31 de octubre de 2012
Entre risas, reflexiones divertidas y consejas varias Don Leopoldo Abadía se divierte muchísimo
Estuve oyendo a Don Leopoldo Abadía cuando, invitado por El Norte de Castilla el pasado mes de marzo, vino a Valladolid a impartir una conferencia sobre el tema "Los sensatos en tiempos de crisis". Casi nada. En medio del desconcierto que, entonces y ahora, estábamos viviendo en el país, y atraído también, por qué no decirlo, por la resonancia que el personaje había alcanzado en el panorama mediático, pensé que tal vez fuese interesante asistir a una intervención en la que, al fin, se preconizaba con seriedad la idea de sensatez. La verdad es que, al terminar la intervención, tenía más dudas que certezas, más desazón que confianza, más banalidad que consistencia. La sesión fue muy divertida, hubo chanzas, bromas, humor lleno de tópicos y pretendidas genialidades. Al final, todos satisfechos y complacidos.
Sin embargo, salí con la sensación de haber perdido el tiempo. Acostumbrado a tomar notas de los actos de este tipo a los que asisto, no me atrajo esa posibilidad teniendo en cuenta el ambiente trivial en el que se enmarcó el acto. El personaje dejó de interesarme e incluso lo había olvidado. Y no lo hubiera prestado más atención de no haber leído casualmente esta entrada en el blog "El Mirador de don Frenando", en la que se hace una valoración precisa, seria y cabal del producto que ese profesional tan mediático como simpático trata de transmitir. Cuidado con la fiebre de exégetas de la crisis que se ha apoderado de la escena editorial española. La recesión no va con sus bolsillos, y, aunque es cierto que hay estudiosos serios, es bueno saber que en monte tan tupido el orégano no es tanto como parece.
21 de octubre de 2012
El legado de Patxi López: una huella imborrable en la historia de Euzkadi y de España
Deseo reivindicar aquí, y con plena convicción, la figura y la obra de Patxi López y de su gobierno en el País Vasco. En mi opinión, no creo que haya habido otro en la historia de esa Comunidad con tanto sentido de la responsabilidad colectiva y de la integración social y cultural a la par que con tanta dignidad en sus comportamientos y
actitudes. Echaremos de menos su lenguaje sensato, ponderado y sincero, sus reflexiones
constructivas, sus advertencias bien pensadas y oportunas, sus ideas en pos de
una Euskadi diferente de lo que ha sido mientras ha estado sojuzgada por la
muerte y la extorsión, con las que tantos han contemporizado y que ahora se
alzan con el salto y la limosna. En su época de gobierno se ha alcanzado la paz. ¡Al fin la paz en Euzkadi ! Que nadie lo olvide o ignore.
Nos costará a muchos no sentir desde los órganos de responsabilidad las
voces de Rodolfo Ares, de Isabel Celáa y de tantos otros y otras que, con educación y
prudencia, han hecho ver la calidad que poseen algunos de los políticos que
enriquecen el debate en ese país tan interesante y hermoso como atormentado. Me
cuesta entender el resultado de esas elecciones que han dado la victoria a un político como Iñigo Urkullu, del que hasta ahora no se ha conocido otro arte que el de la
descalificación desde la arrogancia del que considera al País Vasco como su
patrimonio. Veremos qué nos depara el futuro, ni fácil ni seguramente
confortable para un amplio sector de la sociedad vasca cuando precisamente
López trató de integrar a toda ella, a la que le apoyaba y a la que no, en un
ambicioso proyecto colectivo como jamás se había visto en la tierra de los hijos de Aitor.
Mientras tanto, y recordando la figura del gran lehendakari que ha sido Patxi
López, qué menos que despedirle con un abrazo mientras se le desea la mejor de
las suertes a los compases del Agur, Jaunak.
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18 de octubre de 2012
La Universidad Carlos III de Madrid homenajea a Gregorio Peces-Barba Martínez
No importa la calidad de la foto, muy deficiente como se ve, sino lo que ella testifica como recuerdo del entrañable, emotivo y brillante acto de homenaje celebrado ayer en el Aula Magna de la Universidad Carlos III de Madrid, y al que asistí porque sinceramente creo que Gregorio Peces-Barba se lo merecía. Concurrido y representativo del apoyo ofrecido por un sector relevante de la Universidad, de la política y de la cultura españolas, personalmente lo considero como uno de los encuentros académicos más interesantes y mejor organizados de cuantos he conocido. Cosas muy interesantes se dijeron sobre la historia universitaria, sobre la política, sobre las relaciones interpersonales, sobre las evocaciones compartidas y, especialmente, sobre los Derechos Humanos, sobre lo que dignifica al intelectual crítico que defiende, con su libertad la libertad de los demás y se enfrenta, con las solas armas de su inteligencia, a la intolerancia, al sectarismo y al estigma de quienes lo ven como un adversario sin que él sea consciente de lo que esa animadversión significa.
Fue muy agradable volver a oir a Elias Diaz, a Luis Arroyo, a Eusebio Fernández, a Carmen Barranco, a Antonio Peces Barba, hijo del homenajeado... también lo fue saludar a amigos y conocidos de toda la vida, conocer en persona a otros hasta ahora virtuales, como Esteban Greciet. Y todo ello en ese entorno tan grato que siempre brinda al visitante la Universidad Carlos III, en esta ocasión en su Campus de Getafe, en esa ciudad del Sur de Madrid en la que la implantación de esa Universidad no solo contribuyó al equilibrio territorial del sistema universitario madrileño, como bien se dijo, sino a forjar una estructura de docencia e investigación que la situa entre las más prestigiosas de España y de Europa. Recuerdo a Gregorio la primera vez que lo vi en Valladolid a comienzos de los ochenta, cuando en España comenzaba a despejarse la niebla. Comenzó hablando de los Derechos Humanos. Recordándole, ayer también se habló de eso. Una coherencia inquebrantable.
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14 de octubre de 2012
Dolorosos eufemismos
Jean Plantu, tan expresivo como siempre: "Sin embargo, se le había dicho que debía hacer esfuerzos". Siempre "los hombres de negro"
Sabíamos de la falta de sensibilidad del Fondo Monetario Internacional hacia los problemas que afectan a los ciudadanos que viven de su salario, que no
evaden impuestos, que entienden la política como una acción de servicio público
en pos de la
solidaridad y de la justicia social. Mal se han avenido desde siempre esas
premisas, cumplidas por la mayoría social, con la lógica de un organismo que vampiriza a los Estados, que les
aconseja en contra de sus propios ciudadanos, que hunde en la miseria a quienes
siguen sus dicterios. Basta recordar lo que pasó en la Argentina cuando el
siglo XXI apenas comenzaba. El FMI lo sumió en la ruina, como bien saben
nuestros amigos argentinos. Tenemos elementos de juicio suficientes para saber
lo que representa en la economía mundial ese Fondo perverso que en cierta
ocasión llegó a estar gobernado por el político que, al frente de Bankia, es
uno de los principales corresponsables del desastre financiero español. Y
precisamente porque sabemos bien lo que ha sido y es el FMI causan estupor las
declaraciones de su directora actual calificando de "valientes" las
medidas que adopta el gobierno español para demoler el Estado de bienestar que
se había conseguido fraguar en España desde los años ochenta y que hoy se
desvanece por arte de esa "valentía" que consiste simplemente en
destrozar los mecanismos de solidaridad social mientras se mantienen los
privilegios de la fracción minoritaria, que permanece inmune a los demoledores impactos de
la crisis.
Y comoquiera que los efectos de esa política están ya a la vista, resulta obsceno pensar que los factores que los motivan obedecen estrictamente a las medidas obligadas por la crisis, cuando resulta evidente que son la expresión inequívoca de una postura ideológica destinada al desmantelamiento del modelo de Estado en que se ha cimentado la singularidad europea en el mundo para defender, en su defecto, la lógica de esa mezcla de liberalismo salvaje e intervencionismo selectivo del que no cabe esperar otro resultado que la depauperación irreversible de la mayoría de la sociedad. No es valentía, sino perversión e indecencia, por más que Mme. Lagarde trate de enmascararlo con esas palabras de preocupación por lo que está ocurriendo en España y que, dichas a continuación del respaldo ofrecido hacia las medidas traumáticas, suenan a la más descarada de las hipocresías.
Y comoquiera que los efectos de esa política están ya a la vista, resulta obsceno pensar que los factores que los motivan obedecen estrictamente a las medidas obligadas por la crisis, cuando resulta evidente que son la expresión inequívoca de una postura ideológica destinada al desmantelamiento del modelo de Estado en que se ha cimentado la singularidad europea en el mundo para defender, en su defecto, la lógica de esa mezcla de liberalismo salvaje e intervencionismo selectivo del que no cabe esperar otro resultado que la depauperación irreversible de la mayoría de la sociedad. No es valentía, sino perversión e indecencia, por más que Mme. Lagarde trate de enmascararlo con esas palabras de preocupación por lo que está ocurriendo en España y que, dichas a continuación del respaldo ofrecido hacia las medidas traumáticas, suenan a la más descarada de las hipocresías.
3 de octubre de 2012
Espacios transformados (9): No todo está perdido en El Cabanyal
Aconsejo visitar el barrio de El Cabanyal, al Este de
la ciudad de Valencia, junto al mar. Es el barrio que inspiró a Joaquín Sorolla
alguno de sus cuadros más memorables, aquellos que nos han perpetuado en el
recuerdo el inconfundible color del Mediterráneo y la imagen de las
arduas labores asociadas a la pesca. Hoy es un barrio abandonado a su suerte,
proscrito en las políticas públicas del Ayuntamiento, empeñado en la
eliminación de uno de sus tramos patrimonialmente más valiosos para llevar a
cabo una operación urbanística de envergadura que llevaría consigo la
destrucción de lo que ese barrio ha significado en la historia del urbanismo
valenciano.
El panorama es brutal: la incuria a que se ve sometido por parte del
gobierno municipal contrasta con la espectacularidad y belleza de su patrimonio
arquitectónico, un legado valiosísimo del modernismo cultivado a comienzos del
siglo XX y que se traduce en un inventario admirable de viviendas de dos
alturas, con fachadas estéticamente bien concebidas en las que el empleo de la
cerámica de la tierra y la decoración imaginativa se traduce en un cromatismo
variopinto y hermoso que invita a la mirada y a la evocación de lo que aquel
barrio fue hasta que la codicia especulativa y el desprecio por el patrimonio
lo han arrumbado a la imagen de desolación y marginalidad que hoy ofrece. Es
una sensación extraña la que se tiene cuando se recorren sus calles, se
observan sus viviendas tapiadas o el sinfín de comercios hace tiempo clausurados,
como otro de los síntomas de su deliberada desvitalización.
Mas, de pronto, la
mirada se complace en el edificio que alberga la Sociedad Musical de la Unión
de Pescadores del barrio. Iniciativa emblemática de la historia cultural
valenciana, nacida en la primera década del siglo pasado, sobrevive en medio de
la ruina que lo rodea, y lo hace con esfuerzo y al tiempo con ilusión,
conscientes sus miembros de que el día que abandonen El Cabanyal una parte
esencial de la vida del barrio pescador que mira hacia la Malvarrosa habrá
desaparecido para siempre. Quiero con estas palabras dejar constancia del hecho
y del homenaje que merecen.
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