27 de octubre de 2017

Han hundido a Catalunya en la miseria, pero España está y siempre estará con Catalunya


Si tenía que suceder algo así, que suceda, al fin. Se acabaron las ambigüedades, se ha puesto fin a las especulaciones, cada fuerza politica, cada dirigente, aparece ubicado en el sitio que le corresponde, mientras en las tierras catalanas ha quedado al descubierto la catadura real, la bajísima estofa, de los gobernantes encargados de la demolición de su país. Pues son enemigos de Catalunya más que de España, porque España sigue y Catalunya se hunde, fracturada, enfrentada, en la miseria,con un horizonte desolador mientras esa banda continúe. La región del bono basura. Declarar la independencia con 70 votos de 135. ¿Quién podrá validar eso? ¿A quién querrán engañar?

La Historia les pasará factura, porque han dejado Catalunya en el peor de los escenarios. El tandem Puigdemont-Junqueras quedará sentenciado para siempre: sujetos de la mentira, el engaño, la marrullería, la malversación. La verdad es que este tema se había convertido en una pesadilla, en una atroz zozobra, que impedia respirar y disfrutar del paisaje. Si les digo la verdad, me siento más relajado aunque me preocupa la situación en que queda esa sociedad catalana, tan atractiva en otro tiempo y hoy sumida en el desastre. La experiencia vivida será considerada como el contraejemplo de la política, como la manifestación de las perversidades derivadas de la mentira, la manipulación de las conciencias, de la corrupción y el fanatismo. Otra expresión más de la depravación a que conduce el nacionalismo xenófobo y excluyente.

Ha llegado el momento de que la Ley prevalezca, de restablecer el orden y convocar elecciones. Saldremos de esto, no les quepa duda.

20 de octubre de 2017

Del trauma a la sensatez: hacia la superación del secesionismo reaccionario y excluyente







Ignoro qué pasará y cómo evolucionará el chantaje secesionista, profundamente reaccionario e ilegal, que un sector de la sociedad catalana está realizando contra España, contra la Unión Europea y contra el Derecho Internacional. Todo está abierto todavía, aunque estamos a punto de alcanzar la fase cenital del "ciclo del producto", que, como siempre ocurre en la estructura de los ciclos, abrirá paso a la curva descendente.


Si esa fase, muy delicada y no exenta de riesgos, es bien gestionada, conforme a la Ley, por el Gobierno del Estado y sus formaciones políticas más responsables, las derivas nacionalistas, basadas en la manipulación de la historia y de la geografía, en la mentira propagandística, en la insolidaridad y en los propósitos de exclusión social, cultural y étnica, quedarán neutralizados en España y en la Europa integrada por mucho tiempo. Ojalá.


Es tan traumática la catarsis que está teniendo lugar en nuestro país que las lecciones y advertencias extraídas ejercerán, a mi modo de ver, un poderoso efecto disuasorio a la hora de acometer aventuras tan desafortunadas y lesivas desde todos los puntos de vista como la que estamos viviendo y observando allende el Ebro. Será como vacuna protectora, como antídoto frente a la irracionalidad. Mas no cabe duda del importante margen de responsabilidad que en esta posible y deseable reversión de la tragedia provocada van a desempeñar las estrategias de relocalización empresarial frente a la inseguridad jurídica, los efectos de la globalización refractaria a las fronteras y la actitud contundente y clarificadora respecto al secesionismo tramposo por parte de la Unión Europea, a la que justamente se rinde hoy homenaje en el Teatro Campoamor de Oviedo al compás del "Asturias, patria querida". ¿No les parece?


(Obtuve esa foto recorriendo el Barrio del Raval cuando Barcelona era Barcelona)

4 de octubre de 2017

Es necesaria una novela sobre Cataluña como la que Fernando Aramburu escribió sobre Euskadi

Comienza a echarse de menos una novela concebida con el propósito que en su momento inspiró y se plasmó en la impresionante "Patria" de Fernando Aramburu. Qué curiosa coincidencia, aunque nada tenga de casual. Se ha acabado imponiendo tanto en el Pais Vasco como en Cataluña la necesaria catarsis provocada por un texto de ficción que recoja las vivencias que condicionan negativamente los comportamientos culturales, sociales y personales de espacios lacerados, mediante una cuidada y sistemática planificación en el tiempo, por las derivaciones más espurias del nacionalismo excluyente y supremacista.




Las lecciones extraidas de la obra de Fernando Aramburu, la novela más leida en España en el último año, nos conducen inevitablemente al deseo de encontrar una explicación convincente a la desestructuración de una de las sociedades más dinámicas e innovadoras de España, como ha sido la catalana, sumida hoy en la confrontación, en el insulto, en el rechazo inmisercorde hacia el discrepante. Una sociedad patológicamente fracturada. La sociedad más deteriorada del espacio comunitario europeo, al menos hasta que deje de pertenecer a él.

No es un proceso que se fragüe en un día, como tampoco lo fue en Euskadi. Se construye a lo largo del tiempo, implacable y destructivo como la gota malaya. El recurso a la tergiversación obsesiva de la historia, al tópico descalificador, al desprecio hacia la diferencia, al rechazo sin precauciones ni restricciones, van creando poco a poco, y sin reversión posible, ese caldo de cultivo que, al fin, cristaliza en el odio sin paliativos hacia "lo español". Es la inoculación gradual del fascismo, con todo el corolario de perversiones que trae consigo, a cual más nociva, como la que tiene que ver con la manipulación de la información, con el señalamiento público y con la intimidación del disidente, como atrozmente describe la cineasta catalana Isabel Coixet. Todo, hasta lo nimio y coyuntural, forma parte de un pretexto, todo es aprovechable, para agravar la fisura que no cesa. La identidad como paradigma divisor, la "patria" como refugio exclusivo. Comportamientos reaccionarios, antitéticos del progreso y la solidaridad. ¿Qué hacen los que se dicen de izquierda secundando tanto disparate? ¿Para cuándo las reacciones de los dirigentes independentistas del Gobierno catalán o del Ayuntamiento de Barcelona contra tanto desvarío? Su silencio les convierte en cómplices del escrache y la extorsión.

Y, aunque bien es verdad que, por fortuna y a diferencia de Euskadi, la violencia criminal no ha dominado en el espacio catalán, no es menos cierto que las rupturas de la amistad, las disensiones familiares, la pérdida de las confianzas antes construidas, las conversaciones evitadas para no molestar, la prevalencia de la sospecha hacia el que no piensa en clave identitaria como actitud permanente y dogmáticamente asumida, la incapacidad para reconocer que las fronteras lesionan la convivencia, se muestran como legados funestos transmitidos con la velocidad de la pólvora por los aberrantes caminos de irracionalidad hacia los que ha conducido en España, uno de los países más descentralizados del mundo, el nacionalismo cerril de boina y barretina.

2 de octubre de 2017

Necesidad de espacios de encuentro entre Cataluña y el conjunto de España, de la que forma parte


Hay que recuperar el diálogo, la cordura, la voluntad de negociación a la búsqueda y estabilidad de espacios de encuentro entre España y la tierra de Joan Manuel Serrat y Jaume Vicens Vives. Son tan necesarias entre sí. Sorprende que el gobierno del Estado, tan repleto de asesores, expertos, gente bien informada e inteligente, con todo el aparato prospectivo en su mano, haya cometido tantos y tantos errores. El incurrir en la ingenuidad de que la policia autonómica catalana iba a colaborar en la ejecución de las ordenes judiciales es de una torpeza mayúscula. Les dejaron como a Gary Cooper en "Solo ante el peligro". Bastaba una añagaza, un empujón, un insulto para provocar la carga. Todo formaba parte de un guión cuidadosamente prefabricado. El Gobierno ha caido incomprensiblemente en la trampa saducea y miserable que le ha tendido el secesionismo, que ha encontrado, al fin, lo único que le interesaba (pues el referendum era un mero pretexto para calentar el ambiente): la foto de la carga policial y el censo de heridos o contusionados. Lamentable Rajoy, tan artero como se creía. ¿Era necesario utilizar la porra sabiendo que las cámaras vuelan como cuervos al acecho para proyectarse sin límites en la aldea global?


Con todo, ya veremos lo que pasa con la declaración de independencia "en unos días". Los que pretenden lanzarla saben que, una vez echada al viento de la plaza de Sant Jaume, es irreversible. Al menos como punto de partida de un proceso conducente a no se sabe qué. Y saben también que sin respaldo de la Unión Europea es papel mojado. No tiene futuro. En el espacio comunitario no hay posibilidad, creo, de que prospere una iniciativa de este tipo si no cuenta con el reconocimiento de los países de la Unión. Quizá Venezuela, Kosovo, la república turco-chipriota, Abjasia y Eritrea se presten a reconocer la pretendida república catalana. Pero eso es chirlata, nada de nada. Ningún país serio, ni Naciones Unidas, admitirán una decisión tan chapucera e ilegal.




En ausencia de respaldo comunitario, el proyecto se va al garete, por lo que se lo tienen que pensar. Es el momento, pues, de que el Estado constitucional reaccione, corrija sus errores, tome la iniciativa, atraiga a la sociedad con mensajes convincentes e ilusionantes.  Recordemos que en 1996 Umberto Bossi, un demente iluminado como el antiguo alcalde de Girona (a quien su partido va a pedir cuentas antes que tarde) proclamó la independencia de la República de Padania en el Norte de Italia. Se la tuvo que envainar. Hoy el Bossi ese es un personaje olvidado del que nadie quiere hablar.

Entre tanto, hablan otros, que no inducen más que al descrédito del proceso. Al parecer, el ultraderechista Nigel Farage, el tipo que lanzó al Reino Unido al Brexit y que, tras abandonar su partido, se ha convertido en un proscrito marginal en el Parlamento Europeo, se ha erigido en defensor del referendum ilegal de Cataluña. Con esos compañeros de viaje, los que queden con un atisbo de dignidad política en la mancuerna soberanista deberían hacérselo mirar. La escoria de la política.



24 de septiembre de 2017

El periodo más satisfactorio de la Historia de España

Sin duda tiene muchas imperfecciones, merece ser corregido en comportamientos censurables y sancionables, son muchas las situaciones que obligan a la rectificación, la critica y la autocrítica se hacen obligadas, su clase política es manifiestamente mejorable... Pero qué quieren que les diga. No ha habido ningún período igual en su Historia como el que nos ha tocado vivir, desde Indibil y Mandonio hasta nuestros días. Debemos felicitarnos por ello.

Me refiero a España, a ese país del Suroeste de Europa, que marca la bisagra entre Oriente y Occidente. Ese territorio que, cimentado en el Mediterráneo y en Centroeuropa, mira al Atlántico. Es un país libre, democrático, estructurado, con un sistema institucional que, constitucionalmente diseñado, funciona dignamente y que asegura unas relaciones de equilibrio que tanto se necesitan en un espacio de mezcla de culturas, de interrelaciones sin fin, de crisol de ideas y mentalidades, que se han ido fraguando a lo largo del tiempo hasta dar lugar a una valiosa y enriquecedora pluralidad integrada.

A estas alturas de la vida, y mirando a mi alrededor, me identifico con este Estado, defiendo la Constitución aprobada en 1978 y repudio con convicción los movimientos reaccionarios, tributarios del más rancio carlismo, que, basados en la falsedad, en el engaño y en la manipulación, quieren destrozarlo sobre la base reivindicativa de una plurinacionalidad que, en términos objetivos,es más una antigualla y  falacia interesada que realidad a defender, pues no encubren otra cosa que xenofobia y rechazo al diferente. Bajo la losa del nacionalismo aflora toda suerte de aberraciones e intereses inconfensables. Lean a Stefan Zweig y sabrán lo que es bueno.

17 de septiembre de 2017

La falacia del derecho a decidir y los riesgos de quienes la plantean

Hay un sector significativo de la izquierda española que corre el riesgo de ser desbaratado en su pretendida coherencia interna por la deriva secesionista, tramposa e ilegal en la que se ha instalado el gobierno de Catalunya. La proclama de los sindicalistas gallegos va en ese sentido, del mismo modo que forma parte del discurso inconcebible y rabioso de Podemos. No tardando mucho, el coste a pagar puede ser muy alto. Amparándose en un uso indebido, mendaz y demagógico del llamado "derecho a decidir", asume y propala los mismos argumentos que en su día esgrimió Umberto Bossi para lanzar la propuesta de separacíón de la región de la Padania del Estado italiano o los que Nigel Farage, del UKIP, empleó para dar rienda suelta al Brexit. Uno y otro han desaparecido y nadie los echa de menos. Antiguallas devoradas por el tiempo. He repasado las soflamas y mentiras utilizadas en su día con este fin y están calcadas. Son las mismas ideas, idénticas reflexiones, enraizadas en el discurso excluyente y falaz - fascista en ocasiones y, en cualquier caso, repleto de tópicos falsos - de los susomentados.

Embebidos quizá por la manipulación y la demagogia que tan obscena como reiteradamente realiza Oriol Junqueras , un tipo sin pudor ni formación, del "derecho internacional" como fundamento del "derecho a decidir" o, mejor dicho, de "autodeterminación", muchos conspicuos personajes de la izquierda española se colocan incomprensiblemente a su lado evitando considerar las circunstancias en los que este derecho está justificado por Naciones Unidas, como opción estrictamente aplicable a los territorios sojuzgados por la dominación colonial, situación que obviamente, como recuerdan con insistencia los miembros de la Comisión de Venecia, no es en la que se encuentra la Comunidad autónoma catalana. Cuando oigan hablar de nuevo a Junqueras de "derecho internacional" como la única muletilla en la que se apoya argumentalmente, sepan que está engañando de forma descarada. Es un profesional del embuste sistemático.

El hecho de que se trata de un argumento falso explica el nulo respaldo que internacionalmente está teniendo esa aventura.  Y es que la iniciativa a favor de la autodeterminación - que ningún Estado reconoce constitucionalmente - encubre, y así hay que destacarlo, una voluntad indisimulada en pro de la insolidaridad y de la destruccíón de los mecanismos redistributivos de la riqueza que permiten mitigar los desequilibrios existentes en Estados integrados. No hay una brizna de progresismo en esa defensa del llamado derecho a decidir. Es un concepto antitético de las posiciones convencionales y propias de una izquierda que se entiende concebida en términos de solidaridad interterritorial, una de sus premisas fundamentales. Y no olvidemos que nacionalismos de esta indole siempre han sido perjudiciales para los trabajadores.






De ahí el rubor que provocan algunas declaraciones de quienes aquí y allá presumen de ser de izquierda y, sobre todo, el bochorno que suscita la ambigüedad de personajes de la pretendida izquierda "renovadora" española, que caen como moscas, hasta ser fagocitados o silenciados, por las fauces corrosivas del nacionalismo estratégicamente perverso y antidemocrático como es el que actualmente preconiza la banda mancornada en la que, ya sin disimulo, se integran Puigdemont, Junqueras, Forcadell y Colau. Es la banda de los cuatro que están destruyendo la convivencia en Catalunya en un clima de tensión marcado por la xenofobia y los comportamientos fascistas hacia la ley y hacia el discrepante. Y todo ello con la connivencia impagable del partido Podemos, que queda,  al fin y bajo la verborrea insufrible de Pablo Iglesias, desenmascarado ante la lela mirada de Alberto Garzón, patético en su nulidad.  

10 de septiembre de 2017

Que el pueblo catalán sepa lo que se le viene encima

Se acabó la diversión. Que nadie se llame a engaño. Al fin, llegó el momento de la verdad, de saber a qué atenerse. Aprobada la llamada Ley de Transitoriedad, que se pretende someter a referendum ilegal, es preciso que todos los catalanes sean conscientes de lo que se les viene encima. Alarmante y desolador. No lo digo yo. Lo recoge la Ley, bien analizada en el texto de Soledad Gallego. La lectura de esa Ley es obligada y necesaria.

Se acabaron los trampantojos, mientras la escenografía calculada de las esteladas al viento de las ilusiones manipuladas tenderá a desvanecerse en una amalgama de engaño y frustración generalizados, que acabará pidiendos cuentas a sus responsables. Basta de soflamas y de falsos horizontes . Fuera las caretas y la demagogia. Ya ha quedado todo al descubierto. He ahi la realidad. La cruda realidad. He ahi lo que se persigue y cómo se concibe ese nuevo estado. Una humillación sin paliativos. Tres ideas clave la sustentan: minimizar la importancia de las medidas y los compromisos de alcance social, depurar a los funcionarios desafectos y, la más grave de todas, supeditar el ejercio de la justicia al control pleno del ejecutivo con la finalidad de dejar impune la corrupción .

Si esa Ley supone un retroceso en todos los sentidos, dónde queda el seny catalán? Dónde la sensibilidad democrática de esa tierra admirable? Dónde la izquierda que nutre la banda secesionista? Esa Ley lo dice todo. Que nadie la ignore. La razon de ser del intento de secesión. La demolición de Catalunya.

30 de agosto de 2017

Los riesgos de la Historia manipulada







Cuando el conocimiento histórico se manipula. Cuando la Historia se convierte en una herramienta obsesivamente utilizada al servicio de intereses espurios y excluyentes. Cuando la obra y las reflexiones de Jaume Vicens Vives, de Pierre Vilar o de Ramón Carande, símbolos incuestionables del trabajo histórico riguroso sobre la realidad histórica de Catalunya, se olvidan en aras de la justificación del fanatismo...

Cuando todo eso ocurre la miseria intelectual se apodera de las sociedades victimas de ese rechazo a la Historia, hasta convertirla en su principal enemigo. Sociedades refractarias a la Historia, sociedades enfermas.

Precisamente la Historia valorará algun día como se merecen a los peores dirigentes politicos de la democracia española, esa banda que, tolerantes con la corrupcion, engañando a su pueblo y anteponiendo el insulto al Estado a la condena del terrorismo, están conduciendo a Catalunya al abismo.


9 de agosto de 2017

No se pueden ignorar los impactos del turismo desbocado

Toda actividad económica descontrolada acaba generando fenómenos, comportamientos e impactos que ponen en entredicho la propia continuidad de esa actividad. Si las evaluaciones de impacto y la introducción de políticas reguladoras se aplican - o deben aplicarse - a las tareas productivas y a las infraestructuras, ¿cómo hacer caso omiso de ellas en el ámbito de los servicios?

Entre ellos, el turismo ocupa una posición primordial. Y es que a medida que sus magnitudes alcanzan umbrales insospechados, generando altas cotas de rentabilidad para los que gestionan empresarialmente el uso del espacio con fines de ocio y recreación... parece obvia la necesidad de situar en primer plano sus ostensibles contrapartidas y sus impactos más lesivos. Olvidarlos o minimizarlos resulta tan necio como contraproducente.

Pues son dos fundamentalmente: la impronta espacial a través de la degradación del espacio urbano al compás de la masificación que impide el disfrute del patrimonio apetecido y del frenesí especulativo que se apodera del mercado inmobiliario, tan disparado en sus precios como excluyente socialmente: y la precarización ominosa y salvaje del trabajo, afectado por un incremento cuantitativo que evoluciona en paralelo con los niveles más escandalosos de explotación y servidumbre.

Por eso, cuando uno oye a los residentes manifestar su rechazo a la ocupación escandalosa de un espacio de vida en el que se sienten ajenos o se detiene ante las palabras del presidente de Eurostar (ayer en Lugo), cuando alude a la facilidad de sustituir a los trabajadores afectados por contratos miserables por otros dispuestos a reemplazarlos de inmediato con salarios incluso más bajos... algo gravísimo está ocurriendo en el sector, por más que el discurso oficial haga caso omiso de estos hechos. Lo terrible es cuando todo eso se considera normal y deja de ser noticia para asumir que nada se puede hacer para evitar poner en peligro la gallina de los huevos de oro, como denominaba al turismo un tal Fraga Iribarne en los años sesenta del Novecientos.

5 de junio de 2017

La ignorancia y la zafiedad se han adueñado de la Casa Blanca

A medida que avanza la presidencia de Donald Trump, los desvaríos se acumulan en las reacciones de un personaje que ha hecho de la política una mezcla de ignorancia, soberbia, irracionalidad, demagogia, corrupción, zafiedad e indecencia. Y de agresión permanente a la información libre. Da la impresión de que sus actitudes forman parte de una huida precipitada e histérica hacia adelante al compás del descubrimiento de las informaciones que le asocian con irregularidades fiscales, espionajes y relaciones inconfensables en el proceso electoral y que pueden llevar al impeachment que le obligue a abandonar la Casa Blanca antes de que finalice su mandato. 

 Refugiado en la simpleza del eslógan en el que amparó su programa - to be American first again -, y en la concepción de su gobierno como una mera plataforma para la defensa de sus intereses empresariales y los de su banda, los norteamericanos que lo apoyaron no tardarán en darse en cuenta de que las líneas de actuación que preconiza conducen a su país totalmente en sentido contrario. Son numerosos los testimonios y análisis que así lo avalan con datos contundentes.

Bajo su mandato, Estados Unidos se convertirá en un país más pequeño, más vulgar, más despreciado, menos relevante en el escenario internacional y menos competitivo económicamente. Pasará a la posteridad como el mandatario más inepto y corrupto de la historia reciente de los Estados Unidos de América. Una pesadilla de la que los estadounidenses y el mundo acabarán librándose.

24 de mayo de 2017

De la cortesía formal al desvarío efectivo: las evidencias trágicas del secesionismo catalán


Tratarán de edulcorarlo como sea, con buenas palabras y melifluas propuestas, de mostrar la cara más amable y persuasiva, de ofrecer a la opinión pública española, aquí y acullá, los argumentos que justifiquen la necesidad de sus reivindicaciones, de atraer con la sonrisa en los labios la aquiescencia y la comprensión de la comunidad internacional y de las embajadas que la representan. Poco importan los desplantes recibidos en los escenarios extranjeros, la indiferencia o las sospechas provocadas en los auditorios a los que se dirigen y por los que abonan generosos estipendios a costa del erario público. La hoja de ruta del agit-prop reiterativo hasta la náusea sigue adelante. Lo tratarán, sin duda, pero el caparazón de la cortesía se ha resquebrajado ya para siempre. Bajo el trampantojo del referendum pretendido inconstitucionalmente se esconde la "metodología" real de sus pretensiones. Con la denominación de Ley de Transitoriedad se ha elaborado el cúmulo de perversiones legales y de retrocesos en derechos y libertades a los que se enfrentan los catalanes que secunden tamaño despropósito. Como cabía prever, todo ha quedado, al fin, al descubierto.

Nada igual ha ocurrido en el panorama internacional. Se acabó la farsa para convertirla en tragedia. Trágico a fuer de real. Es importante que se sepa, que se proclame a los cuatro vientos,que nadie lo ignore, que se aclare de una vez por todas la ínfima catadura política y moral de la banda que manipula y miente a los catalanes, mientras sojuzga el funcionamiento del Parlamento. La lectura de la columna de Vidal-Folch resulta esclarecedora. Deja en evidencia la treta y la añagaza con la que intentan construir la secesión, que convertirá a Cataluña en algo parecido a Kosovo.

Ya lo he señalado alguna vez en esta misma ventana. Ninguna administración seria y solvente en el mundo se prestará a secundar tamaña desvergüenza.

18 de mayo de 2017

¿Es este el signo político de los tiempos que corren?

¿Simboliza el gobierno formado por Emmanuel Macron el rumbo hacia el que tiende en nuestros días la política en Europa? Derrotadas electoralmente las opciones históricas, basadas en la disyuntiva entre la izquierda y la derecha, se ha acabado imponiendo la orientación que se sitúa por encima de esta dualidad defendiendo la moralización, es decir, la ética como principio inspirador de la acción pública. Tan intensa y tan grave es la corrupción, que impregna el núcleo y la epidermis de la vida política, que sólo cabe invocar la defensa de la honestidad por encima de las ideologías, que se dicen periclitadas.


 
Bajo este paradigma en pro de lo ético, y con un presidente situado au dessus de la fórmula partidaria clásica, la decisión en poder de los responsables designados (ministros) se desglosa, sin embargo, en dos formas de entenderla bien delimitadas ideológicamente.

Y es que si las líneas aplicadas a las tareas de carácter social y ambiental aparecen encomendadas a los políticos socialdemócratas, las orientadas a la gestión de la economía priman a los gobernantes de filiación liberal, inequívocamente decantados a la preservación de los principios del capitalismo en su versión más selectiva.
¿Va por ahí el signo de la política de nuestro tiempo?

27 de abril de 2017

La penosa y patética deriva de Lluis Llach




Cada vez estoy más convencido de que la ideología nacionalista, la rabiosa y fanática mentalidad que obnubila las mentes, exacerba el sectarismo y empobrece las conciencias, acaba por destrozar la calidad intelectual de quienes se adscriben a ella, abandonando las sensibilidades que en otro tiempo, y no demasiado lejano, les distinguieron. Es una ideología perversa, a cuyo socaire se han cometido y cometen tantas aberraciones. No está de más evocar en este sentido la reflexión expuesta por Stefan Zweig en el prefacio de su obra El mundo de ayer. Memorias de un europeo - "una lección magistral sobre la demolición de los vínculos entre palabra y verdad”, en opinión de Rafael Argullol - cuando señala: “he visto nacer y expandirse ante mis propios ojos las grandes ideologías de masas: el fascismo en Italia, el nacionalsocialismo en Alemania, el bolchevismo en Rusia y, sobre todo, la peor de todas las pestes: el nacionalismo, que envenena la flor de nuestra cultura europea.”


Cuántas veces los de mi generación hemos entonado en tiempos no demasiado lejanos las canciones de Lluis Llach, que aprendimos en catalán y que mantenemos vivas en la memoria como expresión de mensajes que, frente a la dictadura ominosa, reclamaban libertad y asumían como letras combativas la defensa de la igualdad y el respecto a los derechos humanos. Raimon, Pi de la Serra, Ribalta, Raimon, Paco Ibáñez, Elisa Serna, Llach... una estirpe inolvidable en la historia de la democracia española. La mayor parte de ellos permanecen en el recuerdo, admirados al preservar la coherencia de la que siempre hicieron gala.

Por eso sorprende y provoca lástima, que no indignación, la postura servil con el nacionalismo más excluyente que ha acabado adoptando sin pudor Lluis Llach, asumiendo la función de mamporrero que en el reparto de papeles le asignan los que reclaman y utilizan su prestigio declinante para meter en vereda a cuantos se resisten a esa presión secesionista que, abocada al fracaso, provoca el menosprecio y la indiferencia, cuando no el hazmerreir, de la comunidad internacional.

Triste destino, a la postre, el de un intelectual otrora brillante y hoy penosa caricatura de sí mismo, convertido en un farsante manipulador de la historia y de las conciencias de los ciudadanos catalanes, y enarbolando con furia la "estaca" no para reclamar justicia y libertad, sino para amenazar con lenguaje trabucaire y chulesco a los que desean respetar la legalidad que institucionalmente les ampara.

15 de abril de 2017

Que nadie olvide el bombardeo de Gernika hace ochenta años





Cuando se cumple una semana del acto de entrega de las armas por parte de la banda criminal ETA y a once días del 80 aniversario del bombardeo de Gernika por la aviación nazi, efectuado con la aquiescencia de los militares españoles insurrectos, he visitado la villa simbólica de los vascos. Hoy se muestra como una ciudad hermosa, bien urbanizada, tranquila y hospitalaria. Rezuma paz por doquier. Una paz a la que se concede la importancia histórica y cultural que tiene en los paneles de ...un Museo especificamente dedicado a la defensa de los Derechos Humanos y al cultivo de la memoria sempiterna sobre lo que esa villa vivió el 26 de abril de 1937.




Impresiona encontrarse con esas evocaciones, que reflejan hasta qué punto la destrucción de Gernika supuso no solo un castigo atroz a una sociedad concreta sino la experimentación de la barbarie sobre poblaciones inocentes, que preludiaba lo que iba a ocurrir dos años después en Europa. España como laboratorio de la muerte masiva. Así la concibieron los nazis, los fascistas italianos y los rebeldes franquistas. Habrá que esperar al año 1997, sesenta después de la barbarie, para que el Estado alemán reconociese la responsabilidad de ese país en la tragedia.




El silencio y el respeto se imponen ante un escenario de dolor recordado, con el convencimiento de que la memoria de lo ocurrido debe quedar preservada. Son recuerdos y sensaciones que conducen, con igual actitud de respeto, a la Casa de Juntas y al recinto que acoge el roble representativo de la historia y la cultura de una comunidad que, finalmente en paz, merece ser reconocida en sus valores y significados en el marco de la rica complejidad intrínseca de España.





14 de abril de 2017

Reflexiones en torno a la idea republicana en el 86 aniversario de la Segunda República Española

Hoy se conmemora el 86 aniversario de la proclamación de la Segunda República Española. No voy a insistir en los argumentos que se vierten en torno a esta experiencia tan importante en la Historia de España y que a nadie deja indiferente. La efeméride, que celebro todos los años con el recuerdo emocionado, me suscita esta reflexión.

La evolución y las transformaciones de la Historia han superado irreversiblemente la etapa en la que las Monarquías simbolizaban a los Estados y a sus ciudadanos. Desde 1789 los soberanos quedaron arrumbados por la ola republicana, imparable en adelante. Es el espíritu republicano - libertad, igualdad, fraternidad, con todo su corolario de manifestaciones - el que marca desde entonces el rumbo de los tiempos. Afortunadamente.

Por eso, incluso en los Estados aún regidos por instituciones hereditarias de corona y cetro el papel desempeñado por las Monarquías y sus cohortes familiares deben ajustarse a los principios que reivindican la ética y la ejemplaridad como pilares esenciales de sus actitudes y comportamientos.

Ya sé, ya, que son muchos los políticos republicanos en los que la moralidad republicana brilla por su ausencia; son los contraejemplos a desechar. Mas en el caso de las Monarquías es evidente que en la preservación de esos valores reside la única garantía de su supervivencia, la fuente de su legitimidad. Pues, ¿qué sentido tienen los Reyes si no son ejemplares éticamente para su pueblo? ¿Qué valor cabe concederles cuando ellos mismos y sus dinastías incurren en las corruptelas más escandalosas?


Tales son algunas de las reflexiones que en su día me suscitó  la visita al edificio religioso donde reposan los restos de los reyes daneses en Roskilde, no lejos de Copenhague. Detenerse con la mirada ante lo que ofrece ese escenario repleto de soledad plantea al viajero con toda nitidez el sentido y la razón de ser de las Monarquías en los tiempos que corren, afortunadamente cimentados en el significado de la "res publica". Una ciudad y un lugar merecedores de una visita.

13 de abril de 2017

Evocaciones del pasado: una visita al patrimonio industrial de Valmaseda


Tranquilo, relajado, transcurre el Cadagua por tierras del sur de Vizcaya, provenientes del septentrión burgalés. Da la impresión de que no pasa nada, pero ha pasado tanto. Me detengo a observar la importancia de ese rio en la industrialización vasca y me sorprenden las obras de ingeniería que jalonan su curso con el fin de aprovechar la fuerza motriz del agua. Proyectos espectaculares.

Hace 52 años visité con mi padre la fábrica de boinas La Encartada. Él las vendía en su pequeño comercio burgalés. Le invitaron a visitarla y yo le acompañé. Aquello iba a ser mi sino. Para mí, aquel lugar era el fin del mundo. Entonces - la fábrica- estaba a pleno rendimiento. He vuelto a esa factoria mitificada en la memoria y hoy convertida en impresionante testimonio de patrimonio industrial. Admirable, una maravilla, todo el ciclo integrado de la fabricación textil a partir de la manufactura de la lana. Duró cien años, de 1892 al 8 de agosto de 1992. Merece la pena verlo de cerca. Aún sigue produciendo electricidad mediante su salto de agua y que vende a Iberdrola, lo que genera un beneficio con destino al mantenimiento del museo.

Antes de llegar a ese complejo fabril he conocido casualmente en el paseo a Pancho Pastori, arquitecto y fotógrafo de Montevideo. Un artista interesante, la verdad. Son las sorpresas que los viajes sin guión previo proporcionan. Hemos departido durante un rato a la sombra de las escuelas mientras comentabamos la imagen inconfundible del Cadagua en Valmaseda, cabecera de la comarca vizcaina de Las Encartaciones.

10 de abril de 2017

Cuando los despoblados se confunden con la tierra


El rural profundo se despuebla y el caserío acusa las huellas del vaciamiento demográfico. Pero no siempre el abandono es absoluto. Con frecuencia se reconstruyen algunas casas, se levantan nuevos edificios (con aberraciones estéticas clamorosas), para albergar esporádicamente a los que desde las ciudades acuden a sus pueblos de origen a descansar y respirar. Son notas arquitectónicas excepcionales en medio del silencio, que de cuando en cuando se interrumpe fugazmente. Un signo del cambio de uso del espacio edificado en ese mundo tan crítico. Esa España a la que llaman "vacía", pero que ofrece un "vacío" matizable.

Sin embargo, cuando la vida se extingue y a nadie interesa mantenerla de ningún modo, la naturaleza acaba retomando la importancia que corresponde a la falta de presencia humana. El espectáculo llama la atención cuando las construcciones están labradas en adobe. Poco a poco, el derrumbe se impone, las casas pierden el equilibrio y van desapareciendo. Lo que queda de la construcción se confunde con la arcilla, todo aparece empastado por el ocre que uniformiza la imagen de la desolación. En Otero de Sariegos (Zamora). El mejor observatorio para contemplar el complejo endorreico de Villafáfila. Donde uno se siente tan deslumbrado como empequeñecido.


8 de abril de 2017

Al fin, ETA derrotada






AL FIN. Acaba de ocurrir. 8 de abril de 2017. Desarme total de Euskadi Ta Askatasuna. Se acabó.

Tratarán de presentarlo como un acto de buena voluntad, como la expresión de un propósito del que han acabado convenciéndose. Obscenamente tratan incluso de adornarlo como un gesto de "artesanos de la paz", que "entregan las armas al pueblo".  Frases hueras, de marketing rancio, que no embaucan a nadie. Pelillos a la mar. Pero no. Es una derrota. La banda criminal ETA, que durante cuarenta y tres años ha sumido en la muerte y el terror a la sociedad española, ha sido derrotada. En toda regla. Sin haber conseguido ninguno de sus fines. Ha triunfado el Estado, el Estado de Derecho. Sin paliativos. Su disolución es cuestión de muy poco tiempo.







AL FIN. Desaparecerá para siempre la estética sórdida y tenebrosa impuesta por la banda en el espacio público. Incluso en los cantones - callejas transversales- de las ciudades vascas (en la segunda foto, Mondragón) volverá a salir el sol, al tiempo que la mugre quedará olvidada en la Parte Vieja donostiarra, mientras la sociedad española, incluyendo la vasca, mirará, satisfecha por lo logrado aunque sin olvidar los cerca de 900 asesinados por ETA, hacia el horizonte que se abre, tras la escultura de Eduardo Chillida, en la playa de la Concha de San Sebastián, no lejos del Barrio del Antiguo, que tanto sufrió.


1 de abril de 2017

El arte estimula la creación de espacios imaginativos



Los contrapuntos en la percepción de las diferentes formas del arte alientan y estimulan la imaginación de quien las contempla. Magnífica es la perspectiva que ofrecen las esculturas, suavemente modeladas en bronce, de Henry Moore frente a los relieves en piedra, donde se simboliza la Historia de España a finales del siglo XV en el Colegio de San Gregorio, en Valladolid.

Imaginemos, por un momento, que Fray Bartolomé de las Casas y Ginés de Sepúlveda salen a la plaza, tras la batalla dialéctica que mantuvieron durante la Controversia de Valladolid, celebrada en ese edificio en 1550, y que tan decisiva fue en el reconocimiento de los derechos de los indígenas americanos. Con la mente agotada y el ánimo necesitado de estímulo visual, es muy probable que ante las imágenes de Moore recobrasen el sosiego que esas modulaciones proporcionan a cuantos se situan ante ellas para entender que las aristas de los argumentos pueden ser matizadas por las sinuosidades que el escultor británico ha proporcionado a sus obras como réplica, siquiera sea temporal, a la rotundidad de los estilos, las filigranas y los alardes estéticos propios del gótico tardío.

Un recuerdo emocionado a la Librería de Eva



A la ida o a la vuelta, en relación con mi rumbo profesional cotidiano, paso a diario por la calle Torrecilla, alternativa, en un sentido u otro, a la de Cadenas de San Gregorio, la de los museos, una de las más apetecidas de Valladolid.

Pero la de Torrecilla me atrae, porque en ella impera el pequeño comercio, nutrido de establecimientos diversos que pugnan por sobrevivir en un mundo banalizador de franquicias y grandes superficies, ante las que reividican su existencia estas tiendas modestas, que coordinan estrategias para atraer a la clientela mediante el marchamo de identificación que el nombre de la calle procura.

En ese trayecto hace unos días cerró la librería de Eva. De la librera más sensible, afable y cultivada que he conocido. Muy a menudo me detenía en su escaparate, y a veces entraba para ver lo que tenía, para comprar alguna novedad o simplemente para charlar. Con qué celo, con qué cuidado, con qué solvencia mimaba sus libros y los transmitía al visitante. Era algo tímida, pero la timidez se desvanecía cuando alguna obra llamaba la atención del cliente, que Eva entendía como una invitación al descubrimiento del libro deseado.

De pronto, sin saberlo de antemano, la encontré a la puerta de la librería, con el escaparate cubierto por una cortina de papel que cegaba para siempre el espacio interior, donde hasta entonces los libros ejercían su reclamo.

- ¿Qué pasa? le dije.
- Cierro - me contestó- me jubilo. Esa fue la respuesta. No quise indagar más. Seria como nunca. Con la mirada ante el cristal.
- Lo siento. De veras. Somos muchos los que te echaremos de menos.
- Gracias.
- Gracias a tí, Eva
- Adiós
- Hasta siempre, librera. Me gusta lo que has dejado escrito como despedida, como legado de lo que para ti ha supuesto tu dedicación al libro. Lo voy a fotografíar y a difundir.
- Gracias


Cuántas lecciones extraemos de las pequeñas librerías. De los libreros cultos, entregados al oficio, verdaderos sabuesos a la búsqueda, al descubrimiento y a la transmisión sensible de lo que un libro signífica. El olor al papel, el silencio, el contacto del lector con ese universo de sorpresas sin límite. Un placer. La experiencia de Eva me ha recordado a Pepe, el de la Librería Relieve. Esta tarde he visitado a Miguel, en Sandoval, en la Plaza del Salvador. Jamás he comprado ni compraré libros en otro tipo de librerías.


Al día siguiente, desde la Casa del Sol y a mediodía, vi pasar a Eva de camino a Santa Clara con un trolley seguramente lleno de libros. No me atreví a saludarla, pero la contemplé hasta que se perdió en la mirada. Sentí admiración hacia esa persona. Espero volverla a ver algún día para hablar de libros. Su experiencia no tendrá precio.

Hoy he vuelto a pasar por la calle Torrecilla. Mañana y al otro... y al otro, lo haré también. Sin Eva ya no es la misma. Small is beautiful. ¿No les parece?
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