Sin duda, tenemos motivos para celebrarlo. La justicia ha dado la razón al alcalde de Madrid, Don Alberto Ruiz-Gallardón en la querella por difamación presentada contra un locutor de la Cadena de Ondas Populares Españolas, de nombre Fede Jiménez. Ya he hecho alusión hace unos días a este asunto, que afortunadamente se ha resuelto en los términos que muchísimos españoles deseábamos: el locutor susomentado ha sido condenado sin ningún tipo de matices por la letanía de calumnias, mentiras y vejaciones reiteradamente proferidas contra el Sr. Ruiz-Gallardón, que de esta forma queda desagraviado por el atentado sufrido en su honorabilidad y en el derecho que constitucionalmente le ampara en la defensa de su imagen.
La sentencia es clara y marca jurisprudencia en un asunto muy sensible, que debe ser tratado como se merece frente a aquellos que, haciendo un uso perverso e interesado de la libertad de expresión, la utilizan de manera espúrea con el solo propósito de hacer caja sin ningún respeto a los que difaman, pretendiéndose situados por encima de la ley. Léanla, ya que no tiene desperdicio.
Lo dije entonces y lo digo ahora. Nada importa la sarta de improperios y gracietas de baja estofa que ese Jiménez vaya a propalar a partir de ahora tratando de salvar la cara mediante el uso miserable de una emisora propiedad de los obispos católicos españoles, que no ha mucho le han dado muestras inequívocas de confianza mediante la prórroga del contrato. Su estilo repugna y lo mejor es hacer oidos sordos a tanta ignominia. Aunque, a lo mejor, es tan listo que aprende y a partir de ahora rebaja la densidad de su bilis radiofónica, ya que el varapalo recibido es mayúsculo. Qué mas da lo que haga, pues tocado está, por más que ahora se plantee recurrir el fallo. Desde entonces lo que llama "su programa" está dedicado a descalificar la sentencia, a la juez que la ha elaborado y a cuantos se le pongan por delante en su irrefrenable camino en pos de su visión particular de la justicia, la que le sitúa por encima de ella, que es lo que pretende.
Las soflamas, amén de tediosas, rayan el ridículo y el patetismo argumental. Luego en sus tertulias, vuelta la burra al trigo, secundado por los corifeos sin sentido del ridículo: más de lo mismo, el consabido sonsonete, hasta la náusea. Un día y otro día. Tedio y mediocridad, el eterno retorno a las mismas simplezas. El contrajemplo de una radio moderna y sensible a la realidad de su tiempo. Y es que, mientras el mundo gira y suceden cosas, la emisora de marras se enroca en su búnker de obsesiones irredentas. Bah¡
Aburrido de tanta miasma, insisto en lo que único que tiene interés en todo este asunto: ansioso estoy de oir las opiniones relativas al asunto por parte de algún conspicuo representante de la jerarquía católica española e incluso con gran atención seguiría los comentarios del eminente Nuncio de la Santa Sede en España, a quien este comunicador de infamias ha llamado alguna vez "masón". Pero la satisfacción sería inmensa si la reacción a lo que la Justicia ha hecho con el copero y leguleyo Jiménez saliera de la boca y de la mente de mi ilustre paisano Don Carlos Amigo, cardenal-arzobispo de Sevilla, a quien profeso tanto respeto como consideración, acrecentados cuando dijo aquello de que la "COPE era como un dolor de cabeza para la Conferencia Episcopal". Palabras sabias del ilustre riosecano que, como hombre inteligente y coherente que es, bien sabe que la jaqueca se alivia e incluso se cura con la terapia que pone fin a las causas que la motivan.
Enhorabuena a los que siguen confiando en la justicia y rechazan la violencia e ignominia de los difamadores, aunque, a la postre, y como ocurre con los animalitos que todos sabemos, siempre les acaba llegando su "San Martín"
Me alegro mucho de la sentencia. Se ha hecho justicia. Cómo te dije en tu post anterior, ese personajillo es impresentable y la Conferencia Episcopal MUY poco, por no decir nada, cristiana. Besotes, M.
ResponderEliminarP.D. Siempre me olvido de decirte que aprecio mucho tus largos, interesantes y amenos comentarios en mi blog. Gracias.
En una cosa discrepo amigo Fernando, no estoy ansiosa por oír las perlas que puedan salir de la ¿boca? de don Fedeguico. Es más como desde el micro de la sacrosanta emisora el susodicho ejerce su libertad de expresión y yo desde mi casa no tengo derecho de réplica, bueno sí que digo mayormente palabrotas irreproducibles, me desahogo estampando la radio contra la pared. Y mi marido empieza a estar un poco mosca por tanto transistor destrozado. Ja, ja, ja!
ResponderEliminarComo diría un torero famoso del colorín:
IM PRESENTABLES
Un abrazo.
De todo lo que comentas, me quedo con esto de "es tan listo que aprende y a partir de ahora rebaja la densidad de su bilis radiofónica". Pienso que Losantos sabe que se ha convertido en un personaje, al que la gente sólo oye para reirse un rato gracias a su verbo afilado. Cada vez menos le creen y siguen. Aemás, es como el chaval gamberro del colegio, al que las madres prohiben a sus hijos acercarse. Y sino, ver cómo le han dado la espalda sus palmeros en el mismo juicio de Gallardón.
ResponderEliminarPues hoy, día posterior a la sentencia, el insultador sigue en sus trece, insultando a quien le apetece y advirtiendo a la emisora que si él es expulsado de allí, se les va una buena parte de los beneficios en publicidad. Además tiene un padrino de primera: Rouco
ResponderEliminar@Cecilia: Creo que razón no le falta. Él levantó a COPE y él la va a hundir. Muchas gente escucha esta emisora sólo para oirle decir animaladas.
ResponderEliminarENRIC TOMAS, pero lo que dice hace mella en muchos ignorantes. Recuerdo coger un taxi en Madrid que llevaba la Cope a tope y para ese taxista, el tal Losantos era el rey de las ondas. Además cuando he llevado al Imserso de excursiones, enseguida me doy cuenta quienes son los que siguen a ese energúmeno porque van siempre cabreados, con caras largas, pensando mal de todo y de todos, quejándose, diciendo que todo es una estafa (las excursiones) en fin, que sí tiene sus seguidores que le hacen muchísimo caso. Besotes,M.
ResponderEliminar@Merche: Estoy de acuerdo contigo, Losantos tiene seguidores (y muchos). Sólo digo que cada vez hay menos, porque notan que es un tío demasiado extremo. Yo reconozco a sus oyenyes por usar eso de "la ETA", en femenino. Eso es "made in Losantos".
ResponderEliminar¿Es cierto que en bastantes lugares solamente se puede oír la COPE?
ResponderEliminarMe lo comentaba un día mi hija y casi no me lo podía creer.
En el fondo Federico da un poco de lástima porque no es más que un esbirro. En cuanto a los obispos no les sirva o disminuya la publi o la audiencia se lo quitarán de encima como un pañuelo de usar y tirar. Y a ver qué otro medio de comunicación va a contratarlo. Ahora que el PP se va centrando...