¿Será la crisis económica que nos asuela el motivo de esa relación no culminada entre la curiosidad - como algo indisociable del uso gratuito del espacio público – y la materialización de una voluntad decidida a favor de la adquisición mediante pago en metálico del bien que se desea? Analizar en este sentido el momento en que nos encontramos – las festividades de fin de año – va a ser un buen indicador para comprender hasta qué extremo el decaimiento de la demanda, debido a los factores que están lesionando la capacidad adquisitiva de la mayoría de los ciudadanos, va a repercutir en la evolución del consumo y poner en evidencia la incertidumbre en que aparecen sumidos los circuitos que garantizan el normal funcionamiento de la economía, hoy postergados en aras de una política de restricciones que corre el riesgo de debilitar sensiblemente el aparato productivo y comercial europeo.
Calle Platerías, en Valladolid
¿A dónde nos conducirá este proceso? El impacto socio-laboral será muy fuerte, como también se acusará ostensiblemente en el paisaje urbano. ¿Se imaginan calles con los comercios cerrados? ¿Quién animará con su presencia el espacio público de relación que se fragua en la calle concurrida? Me dirijo a casa mientras observo a uno y otro lado la calle Platerías de Valladolid, en el mismo corazón de la ciudad. Ocho tiendas han cerrado en lo que va de año; otras cuatro han cambiado de tipo de negocio. La recuerdo como una arteria principal en las compras de todo el año. Peatonalizada, rehabilitadas sus viviendas, inmersa en un entorno grato y placentero, la calle declina mientras la apariencia bulliciosa se circunscribe a su condición de lugar de paso de camino seguramente hacia uno de los muchos lugares de refrigerio, que proliferan aquí allá, por más que también en ellos la crisis sea perceptible.
Lo malo Fernando es que eso ya está pasando. Aquí al menos el espectáculo que describes de comercios cerrados y calles llorando, es toda una realidad.
ResponderEliminarUn triste abrazo
No me imagino una España sin gente en las calles.
ResponderEliminarsaludos.
El Hotel España cobraba 85 pesetas diarias por la habitacion en los años 50. El Condestable 110ptas. Y el Moderno solo 65ptas. Esto es lo que nos cuenta Peter de POLNAY en su libro DESCENT from BURGOS. Llega al hotel desde la estación del tren en un "Minibus" (habia dos que publicitaban los hoteles España y Avila) They meet every train and,as the 6 pesetas show,are a cheap mode of transport
ResponderEliminarEste carromato tirado por tracción animal,hacia el servicio de la estación del tren,antes de dar paso a los "minibuses" de los 50
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