24 de mayo de 2019

La UE será social o no será

En el debate dedicado a los programas que los diferentes partidos presentan a las elecciones al Parlamento Europeo, y celebrado en TVE, solo me he quedado con tres ideas contundentes: "La UE será social o no será"; "Es necesario acometer la unidad fiscal como uno de los principios esenciales de la solidaridad, apoyando al mismo tiempo la armonización del salario básico de los trabajadores" y "ante una Europa envejecida es preciso una politica inmigratoria común que afronte con seriedad y visión de futuro la crisis demográfica y la inmensa tragedia del Mediterráneo" . Lo demás fue ruido, soflamas para la galería, demagogia nacionalista archisabida y tediosa.

En definitiva, ante el escenario que se avecina, cobra fuerza la idea de fortalecer la Union Europea sobre la base de los objetivos inherentes a la opcíón socialdemócrata, como la mejor garantía de que siga siendo fiel a sus objetivos fundacionales, posteriormente desarrollados en los Tratados de Maastricht y Amsterdam. Es el único ámbito del mundo en el que han sobrevivido los planteamientos que dieron sentido a la socialdemocracia tras la SGM, con los efectos de todos conocidos. Reconociendo sus imperfecciones y sin menoscabar la critica necesaria, representa la defensa de la solidaridad y la cohesión social, en la linea impulsada por el gran Jacques Delors en los años noventa con la reforma de los Fondos Estructurales y la entrada en vigor de los Fondos de Cohesión. Sus efectos son patentes y plausibles, aunque siempre perfeccionables.

Y es que, frente al liberalismo irrefrenable del "sálvese quien pueda", la atroz experiencia de las "democracias populares" de filiación soviética y la destrucción de la sociedad a que puede conducir la reacción ultraconservadora, la supervivencia del proyecto comunitario europeo, único en el mundo e irrepetible en otros escenarios, depende de la fortaleza que la socialdemocracia pueda alcanzar en este mundo de horizontes tan vulnerables a que nos enfrentamos. ¿Qué opinan ustedes?

16 de mayo de 2019

En defensa de la Caja Única de las Pensiones






Que no nos falle ni nos falte el Estado integrado e integrador, que todo el mundo sea consciente de la importancia que tienen los instrumentos que garantizan la solidaridad entre generaciones y entre territorios. España es uno de los paises más descentralizados del mundo, de acuerdo con un modelo que, con sus luces y sus sombras, parece irreversible.

Desde que se puso en marcha en los años ochenta arroja un balance ambivalente. Ha mejorado globalmente la calidad de vida de la población pero la desigualdad se ha intensificado. Si los contrastes en los factores determinantes del crecimiento económico explican la dimensión de las diferencias socio-territoriales, es necesario reivindicar la supervivencia del instrumento que asegura la solidaridad cuando los ciudadanos, con independencia de dónde residan, más la precisan.


Que nunca se vea en peligro o cuestionada la Caja Única de las Pensiones y la protección a los parados. Nunca. No es, evidentemente, un tema baladí.

Por cierto, ni el Pais Vasco ni Cataluña tendrían garantizadas estas prestaciones con sus propios recursos.
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