31 de diciembre de 2011

La literatura como “fuerza ética”



Es una de las columnas más hermosas, convincentes y motivadoras que he leído en mucho tiempo: "La fuerza ética de la literatura". Una crónica sintética, aunque muy elocuente, de nuestra realidad social y cultural. Quien lo ha escrito tiene menos de treinta años, pero su estilo, su forma de expresar las ideas, la contundencia de sus reflexiones evidencian una sorprendente madurez. No conocía ese nombre, que desde ahora lo retendré en la memoria y en esa libreta de notas volanderas y ocasionales que siempre me acompaña. Silvia Avallone se llama la autora. Es natural de Biella, una pequeña ciudad italiana, de la región de Piamonte, cabe los Alpes. Dedicada a la literatura, ha escrito una novela, cuyo título resulta en sí mismo una provocación - Acciaio –pues bien sabemos lo que se quiere decir cuando se menciona el acero, ese material resistente, dúctil y polivalente a la vez, capaz de afrontar las corrosiones existentes en el entorno que rodea a los productos fabricados con él. “ Las siderurgias que tenía ante mis ojos- escribe – eran el lugar más potente que podía encontrar para narrar; allí estaba la belleza desde la que se podía retomar el camino: la verdadera belleza de la vida que fatiga, que crea y no se rinde”.
Por ahí va la cosa, lo que convierte al texto que comento en algo admirable y digno de ser tenido en consideración. Es la manifestación rotunda de las reacciones que en los momentos actuales impulsan a la juventud a expresar una postura de rebeldía ante la situación en que se encuentra. De ahí ese empeño por hacer de la literatura algo más que un mero ejercicio de belleza expresiva, de calidad formal, pues entenderla simplemente así equivale a bien poco y pronto se desvanece en la indiferencia. Consciente de lo que sucede a su alrededor, de lo que ocurre con la juventud en Italia y fuera de ella, insiste en concebir la literatura como una “fuerza ética”, capaz de dar a la obra surgida de la imaginación y el compromiso “una energía inédita, una lengua cargada con la adrenalina de la realidad, con sus dolorosos vínculos, con su carga dura y vital”.


29 de diciembre de 2011

¿Otro discurso es posible?

Estamos dominados por un discurso dominante y reiterativo que no hace sino sumirnos en la desesperanza y en la falta de perspectivas diferentes. Se ha acabado imponiendo una especie de dogma inapelable que hay que seguir al pie de la letra so pena de caer en el abismo. El problema es que, cuando nos acercamos a la realidad, observamos a las personas que nos rodean y captamos con la atención debida lo que sucede en el día a día, la sensación es que ante un escenario marcado por el abatimiento no todos los que forman parte de él lo sufren con la misma intensidad.

En este panorama de redundancias y simplificaciones, de sumisión y de falta total de sentido crítico desde las esferas de la decisión pública, se acentúan los contrastes, los desequilibrios tienden a crecer, la indefensión se generaliza, mientras la emergencia imparable y soberbia de unos pocos ofrece un contrapunto al debilitamiento incesante de la mayoría. Frente a situaciones privilegiadas que permanecen incólumes, alimentándose incluso de los despojos de la crisis, afloran y se expanden otras que agravan aún más los estigmas abrumadores de la desigualdad. A la postre, y en un ambiente de resignación autoimpuesta, sobreviene el desencanto mayoritario ante la ausencia de reflexiones que orienten la mirada en la dirección capaz de suscitar siquiera un mínimo de confianza y de expectativas alentadoras. Sobre todo cuando se comprueba que las medidas que se adoptan son las que han conducido a la depresión y que jamás el recorte del gasto, particularmente incisivo en variables esenciales de los derechos básicos, ha permitido recuperar los dinamismos perdidos. Es "la unión del rigor y del dolor a los socios de la moneda única", como la ha definido Lluis Bassets o "la unión de la inestabilidad y el estancamiento", en palabras de Martin Wolf, en el Financial Times del 4 de diciembre, contrariamente a la calificada por Sarkozy como "la unión de la estabilidad y el crecimiento". Es. en fin, el círculo vicioso que nos sumerge en el torbellino de la desolación, la injusticia y los horizontes sombríos.

De ahí emana la pregunta ineludible: ¿es preciso alumbrar otro tipo de discurso? ¿Tan fuertes y contundentes son los mecanismos dogmáticos en los que se basan las reglas del juego dominante para que se cierren los resquicios que permitirían entender de otro modo la realidad, la gestión de los recursos y el trabajo? ¿Cómo salir de ese círculo vicioso en el que cada vez estamos más inmersos – recortes masivos y merma del poder adquisitivo, retracción de la demanda, descenso de la producción, aumento del desempleo.... disminución de la capacidad de compra, etc. etc. etc. – y que inexorablemente conduce, por paradójico que parezca, al agravamiento de los contradicciones del propio sistema que aplica esas terapias selectivamente restrictivas como salida a la crisis por él mismo provocada? Por todo ello, ¿qué valor asignar a argumentos como los que se esgrimen en esta intervención?


21 de diciembre de 2011

Silencios elocuentes, olvidos clamorosos


La niebla se extiende sobre el barrio de La Victoria, en Valladolid


Terminó el debate de investidura, se apagaron las luces del Congreso hasta nuevo aviso, la quietud se impuso en el ambiente, mientras se perdían a lo lejos las voces, los insultos, los desprecios y las calumnias que inundaron las dos últimas legislaturas. Los vencedores han enterrado, pretendidamente conciliadores, el hacha de guerra, porque ya no es necesaria. Misión cumplida, objetivos satisfechos. Y en medio de esos intercambios de nuevas palabras afables, y de cara a la galería, al final de un ciclo - tras el que se abre otro sumido en las incertidumbres y las preocupaciones de la mayoría social - el ciudadano vigilante observa desde fuera que nada se ha dicho de temas sustanciales, abrumados como estamos por el atroz desmoche que se avecina. 

Nada se dijo de ciencia e innovación, cuando tantos investigadores ven declinar sus horizontes y sus proyectos, mientras nos tememos que la sangría en ese campo vaya a ser brutal; nada se dijo de urbanismo, territorio y política de suelo, cuando el tema está en la raíz misma de la tragedia laboral y en el desastre ambiental que asuelan a España; nada de aplicación de código ético contra la corrupción y el transfuguismo; y, sorprendentemente, nadie habló ya de "memoria histórica", de reparaciones de heridas no cicatrizadas, de justicia y dignidad mancilladas, de mausoleos horrendos de la muerte manipulada. Se acabó el tema. Las cunetas seguirán intactas, el dolor quedará recluido entre las paredes de la casa, la esperanza cederá definitivamente paso a la resignación. ¡Maldita crisis, que todo lo emponzoña y es obscenamente utilizada para parar en seco y sin miramientos los relojes de las reclamaciones definitivamente inatendidas! Se inicia un nuevo rumbo, que sólo identificamos con una palabra: la lucha contra el déficit, manteniendo intangibles los intereses creados. ¿Y entre tanto? No veo a nadie capaz de despejar tanta bruma ni de recobrar la esperanza que los silencios deliberados y las miradas de soslayo han acallado por mucho tiempo, si no es para siempre.


Por cierto, ante tanta vaciedad sobre el modelo económico alternativo, del que en algún momento se habló, basado en la innovación y la mejora de la competividad, ¿porqué ese interés desmedido por quien haya de ser ministro o ministra de Economía? Se habla de que ha de ser persona muy cualificada. ¡Qué mas da! Esa cualificación queda desvaida cuando de lo que se trata es de aplicar el recetario impuesto desde Berlín. Por lo que cabe pensar que el nombramiento del responsable del asunto tendrá ante todo que ver con la aquiescencia que merezca por parte de la capital alemana y de los lobbies financieros a los que sirve. No se prevé otra política económica que la ceñida al cumplimiento estricto de las medidas reductoras del gasto sin que las que favorezcan los ingresos sean contempladas con la importancia compensatoria que debiera. Que nadie espere grandes alardes de creatividad estratégica de cara al futuro. Cuidado con los eufemismos y con la fraseología falsamente edulcorada que se van a utilizar con profusión para llamar al "pan" "vino" y al "vino" "pan". Cualquiera puede hacer lo que se va a hacer, pues el "catón" está marcado.. Obediencia estricta y a callar. Ni más ni menos.

18 de diciembre de 2011

Espacios transformados (4): Si el pequeño comercio declina ¿qué será de nuestras calles?

Comercio tradicional en la Plaza Mayor de Aguilar de Campoo

Recorro detenidamente las calles de mi ciudad, observo los comercios, me detengo en los escaparates, aprecio el bullicio que me rodea, me asombro del derroche de luz que invade el escenario por doquier... pero solo detecto concurrencia de gente en los bares, en las cafeterías, en los lugares de relación en torno a los placeres de la mesa o de la barra más o menos surtida. Es cierto que hay establecimientos que atraen más la atención que en otros, demostrando así su mayor atractivo para el personal. Procuro tomar nota de los comportamientos de esa gente, y me llama la atención, a primera vista y a falta de un seguimiento más detenido, que priman la mirada, la curiosidad, el simple devaneo en medio de lo mucho que se ofrece sobre el hecho mismo de comprar. Deduzco que la decisión de adquirir y abonar un producto no siempre se traduce en el hecho de acercarse al lugar donde se brinda a la voluntad del cliente por hacerlo definitivamente suyo mediante la satisfacción del importe requerido.

¿Será la crisis económica que nos asuela el motivo de esa relación no culminada entre la curiosidad - como algo indisociable del uso gratuito del espacio público – y la materialización de una voluntad decidida a favor de la adquisición mediante pago en metálico del bien que se desea? Analizar en este sentido el momento en que nos encontramos – las festividades de fin de año – va a ser un buen indicador para comprender hasta qué extremo el decaimiento de la demanda, debido a los factores que están lesionando la capacidad adquisitiva de la mayoría de los ciudadanos, va a repercutir en la evolución del consumo y poner en evidencia la incertidumbre en que aparecen sumidos los circuitos que garantizan el normal funcionamiento de la economía, hoy postergados en aras de una política de restricciones que corre el riesgo de debilitar sensiblemente el aparato productivo y comercial europeo.

Sin embargo, al propio tiempo hay otro factor que quizá no sea ajeno tampoco a la situación crítica en que se encuentra el comercio tradicional. Es un tema que he comentado hace tiempo con mis colegas, y que hoy he visto bien reflejado en el artículo de José Ignacio Wert, donde se plantea la posibilidad de llegar a “un mundo sin tiendas”. Puede llegar a ser algún día la manifestación de una tendencia que no cesa de crecer. Una tendencia asociada al incremento imparable del comercio a través de la Red, que actualmente supone un gasto cercano a los 10.000 millones de euros, el 4% de todo el desembolso efectuado en los comercios.

Calle Platerías, en Valladolid



¿A dónde nos conducirá este proceso? El impacto socio-laboral será muy fuerte, como también se acusará ostensiblemente en el paisaje urbano. ¿Se imaginan calles con los comercios cerrados? ¿Quién animará con su presencia el espacio público de relación que se fragua en la calle concurrida? Me dirijo a casa mientras observo a uno y otro lado la calle Platerías de Valladolid, en el mismo corazón de la ciudad. Ocho tiendas han cerrado en lo que va de año; otras cuatro han cambiado de tipo de negocio. La recuerdo como una arteria principal en las compras de todo el año. Peatonalizada, rehabilitadas sus viviendas, inmersa en un entorno grato y placentero, la calle declina mientras la apariencia bulliciosa se circunscribe a su condición de lugar de paso de camino seguramente hacia uno de los muchos lugares de refrigerio, que proliferan aquí allá, por más que también en ellos la crisis sea perceptible.

17 de diciembre de 2011

Se abre un camino de incógnitas y zozobras al final de la otoñada


Caminos que se abren en medio de la fronda silenciosa, ya avanzada la otoñada y a punto de empezar el invierno. Ofrecen perspectivas remotas que muy pocos saben hacia dónde conducen, por más que quepa intuirlas, porque los precedentes que avisan no admiten confusiones. No hay nadie alrededor para preguntar, nadie que despeje las numerosas incógnitas que se le abren, nadie que ayude a entender el silencio clamoroso que antecede al riesgo, ya que lo que decida le afectará inevitablemente. El viajero, el ciudadano, solitario y expectante, duda antes de emprender la marcha porque no tiene claro lo que le espera al final de ese trayecto. Así es la vida cuando uno se enfrenta a las grandes decisiones que de una u otra manera han de marcar su futuro y de quienes comparten con él las mismas inquietudes e idénticas esperanzas.

Con todo, sabe lo que quiere, lo que le gustaría conseguir al cabo del recorrido. Por ello se arma de valor, no se abstiene de avanzar, asume su responsabilidad, pues solo a él se representa, y, coherente con su conciencia y sus convicciones, toma la decisión de no sortear la dificultad que entraña la incertidumbre para, al fin, convertirla en la certeza de que se decanta por la opción que dignifica al mundo y a la sociedad que le rodean. Y, sobre todo, harto de ruido y de mediocridades en alza, lo hace con libertad, pues bien sabe que los árboles nunca le ocultarán lo que el bosque significa.

Bellísima chopera junto al río Carrión, en Villoldo (Palencia)

11 de diciembre de 2011

Una formación infrautilizada

Se les llena la boca con que los jóvenes españoles no están preparados para afrontar los desafíos a que se ven obligados los empresarios. Se insiste una y otra vez en el argumento de que el sistema educativo ha de adaptarse a las necesidades de las empresas, mitificando así el sentido de una relación a la que se atribuye la estricta responsabilidad de la salida a la crisis. Sin embargo, todo queda en falacia cuando se observa lo mucho que aportan nuestros graduados cuando se van a trabajar al extranjero y los enormes esfuerzos que hacen para integrarse en los equipos que aprovechan su formación cuando se quedan en España. Esos desajustes que el discurso neoliberal simplificador, redundante en nuestra tierra, exacerba, tratando de eludir sus propias responsabilidades, quedan enseguida subsanados por la propia capacidad de reacción y adaptación de quienes solo disponen de su formación y de sus ansias de trabajar, como tantas veces han demostrado.

Frente al tópico emerge el argumento contundente que lo rebate: la sobrecualificación respecto al trabajo desempeñado distingue, según el informe de Eurostat, a los integrantes de la población activa española, más aún que en cualquier otro país europeo. Es decir, tenemos una mano de obra subtilizada, malgastada, por la sencilla razón de que quienes ostentan la capacidad de iniciativa empresarial han antepuesto el modelo especulativo al modelo productivo, la cultura del pelotazo a la cultura del valor añadido. Una mano de obra repleta de ilusiones perdidas.

El resultado no puede ser más lamentable: el desaprovechamiento de nuestro potencial humano y la puesta en evidencia de que los liderazgos empresariales priman una categoría que no está a la altura de lo que el verdadero desarrollo exige.

10 de diciembre de 2011

La victoria inequívoca de "los mercados"


¿Realmente nos hemos sorprendido de la actitud británica respecto a su negativa a suscribir el acuerdo de disciplina presupuestaria adoptado por el Consejo Europeo? Estaba cantado por varias razones: porque el Reino Unido siempre ha tenido una postura renuente a la plena integración del espacio comunitario (que siempre ha entendido más como un mercado común que como unión económica y política), porque nunca ha querido vincular su economía a los controles y vigilancia que implica la moneda única y porque la disciplina a que obliga el citado compromiso - déficit estructural no superior al 0,5 % del PIB, y con reconocimiento constitucional - es para ellos inasumible. Por eso, la reflexión a que conduce la decisión británica nos lleva a una conclusión ambivalente, ya que si, por un lado, quedan claras las distancias marcadas respecto al proyecto europeo y la estrategia de insolidaridad, egoísmo y desafección que ello representa, no es menos cierto que también suscita una cierta envidia, ya que no se va a ver acogotado por la disciplina feroz que se impone a los demás, entre ellos a España, a los que el acuerdo va a suponer recortes terribles mientras Gran Bretaña puede permitirse el lujo, exonerada de la obligación del déficit, de ser más generosa con sus ciudadanos y con las prestaciones sociales, que, en cambio, serán sensiblemente cercenadas en los demás. La victoria abrumadora de Merkel y de su modelo de Unión - lo que Josep Ramoneda ha denominado el "protectorado alemán" - no ha de llevarnos a aplaudirla por el mero hecho de que los británicos no hayan decidido secundarla.

En cualquier caso, lo que revela este acuerdo es la sumisión completa a los criterios e intereses de los bancos alemanes y franceses que, traumatizados por el impacto que les ha producido la crisis griega y en general los problemas asociados a la magnitud de la deuda soberana, han presionado a Merkel y Sarkozy para que les saquen las castañas del fuego imponiendo a los gobiernos europeos una disciplina presupuestaria socialmente atroz sin contrapartida alguna, ya que lo de los eurobonos ha quedado en suspenso y a nada se obliga al Banco Central Europeo, más allá de la vaguedad e imprecisión de sus promesas. Bajo estas coordenadas, las perspectivas de crecimiento aparecen remotas y relegadas a un proceso de ajuste sin fin, que sin duda agravará aún más la desigualdad. Y es que en el fondo todo se resuelve en una lucha de intereses financieros - de eso que se identifica genérica y eufemísticamente mente con “los mercados”- que se superponen a los de los Estados, y que en cierto modo explican también el desmarque de la City de Londres, a la que, como explicación de lo sucedido y con particular énfasis crítico, se acusa de la espantada de Cameron, como si el duumvirato que gobierna la Unión Europea no participase del mismo enfoque en lo que atañe a los intereses que defiende y preconiza.

Y, lo que no es menos grave, todo ello en un contexto de debilitamiento democrático, ya que solo tres países (Suecia, Hungria y República Checa) van a someter la cuestión a sus Parlamentos - un gesto elemental de deferencia democrática - mientras observamos que por parte de los demás no hay disposición alguna en ese sentido y asistimos impávidos al desprecio solemne hacia el Parlamento Europeo que ostensiblemente ha brillado por su ausencia en todo este proceso. Como si no existiera, nadie lo ha mencionado. Sin tampoco olvidar el escasísimo margen de atención prestada a la labor de la Comisión, que ha aparecido totalmente ninguneada. La imagen de Van Rompuy, Barroso y Ashton, fantasmas silentes en una ceremonia rígidamente prediseñada, no se ha asemejado siquiera a la de los convidados de piedra.

4 de diciembre de 2011

La impresionante labor de la Fundación Música Abierta, en Urueña: el “Arte Solidario”

Cartel anunciador de la Exposición “Arte Solidario” en el Centro e-LEA de Urueña

Existe una iniciativa de ayuda a la discapacidad que debe ser conocida y valorada. Recibe el nombre de Fundación Música Abierta, y está domiciliada en la villa de Urueña, en la provincia de Valladolid. Nació en 2009, impulsada por un propósito encomiable: “facilitar el acceso a la práctica musical a personas con alguna limitación, permitiéndole aprovechar todos los beneficios de la música, mejorar sus condiciones físicas (ampliar y mejorar la fluidez de los movimientos) y, sobre todo, lograr su participación en la sociedad con las mismas oportunidades que los demás”. Desde entonces ha llevado a cabo una labor impresionante, desplegada en un sinfín de actividades, todas ellas caracterizadas por una extraordinaria sensibilidad, el buen gusto, el afán integrador de las personas y el empeño en procurar que las situaciones de discapacidad no fuesen un obstáculo para que quienes las padecen no disfruten de las posibilidades creativas, culturales y de mejora de la calidad de vida que encierran la música y su interpretación.


Concierto organizado por el Campamento musical para niños en el verano de 2011


Soy socio de la Fundación y he seguido de cerca, cuando he podido, la labor llevada a cabo, y he de decir que en todas las ocasiones he celebrado el enriquecimiento personal que me ha aportado el hecho de haber conocido a Rosa Iglesias Madrigal, médico de profesión, y principal artífice y responsable de una experiencia excepcional. Pero al tiempo ello me ha permitido también tomar conciencia de los enormes esfuerzos realizados para que esas actividades, muy laboriosas, pudieran tener lugar. No es fácil afrontarlas económicamente cuando lo que se pretende es asegurar que tengan la calidad necesaria y cumplan satisfactoriamente los objetivos para los que fueron concebidas.

De ahí que todas las iniciativas sean pocas cuando de respaldar el proyecto se trata. En esa línea se inscribe la que se acaba de poner en marcha y a cuya inauguración asistí ayer. Un acto entrañable y concurrido, en el que se habló de lo que significa la lucha a favor de la superación de las dificultades que impiden el normal ejercicio de la interpretación o el disfrute pleno de la música, y que, cuando se consigue, depara grandes satisfacciones, como quedó bien reflejada en ese excelente documental – “Héroes, no hacen falta alas para volar” – que acompañó el encuentro inaugural.

Rosa Iglesias Madrigal en el acto inaugural de la Exposición “Arte Solidario”


Se trataba de crear el entorno adecuado para dar cabida y justificación a la Exposición Arte Solidario que el dia 3 de diciembre - y hasta el 23 de ese mes - ha abierto sus puertas en el Centro e-LEA Miguel Delibes, espacio central de la Villa del Libro de Urueña. Es una exposición nutrida con las 96 aportaciones que diferentes artistas han cedido para allegar fondos al programa elaborado por la Fundación. La visita es muy grata y sumamente aleccionadora. Revela creatividad, mucha generosidad y mucho empeño en seguir adelante. Invito a visitarla, a conocerla de cerca, a saber de la existencia de esta Fundación, aunque, si la distancia o el tiempo lo impiden, no estaría de más adentrarse a través de la Red en ese mundo construido por Rosa y quienes la acompañan, para prestar su interés y, si es posible, su ayuda en algo que realmente merece la pena. Algo, y es mucho, que, al comprobarlo en toda su riqueza de detalles y manifestaciones, nos lleva a valorar mejor el mundo en que vivimos y a quienes, cada cual dentro de sus posibilidades, se afanan por avanzar en esa dirección.

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