26 de junio de 2008

.... muchas veces no logré llegar a donde ansiaba (y 2)


La fortaleza europea cierra el paso drásticamente a quien pretenden acceder a ella desde fuera de la línea roja. Una barrera infranqueable se extiende por el Mediterráneo, donde el abismo del Estrecho de Gibraltar se cobra la mayor castástrofe humana, aunque tampoco le van a la zaga las rupturas detectadas en la parte oriental, desde Malta al mar Egeo. Canarias se incorpora a esta relación como el nuevo espacio de la tragedia, a la que se enfrentan los que arriesgan la vida en pos de una vida mejor para acabar perdiéndola en las aguas pavorosas del Atlántico.

El mapa, elaborado por Olivier Clochard y Philippe Rekacewicz (2006), nos muestra en toda su crudeza la magnitud de la muerte asociada a los desplazamientos humanos por razones de trabajo. Las causas son múltiples, pero hay una que predomina sobre todas: el ahogamiento en el mar. Oceanos y mares se convierten así en las fosas comunes que marcan esa drástica solución de continuidad que existe entre la miseria y el desarrollo, entre la ilusión y la realidad, entre el deseo y su frustración definitiva. Ya no hay retorno posible.

Haciendo clic en el mapa, la imagen nos ofrece su fatídica expresividad

25 de junio de 2008

Cuando salí de mi tierra..... (1)

No hay nada más terrible para una persona que el desarraigo forzoso, la emigración obligada. “Cuando salí de mi tierra, volví la cara llorando porque lo que más quería atrás lo iba dejando…”: con esta estrofa, de la canción "El Emigrante" que con pasión emocionada entonaba Juanito Valderrama, generaciones de españoles vieron correr las lágrimas por sus mejillas cuando en los años sesenta del siglo XX se vieron obligados a abandonar el país en busca de una vida mejor en la Europa que entonces comenzaba a despegar y necesitaba mano de obra extranjera para lograrlo.


Antes, muchos otros, y por millares, cruzaron el Atlántico rumbo a las Américas, que eran consideradas tierra de promisión y de fortuna asegurada, aunque no todos tuvieron la misma suerte y gastaron sus vidas en trabajos duros, ingratos y mal pagados. La experiencia emigratoria forma parte de nuestra identidad social, económica e histórica, que en España compartimos, mano a mano, codo con codo, con los portugueses, cuya peripecia allende sus fronteras corre a la par con la española, lo mismo que, no demasiado lejos, formaría parte también de la historia vital de los irlandeses, los italianos o los de la Europa nórdica, cuando el hambre hacia mella en sus vidas sin futuro. Era otra época, cercana en el tiempo, que no hay que olvidar.
Ninguno de estos países, de dilatada historia de desarraigos, cuando no de exilios y destierros, ha dicho NO rotundo a la Directiva, recientemente aprobada por el Parlamento Europeo, que permite internar a los inmigrantes irregulares durante un periodo de 18 meses, mientras se realizan los trámites para su repatriación. Al propio tiempo se autoriza a repatriar a los extranjeros menores de edad a terceros países y sin su familia y que se les pueda reagrupar en sus lugares de origen con tutores que no sean familiares directos o a instituciones adecuadas de su país, estableciendo además que los que sean expulsados no podrán retornar a la UE en un periodo de cinco años. En un plazo máximo de dos años los Estados miembros deberán ajustar la norma comunitaria, que ya recibió el visto bueno de los gobiernos de los 27 países de la UE, a sus legislaciones nacionales.
No ha habido demasiada discusión ni el acuerdo se ha adoptado, como se preveía, tras largos y vivos debates. No. La suerte estaba echada de antemano. La decisión ha sido rápida al contar con el apoyo del Partido Popular Europeo, de los liberales y de la derecha nacionalista, y a ella se ha sumado la mayoría de los socialistas españoles que, a diferencia de los de otros países (ay, ya nos vamos explicando el porqué Don Jesús Caldera ha sido relegado al limbo de la política española), han hecho causa común con la opción restrictiva impuesta por los conservadores europeos, que hoy sacan pecho en la Unión espoleados por los Berlusconis y los Sarkozys de turno, los nuevos tenores del espacio integrado, sin que nadie de la opción contraria se atreva a toserlos.
De la postura adoptada por el grupo de europarlamentarios socialistas españoles sólo se han desmarcado, justo es decirlo, Josep Borrell y Raimon Obiols (voto en contra) y Martí Grau (abstención). El resto, incluido ese ferviente europeísta (Carlos Carnero) que cada dos por tres nos deleita con sus loas e interminables exordios sobre lo mucho conseguido por la Union Europea en materia social, ha dejado claro por dónde va hoy la postura del Partido Socialista en uno de los países cuya historia es inseparable de la emigración.
Atención a la nueva legislatura del gobierno del Sr. Rodríguez Zapatero, quien ya se ha despachado diciendo que "las críticas a la directiva sólo pueden proceder de la ignorancia o la demagogia irresponsable". No es habitual oirle cosas así al Presidente del Gobierno español, tan aficionado él a edulcorar las palabras gruesas y al eufemismo rebuscado, lo que indica que una de dos: o que su respuesta no es más que una prueba de su mala conciencia y de los mucho que le incomoda el tema o que quien no se la leido es él. Que le eche un vistazo, y como buen jurista (al menos estudio Derecho en León) , examine el Art. 14.2 sobre el internamiento, que complementa el 15.3, o el 8 bis. 2 relativo a la expulsión de menores no acompañados. Atención, insisto, al nuevo mensaje. El que avisa no es traidor
(Fotografía: Monumento a "La Familia Emigrante" en una pequeña ciudad del Norte de Portugal)

24 de junio de 2008

Se cumple el centenario de Salvador Allende y las grandes alamedas se han vuelto a abrir en Chile, el país de todos los climas del mundo

El dia 24 de Junio se cumplen cien años del nacimiento en la ciudad chilena de Valparaíso de Salvador Allende Gossens. Pasa el tiempo tan deprisa, los acontecimientos se suceden con tanta rapidez que momentos importantes de la historia quedan desvaidos por la aparición de otros y otros, que los ocultan hasta difuminarlos en el olvido. Me resisto a que eso ocurra con la figura de Salvador Allende, que representó y simbolizó uno de los episodios más esperanzadores y dramáticos ocurridos en el mundo en el último tercio del siglo XX. La resonancia que tuvo en España y en Europa fue impresionante. Pese a la lejanía en el espacio, Chile estuvo presente y próximo en el tiempo. Cuanto allí sucedía era seguido con enorme atención. Y cuando los traidores bombardearon cobardemente La Moneda muchos tuvimos la sensación de que las bombas caían a nuestro lado. Las imágenes de Santiago aquel septiembre negro de 1973 - "yo pisaré las calles nuevamente de lo que fue Santiago ensangretada", escribió y cantó Pablo Milanés - forman parte indeleble de nuestra memoria colectiva.
Aciertos y errores, anhelos e insidias, ilusiones y chantajes se unieron en la etapa iniciada con la elección de Salvador Allende como Presidente de Chile, que abrió en el mundo un halo de esperanza, precursor de una época nueva en la historia de la América Latina. La historia ha absolvido ya a Salvador Allende y el sinfín de testimonios que la investigación nos ha legado permiten a estas alturas dejar a cada cual – a él, a quienes le apoyaron, a los que le impidieron seguir, a los que sobornaron a los huelguistas del transporte, a los que le derribaron con violencia, a los Kissinger de turno (que nadie olvide jamás la responsabilidad de Henry Kissinger, inicuo Premio Nobel de la Paz, en la tragedia) y a los que le quitaron la vida - en el sitio que les corresponde, conscientes de que la obra de Allende, aunque entonces fallida, siempre será recordada como símbolo de lucha por la libertad y por la igualdad.
Allende cumple cien años y el país más largo del mundo – “es Chile un país tan largo, mil cosas pueden pasar”, cantaban los Quilapayún- lo celebra con respeto y sin estridencias. Desde Arica hasta Punta Arenas las librerías, entre ellas esas magníficas librerías de Santiago, Concepción y Valparaíso, que alguna vez he visitado, se han llenado de obras conmemorativas, que mayoritariamente se alinean con actitudes de reconocimiento a quien les abrió un horizonte de esperanza, en el que se veían identificados los que menos tenían y los que más podían aportar, por su inteligencia, por su sensibilidad y por su generosidad, a la construcción de un Chile mejor.
Y qué mejor homenaje que recordar las palabras pronunciadas cuando veia caer, con estrépito, violencia, muerte y fuego, el modesto e inseguro edificio que habia construido o trataba de construir:
"Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad al pueblo. Y les digo que tengo la certeza de que la semilla que hemos entregado a la conciencia digna de miles y miles de chilenos, no podrá ser segada definitivamente. Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos.
Trabajadores de mi patria, tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo en el que la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor".
Las grandes alamedas de Santiago. Cuando las visiten no dejen de evocar estas palabras

23 de junio de 2008

Noche de San Juan


Noche de San Juan. Noche deslumbrante. Noche corta, en el dia de luz más prolongada del año y con el que se inicia el solsticio de verano (ver nota pie). El sol es la hoguera principal y el que - oculto o explícito - preside esta conmemoración que forma parte indisociable de nuestras vidas felizmente paganas, que, mientras puedan, tratarán de resistirse a las tinieblas y de celebrar la luz del sol, como todas las civilizaciones que en el mundo han sido. De ahí la solemnidad de la fecha, que a tantos concita en torno al resplandor del fuego iluminado. Es el que nos remite a la victoria de la luz sobre la oscuridad, de la pasión sobre el adocenamiento. Asi lo he visto en Valladolid a las 22 horas. Mágico.

Nota: Esto del ciberespacio es una fuente constante de saber y rectificaciones. He recibido, por correo electrónico el siguiente mensaje: "Me vas a permitir que te corrija. El solsticio de este año fue el viernes 20jun2008 a las 23.59horas".

Véase
http://www.elcielodelmes.com/cambio_de_estaciones.php

Pues bien, como rectificar ante la evidencia no es de sabios sino de sentido común, recojo la observación al tiempo que la agradezco muy sinceramente. Cuidemos en adelante nuestras referencias temporales cuando de los cambios de estación se trata.

A Pedro Gómez Bosque




Supiste, Pedro, bogar contra corriente
y la corriente se adaptó a tu rumbo.
Era lo más inteligente que podía hacer.
Lograste que tu mundo fuese un mundo de encuentros
en el que todos, salvo los necios y los mezquinos,
nos encontrábamos a gusto. Disfrutábamos con él.

Apenas un rumor, unas palabras,
un comentario, una sonrisa,
una mirada y una idea, apenas una idea,
abrían paso al torrente de la imaginación desbordada.
Así empezaba todo y así todo acababa
como en las tertulias al amor de la lumbre
que nos evocaban la infancia perdida
para disfrute de todos en una madurez enriquecida.

Y cuando todos habíamos hablado, y dicho cosas miles,
llegabas tú, Pedro, con tu mirada perdida,
y nos enseñabas a mirar hacia lo lejos.
Recuerdo a Maria Eugenia cuando discutía contigo,
jamás le reprendiste, porque decíais lo mismo,
pero ella no aceptaba que le dieras la razón,
porque en el fondo sabía que veros debatir a los dos
era un placer por todos esperado.

Vino el otoño de tu vida, y las hojas permanecieron.
En esa etapa yo te conocí,
cuidando de la higuera de tu vida.
Duró poco, porque el invierno se impuso de repente.
Y las nieblas del Pisuerga cegaron el horizonte,
que siempre dibujaste con manos magistrales,
enseñando a entender lo que pocos comprendían.

Al final recurriste a Beethoven para darnos la lección
de lo que hace la música por nuestras vidas.
La "Pastoral" nos acompaña y nos evoca tu nombre,
nos relaja y reconforta. Nos acerca a tu legado.
La indentificamos contigo y con Teresa.
Mas, cuando cerramos los ojos,
nos llegan los sones del Réquiem de Mozart,
que, inmenso, te acompañó como rayo fugaz
en tu última visita a nuestras vidas
silencioso ya como estabas en el centro del templo.
Abarrotado.

(Pedro Gómez Bosque, Catedrático de Anatomía y Profesor Emérito de la Universidad de Valladolid (España), habia nacido en El Escorial (Madrid) el 5 de Julio de 1920. Tras una vida profesional de impresionante alcance y fiel en todo momento al compromiso de una actividad dedicada al magisterio, a la docencia y a la defensa de la libertad, falleció en Valladolid el 21 de Junio de 2008. La fotografía procede del archivo de El Norte de Castilla)

22 de junio de 2008

Dueño quiero ser de mi tiempo y de mi espacio

Dueño soy de mi tiempo

y también quisiera serlo, y para siempre, de mi espacio.

Lo encuentro libre, y libre me dispongo ya a ocuparlo.

Objetivos compartidos, que se exigen mutuamente,

valores en sí mismos, de valor incalculable,

anhelos deseados que no es posible disociar,

a riesgo de empobrecimiento y abandono

de la siempre ansiada libertad.

Nunca pensé que sus cotas podrían estar tan altas,

que sus señuelos mostrarse tan distantes,

que sus reclamos tan arriesgados,

que los horizontes posibles tan improbables.

Son hitos que se alcanzan con esfuerzo,

empeños dificultados por la rutina y el temor al día siguiente,

aunque, una vez logrados, queremos preservarlos,

resistentes a que salgan de nuestra vida aún no descubierta,

o aún por desentrañar en toda su riqueza de matices.

Son experiencias percibidas, quimeras proyectadas

que impulsan siempre a mirar hacia lo lejos

sin perder la vista atrás.

21 de junio de 2008

Playas que fascinan

He recibido varios correos electrónicos, algunos del extranjero, preguntándome por el lugar donde está tomada la fotografía que aparece en mi perfil. Hoy comienza el verano, es sábado y, aunque las cuestiones que normalmente me ocupan no están abandonadas, aprovecho la ocasión para mirar al horizonte y descubrir paisajes que hay quien no conoce y que algún día, si le es posible, debiera conocer.

Se trata de una vista deliberadamente seleccionada porque la perspectiva del paisaje resulta fascinante, como tantos y tantos que nos ofrece la costa española. Por proximidad y afición suelo frecuentar las playas del Norte del país, y conozco bien el espléndido rosario de espacios de arena que desde Hondarribia, en el Pais Vasco, hasta O Grove, en Galicia, nos ponen en contacto con una realidad natural bellísima, llena de contrastes, de formas construidas por la naturaleza, de tamaños, de profundidades. Recorrer la costa atlántica española es una de las experiencias más atractivas con las que el espíritu viajero puede deleitarse a placer. Desde la línea del mar hasta lo alto de los cantiles, desde los que se divisa la inmensidad del océano y sus infinitas modalidades de contacto con la tierra, el viajero nunca se siente decepcionado. Siempre encuentra satisfacción a lo que busca: la visión del mar, que le aporta toda suerte de colores y matices, sin que nunca perciba sensación de cansancio o de dèjà vu. Siempre hay novedad, siempre hay algo por descubrir, aunque bien es cierto, sin embargo, que también se ha visto afectada en numerosos puntos por el impacto urbanístico insensible a sus cualidades y valores naturales.

La imagen de que hablo y que inserto en este blog corresponde a la playa de Torimbia, sita en el sector oriental de Asturias, en el municipio de Niembro, muy cerca de Llanes. Tamizada por la neblina de la mañana, expresa bien los rasgos distintivos de lo atlántico. La descubrí hace casi treinta años, en uno de aquellos veranos que compartimos mi familia y yo con un grupo de buenos amigos en el Llanes que todavía conservaba la imagen de la pequeña villa asturiana, recoleta y acogedora, apenas impactada por el turismo. El acceso era muy complicado, difícil para ir con la silla de los niños, agotador en las subidas y bajadas por aquellos caminos estrechísimos que se recortaban en mil curvas no sin riesgo para los inexpertos caminantes que éramos nosotros. Cuando llegábamos, la inmensidad de la playa nos hacia minúsculos, sensación acrecentada al observar el imponente murallón que la cierra a sus espaldas. Había espacio y tiempo para todo. Hasta la extenuación, tras una jornada de libertad total.
No con la frecuencia que desearíamos, pero años después, sin sillas de niños, con los accesos preparados y más abierta a la concurrencia, Maria Antonia y yo hemos vuelto a Torimbia a evocar las vivencias de otro tiempo y a disfrutar de lo muchísimo que Asturias ofrece a quien desee descubrirla. Las playas del Norte de España, las playas de Asturias: una belleza y hasta una pasión para muchos.

20 de junio de 2008

La acumulación de la riqueza: la nueva Internacional

Con un índice de crecimiento del 8,3% en 2006, muy por encima de lo que podría aumentar el PIB de un país en el mejor de los escenarios económicos, el número de multimillonarios en el mundo se dispara espectacularmente. En los últimos años ha aumentado y se ha fortalecido el grupo de los que alcanzan fortunas superiores a los mil millones de dólares: mientras en 1998, según Forbes, eran 209 las personas cuyo patrimonio superaba este umbral, diez años después esta cifra se eleva hasta alcanzar las 1.125. Más numerosos y afortunados, los muy ricos entre los ricos ya no disimulan la magnitud de su riqueza. Si ayer se esforzaban por ocultarla, hoy figuran rutilantes y altivos en la primera página de las revistas, codeados sin rubor con la clase política que manda, y que con frecuencia les sienta a su mesa. Aparecen lo suficiente como para que el ciudadano común sueñe con emularlos, pero tampoco se prodigan en exceso para no irritarle.

Conviene saber que esta tendencia ya no está exclusivamente protagonizada por los que viven en Occidente, ya que personajes de otros ámbitos se incorporan a la lista del club selecto de los afortunados, a medida que el espacio de las grandes fortunas se diversifica. Cuatro de las ocho personalidades más ricas del mundo son hindúes. Y a ellos se suman los que cimentan su incomensurable éxito financiero en Rusia, Turquía, Polonia, Brasil, Argentina, China o Corea del Sur, abriendo un palmarés tradicionalmente dominado por los norteamericanos, los europeos y los japoneses. Por áreas, las que en mayor medida han visto crecer su nómina de grandes ricos son Oriente Medio, Europa del Este y América Latina.

También se modifica y amplia el origen de la riqueza: la especulación financiera, los medios de comunicación, el sector inmobiliario y las nuevas tecnologías suplantan la hegemonía ostentada por los reyes del petróleo o los capitanes de la industria (siderurgia, agroalimentación, químico-farmacéutica), que coexisten con aquéllos en el mismo club, mientras los monarcas del Golfo, singularizados en su autocracia sin límites, canalizan el afán de acumulación y prepotencia que les permiten los petrodólares al lucrativo negocio del turismo de lujo, donde llevan a cabo iniciativas inimaginables.

Ahora bien, si la globalización de los intercambios y el amparo proporcionado por los paraísos fiscales tienden a reforzar, como nunca ha ocurrido, el poder de la élite mundializada, su poderío coexiste con el grupo de los afortunados que a su vez prosperan en cada país, donde acumulan altas rentas, sorprendentes patrimonios, prestigiosos diplomas y magníficas relaciones sociales, dando forma y consistencia a un escenario de ostentación más doméstico en el que las viejas oligarquías sobreviven o se readaptan, acogiendo sin dificultad ni reserva alguna a los recién llegados a la rueda de la fortuna. Es decir, la mundialización de la riqueza comparte mesa y mantel con los beneficiados por las posibilidades de riqueza en sus respectivos Estados. Las fronteras se difuminan al compás de una lógica confortable y provechosa para quienes pueden favorecerse de ella. Es la nueva Internacional. Una internacional selectiva, que entiende del capital pero no del trabajo, como expresivamente señala este "Mensaje en la Calle", seleccionado para la ocasión.

19 de junio de 2008

Viñetas que invitan a pensar: una serpiente insaciable que todo lo devora

Cuando la evidencia de lo grave no admite discusión y quienes tienen la responsabilidad de examinarlo y evitarlo no encuentran en ello nada raro, una de tres: o el responsable es un irresponsable o es un idiota o deliberadamente mira para otro lado porque algo le va en ello. ¿A partes iguales? Ni hablar. Que cada cual se incline por una de estas actitudes, pero equivalentes, en absoluto. ¡Qué no, que no quiero verla, que no hay medidas que lo eviten”, algo parecido es lo que a menudo hemos oído de quienes tienen el deber de velar por la defensa de lo público, parafraseando el famoso verso de Federico García Lorca, referido también a una situación trágica e irreversible (la muerte del torero Ignacio Sánchez Mejías).
Pues trágico, e irreversible en cuanto a los impactos que ha provocado, es también el espectáculo al que estamos asistiendo en España, donde, como si de una interminable fila de fichas de dominó adosadas se tratara, caen las piezas, arrastrándose unas a otras, para desconcierto e indignación del ciudadano común, hipotecado hasta las cejas, que ve desvanecerse su confianza en la ley y en el poder encargado de aplicarlo. La corrupción urbanística es un cáncer, que desde hace tiempo se ha apoderado del tejido territorial español, campeando a sus anchas, favoreciendo enriquecimientos espectaculares y, lo que también es muy grave, corrompiendo las estructuras de poder que, legitimadas por el voto popular, hacen caso omiso de su compromiso público para decantar sus ansias de lucro y sus decisiones en pos del beneficio privado y en el plazo de tiempo más corto posible.
Lo ocurrido en la ciudad andaluza de Estepona, en la provincia de Málaga, donde casi toda una corporación municipal con su alcalde al frente (que no ha mucho presumía de honradez a carta cabal) está imputada en un delito de corrupción urbanística monumental, es un episodio más de una inmensa serpiente voraz que ha engullido voluntades, destrozado el paisaje, deslegitimado al poder y aumentado el desprecio y la desconfianza de los ciudadanos en quienes les gobiernan y en las instituciones que representan. Una auténtica tragedia, que no se ha querido afrontar cuando ya era clamor popular y que hoy se ha convertido en la hidra de las mil cabezas. Por favor, que levanten la mano los Ayuntamientos que están libres de esta lacra. Los hay, sin duda, y muchos, pero que lo digan.
(Viñeta de El Roto. Publicada en El Pais. Madrid)

18 de junio de 2008

Es bueno, Bono, saber estar a la altura de las circunstancias

Si la solemnidad se torna en impertinente manifestación de autoridad el discurso realizado deriva pura y simplemente en el ridículo. Tratar de infundir con grandilocuencia un mensaje repleto de obviedades cuando no vienen a cuento revela una actitud más propensa a la petulancia que a la sensibilidad por lo que en realidad está ocurriendo en el momento en que se pronuncia. Algo que no debiera suceder.
Es la sensación que tuve al ver y oir a Don José Bono Martínez, presidente del Congreso de los Diputados en España, cuando el dia 14 de Junio presidía, como le corresponde y gusta, un acto de homenaje a personas que habian sufrido prisión durante el fraquismo como consecuencia de sus ideas. Personas mayores, semblantes curtidos por la edad y por experiencias dolorosas, representativos de los muchos que no pudieron estar porque ya están muertos, gentes del pueblo represaliado y sumido en el olvido y en el desprecio durante décadas, gentes tranquilas, sin ganas de alborotar: simplemente unidas por la evocación de lo que padecieron y deseosas de que se les reconozca. En esto, uno de ellos enarboló una bandera tricolor, en recuerdo de las ideas que defendieron. La mostró a la concurrencia y fue aplaudido por ésta. Por un momento, el símbolo de la segunda República Española lució en la sala rutilante del Congreso preparada para el encuentro. Todo inofensivo, simplemente evocador de una época y de unas ideas de libertad. Recuerdos y añoranzas de quienes, escondidos y atemorizados, perdieron, con su juventud, la mejor época de su vida. Pues no se trataba de un acto parlamentario, sino de homenaje y reconocimiento para el que el Congreso se ofrecía como espacio de encuentro.
Pero el Sr. Presidente del Congreso no estaba dispuesto a tolerar tamaña insolencia. Hasta ahí podíamos llegar, se dijo convencido el ilustre chico de Salobre (Albacete), manchego de pro. Con tono rotundo y voz engolada recriminó a quien osaba blandir algo que no tenia sentido, pues ahora la legalidad era otra y que habia que respetarla, que si como invitados que eran tenian que ser respetuosos y bla, bla, bla, que si lo de esa bandera flameando en ese recinto era improcedente y bla, bla, bla.



Una perorata en toda regla, fuera del tiesto, sobre lo que es ahora España y su legalidad constitucional se soltó el tribuno a todo trapo, sin darse cuenta de que todos los presentes lo sabían, estaban de acuerdo con que la legalidad ahora es otra y que nadie la estaba sometiendo a cuestión. Nadie discutía lo que el Sr. Bono pregonaba con tanto énfasis como si de una lección magistral se tratase, sin darse cuenta de que sus palabras eran tan inoportunas como innecesarias. Se trataba de un acto conmemorativo en un contexto emocional lógico e inevitable. Algo excepcional , y así había que entenderlo. Así lo entendieron todos menos Bono Martínez.
Cuando lo ví, y me imagino que a muchos les ocurriría lo mismo, sentí vergüenza ajena, un sentimiento de lástima y pudor al observar la inconcebible postura adoptada por quien no tenía ni idea de lo que allí se estaba conmemorando. Más despistado que un pulpo en un garaje estaba el que otrora fuera presidente de Castilla-La Mancha. Una demostración más de engreimiento ignorante que de desprecio y una prueba de que en aquel momento no supo estar a la altura de las circunstancias. Nadie ha secundado su actitud. Nadie del Partido Popular ha salido en su defensa, mientras algunos de sus correligionarios del PSOE se han mostrado críticos con lo que hizo y dijo el presidente del Congreso.
¿Todos han bajado la cabeza avergonzados ante ese alarde de autoridad improcedente?. Todos no: hete aquí que Doña Rosa Diez González, que lidera un partido llamado UPyD, le ha ganado a Bono en salero recriminador: “la ley no se puede someter a las emociones” ha dicho dicha señora convencida de que una cosa es la gimnasia y otra la magnesia. Menudo descubrimiento, pensando que las emociones desplegadas por esas personas eran atentatorias contra la ley o prevalecían sobre ella. ¿Qué porqué ha hecho eso una que antes fue del PSOE, gobernó en coalición con el PNV, compitió sin éxito con Rodríguez Zapatero por la Secretaria General de su partido y mantuvo su escaño en el Parlamento Europeo en discrepancia permanente con el grupo al que pertenecía, pero sin renunciar a él hasta que ya veia la salida para continuar en política? Ella sabrá. Aunque esa mujer no da puntada sin hilo: tiempo hace que Díez no desaprovecha oportunidad que se le presenta para abrir las puertas de su partido a cuantos, desencantados de la derecha, que ahora toca, y de la izquierda, en cuanto toque, puedan engrosar su militancia y asegurarle un puesto al sol. Ya lo tiene, pero lo quiere más grande, a costa de lo que sea. ¿Qué opinará Fernando Savater de lo que dice en algunas ocasiones Rosa Díez?.

16 de junio de 2008

Enhorabuena a los que confían en la justicia y aborrecen la calumnia y la mentira

Sin duda, tenemos motivos para celebrarlo. La justicia ha dado la razón al alcalde de Madrid, Don Alberto Ruiz-Gallardón en la querella por difamación presentada contra un locutor de la Cadena de Ondas Populares Españolas, de nombre Fede Jiménez. Ya he hecho alusión hace unos días a este asunto, que afortunadamente se ha resuelto en los términos que muchísimos españoles deseábamos: el locutor susomentado ha sido condenado sin ningún tipo de matices por la letanía de calumnias, mentiras y vejaciones reiteradamente proferidas contra el Sr. Ruiz-Gallardón, que de esta forma queda desagraviado por el atentado sufrido en su honorabilidad y en el derecho que constitucionalmente le ampara en la defensa de su imagen.

La sentencia es clara y marca jurisprudencia en un asunto muy sensible, que debe ser tratado como se merece frente a aquellos que, haciendo un uso perverso e interesado de la libertad de expresión, la utilizan de manera espúrea con el solo propósito de hacer caja sin ningún respeto a los que difaman, pretendiéndose situados por encima de la ley. Léanla, ya que no tiene desperdicio.

Lo dije entonces y lo digo ahora. Nada importa la sarta de improperios y gracietas de baja estofa que ese Jiménez vaya a propalar a partir de ahora tratando de salvar la cara mediante el uso miserable de una emisora propiedad de los obispos católicos españoles, que no ha mucho le han dado muestras inequívocas de confianza mediante la prórroga del contrato. Su estilo repugna y lo mejor es hacer oidos sordos a tanta ignominia. Aunque, a lo mejor, es tan listo que aprende y a partir de ahora rebaja la densidad de su bilis radiofónica, ya que el varapalo recibido es mayúsculo. Qué mas da lo que haga, pues tocado está, por más que ahora se plantee recurrir el fallo. Desde entonces lo que llama "su programa" está dedicado a descalificar la sentencia, a la juez que la ha elaborado y a cuantos se le pongan por delante en su irrefrenable camino en pos de su visión particular de la justicia, la que le sitúa por encima de ella, que es lo que pretende.

Las soflamas, amén de tediosas, rayan el ridículo y el patetismo argumental. Luego en sus tertulias, vuelta la burra al trigo, secundado por los corifeos sin sentido del ridículo: más de lo mismo, el consabido sonsonete, hasta la náusea. Un día y otro día. Tedio y mediocridad, el eterno retorno a las mismas simplezas. El contrajemplo de una radio moderna y sensible a la realidad de su tiempo. Y es que, mientras el mundo gira y suceden cosas, la emisora de marras se enroca en su búnker de obsesiones irredentas. Bah¡

Aburrido de tanta miasma, insisto en lo que único que tiene interés en todo este asunto: ansioso estoy de oir las opiniones relativas al asunto por parte de algún conspicuo representante de la jerarquía católica española e incluso con gran atención seguiría los comentarios del eminente Nuncio de la Santa Sede en España, a quien este comunicador de infamias ha llamado alguna vez "masón". Pero la satisfacción sería inmensa si la reacción a lo que la Justicia ha hecho con el copero y leguleyo Jiménez saliera de la boca y de la mente de mi ilustre paisano Don Carlos Amigo, cardenal-arzobispo de Sevilla, a quien profeso tanto respeto como consideración, acrecentados cuando dijo aquello de que la "COPE era como un dolor de cabeza para la Conferencia Episcopal". Palabras sabias del ilustre riosecano que, como hombre inteligente y coherente que es, bien sabe que la jaqueca se alivia e incluso se cura con la terapia que pone fin a las causas que la motivan.

Enhorabuena a los que siguen confiando en la justicia y rechazan la violencia e ignominia de los difamadores, aunque, a la postre, y como ocurre con los animalitos que todos sabemos, siempre les acaba llegando su "San Martín"

“La Hoja Amarilla" o las tribulaciones que supone invitar a España a un ciudadano extracomunitario (UE). Si lo intentan, prepárense



Deseo relatar una experiencia que acabo de vivir. No crean que es ficticia. Es real como la vida misma
"Érase una vez un ciudadano guatemalteco, nacido a la orilla del Pacífico y que, por azares de la vida y gracias a su enorme capacidad de trabajo, había llegado a ser profesor de la Universidad San Carlos de Guatemala, la cuarta que fundaron los españoles en América y hoy una de las más grandes de América Latina. Al tiempo, érase un ciudadano español, nacido, en cambio, lejos del mar, en las tierras altas de Castilla, y a quien, también de manera azarosa, el destino y el esfuerzo habían conducido hacia el cuerpo docente de una Universidad con varios centenares de años a sus espaldas. Ambos se conocieron hará aproximadamente unos diez años, enseguida intimaron, por aquello de que las afinidades intelectuales y las aficiones compartidas suelen fraguar vínculos de amistad que escapan al tiempo y a la distancia.

Durante esos años los vínculos se fueron anudando, lejos de tensiones y de momentos críticos: simplemente se correspondían con un clima de buena relación, gratificante para uno y otro, y sin otra finalidad que la de seguir con atención el desarrollo de las cuestiones profesionales que suscitaban su interés. El español comenzó a viajar con frecuencia a tierras centroamericanas, a las que llegaba sin ningún tipo de contratiempo. Bastaban el pasaporte en regla y las ganas de descubrir un mundo tan contradictorio como fascinante. Siempre le ayudaron el colega de “Guate” y su familia. Todo fueron agasajos y momentos gratísimos para él a la vera de los volcanes, cabe el Lago Atitlán, callejeando por Antigua, descubriendo los misterios de la cultura maya y admirando la costa del Pacífico, cerca de San José Escuintla, de donde es natural el colega.

Mas llegó el día en que el guatemalteco necesitó venir a España. Al no encontrarse bien de salud, el español le había insistido en la conveniencia de ser atendido por un prestigioso equipo médico que ejercía con eficacia en la Universidad donde profesaba. Las ocupaciones y motivos de otra naturaleza fueron retrasando el viaje del centroamericano, hasta que, por fin, se decidió a cruzar el Atlántico, en dirección hacia Europa, convencido de que era lo mejor que podía hacer. Comenzaron los preparativos, pensando que no habría otro problema que la inquietud por el éxito del tratamiento de que iba a ser objeto. Concertada la fecha, con los pasajes de avión y la reserva del alojamiento en el bolsillo, y confiado en que la no exigencia de visado para entrar en la "madre patria" iba a facilitar las cosas, sólo bastaba esperar, a sabiendas de que los días pasan rápido.
De pronto, el español recibió un aviso de su amigo: “Necesito que me hagas una invitación para poder entrar en España. Sin eso, me arriesgo a que no me dejen entrar”. ¡No problem!, pensó el de Castilla. Le preparó una carta como es debido, con membrete, firma y todas las referencias posibles, para que no cupiera duda de que en su llegada no iba a quedar desamparado. Volvió la calma. A esperar. Pero a los cuatro días sobrevino la tormenta. “Que esa invitación no sirve, que tiene que ser una específica emitida por la Policía”. Y ahí empezó la odisea, que el español nunca olvidará.

Informado de que las gestiones había que hacerlas en una Comisaría de las afueras de la ciudad, lejos del centro y de las miradas de los turistas que acuden a la Plaza de San Pablo, allá que se fue. Aunque nunca había estado en aquel edificio, no le costó encontrarlo. Era grande, con un patio bastante amplio y era, sobre todo, el lugar donde el fenómeno de la inmigración muestra su imagen más real y descarnada. Un lugar abarrotado de gente de mediana edad, y abundancia de jóvenes, hombres solos, mujeres solas y mujeres con niños. De todos los colores y de idiomas desconocidos pero fácilmente identificables. Un mundo variopinto, de actitudes nerviosas y semblantes preocupados.

Tras esperar un rato largo fue atendido con educación y contundencia a la vez. Eran necesarias para asumir lo que se le venia encima: nada menos que la aplicación implacable de la Ley de Presidencia del Gobierno de 10 de Mayo de 2007, “por la que se establecen los términos y requisitos para la expedición de la Carta de invitación”.
¿Qué requisitos?, ¿cuántos?: ni se lo imaginan quienes no hayan vivido esta experiencia. Requisitos para el invitante: D.N.I., Tarjeta de Residencia, Escritura pública de propiedad o contrato de arrendamiento, certificado de empadronamiento, certificado municipal acreditativo del número de personas que conviven en la vivienda, idem. del presidente de la Comunidad, especificando el numero de personas que conviven en la vivienda, documentación que acredite la relación con el invitado, fotografías, correspondencia o cualquier otro documento o soporte audiovisual que demuestre relación entre invitador e invitado (en el supuesto de amistad o vinculación no familiar). Y requisitos también para el invitado: Fotocopia de pasaporte, copia billetes de avión, certificación de su residencia en el país de origen, certificado del trabajo que desempeña, acreditación de medios económicos (un mínimo de 513,54 euros por persona ……

La peripecia invitadora proseguía implacable. Una vez entregado todo ese material, cuya recopilación había sido muy laboriosa - 17 documentos entregó el español al funcionario de la policía – sólo cabe esperar……Esperar a que se haga efectiva la Resolución, firmada por el Jefe de la Dependencia y el Instructor, en la que, “vista la documentación obrante”, y tras varias “resultandos” y “considerandos”, se ESTIMA la solicitud de la Carta de Invitación, que es expedida a nombre del solicitante, previo pago de una tasa general y de las preceptivas tasas de compulsa…. Con la Resolución en firme, hay que esperar algo más: la expedición de las Hojas Amarillas o Cartas de Invitación emitidas por el Reino de España. Por fin, las Hojas Amarillas en poder del español invitante. Una por persona. Firmadas por la autoridad policial competente y por el sufrido invitante, deben ser remitidas al invitado para que recoja la firma de la Autoridad Consular y las presente en el puesto fronterizo de entrada al territorio nacional…….
El español volvió a recordar los días y las noches transcurridos en esta odisea cuando esperó, durante las siete horas de retraso, a que llegara el vuelo procedente de Guatemala, con escala en San José (Costa Rica), sentado y andando de acá para allá en el vestíbulo de Llegadas de la Terminal 4 del Aeropuerto de Barajas, acompañado de la prensa y de una novela de Sandor Márai que se compró en la Feria del Libro de Valladolid. Cuando vio salir por la puerta nº 11 al colega, a su mujer y a su hijo de 12 años con rostros de agotamiento, con media sonrisa y abiertos a un mundo distinto y distante, el español comprendió, una vez más, la diferencia que distingue a los humanos en función del lugar en el que hayan nacido".
Fotografía: Tras una reunión de trabajo, Juan Alberto González y quien esto suscribe posaron junto al monumento que conmemora el lugar - el impresionante claustro interior del Palacio de la República- donde se firmaron los Acuerdos de Paz de Guatemala el 29 de Diciembre de 1996. Esta foto, tomada el 14 de Noviembre de 2005, fue aportada como prueba incluida en la documentación que se comenta en este relato.

En la fotografia superior se contempla una perspectiva del Lago Atitlán, cerca de Santa Catalina Palopó. Otro mundo

15 de junio de 2008

Mensajes en la calle: los relojes de la inmigración

La inmigración proporciona una nueva perspectiva, una nueva dimensión del espacio y del tiempo. Los lugares que habita el inmigrante se convierten en ámbitos obligadamente asumidos para el trabajo y las relaciones cotidianas, pero, cuando se viene de fuera, el pensamiento, el recuerdo y la mirada tratan de encontrar, siempre que se pueda, las referencias que le acercan a sus espacios de origen, a su mundo de pertenencia y de recuerdos, por muy distante que esté. Quizá esta actitud, humana e inevitable, sea la que defina el llamado "síndrome de Ulises", que afecta al inmigrante cuando siente el desarraigo y piensa en la lejanía que le separa de su "Itaca".

¿Qué hora será en....?: esa es muchas veces la única señal, el único vínculo inmediato con lo que quedó atrás. El indicio de que el tiempo define el valor de una distancia, sólo franqueable con la imaginación.

Fotografía: Cualquier lugar para envío de remesas en cualquier lugar de España.

14 de junio de 2008

El NO de Irlanda al Tratado de Lisboa: la Unión Europea en crisis

La negativa de la ciudadanía irlandesa a respaldar con su voto el Tratado de Lisboa (46,6 por 100 de votos a favor frente al 53,4 de los noes, que han llegando a superar el 60% en buena parte de los distritos de Dublin) merece una valoración reposada, que permita entender el extraordinario significado que esta postura tiene a la hora de interpretar en qué situación se encuentra el proyecto europeo en estos momentos.

No basta con decir que el Tratado era malo y que por esa razón ha sido rechazado. Es un argumento facilón que no conduce a nada. Cuando el propio Primer Ministro, consciente de la importancia que esta consulta tiene para el futuro del Tratado, reconoce que no se lo ha leído e incluso no se recata en señalar públicamente que es farragoso, un rollazo y muy complicado, es que algo falla en las convicciones del poder político para estimular la participación y promover una postura afirmativa. No ha habido una pedagogía por parte del Gobierno irlandés que transmitiese un discurso a favor del Tratado. Sólo a última hora, y para no quedar mal con Bruselas, ha intentado contrarrestar el voto negativo, sin hacer, en cambio, una campaña verdaderamente efectiva contra la abstención. En un intento de aproximación al resultado, y a falta de conocer con más detalle las circunstancias que han conducido a esta situación, creo que el referéndum irlandés arroja tres grandes conclusiones (dos generales y una específica):

Primera: La posibilidad de conseguir un respaldo unánime a un Tratado que avance en la unión política del proyecto comunitario europeo es cada vez más remota, ya que siempre habrá de tropezar con resistencias que lo dificulten por parte de uno o varios Estados miembros. El rechazo de Francia y Holanda al Tratado Constitucional en 2005 fue una advertencia muy seria, que paralizó definitivamente aquel intento. El NO irlandés, aunque sea el único Estado que la va a someter a referéndum de toda la población, abunda también claramente en ese sentido.

Segunda: Frente a la idea de una Europa unida políticamente, se impone una Europa de los Estados, que siguen representando el núcleo vertebrador de la Unión Europea, su elemento estructurante por excelencia. La personalidad de los Estados miembros se resiste a quedar diluida en un proyecto de integración, en la medida en que puede poner en amenaza sus propios intereses, considerados prevalentes sobre los intereses comunitarios.
Tercera: Pese a haber sido uno de los principales beneficiarios de los Fondos Estructurales y de Cohesión, destinados a impulsar el desarrollo del pais y a facilitar su convergencia con las regiones más prósperas, la República de Irlanda ha optado, de cara al futuro, por preservar los factores que han hecho posible su formidable despegue económico a lo largo de los últimos quince años. En realidad, dotada de un régimen fiscal privilegiado para favorecer la implantación de empresas extranjeras (fundamentalmente norteamericanas), se ha convertido en una especie de Zona Franca, celoso de su singularidad estratégica y reacio, por tanto, a homologarse desde el punto de vista tributario con el resto de los países comunitarios. El paupérrimo pais de Michel Collins se ha hecho rico y adopta la postura de los ricos egoistas. No hay más que leer las declaraciones de algunos partidarios del "no" para enterarse de lo que subyace tras esta opción. No me extrañaría tampoco nada la presencia tácita de la larga mano del amigo americano, nunca dispuesto a aceptar el fortalecimiento de la idea de Europa. Si a ello se une, a mayor abundamiento, la actitud de desconfianza y "vade retro" hacia el Tratado expuesta sin tapujos por la Iglesia católica, que trata de preservar las esencias de su doctrina moral frente a las tendencias disolutas que hoy parecen detectarse en el continente (se ha llegado a hablar del no a la "Europa impía y abortista"), no será difícil entender un resultado que estaba cantado hacia mucho tiempo, y que, por tanto, no ha sorprendido a nadie. Máxime si se recuerda que Irlanda rechazó también el Tratado de Niza, actualmente en vigor.
En mi opinión, el problema no está en el Tratado - respecto al anterior, éste era de un descafeinado subido, y en muchas cosas creo que lo mejoraba sensiblemente - sino en la crisis estructural de la idea misma de la Unión Europa como entidad política y en el peso que los intereses de los Estados tienen sobre una pretensión integradora que se ve más como una amenaza que como una posibilidad, de lo que acostumbran a hacerse eco los ciudadanos cuando se somete la cuestión a su veredicto.
Fotografía: Richard Roche, Ministro irlandés de Asuntos Europeos, durante el recuento de los votos en el Wicklow Count Centre de Dublin. Compungido se le veia al hombre, a fe mía.

13 de junio de 2008

Respuesta negativa para una causa justa: el reconocimiento de las secuelas de la Fábrica de Uranio de Andújar

Quienes nos interesábamos por este tipo de cuestiones, poco sabíamos entonces de lo que hacía y cómo lo hacía la Fábrica de Uranio localizada en la ciudad andaluza de Andújar, en la provincia de Jaén. Sabíamos que dependía de la Junta de Energía Nuclear y que empleaba a poco más de 100 trabajadores. Más tarde nos hemos enterado, a través de trabajos recogidos en publicaciones oficiales, que se dedicaba a la fabricación de concentrado de óxido de uranio, de gran pureza (superior al 80%), que alimentaba a centrales nucleares, preferentemente de Francia y Estados Unidos. Con un mercado asegurado y floreciente en la época, esta instalación estuvo en funcionamiento entre 1959 y 1981, aunque no sería clausurada hasta diez años después. Durante esos años dio trabajo y eso era lo importante. No pasaba nada.
Con el tiempo, sin embargo, las secuelas no se han hecho esperar: casi la mitad de la plantilla ha enfermado y fallecido por patologías que se asocian al tipo de actividad y a las condiciones en las que se llevaba a cabo. A la vista de las secuelas, las familias de los trabajadores han reaccionado, solicitando que se reconociera como enfermedades profesionales las derivadas de un trabajo que se ha comprobado lesivo para la salud si no se realiza en las condiciones adecuadas. ¿Se imaginan Vds. con qué garantías de seguridad se trabajaba en los años sesenta y setenta en una fábrica de material radiactivo en España, absolutamente cerrada a cualquier tipo de información?.
La solicitud fue unánimemente atendida en 2005 por el Congreso de los Diputados, hasta el punto de que desde el propio Ministerio de Trabajo, y con grandilocuentes palabras de quien ostentó esa responsabilidad hasta Mayo de 2008, se estimó pertinente la petición y se dio seguridad a los afectados de que se haría todo lo posible por atenderla. Pero no ha sido así. Son pocos, carecen de fuerza como grupo de presión, y nadie con peso, como la Junta de Andalucía o las autoridades provinciales, ha levantado la mano en su favor. Más solos que la una, y tras haber sido sometidos a cuatro reconocimientos médicos desde 1995, han visto desestimadas en estos días sus pretensiones por todos los organismos que entienden del asunto: la Seguridad Social, que “no ve relación alguna entre las patologías y la enfermedad profesional”, lo que la permite ahorrar unos cuantos euros, y el CIETMA (Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas), dependiente del flamante nuevo Ministerio de Ciencia e Innovación, que rechaza la reclamación indemnizatoria con el argumento, sin más miramientos, de que ya ha prescrito. Carpetazo al canto y no hay más que hablar. A otra cosa, mariposa.
Un tema cerrado para una sociedad inerme y abandonada a su suerte en este tema tan injustamente tratado.

12 de junio de 2008

La Unión Europea y el nuevo modelo de trabajo: la semana laboral de hasta 60 - 65 horas

Ha ocurrido, al fin, tal y como se esperaba, y se temía. La Europa de la Cohesión Económica y Social, la Europa del Estado del Bienestar y de la protección y salvaguarda de los derechos de los trabajadores, la Europa defensora de la semana laboral de 48 horas, que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) aprobó hace 91 años, ha optado por asumir la altísima cota de modernidad y progreso que supone la vuelta a la semana laboral de 60 horas (65 en casos especiales). El acuerdo es hipócrita a más no poder, ya que precisa que, aunque la duración máxima sigue siendo de 48 horas semanales, queda abierta la posibilidad de sobrepasar este nivel a través de los mecanismos de negociación que lo permitan. Es decir, se trata de una medida asociada a la eliminación de la negociación colectiva como mecanismo reemplazado por esa práctica tan saludable del “sálvese quien pueda”, algo que ahora se interpreta eufemísticamente mediante el uso de una jerigonza actualizada, que lleva a hablar de free-choice (libertad de elección del trabajador en materia de jornada), y de opt-out (exclusión voluntaria, al ser el trabajador el que renuncia expresamente al máximo de 48 horas), como medidas destinadas a favorecer el dumping social, soporte ilusionante de una competitividad a toda prueba.
No le ha costado mucho a la señora Marjeta Cotman, ministra elovena de Empleo, convencer a sus colegas comunitarios, que ya iban dispuestos a lo que les echaran en la cumbre de Luxemburgo, donde, en la medianoche del 10 al 11 de Junio, se ha aprobado esta Directiva que coloca a la UE en la punta de lanza de la competitividad supercompetitiva, sin nada que envidiar a las jornadas de trabajo que se gastan en Malaisia, en Corea del Sur o en nuestra siempre añorada Filipinas.
Pero no hay que echar toda la responsabilidad a la presidencia de turno eslovena. Con la llegada al poder en Italia de ese pedazo modelo de calidad democrática que es Don Silvio Berlusconi, alias el repeinao a la milanesa, que ha servido de refuerzo a la esplendorosa troika mancornada por Il Cavaliere, Mr. Sarkozy y Mr. Brown, la suerte estaba echada. Fuera, pues, el modelo garantista, caduco y trasnochado, y no digamos nada de la abominable jornada de las 35 horas, que para el artillero francés era sinónimo de nefasta perversión de un socialismo de telarañas. Para modernos, nosotros, y el que venga atrás que arree, se han dicho con la sonrisa de oreja a oreja, como acostumbran. Primemos el trabajo a destajo, que los bajos salarios ya están asegurados, rompamos la unidad de acción, y ahora que los sindicatos están mirando al cielo – o, al menos, eso parece – unámonos todos en la lucha final por la competitividad, que ha de estar apoyada no tanto en la mejora de la innovación, en el desarrollo de la sociedad del conocimiento y en la calidad de los recursos humanos como se planteaba en la Estrategia de Lisboa, que nuestros predecesores suscribieron en el 2000, sino en el trabajo a esgalla como fuente de todas las fortunas y prosperidades.
Mas no todos se han unido, de momento. España, Bélgica, Chipre, Grecia y Hungría (¿qué ha sido del avanzado Sócrates de Portugal, que ni sabe ni contesta?) han marcado distancias con su abstención, actitud cautelosa aunque no de firme oposición, pese a las declaraciones rotundas de Don Celestino Corbacho, ministro español del ramo, que no dan pie a la ambigüedad (ha llegado a decir que supone “un retroceso en la agenda social”), al igual que las de Joelle Milquet, ministra belga, cuando afirma que "La Europa social no está verdaderamente en marcha". Tan preclara directiva se remite ahora al Parlamento Europeo, donde esperemos que los debates nos saquen de la sordina que hasta ahora ha habido sobre tan importante asunto. Todas las miradas están puestas en él, a unos pocos meses de las elecciones que lo han de renovar: ¿estará a la altura de las circunstancias o se limitará a ser la voz de los que mecen la cuna?.
Ay, Unión Europea. ¿Qué ha sido de Monnet?, ¿qué de Delors?, ¿qué de la Carta Social?. Tiempos vendrán que no reconoceremos.
Fotografía: Primero de Mayo en las calles de Valladolid. Y ahora ¿qué?

Until ever, Mr. Bush

Un ciudadano de Boston, de nombre Christopher, que se confiesa seguidor de este blog y que, según indica, trabaja en el mundo del turismo, me ha escrito un correo electrónico para saber mi opinión sobre la gira que ha llevado a cabo el Presidente de su país ante el hecho de que en su recorrido no haya incluido la escala en Madrid. Más allá de agradecerle su amabilidad poco le puedo decir de un hecho al que en principio no he querido prestar atención, pero que ahora comento – y así se lo he transmitido también personalmente a Christopher– por deferencia hacia quien me plantea este tema.

Estoy convencido de que ni a mí ni a la mayor parte de los españoles les importe mucho en estos momentos lo que haga, diga o piense Mr. George W. Bush. La verdad es que hace tiempo que este personaje ha dejado de interesarme, aunque reconozco que no soy indiferente, como tantos otros, a la funesta huella que ha dejado tras su paso por la Casa Blanca. No seré yo quien lo escriba, pero estoy convencido de que los historiadores darán buena cuenta del que ya ha sido calificado como el peor presidente de la historia reciente de los Estados Unidos de América. Su popularidad en estos momentos está en el 29,5 % (NYT), es decir, por los suelos. No es fácil encontrar algún argumento, siquiera uno, que pudiera matizar tal afirmación, pero cuando uno ve la pésima situación en que se encuentra la economía norteamericana, la catástrofe, en términos humanos y económicos, a que ha derivado la invasión de Irak, el agravamiento sin límites de la tragedia palestina, abandonada a su suerte, la eclosión y difusión del riesgo terrorista, su insensibilidad por los problemas ambientales o el encarecimiento brutal del petróleo, a lo que no es ajeno el enorme caos provocado por su política en Oriente Medio, cuesta pensar que alguien haya podido hacerlo peor. Peor imposible
¿Qué Mr. Bush no hace escala en Madrid en el que ha de ser su último periplo oficial europeo?. Pues no pasa nada. Eso que se ahorra el gobierno español en tensiones y gastos de seguridad. Por lo que se dice en la prensa, tampoco los gobiernos que lo reciben están dispuestos a tirar cohetes y a montar excelsas ceremonias de bienvenida, entre otras razones porque ya nada tienen que hablar con él y una foto a su lado ya no vale para nada. Tampoco pasa por Bruselas, que es la capital de la Unión Europea, ni aterriza en Dublín, molesto por el doblete hecho en territorio británico, ni tampoco se le verá en Lisboa, donde se firmó el último Tratado de la Unión Europea. Será un recorrido fugaz en medio de la indiferencia. Y es que mientras los libros de historia se afanan en dejar al personaje en su sitio, nuestras miradas se apartan ya definitivamente de Bush para interesarse, dándole la espalda, por lo que pueda ocurrir en las elecciones que tendrán lugar el primer martes después del primer lunes de noviembre de 2008.
Fotografías: Mientras Frau Merkel se muestra entusiasmada de recibir a Mr. Bush en Berlín, Don Silvio no puede disimular su arrobamiento ante Don George. "E maraviglioso", dijo Il Cavaliere. "Divino, direi io", contestó raudo Franco Frattini, su ministro de exteriores asuntos.

11 de junio de 2008

Las difusas fronteras del pensamiento contemporáneo

Manuel Vázquez Montalbán, perspicaz analista que fue de los cambios que se producen en los comportamientos y mentalidades de las personas, escribió en una ocasión que, a finales del siglo XX, de la crisis de las ideologías se iba a pasar al apogeo de la gastronomía. No le faltó razón a quien observaba cómo, con frecuencia, muchos de los que habían dedicado parte de su vida a lecturas y debates agotadores, en pos de una causa de libertad y progreso para la que no había que escatimar ningún tipo de sacrificio, no habían dudado un momento, tras comprobar que sus ideales se desvanecían, en proyectar el mismo entusiasmo en torno a la artesanía de los fogones, al refinamiento de las recetas más elaboradas o a la mayor de las habilidades cuando se trataba de discutir sobre los vinos más recomendables. Nada de mala conciencia anidaba en esta metamorfosis. Se consideraba lo más normal del mundo, acorde con una visión postmoderna de la vida en la que lo lúdico y lo placentero se imponían por la misma fuerza de los hechos y de las preferencias que hacia ellos mostraba un sector nada desdeñable de la sociedad, harto de perder el tiempo con utopías inalcanzables. Abajo el aburrimiento. Llegó la hora de disfrutar y de presumir con lo que se disfruta.
Pero lo que no nos imáginamos era que el arte de los sabores sofisticados iba a imprimir nuevos rumbos a los criterios que en algunas Universidades priman a la hora de conceder los "Doctorados Honoris Causa"(DHC), la máxima distinción académica. Siempre habíamos sabido que los destinatarios de tal categoría la reciben en función de sus méritos científicos, de la excelencia que en este sentido se les reconoce por parte de la comunidad que así lo avala. Sin embargo, las fronteras de la excelencia científica parecen abrirse en nuestros días a un campo de horizontes insospechados. De ahí esa amplitud de miras con que se concibe la concesión del rango de “Doctor Honoris Causa”, al incorporar reconocimientos o consideraciones que modifican o alteran los criterios comúnmente defendidos por la comunidad científica.
Y así a las deudas de gratitud debidas al mecenazgo y a los favores recibidos (aún nos estremecemos cuando nos viene a la mente el DHC que la Complutense de Madrid concedió a un tal Mario Conde en época del inefable rector Villapalos y en presencia del Jefe del Estado) o a la valoración de alguien con especial resonancia pública, sin que en ningún caso sus aportaciones a la ciencia merezcan más allá de dos líneas, se suma ahora la inclusión de las figuras estelares del mundo de la buena mesa. No sé si el ejemplo cundirá en demasía, pero de momento bastan como prueba contundente las consideraciones elogiosas efectuadas por la Universidad de Aberdeen para otorgar tan honrosa mención a Don Ferrán Adriá, a quien no ha mucho se ha considerado como el mejor cocinero del orbe, y que ahorita se incorpora al claustro de la Universidad escocesa “por su contribución al pensamiento contemporáneo”. La argumentación, henchida de alabanzas, abunda en ideas que llaman la atención: “existe una clara conexión entre el trabajo de Adriá y las distintas tendencias artísticas y filosóficas del siglo XX, desde el surrealismo hasta la nueva crítica del movimiento teórico de deconstrucción (sic)”, para acabar con este piropazo, que a más de cuatro removerá en su tumba: ”su don es comparable con el de otros españoles como los pintores Salvador Dalí, Pablo Picasso, Joan Miró o Luis Buñuel”. Menos mal que no se les ha ocurrido comparar al Sr. Adriá con Don Santiago Ramón y Cajal, con Don Severo Ochoa o con Don José Ortega y Gasset. Aunque meterle en el mismo lote que Picasso también tiene bemoles. ¿No les parece?.
Fotografía: University of Aberdeen. Scotland. UK

10 de junio de 2008

Ordenar y gestionar las ciudades: que no nos den gato por liebre


Vivimos tiempos en los que cualquier cosa se presenta como una iniciativa genial e impresionante. Basta con utilizar las sutiles herramientas del “marketing”, y un soporte mediático más o menos controlado, para ofrecer una visión de lo que se hace mucho más brillante que lo que realmente es en la realidad. Convertir lo mediocre en meritorio, lo vulgar en símbolo de la modernidad, lo prescindible en necesario: por ahí van los tiros cuando de promocionar la imagen de quien lo realiza se trata. No siempre es así, pero sin duda abunda en nuestra época, tan propensa al artificio y la impostura.

Hartos estamos muchos de que con las argucias del disimulo se nos venda como producto maravilloso, envuelto en oropeles y organdí a la par que en irritante demagogia, lo que muchos alcaldes hacen en sus ciudades. Creen que por peatonalizar una calle, colocar en las áreas más vistosas los artilugios que pretendidamente embellecen sus perspectivas, contratar a un arquitecto estrella para que deje su emblemática impronta, la que sea, sin escatimar costes, montar chiringuitos que distraen esporádicamente al personal mediante “circenses, vinum et cibum”, instalar esculturas y artefactos a mayor gloria y provecho del autor y de quien lo ampara, con eso basta para ser reconocido como munícipe probo y digno del mayor de los encomios.

Pues no, gobernar, gestionar y ordenar una ciudad es mucho más que eso. Significa ante todo impulsar la participación ciudadana, luchar contra los mecanismos especuladores, ejercitar la transparencia en la gestión de los recursos públicos, favorecer la integración de la compleja y desigual estructura urbana, hacer de la ciudad un espacio para todos, sin exclusiones, promover la vivienda accesible para los menos favorecidos, cuidar del medio ambiente…. en suma, concebir las decisiones en sintonía con el concepto de “BUENA PRÁCTICA URBANA”.


He ahí el criterio que, en efecto, distingue el valor de lo que se hace y cómo se hace en las ciudades, en las que reside la mayor parte de la humanidad. Es un indicador de referencia cualitativa, internacionalmente homologado, que permite separar el trigo de la paja en el decisivo y apasionante tema de las políticas urbanas, y que, auspiciado por Naciones Unidas, reconoce y concede el marchamo de calidad a aquellas actuaciones que, sin necesidad de ser rutilantes y espectaculares, contribuyen a la mejora de la calidad de vida de la sociedad, particularmente de los barrios y de los ciudadanos que más lo necesitan.

De vez en cuando se hacen exposiciones en España sobre las “Buenas Prácticas” que pudieran servir como modelo de referencia. Por lo que yo he visto en la que ahora se celebra en Valladolid, de apenas 10 días de duración y en una sala que ha perdido el atractivo que tuvo, la asistencia es más bien escasa. Cuando yo estuve, el lunes 9, sólo una persona me acompañaba. Pero no hay que cejar en el empeño de que estos hechos sean conocidos, a la par que valorados, entre otras razones porque nuestra responsabilidad como ciudadanos implica la capacidad de exigir a quienes nos gobiernan que lo hagan con honestidad, transparencia y sensibilidad a los problemas de quienes más los padecen. Nada mejor que echar un vistazo a la excelente web dela ETS de Arquitectura de Madrid o a los interesantes documentos recogidos en la Environmental Protection Agency.
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