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15 de enero de 2024

Eduardo Chillida se merece más que eso




Lo profundo es el aire. Obra cedida por Eduardo Chullida a la ciudad de Valladolid en 1982 

 No sé si lo vieron ustedes, pero a mi ese programa (emitido el día 14 de enero por la 2 de TVE) sobre Eduardo Chillida, al que admiro y que esperaba con interés, me provocó una gran decepción. No por las imágenes, los paisajes, el entorno magnífico de Chillida Leku y la perspectiva de San Sebastián desde Igueldo Fue un programa fallido porque incomprensiblemente las observaciones sobre la figura y la obra universales de Chillida estuvieron secuestradas, blindadas, aherrojadas por su familia. No restare méritos a sus hijos, pero lo cierto es que aportaron bien poco, redundaron en los mismos temas, repitieron ideas archisabidas, abundaron en tópicos innecesarios. Al final, todo resultó monocorde y previsible, En ese programa sobre un Imprescindible quienes intervinieron fueron casi prescindibles.

Se echaron de menos las aportaciones externas, la valoración de los expertos, la interpretación de la obra desde la perspectiva de quien sabe de arte contemporáneo para situarlo en su contexto y lo que, dentro de él, el caudal de creatividad aportado por Chillida significa en el arte español y universal. Esa dimensión brilló por su ausencia. Quedó circunscrito al ámbito local, ni siquiera se lo entendió dentro de la cultura vasca. Una pena. El clan familiar, que daba impresión de notable medianía, lo impidió. Ignoro las razones aunque las intuyo.

6 de diciembre de 2022

Indiferencia ante una Constitución a la que deben todo

 




Se lo deben todo a la Constitución, aprobada en 1978, pero la ignoran, la castigan con el desdén y la indiferencia. No va con ellos. Sus intereses y ambiciones ocuparon un papel esencial en la concepción y elaboración del texto constitucional, que ha asegurado el período de mayor libertad y estabilidad democrática de la historia de España.

Cataluña - donde el texto fue ratificado por una mayoría superior al promedio del Estado - y el País Vasco, espacios que enriquecen y prestigian la realidad española dentro de su diversidad, fueron reconocidas como nacionalidades (¿a qué otro territorio podría ir destinado este concepto, ambiguo y reconocedor a la vez de una singularidad?), poseen las mayores cotas de autogobierno de su historia, sus lenguas cooficiales gozan de un extraordinario nivel de protección y estímulo, y sus ciudadanos disfrutan de un notable grado de bienestar. Y hasta en un caso, el vasco, el texto que se conmemora reconoció algo insólito: el dumping fiscal constitucionalizado. Nada menos.
Sin embargo, las opciones políticas beneficiarias de esos logros se muestran ajenas al reconocimiento de la efeméride. ¿Tanto cuesta sentirse parte de un Estado al que tanto deben? ¿Por qué es tan difícil y obtuso reconocerlo? ¿Por qué?


22 de noviembre de 2022

Seguramente si esa competencia se hubiera llevado a cabo con el PNV, que la reclamó insistentemente, o se hubiera concedido sin más por el hecho de estar comprometida, el ruido habría sido mínimo o inexistente. Se ha efectuado, tras mucho tiempo, a requerimiento estricto de Aizpurua y su grey. Poco tiempo le ha faltado al de Elgóibar para sacar pecho de lo conseguido.. "El Gobierno del Estado español depende de los que se quieren ir de España", ha venido a decir con arrogancia insultante. Duele, la verdad.

Ya sé, ya sé, que son legales y nadie cuestiona su presencia en la vida pública española. Sin embargo, no es fácil sustraerse a los recuerdos que marcaron episodios trágicos de nuestra vida y que permanecen incólumes en la memoria por más que pasen el tiempo y mucha agua bajo los puentes del Urumea. Cuesta desprenderse de las emociones y sofocarlas con la racionalidad.
A mí me pasa, qué le voy a hacer. Cuando oigo a Aizpurúa o a Matute o a Otegui, instintivamente me viene a la memoria, entre otros, la imagen de Francisco Tomás y Valiente, de Ernest Lluch, de los guardias civiles de Zaragoza, niños incluídos, o de Miguel Ángel Blanco. La de tantos y tantos otros. Ninguno, ninguno, de esos crímenes ha sido condenado de manera explícita por aquellos que menciono. Ni una palabra de condena y arrepentimiento. Homenajes continuos a los criminales que vuelven a sus pueblos. Son legales, las transferencias estaban comprometidas, había que sacar adelante los PGE. Todo muy normal y hasta plausible. La vida sigue y todos los que sientan en el Congreso y en el Senado merecen respeto.
Pero, qué le vamos a hacer. No es fácil olvidar. Es posible conseguirlo, aunque se pretenda? Es justo que la memoria, esa facultad que fortalece la conciencia del ser humano, se rebele contra la indiferencia o el olvido. Sin memoria no somos nada.

14 de octubre de 2022

El convencimiento de que formar parte del Estado es la mejor opción

 La fractura entre los dos partidos en los que se apoya o se ha apoyado el independentismo catalán ha provocado, a mi juicio, una falla política que tardará mucho en volver a soldarse. Resentimiento, frustración, afanes de venganza. El proyecto común dilapidado por recelos personales irreversibles. Es lo que tiene el nacionalismo exacerbado, excluyente y egoísta.

Pedro Aragonés habla de gobernar para "toda Cataluña", algo que jamás se había dicho. El Partido de los Socialistas Catalanes entra en el Gobierno. No es el tripartito de Maragall y Montilla. Se tiende a un Gobierno de coalición con Esquerra Republicana. Algo inédito también.
Esa fractura ha roto las costuras de la secesión y ha dejado a las partes divorciadas como unos zorros, que, al margen de sus frases archisabidas, altisonantes y ya irrelevantes, se verán obligados a reconsiderar hasta qué punto han conducido a Cataluña y a los catalanes a un callejón sin otra salida que la de orientar su futuro en el marco de un Estado que asegura esa recuperación que la sociedad catalana ansía sin aventuras ni demagogias.
No cabe duda que al fracaso del llamado procés han contribuido su propia ineptitud y la acción del Gobierno de la nacion para reconducir la situación con actuaciones que, discutibles unas y acertadas otras, han abierto un horizonte de normalización como no se había visto en mucho tiempo. Y, lo que es más importante, los artífices del desastre, desde Pujol a Puigdemont, han quedado reducidos a la condición de momias inservibles.
Los vascos están encantados con España. Nunca han estado mejor que ahora. La mayoría así lo reconoce. Están privilegiados, pero el Estado ha puesto fin a las lacras que históricamente han destrozado esa sociedad tan peculiar como pragmática.
Sus presidentes no asistirán a los actos la Fiesta Nacional, pero son conscientes de que formar parte del Estado español es la situación más conveniente y provechosa.

19 de octubre de 2021

Faltan palabras que denoten sinceridad ante la tragedia que asoló a España durante medio siglo

 Las palabras no son neutras. No son lo mismo unas u otras aunque lo parezcan. Las connotaciones son esenciales. Bien claro lo dejó Fernando Lázaro Carreter con sus atinados "dardos en la palabra ".

Declarar que se sienten los efectos provocados por una acción dramática de la que se es responsable no significa realizar de manera explícita e inequívoca su condena. Y lamentar que la catástrofe haya tenido lugar mediante una acción voluntaria, que en su momento apoyó sin reserva alguna (ay, Arnaldo Otegui, miserable Otegui, cómo resuenan aún sus palabras justificando el asesinato del periodista José Luis López de la Calle en Andoain), no es lo mismo que pedir perdón por el hecho que ahora se lamenta con un retraso inconcebible después del daño causado. Son las mismas que pronunció el 18 de abril de 2018. Nada nuevo ni nada que permita tipo alguno de reconocimiento. Tantos asesinatos sin resolver aún, tanta parafernalia de atención a los asesinos excarcelados. Insoportable.

Entre tanto, demasiado tiempo de silencio y complicidad frente al sufrimiento y la ansiedad. Condenar y pedir perdón. De eso no se habla en comunicado alguno. Es lo único que se pide. Y hacerlo además con sinceridad. Poca sinceridad cabe reconocer cuando el mismo que justificó la violencia y la extorsión encabeza los mensajes. Sólo su retirada, su salida de la escena como el único protagonista, el olvido de su rostro asociado tantas veces al horror, una imagen tóxica y degradada, puede generar la sensación de que el cambio ha sido real y realmente esperanzador.
De ahí la insuficiencia y pobreza del acto de lamentación solemne y enfática tan excesivamente postergado en el tiempo. ¿Y porqué en Aiete, con la simbología extraña que ese lugar tiene? ¿Por qué no en Mondragón, en Andoain, en Elgóibar o en Zaragoza?
¿No les parece?

13 de septiembre de 2021

Un uso indebido de la palabra "conflicto"

 ¿Conflicto? ¿De qué conflicto nos hablan? ¿En serio? Oigo a Rufián, a Asens, a Vehí, afanosos integrantes de la grey política catalana, secundados con énfasis exagerados por Iglesias Turrión en sus monocordes ambientes tertulianos, hablar de "conflicto" para referirse a la situación que debe afrontar la llamada "mesa de diálogo", que se reúne en Barcelona entre miembros del Gobierno de España y del de esa Comunidad Autónoma.

Consulto lo que la Real Academia Española entiende por conflicto, y en su primera acepción lo identifica como " combate, lucha, pelea". Es eso lo que define la situación de las relaciones entre el Estado y la región catalana? No quisiera dar otro enfoque al asunto que no sea el de la incorrección del término y su desafortunado uso respecto a su correcta acepción lingüística.
Persistir en la utilización obsesiva de esa palabra no sólo es una torpeza de formación por parte de quienes la propalan hasta la náusea sino la manifestación deliberada de un sesgo inapropiado de lo que significa y del ámbito en el que debe ser aplicada. Pues es bien sabido que no hay conflicto alguno entre el Estado español y los territorios que lo integran pues nadie, salvo los susomentados y sus corifeos, lo reconoce así.
En todo caso, la situación conflictiva, entendida como pelea o enfrentamiento es, en cambio, la que se produce entre las opciones políticas en que se divide el secesionismo y que andan a la greña de manera inmisericorde e incluso obscena, agravando la tensión entre los propios catalanes. Mientras tanto, Cataluña y Barcelona declinan sin cesar para mostrar que nunca han estado peor en todos los sentidos que bajo los gobiernos que preconizan la fractura con España, incapaces de ofrecer a la sociedad catalana otra cosa que ruido, violencia e ineptitud. ¿Recuerdan a Mas, Puigdemont y Torra, arquetipos responsables del desastre catalán?
El día en que lamentamos el fallecimiento de Joseba Arregui parece pertinente evocar la figura y el legado de un político honesto que dedicó su vida a superar ese tipo de conflicto en la sociedad vasca y del que, como señaló en numerosas ocasiones, solo se derivan secuelas nefastas para la sociedad que lo vive.

17 de febrero de 2020

Degradación ambiental en el País Vasco

Inconcebible, que nadie lo ignore: estamos ante una desgracia ambiental de enorme magnitud. En ese entorno de desarrollo, privilegios fiscales y sobrevaloración política en que se ha convertido el País Vasco bajo el mandato sempiterno de los herederos de Sabino Arana, a los que muchos alaban por una altura de miras en la política española directamente proporcional a las sinecuras recibidas (asi, cualquiera se hace sensato, ¿verdad, Aitor Esteban?), ha tenido lugar una de las mayores catástrofes ambientales ocurridas en España en varias décadas.
De nada han servido la Ley de residuos y suelos contaminados (2011) de dimensión estatal ni el Decreto para la prevención de la contaminación del suelo, promulgado por el gobierno euskaldun en 2015. Igualmente son numerosas las directivas comunitarias al respecto y las disposiciones de todo rango encaminadas al control de unos impactos de cuya gravedad y peligrosidad nadie duda. He ahí en evidencia una pésima gestión del territorio, y la prueba fehaciente de la despreocupación con que en España se abordan los impactos ambientales.
Es un impacto de larga data. Por Zaldívar (entonces con uve), por Eibar, Ermua y Elgueta andaba yo en 1974 intentando realizar la Tesis doctoral. La zona afectada ya lo estaba entonces y no eran infrecuentes las llamadas de atención sobre el riesgo que suponían almacenamientos masivos sin vigilancia de los desechos metalúrgicos, y con total despreocupación por parte de las empresas, que allí se depositaban. En Éibar había un grupo muy activo contra el vertedero de Zaldívar. Al final, y como ocurre siempre, la naturaleza se ha rebelado para dejar al descubierto la mala política y la indefensión de las sociedades afectadas.

29 de abril de 2019

¿Hacia la distensión nacionalista?

El Presidente del Partido Nacionalista Vasco, Andoni Ortúzar, más listo que el hambre y pragmático reconocido, ha dicho que el PNV trabajará en el Parlamento a favor de "la distensión en el Estado". Ojo con la preposición: ha dicho "en" y no "con".

Soy de la opinión de que, por paradójico que parezca, el PNV va a contribuir significativamente a la amortiguación de la deriva catalana, favorecida además por la posición ostensiblemente secundaria del lunático de Waterloo, al que la sociedad catalana ha dado justamente su merecido como cobarde y aprovechado que es.

A mayor abundamiento, el resultado obtenido por un PSC más integrado en la estrategia del PSOE puede coadyuvar en esa dirección.

27 de febrero de 2018

¿Qué hubiera sido de Cataluña y del Pais Vasco sin España?

Cuando se analiza el desarrollo y la transformación de Cataluña y el Pais Vasco, y uno se detiene en los factores que los explican desde el siglo XVIII en el primer caso y desde mediados del XIX en el segundo, no es posible sustraerse a la pregunta que inevitablemente aflora: ¿hubieran alcanzado ambos territorios el nivel de modernización y desarrollo que han tenido a lo largo del tiempo al margen de su integración en la trayectoria económica de España? ¿Alguien se atrevería a cuestionar que, de no ser por los privilegios que a ambos se les ha concedido dentro de un "mercado cautivo por el arancel" (Fuentes Quintana dixit) como una de las estrategias primordiales en el proceso de industrialización español, del que se han beneficiado ostensiblemente en función del mercado interior garantizado, sus posibilidades hubieran sido mucho menores?

¿Que hubiera sido de estos territorios históricamente intoxicados por el fanatismo carlista, de cerrazón y sacristía, que a la postre ha derivado en los nacionalismos xenófobos contemporáneos que tanto daño han hecho a sus respectivas sociedades y al conjunto del pais? Pues no otra raiz tiene el independentismo cristalizado en la kale borroka en las tierras vascas o en las soflamas de los autodenominados "comités de defensa de la república" en el ámbito catalán, donde aparecen y funcionan como vulgar remedo de las bandas agresivas nacidas con iguales métodos en Cuba, Venezuela y Nicaragua. Nada de original, pues. Involución, griterío, violencia y manipulación a partir de la mentira y del engaño permanentes. Cataluña y Euskadi han alcanzado sus altos umbrales de desarrollo gracias a España. Se lo deben todo a los españoles y a la posición privilegiada que se les ha otorgado en la economía del Estado. Sin equívocos ni demagogias. ¿A que sí?

Qué clarito lo tienen ya los vascos - que se mantienen en su particular toma y daca irredento con el Estado, confortablemente atendidos siempre en sus pretensiones - mientras los catalanes, piano piano, no tardarán en percatarse de ello, pues ya se están dando cuenta de lo que pueden perder con la espúrea defensa de ese derecho a decidir que no es otra cosa, eufemísticamente expuesta de ese modo, que la defensa obscena de la autosegregación en pos de la insolidaridad con el resto al más puro estilo reaccionario y excluyente.

4 de octubre de 2017

Es necesaria una novela sobre Cataluña como la que Fernando Aramburu escribió sobre Euskadi

Comienza a echarse de menos una novela concebida con el propósito que en su momento inspiró y se plasmó en la impresionante "Patria" de Fernando Aramburu. Qué curiosa coincidencia, aunque nada tenga de casual. Se ha acabado imponiendo tanto en el Pais Vasco como en Cataluña la necesaria catarsis provocada por un texto de ficción que recoja las vivencias que condicionan negativamente los comportamientos culturales, sociales y personales de espacios lacerados, mediante una cuidada y sistemática planificación en el tiempo, por las derivaciones más espurias del nacionalismo excluyente y supremacista.




Las lecciones extraidas de la obra de Fernando Aramburu, la novela más leida en España en el último año, nos conducen inevitablemente al deseo de encontrar una explicación convincente a la desestructuración de una de las sociedades más dinámicas e innovadoras de España, como ha sido la catalana, sumida hoy en la confrontación, en el insulto, en el rechazo inmisercorde hacia el discrepante. Una sociedad patológicamente fracturada. La sociedad más deteriorada del espacio comunitario europeo, al menos hasta que deje de pertenecer a él.

No es un proceso que se fragüe en un día, como tampoco lo fue en Euskadi. Se construye a lo largo del tiempo, implacable y destructivo como la gota malaya. El recurso a la tergiversación obsesiva de la historia, al tópico descalificador, al desprecio hacia la diferencia, al rechazo sin precauciones ni restricciones, van creando poco a poco, y sin reversión posible, ese caldo de cultivo que, al fin, cristaliza en el odio sin paliativos hacia "lo español". Es la inoculación gradual del fascismo, con todo el corolario de perversiones que trae consigo, a cual más nociva, como la que tiene que ver con la manipulación de la información, con el señalamiento público y con la intimidación del disidente, como atrozmente describe la cineasta catalana Isabel Coixet. Todo, hasta lo nimio y coyuntural, forma parte de un pretexto, todo es aprovechable, para agravar la fisura que no cesa. La identidad como paradigma divisor, la "patria" como refugio exclusivo. Comportamientos reaccionarios, antitéticos del progreso y la solidaridad. ¿Qué hacen los que se dicen de izquierda secundando tanto disparate? ¿Para cuándo las reacciones de los dirigentes independentistas del Gobierno catalán o del Ayuntamiento de Barcelona contra tanto desvarío? Su silencio les convierte en cómplices del escrache y la extorsión.

Y, aunque bien es verdad que, por fortuna y a diferencia de Euskadi, la violencia criminal no ha dominado en el espacio catalán, no es menos cierto que las rupturas de la amistad, las disensiones familiares, la pérdida de las confianzas antes construidas, las conversaciones evitadas para no molestar, la prevalencia de la sospecha hacia el que no piensa en clave identitaria como actitud permanente y dogmáticamente asumida, la incapacidad para reconocer que las fronteras lesionan la convivencia, se muestran como legados funestos transmitidos con la velocidad de la pólvora por los aberrantes caminos de irracionalidad hacia los que ha conducido en España, uno de los países más descentralizados del mundo, el nacionalismo cerril de boina y barretina.

15 de abril de 2017

Que nadie olvide el bombardeo de Gernika hace ochenta años





Cuando se cumple una semana del acto de entrega de las armas por parte de la banda criminal ETA y a once días del 80 aniversario del bombardeo de Gernika por la aviación nazi, efectuado con la aquiescencia de los militares españoles insurrectos, he visitado la villa simbólica de los vascos. Hoy se muestra como una ciudad hermosa, bien urbanizada, tranquila y hospitalaria. Rezuma paz por doquier. Una paz a la que se concede la importancia histórica y cultural que tiene en los paneles de ...un Museo especificamente dedicado a la defensa de los Derechos Humanos y al cultivo de la memoria sempiterna sobre lo que esa villa vivió el 26 de abril de 1937.




Impresiona encontrarse con esas evocaciones, que reflejan hasta qué punto la destrucción de Gernika supuso no solo un castigo atroz a una sociedad concreta sino la experimentación de la barbarie sobre poblaciones inocentes, que preludiaba lo que iba a ocurrir dos años después en Europa. España como laboratorio de la muerte masiva. Así la concibieron los nazis, los fascistas italianos y los rebeldes franquistas. Habrá que esperar al año 1997, sesenta después de la barbarie, para que el Estado alemán reconociese la responsabilidad de ese país en la tragedia.




El silencio y el respeto se imponen ante un escenario de dolor recordado, con el convencimiento de que la memoria de lo ocurrido debe quedar preservada. Son recuerdos y sensaciones que conducen, con igual actitud de respeto, a la Casa de Juntas y al recinto que acoge el roble representativo de la historia y la cultura de una comunidad que, finalmente en paz, merece ser reconocida en sus valores y significados en el marco de la rica complejidad intrínseca de España.





13 de abril de 2017

Evocaciones del pasado: una visita al patrimonio industrial de Valmaseda


Tranquilo, relajado, transcurre el Cadagua por tierras del sur de Vizcaya, provenientes del septentrión burgalés. Da la impresión de que no pasa nada, pero ha pasado tanto. Me detengo a observar la importancia de ese rio en la industrialización vasca y me sorprenden las obras de ingeniería que jalonan su curso con el fin de aprovechar la fuerza motriz del agua. Proyectos espectaculares.

Hace 52 años visité con mi padre la fábrica de boinas La Encartada. Él las vendía en su pequeño comercio burgalés. Le invitaron a visitarla y yo le acompañé. Aquello iba a ser mi sino. Para mí, aquel lugar era el fin del mundo. Entonces - la fábrica- estaba a pleno rendimiento. He vuelto a esa factoria mitificada en la memoria y hoy convertida en impresionante testimonio de patrimonio industrial. Admirable, una maravilla, todo el ciclo integrado de la fabricación textil a partir de la manufactura de la lana. Duró cien años, de 1892 al 8 de agosto de 1992. Merece la pena verlo de cerca. Aún sigue produciendo electricidad mediante su salto de agua y que vende a Iberdrola, lo que genera un beneficio con destino al mantenimiento del museo.

Antes de llegar a ese complejo fabril he conocido casualmente en el paseo a Pancho Pastori, arquitecto y fotógrafo de Montevideo. Un artista interesante, la verdad. Son las sorpresas que los viajes sin guión previo proporcionan. Hemos departido durante un rato a la sombra de las escuelas mientras comentabamos la imagen inconfundible del Cadagua en Valmaseda, cabecera de la comarca vizcaina de Las Encartaciones.

8 de abril de 2017

Al fin, ETA derrotada






AL FIN. Acaba de ocurrir. 8 de abril de 2017. Desarme total de Euskadi Ta Askatasuna. Se acabó.

Tratarán de presentarlo como un acto de buena voluntad, como la expresión de un propósito del que han acabado convenciéndose. Obscenamente tratan incluso de adornarlo como un gesto de "artesanos de la paz", que "entregan las armas al pueblo".  Frases hueras, de marketing rancio, que no embaucan a nadie. Pelillos a la mar. Pero no. Es una derrota. La banda criminal ETA, que durante cuarenta y tres años ha sumido en la muerte y el terror a la sociedad española, ha sido derrotada. En toda regla. Sin haber conseguido ninguno de sus fines. Ha triunfado el Estado, el Estado de Derecho. Sin paliativos. Su disolución es cuestión de muy poco tiempo.







AL FIN. Desaparecerá para siempre la estética sórdida y tenebrosa impuesta por la banda en el espacio público. Incluso en los cantones - callejas transversales- de las ciudades vascas (en la segunda foto, Mondragón) volverá a salir el sol, al tiempo que la mugre quedará olvidada en la Parte Vieja donostiarra, mientras la sociedad española, incluyendo la vasca, mirará, satisfecha por lo logrado aunque sin olvidar los cerca de 900 asesinados por ETA, hacia el horizonte que se abre, tras la escultura de Eduardo Chillida, en la playa de la Concha de San Sebastián, no lejos del Barrio del Antiguo, que tanto sufrió.


27 de marzo de 2017

De cuando "Patria", la novela de Fernando Aramburu se hacía necesaria





Faltaban aún dos años para que ETA anunciara el cese de su historia de muerte, destrucción y extorsiones. Pero ya asomaban en los espacios públicos donostiarras los reclamos a favor de la desaparición de esa banda criminal. Al cruzar por la plaza de Alderdi Eder de San Sebastián pude leer entonces y tomar nota de esa reclamación expuesta en la fachada del Ayuntamiento. A unos pasos, permanecía ya cerrado definitivamente el espacio ocupado por la Libreria Lagun, que atendió durante años con exquisito cuidado María Teresa Castells, esposa de José Ramón Recalde, contra quien atentó ETA, en la falda del monte Igueldo, en septiembre de 2000. No le mató, pero perdió la voz. Cuántas conversaciones mantuve con ellos en aquellas temporadas de mediados de los setenta en las que me instalé en San Sebastián mientras realizaba la Tesis Doctoral.

Con motivo de aquellos encuentros, José Ramón me comentó en alguna ocasión hasta qué punto se necesitaba una novela que describiera el trauma sistémico provocado en la sociedad vasca por los crímenes del nacionalismo arropado por los curas trabucaires que en capillas y sacristías ungían con sus manos y su indecente verborrea en los pueblos y desde el obispado las acciones de los matones sin alma. Así se lo comenté hace unos días (24 de marzo) a Fernando Aramburu cuando presentó su novela "Patria" en Valladolid. Esa novela - le dije - era una necesidad, algo que debía llevarse a cabo para poner al descubierto el clima de desolación, fractura y miseria moral en que se ha desenvuelto durante décadas la sociedad vasca. Lástima que Recalde no viviera para verlo, leerlo y comentarlo. Hoy, Lagun sobrevive en la calle Urdaneta de San Sebastián. Me he prometido a mí mismo regresar a esa librería heroica para conmemorar el hecho de que, al fin, alguien haya puesto negro sobre blanco la magnitud de aquella tragedia.

21 de diciembre de 2014

Un impacto decisivo en la política española





Es evidente su papel de catalizador esencial de la vida política española. Ha convulsionado el panorama tal y como estaba ahora diseñado y lo ha hecho con un mensaje reiterativo, insistente, basado en una serie de denuncias concretas, claras y muy incisivas, que calan fácilmente en un sector importante de la sociedad, que se siente identificado con ellas y con quienes las propalan, beneficiarios de esa cualidad de recién llegados a la política de masas, sin contaminación alguna previa que los desautorice de antemano. Modulando sus propuestas programáticas al socaire de sus objetivos electorales, que se pretenden masivos y transversales, el núcleo central de su discurso persiste aferrado a la crítica con fines de ruptura con el pasado. En ello cimentan su razón de ser y sus expectativas. Pragmatismo, habilidad expositiva y discurso lapidario frente al resto, tales son sus ingredientes esenciales. Espadas como labios, recordando el magnífico poema de Vicente Aleixandre. 

¿La coherencia del programa?... Ya se verá. Todo un fenómeno de estrategia política de laboratorio, didácticamente concebido, que de momento les está dando resultados asombrosos. A la espera de cómo pueda evolucionar en el año decisivo que se abre ante los españoles, lo más importante de su presencia en el acto de Barcelona , celebrado el 20 de diciembre de 2014 e hito histórico indiscutible, ha consistido en su capacidad para transmitir un mensaje que cuestiona el independentismo, mediante la reafirmación de una voluntad integrada del Estado - los "puentes" frente a los "muros"- que los otros partidos estatales no han logrado proyectar. Bajo las premisas de un "proceso constituyente", destinado a sustentar los pilares de un "país de países", no parece, en principio, una propuesta original, pues, con palabras similares, ya se habían planteado desde otras posiciones.

Es curioso de qué manera la fortaleza adquirida por Podemos en Catalunya y en el Pais Vasco, y testificada por un presunto apoyo más que significativo, puede constituir a la postre una garantía de la integración del Estado, que muchos veíamos amenazada. El nerviosismo mostrado por los nacionalistas de toda laya ante el auge electoral de Podemos es buena prueba de ello. Impresionante, a mi modo de ver. ¿O no?

5 de enero de 2014

Están libres, sí, pero siempre serán los rostros de la muerte



La justicia ha hecho justicia y la ley ha prevalecido como debe ser en un Estado de Derecho. Han salido de prisión antes de lo que se preveía, precisamente porque la aplicación de las penas no admitía la retroactividad de una sentencia promulgada después de que fuesen condenados en función de la ley vigente cuando eso ocurrió. Están en la calle, sus edades les sitúan en el tramo provecto de la vida, seguramente su bienestar estará condicionada por las dificultades para insertarse en el mercado laboral, lo que les ubicará en la marginalidad o, en todo caso, les convertirá en beneficiarios de la complicidad solidaria de quienes les mantengan sin dar palo al agua, entre otras razones porque, amén de la crisis que tanta mella hace en  el empleo, sus competencias profesionales dejarán mucho que desear. Poco importa su futuro pero sí importa volver a contemplar sus rostros. 

Muchos han protestado por el acto celebrado en la villa vizcaina de Durango, cuando se han reunido para leer unos comunicados unidireccionales, que no han admitido réplica sobre lo que piensan de la situación actual de la banda, de sus expectativas y de lo que van a hacer en el futuro. Incapaces de pedir perdón, su discurso ha puesto en evidencia, sin embargo, el reconocimiento de su derrota, al reconocer explícitamente el dolor causado y la legalidad penitenciaria. Ha primado el Estado de Derecho frente a la barbarie y la irracionalidad. 

Cuando veía sus rostros adustos, expresando una pretendida gravedad que no hace si no demostrar la erosión implacable del tiempo, recordaba a la vez las caras de Francisco Tomás y Valiente, de Gregorio Ordóñez, de Ernest Lluch, de Manuel Broseta, de Miguel Angel Blanco, de Isaías Carrasco y de tantas y tantas otras personas -  militares, policías y civiles hasta aproximarse al millar - cuyas imágenes solo perviven en la memoria, que también nos sirve para evocar con pesar las de aquellos que quedaron gravemente lesionados de por vida. Que no se olviden los rostros ni de los unos ni de los otros. La imagen de la dignidad de los que perdieron la vida o fueron heridos a manos de criminales sin escrúpulos marca el contrapunto de los que ahora han vuelto a ocupar las calles y las plazas de Euskadi sin haber conseguido ninguno de sus propósitos. Algunos les jalearán sin duda, pero a medida que el tiempo pase, se convertirán en seres incómodos e irrelevantes. Tanta muerte para nada, tanto dolor sin reparación posible. Qué bien lo explicaba José María Calleja, que tan bien los conoce y tanto los ha sufrido. Han vuelto a sus casas, sí, ya son libres, pero nunca dejarán de ser los rostros de la muerte sin sentido. 

21 de octubre de 2012

El legado de Patxi López: una huella imborrable en la historia de Euzkadi y de España



Deseo reivindicar aquí, y con plena convicción, la figura y la obra de Patxi López y de su gobierno en el País Vasco. En mi opinión, no creo que haya habido otro en la historia de esa Comunidad con tanto sentido de la responsabilidad colectiva y de la integración social y cultural a la par que con tanta dignidad  en sus comportamientos y actitudes. Echaremos de menos su lenguaje sensato, ponderado y sincero, sus reflexiones constructivas, sus advertencias bien pensadas y oportunas, sus ideas en pos de una Euskadi diferente de lo que ha sido mientras ha estado sojuzgada por la muerte y la extorsión, con las que tantos han contemporizado y que ahora se alzan con el salto y la limosna. En su época de gobierno se ha alcanzado la paz. ¡Al fin la paz en Euzkadi ! Que nadie lo olvide o ignore. 

Si las críticas de sus adversarios han hecho sobre todo hincapié en los efectos que la crisis ha tenido durante su mandato- por más que al tiempo haya hecho mella sobre el conjunto de España y en la mayor parte de la UE con niveles aún más acusados -,  es difícil cuestionar el valor aportado por la imagen de cordura y sensatez que se echaba de menos en ese territorio repleto de gritos, soflamas, demagogias, exclusiones y violencia de toda laya y condición. Al parecer poco han importado sus cualidades comprobadas en un escenario donde el espíritu de revancha y de tópicos vertidos sin pudor hasta la saciedad crearon una atmósfera en la que la sensibilidad hacia el diferente y el acosado tenían insuficiente cabida. Sus aportaciones al debate político son tan meritorias como lúcidas, fiel reflejo de una postura decididamente empeñada en despejar con sólidos argumentos las adherencias equívocas o las manipulaciones programáticas defendidas desde el soberanismo, ya sea en Euskadi o en Catalunya,  deliberadamente sesgado y falto de la indispensable claridad con la que debería ser sometido al juicio de una ciudadanía consciente. 


Nos costará a muchos no sentir desde los órganos de responsabilidad las voces de Rodolfo Ares, de Isabel Celáa y de tantos otros y otras que, con educación y prudencia, han hecho ver la calidad que poseen algunos de los políticos que enriquecen el debate en ese país tan interesante y hermoso como atormentado. Me cuesta entender el resultado de esas elecciones que han dado la victoria a un político como Iñigo Urkullu, del que hasta ahora no se ha conocido otro arte que el de la descalificación desde la arrogancia del que considera al País Vasco como su patrimonio. Veremos qué nos depara el futuro, ni fácil ni seguramente confortable para un amplio sector de la sociedad vasca cuando precisamente López trató de integrar a toda ella, a la que le apoyaba y a la que no, en un ambicioso proyecto colectivo como jamás se había visto en la tierra de los hijos de Aitor. 

Mientras tanto, y recordando la figura del gran lehendakari que ha sido Patxi López, qué menos que despedirle con un abrazo mientras se le desea la mejor de las suertes a los compases del Agur, Jaunak.




22 de octubre de 2011

Ha llegado la hora de la Política de verdad, el momento de la sinceridad histórica


Que no traten esos abertzales, que tanto braman, de reescribir la historia porque la Historia ya está escrita. Y además con letras grandes, que hay que seguir sacando a la luz del día, para descubrir situaciones que nos acabarán sobrecogiendo. Sin el temor de la pistola en la nuca, se acabaron los silencios: ha llegado el momento de la Política de verdad, del esclarecimiento de los hechos, del debate riguroso y bien fundamentado, de dejar las cosas y a cada cual en el lugar que les corresponde. Se acabaron las soflamas incendiarias, con parafernalia nazi, que obligaban a contemplarlas a hurtadillas por miedo a que la contestación fuese trágica. Se acabó el autoexilio de tantos vascos y el exilio geográfico de cuantos encontraban aquel ambiente irrespirable y tuvieron que abandonar su tierra como en el peor de los escenarios posibles. La ofensiva democrática se impone como una necesidad para limpiar de miasmas un ambiente enrarecido en el que las voces más nobles estaban silenciadas. Que no nos vengan con latiguillos reivindicativos infundados, como han hecho esta tarde en Bilbao, pretendiendo eludir las responsabilidades y pretextando una situación de relegación como pueblo que no existe.

Tendremos la memoria siempre alerta porque la desmemoria es el mejor caldo de cultivo del que los que cínicamente hablan de "conflicto" y de "confrontación armada" pueden disponer para seguir teniendo la sensación de que siguen marcando la agenda de los demócratas. Patxi López, Antonio Basagoiti e Iñigo Urkullu lo saben bien, pues en ello les va el futuro de su pueblo, que no se merece tanto horror ni tanta ofensa ni tanta humillación como se han vertido durante años en las calles y en las plazas del Pais Vasco.

Se impone el conocimiento de lo que significan hechos y datos reveladores de cuál ha sido la trayectoria de ETA y de qué modo su acción terrorista ha ido unida a un sistema de financiación en el que, aparte de los fondos obtenidos mediante los secuestros, la extorsión, el narcotráfico y otras prácticas ilegales, ha tenido una importancia relevante los derivados de los apoyos de su entorno de colaboración, de una parte nada desdeñable del nacionalismo vasco democrático e incluso de la Unión Europea. La lectura del libro de Mikel Buesa (ETA, S.A.) , con el que se podrá discutir de estrategia antiterrorista pero en modo alguno de su acreditada solvencia y honestidad como economista, lo pone al descubierto de forma tan rigurosa como impresionante.

En un escenario de paz la fraseología huera del falso “conflicto” o de la "confrontación armada" tendrá los días contados. Quizá sea capaz de aglutinar el voto de los que ven en ellos algo que les reclama de momento la atención emocional. Pero, frente a los que vaticinan un sesgo en este aspecto, pienso que el tiempo se encargará de diluir la fanfarria cuando queden en evidencia que, tras el discurso repetitivo hasta la náusea, ya no queda nada. Su fuerza en Guipúzcoa decaerá, hasta convertirse en testimonial en Vizcaya y en Álava, para quedar desvanecida al otro lado de la muga, en territorio francés, donde ya se les considera irrelevantes.

Cuánto lamento que Francisco Tomás y Valiente, Gregorio Ordóñez o Ernest Lluch, a quienes en algún momento conocí y traté en circunstancias muy diversas, no vivan para verlo. ¡Con qué agudeza analizarían la situación! ¡Qué gran utilidad tendrían sus palabras en un horizonte de esperanza! Los del hacha y la serpiente segaron vilmente sus vidas, pero, como ocurre con el conjunto de las víctimas mortales de la barbarie , su recuerdo permanece vivo e indeleble.

¿Porqué llamarlos de izquierda si no lo son?


¿Porqué llamarles "izquierda abertzale" cuando sólo son simples "abertzales"? Si se entiende como "abertzale" el ser nacionalista radical, sobra a todas luces la connotación de "izquierda" con la que ellos mismos suelen presentarse y con la que indebidamente se les menciona aquí y acullá. Algo que es incorrecto, a mi juicio, ya que nada del pensamiento de izquierda anida en ese magma de vulgaridad teórica, sectarismo obsesivo, contemporización con el terror y marrullería estratégica de la que hacen gala permanentemente.
Si nunca levantaron la voz cuando ETA asesinaba a trabajadores, si jamás han hecho demostración de un pensamiento solidario y de defensa de los desfavorecidos, si la noción de solidaridad les es ajena, si todo en ellos es verborrea machacona, arrogancia y chulería de frontón, si su estética es de pésimo gusto y rezuma agresividad, si su presencia violenta degrada y ensucia hasta la náusea el espacio público, si no se les conoce ninguna aportación progresista en los lugares donde gobiernan, dominados por el miedo, la exclusión y la ruptura social.... ¿a qué viene eso de izquierda abertzale, mancillando y denigrando el propio concepto de izquierda, se esté o no de acuerdo con él?
Son simples sectarios, miserables corifeos del nacionalismo más rancio y ramplón, de baja estofa, sórdido y francamente casposo. Practican la exclusión y su fuerza se basa en el miedo y en el hostigamiento hacia el diferente. En resumen, una antigualla estéril y reaccionaria, lo peor para el futuro de Euskadi
Por favor, dejen ya de hablar de "izquierda abertzale": es una expresión contradictoria y equivocada al tiempo que injusta.

20 de octubre de 2011

Al fin, en el Pais Vasco se han abierto los espacios de la paz


Un día histórico. Este 20 de octubre de 2011, el Estado español ha derrotado a ETA. Cincuenta años de muerte, dolor, extorsión y sufrimiento culminan en el objetivo que siempre habíamos perseguido y deseado los defensores del Estado de Derecho. La libertad y el aire tranquilo, respirable por todos, vuelven a las calles y a las plazas del País Vasco mientras desde el resto de España se contemplan,definitivamente pacificadas, las tierras donde se dan "todos los colores del verde", como cantaba Raimon.
La Conferencia de San Sebastián ha sido el envoltorio con el que, al final y con un guión pautado, se ha querido salvar la cara, pero el proceso ya se mostraba inexorable, pese al ruido y las vacilaciones. Los de los múltiples nombres, aunque siempre los mismos, tratarán de camuflarlo con su verborrea habitual, pero, cuando se comprueba que ninguna de las pretensiones de la banda ha sido lograda, justo es reconocer su fracaso y el de sus corifeos. La lucha contraterrorista ha dado los resultados pretendidos, cerrando una etapa terrible y abriendo otra que necesariamente, y esto es lo importante, ha de apoyarse en la desaparición, ya irreversible, de la violencia criminal y mafiosa de Euskadi ta Askatasuna. El proceso no ha culminado, pero no cabe duda de que ha dado su paso más decisivo.
La contienda política se dirimirá a partir de ahora en condiciones de libertad y de respeto al adversario, como corresponde a una sociedad que no se merece más dolor. Y pondrá de relieve que la izquierda abertzale sólo es una máquina potente de gestos y escenografías varias aunque inepta por completo para el día a día de la política normalizada. Es ahí donde habrá que valorar lo que cada cual significa y vale. Ha llegado la hora de la política de verdad. La Historia será inequívoca en este sentido: en la fecha en que ETA anunció el cese definitivo de su carrera de muerte y extorsión el gobierno de España estaba presidido por Don José Luis Rodríguez Zapatero, depositario de un legado de lucha contra el terrorismo en la que ha habido muchos protagonistas. En ese mismo día, conviene recordarlo, la Audiencia Nacional impuso una condena centenaria a un asesino multirreincidente.

La Historia continúa mientras se despejan los horizontes y la gente puede pasear tranquila por el Boulevard y la parte vieja donostiarra, a la que da acceso (fotografía).

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