria hechos y situaciones que parecían olvidados. De pronto, me di
cuenta también que el texto iba cobrando poco a poco consistencia y que podía
ser editado, enriquecido con algunas de las fotografías que han jalonado la
experiencia.
Pues bien, ayer vio la luz esta obra, que Ediciones Universidad de Valladolid ha tenido a bien publicar y que la distribuye por Internet. Seguramente es un trabajo imperfecto,
manifiestamente mejorable, susceptible de múltiples críticas y revisiones, pero
es lo que el autor ha podido dar de sí. Con la amabilidad y la belleza de
escritura que le caracteriza, Gustavo Martín Garzo ha hecho un prólogo que
agradezco muchísimo. Es un libro de viajes, donde se recopilan las vivencias
que los desplazamientos procuran a quienes, sin prejuicios ni valoraciones
preconcebidas, se sirven solo de la mirada y de la curiosidad, acompañadas del
cuaderno y de la cámara fotográfica adheridos a la piel, para dejar constancia
de lugares, personajes y paisajes que dejaron huella imborrable en el recuerdo.
Y que tal vez merezcan ser conocidos por los demás.