31 de diciembre de 2011

La literatura como “fuerza ética”



Es una de las columnas más hermosas, convincentes y motivadoras que he leído en mucho tiempo: "La fuerza ética de la literatura". Una crónica sintética, aunque muy elocuente, de nuestra realidad social y cultural. Quien lo ha escrito tiene menos de treinta años, pero su estilo, su forma de expresar las ideas, la contundencia de sus reflexiones evidencian una sorprendente madurez. No conocía ese nombre, que desde ahora lo retendré en la memoria y en esa libreta de notas volanderas y ocasionales que siempre me acompaña. Silvia Avallone se llama la autora. Es natural de Biella, una pequeña ciudad italiana, de la región de Piamonte, cabe los Alpes. Dedicada a la literatura, ha escrito una novela, cuyo título resulta en sí mismo una provocación - Acciaio –pues bien sabemos lo que se quiere decir cuando se menciona el acero, ese material resistente, dúctil y polivalente a la vez, capaz de afrontar las corrosiones existentes en el entorno que rodea a los productos fabricados con él. “ Las siderurgias que tenía ante mis ojos- escribe – eran el lugar más potente que podía encontrar para narrar; allí estaba la belleza desde la que se podía retomar el camino: la verdadera belleza de la vida que fatiga, que crea y no se rinde”.
Por ahí va la cosa, lo que convierte al texto que comento en algo admirable y digno de ser tenido en consideración. Es la manifestación rotunda de las reacciones que en los momentos actuales impulsan a la juventud a expresar una postura de rebeldía ante la situación en que se encuentra. De ahí ese empeño por hacer de la literatura algo más que un mero ejercicio de belleza expresiva, de calidad formal, pues entenderla simplemente así equivale a bien poco y pronto se desvanece en la indiferencia. Consciente de lo que sucede a su alrededor, de lo que ocurre con la juventud en Italia y fuera de ella, insiste en concebir la literatura como una “fuerza ética”, capaz de dar a la obra surgida de la imaginación y el compromiso “una energía inédita, una lengua cargada con la adrenalina de la realidad, con sus dolorosos vínculos, con su carga dura y vital”.


29 de diciembre de 2011

¿Otro discurso es posible?

Estamos dominados por un discurso dominante y reiterativo que no hace sino sumirnos en la desesperanza y en la falta de perspectivas diferentes. Se ha acabado imponiendo una especie de dogma inapelable que hay que seguir al pie de la letra so pena de caer en el abismo. El problema es que, cuando nos acercamos a la realidad, observamos a las personas que nos rodean y captamos con la atención debida lo que sucede en el día a día, la sensación es que ante un escenario marcado por el abatimiento no todos los que forman parte de él lo sufren con la misma intensidad.

En este panorama de redundancias y simplificaciones, de sumisión y de falta total de sentido crítico desde las esferas de la decisión pública, se acentúan los contrastes, los desequilibrios tienden a crecer, la indefensión se generaliza, mientras la emergencia imparable y soberbia de unos pocos ofrece un contrapunto al debilitamiento incesante de la mayoría. Frente a situaciones privilegiadas que permanecen incólumes, alimentándose incluso de los despojos de la crisis, afloran y se expanden otras que agravan aún más los estigmas abrumadores de la desigualdad. A la postre, y en un ambiente de resignación autoimpuesta, sobreviene el desencanto mayoritario ante la ausencia de reflexiones que orienten la mirada en la dirección capaz de suscitar siquiera un mínimo de confianza y de expectativas alentadoras. Sobre todo cuando se comprueba que las medidas que se adoptan son las que han conducido a la depresión y que jamás el recorte del gasto, particularmente incisivo en variables esenciales de los derechos básicos, ha permitido recuperar los dinamismos perdidos. Es "la unión del rigor y del dolor a los socios de la moneda única", como la ha definido Lluis Bassets o "la unión de la inestabilidad y el estancamiento", en palabras de Martin Wolf, en el Financial Times del 4 de diciembre, contrariamente a la calificada por Sarkozy como "la unión de la estabilidad y el crecimiento". Es. en fin, el círculo vicioso que nos sumerge en el torbellino de la desolación, la injusticia y los horizontes sombríos.

De ahí emana la pregunta ineludible: ¿es preciso alumbrar otro tipo de discurso? ¿Tan fuertes y contundentes son los mecanismos dogmáticos en los que se basan las reglas del juego dominante para que se cierren los resquicios que permitirían entender de otro modo la realidad, la gestión de los recursos y el trabajo? ¿Cómo salir de ese círculo vicioso en el que cada vez estamos más inmersos – recortes masivos y merma del poder adquisitivo, retracción de la demanda, descenso de la producción, aumento del desempleo.... disminución de la capacidad de compra, etc. etc. etc. – y que inexorablemente conduce, por paradójico que parezca, al agravamiento de los contradicciones del propio sistema que aplica esas terapias selectivamente restrictivas como salida a la crisis por él mismo provocada? Por todo ello, ¿qué valor asignar a argumentos como los que se esgrimen en esta intervención?


21 de diciembre de 2011

Silencios elocuentes, olvidos clamorosos


La niebla se extiende sobre el barrio de La Victoria, en Valladolid


Terminó el debate de investidura, se apagaron las luces del Congreso hasta nuevo aviso, la quietud se impuso en el ambiente, mientras se perdían a lo lejos las voces, los insultos, los desprecios y las calumnias que inundaron las dos últimas legislaturas. Los vencedores han enterrado, pretendidamente conciliadores, el hacha de guerra, porque ya no es necesaria. Misión cumplida, objetivos satisfechos. Y en medio de esos intercambios de nuevas palabras afables, y de cara a la galería, al final de un ciclo - tras el que se abre otro sumido en las incertidumbres y las preocupaciones de la mayoría social - el ciudadano vigilante observa desde fuera que nada se ha dicho de temas sustanciales, abrumados como estamos por el atroz desmoche que se avecina. 

Nada se dijo de ciencia e innovación, cuando tantos investigadores ven declinar sus horizontes y sus proyectos, mientras nos tememos que la sangría en ese campo vaya a ser brutal; nada se dijo de urbanismo, territorio y política de suelo, cuando el tema está en la raíz misma de la tragedia laboral y en el desastre ambiental que asuelan a España; nada de aplicación de código ético contra la corrupción y el transfuguismo; y, sorprendentemente, nadie habló ya de "memoria histórica", de reparaciones de heridas no cicatrizadas, de justicia y dignidad mancilladas, de mausoleos horrendos de la muerte manipulada. Se acabó el tema. Las cunetas seguirán intactas, el dolor quedará recluido entre las paredes de la casa, la esperanza cederá definitivamente paso a la resignación. ¡Maldita crisis, que todo lo emponzoña y es obscenamente utilizada para parar en seco y sin miramientos los relojes de las reclamaciones definitivamente inatendidas! Se inicia un nuevo rumbo, que sólo identificamos con una palabra: la lucha contra el déficit, manteniendo intangibles los intereses creados. ¿Y entre tanto? No veo a nadie capaz de despejar tanta bruma ni de recobrar la esperanza que los silencios deliberados y las miradas de soslayo han acallado por mucho tiempo, si no es para siempre.


Por cierto, ante tanta vaciedad sobre el modelo económico alternativo, del que en algún momento se habló, basado en la innovación y la mejora de la competividad, ¿porqué ese interés desmedido por quien haya de ser ministro o ministra de Economía? Se habla de que ha de ser persona muy cualificada. ¡Qué mas da! Esa cualificación queda desvaida cuando de lo que se trata es de aplicar el recetario impuesto desde Berlín. Por lo que cabe pensar que el nombramiento del responsable del asunto tendrá ante todo que ver con la aquiescencia que merezca por parte de la capital alemana y de los lobbies financieros a los que sirve. No se prevé otra política económica que la ceñida al cumplimiento estricto de las medidas reductoras del gasto sin que las que favorezcan los ingresos sean contempladas con la importancia compensatoria que debiera. Que nadie espere grandes alardes de creatividad estratégica de cara al futuro. Cuidado con los eufemismos y con la fraseología falsamente edulcorada que se van a utilizar con profusión para llamar al "pan" "vino" y al "vino" "pan". Cualquiera puede hacer lo que se va a hacer, pues el "catón" está marcado.. Obediencia estricta y a callar. Ni más ni menos.

18 de diciembre de 2011

Espacios transformados (4): Si el pequeño comercio declina ¿qué será de nuestras calles?

Comercio tradicional en la Plaza Mayor de Aguilar de Campoo

Recorro detenidamente las calles de mi ciudad, observo los comercios, me detengo en los escaparates, aprecio el bullicio que me rodea, me asombro del derroche de luz que invade el escenario por doquier... pero solo detecto concurrencia de gente en los bares, en las cafeterías, en los lugares de relación en torno a los placeres de la mesa o de la barra más o menos surtida. Es cierto que hay establecimientos que atraen más la atención que en otros, demostrando así su mayor atractivo para el personal. Procuro tomar nota de los comportamientos de esa gente, y me llama la atención, a primera vista y a falta de un seguimiento más detenido, que priman la mirada, la curiosidad, el simple devaneo en medio de lo mucho que se ofrece sobre el hecho mismo de comprar. Deduzco que la decisión de adquirir y abonar un producto no siempre se traduce en el hecho de acercarse al lugar donde se brinda a la voluntad del cliente por hacerlo definitivamente suyo mediante la satisfacción del importe requerido.

¿Será la crisis económica que nos asuela el motivo de esa relación no culminada entre la curiosidad - como algo indisociable del uso gratuito del espacio público – y la materialización de una voluntad decidida a favor de la adquisición mediante pago en metálico del bien que se desea? Analizar en este sentido el momento en que nos encontramos – las festividades de fin de año – va a ser un buen indicador para comprender hasta qué extremo el decaimiento de la demanda, debido a los factores que están lesionando la capacidad adquisitiva de la mayoría de los ciudadanos, va a repercutir en la evolución del consumo y poner en evidencia la incertidumbre en que aparecen sumidos los circuitos que garantizan el normal funcionamiento de la economía, hoy postergados en aras de una política de restricciones que corre el riesgo de debilitar sensiblemente el aparato productivo y comercial europeo.

Sin embargo, al propio tiempo hay otro factor que quizá no sea ajeno tampoco a la situación crítica en que se encuentra el comercio tradicional. Es un tema que he comentado hace tiempo con mis colegas, y que hoy he visto bien reflejado en el artículo de José Ignacio Wert, donde se plantea la posibilidad de llegar a “un mundo sin tiendas”. Puede llegar a ser algún día la manifestación de una tendencia que no cesa de crecer. Una tendencia asociada al incremento imparable del comercio a través de la Red, que actualmente supone un gasto cercano a los 10.000 millones de euros, el 4% de todo el desembolso efectuado en los comercios.

Calle Platerías, en Valladolid



¿A dónde nos conducirá este proceso? El impacto socio-laboral será muy fuerte, como también se acusará ostensiblemente en el paisaje urbano. ¿Se imaginan calles con los comercios cerrados? ¿Quién animará con su presencia el espacio público de relación que se fragua en la calle concurrida? Me dirijo a casa mientras observo a uno y otro lado la calle Platerías de Valladolid, en el mismo corazón de la ciudad. Ocho tiendas han cerrado en lo que va de año; otras cuatro han cambiado de tipo de negocio. La recuerdo como una arteria principal en las compras de todo el año. Peatonalizada, rehabilitadas sus viviendas, inmersa en un entorno grato y placentero, la calle declina mientras la apariencia bulliciosa se circunscribe a su condición de lugar de paso de camino seguramente hacia uno de los muchos lugares de refrigerio, que proliferan aquí allá, por más que también en ellos la crisis sea perceptible.

17 de diciembre de 2011

Se abre un camino de incógnitas y zozobras al final de la otoñada


Caminos que se abren en medio de la fronda silenciosa, ya avanzada la otoñada y a punto de empezar el invierno. Ofrecen perspectivas remotas que muy pocos saben hacia dónde conducen, por más que quepa intuirlas, porque los precedentes que avisan no admiten confusiones. No hay nadie alrededor para preguntar, nadie que despeje las numerosas incógnitas que se le abren, nadie que ayude a entender el silencio clamoroso que antecede al riesgo, ya que lo que decida le afectará inevitablemente. El viajero, el ciudadano, solitario y expectante, duda antes de emprender la marcha porque no tiene claro lo que le espera al final de ese trayecto. Así es la vida cuando uno se enfrenta a las grandes decisiones que de una u otra manera han de marcar su futuro y de quienes comparten con él las mismas inquietudes e idénticas esperanzas.

Con todo, sabe lo que quiere, lo que le gustaría conseguir al cabo del recorrido. Por ello se arma de valor, no se abstiene de avanzar, asume su responsabilidad, pues solo a él se representa, y, coherente con su conciencia y sus convicciones, toma la decisión de no sortear la dificultad que entraña la incertidumbre para, al fin, convertirla en la certeza de que se decanta por la opción que dignifica al mundo y a la sociedad que le rodean. Y, sobre todo, harto de ruido y de mediocridades en alza, lo hace con libertad, pues bien sabe que los árboles nunca le ocultarán lo que el bosque significa.

Bellísima chopera junto al río Carrión, en Villoldo (Palencia)

11 de diciembre de 2011

Una formación infrautilizada

Se les llena la boca con que los jóvenes españoles no están preparados para afrontar los desafíos a que se ven obligados los empresarios. Se insiste una y otra vez en el argumento de que el sistema educativo ha de adaptarse a las necesidades de las empresas, mitificando así el sentido de una relación a la que se atribuye la estricta responsabilidad de la salida a la crisis. Sin embargo, todo queda en falacia cuando se observa lo mucho que aportan nuestros graduados cuando se van a trabajar al extranjero y los enormes esfuerzos que hacen para integrarse en los equipos que aprovechan su formación cuando se quedan en España. Esos desajustes que el discurso neoliberal simplificador, redundante en nuestra tierra, exacerba, tratando de eludir sus propias responsabilidades, quedan enseguida subsanados por la propia capacidad de reacción y adaptación de quienes solo disponen de su formación y de sus ansias de trabajar, como tantas veces han demostrado.

Frente al tópico emerge el argumento contundente que lo rebate: la sobrecualificación respecto al trabajo desempeñado distingue, según el informe de Eurostat, a los integrantes de la población activa española, más aún que en cualquier otro país europeo. Es decir, tenemos una mano de obra subtilizada, malgastada, por la sencilla razón de que quienes ostentan la capacidad de iniciativa empresarial han antepuesto el modelo especulativo al modelo productivo, la cultura del pelotazo a la cultura del valor añadido. Una mano de obra repleta de ilusiones perdidas.

El resultado no puede ser más lamentable: el desaprovechamiento de nuestro potencial humano y la puesta en evidencia de que los liderazgos empresariales priman una categoría que no está a la altura de lo que el verdadero desarrollo exige.

10 de diciembre de 2011

La victoria inequívoca de "los mercados"


¿Realmente nos hemos sorprendido de la actitud británica respecto a su negativa a suscribir el acuerdo de disciplina presupuestaria adoptado por el Consejo Europeo? Estaba cantado por varias razones: porque el Reino Unido siempre ha tenido una postura renuente a la plena integración del espacio comunitario (que siempre ha entendido más como un mercado común que como unión económica y política), porque nunca ha querido vincular su economía a los controles y vigilancia que implica la moneda única y porque la disciplina a que obliga el citado compromiso - déficit estructural no superior al 0,5 % del PIB, y con reconocimiento constitucional - es para ellos inasumible. Por eso, la reflexión a que conduce la decisión británica nos lleva a una conclusión ambivalente, ya que si, por un lado, quedan claras las distancias marcadas respecto al proyecto europeo y la estrategia de insolidaridad, egoísmo y desafección que ello representa, no es menos cierto que también suscita una cierta envidia, ya que no se va a ver acogotado por la disciplina feroz que se impone a los demás, entre ellos a España, a los que el acuerdo va a suponer recortes terribles mientras Gran Bretaña puede permitirse el lujo, exonerada de la obligación del déficit, de ser más generosa con sus ciudadanos y con las prestaciones sociales, que, en cambio, serán sensiblemente cercenadas en los demás. La victoria abrumadora de Merkel y de su modelo de Unión - lo que Josep Ramoneda ha denominado el "protectorado alemán" - no ha de llevarnos a aplaudirla por el mero hecho de que los británicos no hayan decidido secundarla.

En cualquier caso, lo que revela este acuerdo es la sumisión completa a los criterios e intereses de los bancos alemanes y franceses que, traumatizados por el impacto que les ha producido la crisis griega y en general los problemas asociados a la magnitud de la deuda soberana, han presionado a Merkel y Sarkozy para que les saquen las castañas del fuego imponiendo a los gobiernos europeos una disciplina presupuestaria socialmente atroz sin contrapartida alguna, ya que lo de los eurobonos ha quedado en suspenso y a nada se obliga al Banco Central Europeo, más allá de la vaguedad e imprecisión de sus promesas. Bajo estas coordenadas, las perspectivas de crecimiento aparecen remotas y relegadas a un proceso de ajuste sin fin, que sin duda agravará aún más la desigualdad. Y es que en el fondo todo se resuelve en una lucha de intereses financieros - de eso que se identifica genérica y eufemísticamente mente con “los mercados”- que se superponen a los de los Estados, y que en cierto modo explican también el desmarque de la City de Londres, a la que, como explicación de lo sucedido y con particular énfasis crítico, se acusa de la espantada de Cameron, como si el duumvirato que gobierna la Unión Europea no participase del mismo enfoque en lo que atañe a los intereses que defiende y preconiza.

Y, lo que no es menos grave, todo ello en un contexto de debilitamiento democrático, ya que solo tres países (Suecia, Hungria y República Checa) van a someter la cuestión a sus Parlamentos - un gesto elemental de deferencia democrática - mientras observamos que por parte de los demás no hay disposición alguna en ese sentido y asistimos impávidos al desprecio solemne hacia el Parlamento Europeo que ostensiblemente ha brillado por su ausencia en todo este proceso. Como si no existiera, nadie lo ha mencionado. Sin tampoco olvidar el escasísimo margen de atención prestada a la labor de la Comisión, que ha aparecido totalmente ninguneada. La imagen de Van Rompuy, Barroso y Ashton, fantasmas silentes en una ceremonia rígidamente prediseñada, no se ha asemejado siquiera a la de los convidados de piedra.

4 de diciembre de 2011

La impresionante labor de la Fundación Música Abierta, en Urueña: el “Arte Solidario”

Cartel anunciador de la Exposición “Arte Solidario” en el Centro e-LEA de Urueña

Existe una iniciativa de ayuda a la discapacidad que debe ser conocida y valorada. Recibe el nombre de Fundación Música Abierta, y está domiciliada en la villa de Urueña, en la provincia de Valladolid. Nació en 2009, impulsada por un propósito encomiable: “facilitar el acceso a la práctica musical a personas con alguna limitación, permitiéndole aprovechar todos los beneficios de la música, mejorar sus condiciones físicas (ampliar y mejorar la fluidez de los movimientos) y, sobre todo, lograr su participación en la sociedad con las mismas oportunidades que los demás”. Desde entonces ha llevado a cabo una labor impresionante, desplegada en un sinfín de actividades, todas ellas caracterizadas por una extraordinaria sensibilidad, el buen gusto, el afán integrador de las personas y el empeño en procurar que las situaciones de discapacidad no fuesen un obstáculo para que quienes las padecen no disfruten de las posibilidades creativas, culturales y de mejora de la calidad de vida que encierran la música y su interpretación.


Concierto organizado por el Campamento musical para niños en el verano de 2011


Soy socio de la Fundación y he seguido de cerca, cuando he podido, la labor llevada a cabo, y he de decir que en todas las ocasiones he celebrado el enriquecimiento personal que me ha aportado el hecho de haber conocido a Rosa Iglesias Madrigal, médico de profesión, y principal artífice y responsable de una experiencia excepcional. Pero al tiempo ello me ha permitido también tomar conciencia de los enormes esfuerzos realizados para que esas actividades, muy laboriosas, pudieran tener lugar. No es fácil afrontarlas económicamente cuando lo que se pretende es asegurar que tengan la calidad necesaria y cumplan satisfactoriamente los objetivos para los que fueron concebidas.

De ahí que todas las iniciativas sean pocas cuando de respaldar el proyecto se trata. En esa línea se inscribe la que se acaba de poner en marcha y a cuya inauguración asistí ayer. Un acto entrañable y concurrido, en el que se habló de lo que significa la lucha a favor de la superación de las dificultades que impiden el normal ejercicio de la interpretación o el disfrute pleno de la música, y que, cuando se consigue, depara grandes satisfacciones, como quedó bien reflejada en ese excelente documental – “Héroes, no hacen falta alas para volar” – que acompañó el encuentro inaugural.

Rosa Iglesias Madrigal en el acto inaugural de la Exposición “Arte Solidario”


Se trataba de crear el entorno adecuado para dar cabida y justificación a la Exposición Arte Solidario que el dia 3 de diciembre - y hasta el 23 de ese mes - ha abierto sus puertas en el Centro e-LEA Miguel Delibes, espacio central de la Villa del Libro de Urueña. Es una exposición nutrida con las 96 aportaciones que diferentes artistas han cedido para allegar fondos al programa elaborado por la Fundación. La visita es muy grata y sumamente aleccionadora. Revela creatividad, mucha generosidad y mucho empeño en seguir adelante. Invito a visitarla, a conocerla de cerca, a saber de la existencia de esta Fundación, aunque, si la distancia o el tiempo lo impiden, no estaría de más adentrarse a través de la Red en ese mundo construido por Rosa y quienes la acompañan, para prestar su interés y, si es posible, su ayuda en algo que realmente merece la pena. Algo, y es mucho, que, al comprobarlo en toda su riqueza de detalles y manifestaciones, nos lleva a valorar mejor el mundo en que vivimos y a quienes, cada cual dentro de sus posibilidades, se afanan por avanzar en esa dirección.

27 de noviembre de 2011

El declive de la Ayuda Oficial al Desarrollo: ¿otra víctima de la crisis o la crisis como pretexto?


Como era previsible, la ayuda al desarrollo no permanece al margen de esa poda generalizada que implacablemente se está llevando a cabo bajo el argumento reiterado y obsesivo de la austeridad a cualquier precio. La lógica de los recortes se impone poco a poco y , de manera inexorable, hace mella con particular incidencia en cuantas dotaciones tienen que ver con la justicia social, con la función integradora de lo público y con la solidaridad. Desconozco si se han hecho estimaciones sobre los impactos que la aplicación de tales medidas en aspectos tan sensibles pueden tener a corto y medio plazo en el bienestar de los ciudadanos, en la articulación de la sociedad y, por supuesto, en la evolución de la economía, por cuanto la prevalencia del mensaje omnipresente a favor de la restricción no augura sino desempleo, depauperación y marginalidad, que difícilmente podrán ser corregidas en un tiempo razonable dada la magnitud de los efectos traumáticos que provoca.

Como decía, la transferencia de recursos orientados al desarrollo de los países desfavorecidos acusa con claridad el sentido de esta tendencia. Acabamos de saber, por ejemplo, que la Diputación de Málaga ha decidido suprimir los fondos de cooperación para ONG que llevan a cabo proyectos en el extranjero. El argumento de la institución provincial apunta al criterio que insiste en la necesidad de “reconducir esos fondos al interior de la provincia para aliviar la situación de urgencia de muchos malagueños. En el mismo sentido, hace unos meses el Gobierno de Canarias comunicó a las organizaciones receptoras de fondos que las ayudas previstas en el Plan Director de la Cooperación Canaria para el Desarrollo con destino a África para el periodo 2010-2013 iban a ser totalmente eliminadas, tras la reducción drástica efectuada en el cuatrienio anterior y que también afectó a las asignaciones destinadas a América Latina y la Educación para el Desarrollo. Otra prueba más la ofrece el Ayuntamiento de Madrid, donde la ayuda al desarrollo contemplada en el presupuesto municipal descendió del 0’48 en 2003 al 0’26 % en 2010, con la advertencia de que ese mismo año cesarían por completo las subvenciones destinadas a este fin. El 26 de marzo de 2009 se realizó por parte del Ayuntamiento madrileño la última convocatoria de ayudas a entidades e instituciones sin ánimo de lucro que lleven a cabo proyectos de Cooperación al Desarrollo, Codesarrollo y Educación para el Desarrollo. Se acabó.

Todos ellos son ejemplos elocuentes de una decisión que no ha tardado en arraigar en las administraciones públicas arropada con el argumento de la crisis y justificada con el principio de que “primero nosotros y, luego, los demás”, como han dicho los dirigentes malagueños. Hacer un seguimiento del proceso – desde la AECID hasta las Corporaciones Locales, y sin olvidar a las Comunidades autónomas - revelará sin duda la magnitud creciente del cambio producido o susceptible de producirse en muy poco tiempo en una de las perspectivas que hace una década se entendía en dirección progresiva, inspirada en la voluntad de avanzar con paso firme hacia el cumplimiento de los objetivos del Milenio. Ya nada se habla de ese horizonte, fijado con la mirada puesta en 2015 y convertido en quimera inalcanzable.

Mas no es solo una tendencia que trata de encontrar en la crisis un motivo de justificación. No es extraño que tal postura coincida en el tiempo con lo que se ha venido en denominar "el cansancio o la decepción" de los donantes, cuyo escepticismo aumenta al comprobar los insuficientes resultados conseguidos tras un dilatado periodo de ayudas. En este contexto, y como resumen elocuente de lo que está pasando, vale la pena traer a colación las afirmaciones efectuadas por la Directora del Centro de Educación e Investigación para la Paz, Manuela Mesa, cuando señala que “este fenómeno, conocido como “fatiga de la ayuda” se ha producido en un contexto de recesión económica y fuertes restricciones presupuestarias, en el que se incrementa la sensibilidad hacia los problemas internos y se multiplican las dudas acerca de la eficacia de la ayuda. No hay que olvidar que el cuestionamiento público y las presiones presupuestarias explican la fatiga de la ayuda en los países del Norte” para concluir con una afirmación contundente: “el futuro de los actuales sistemas de ayuda pasa necesariamente por la aplicación de procedimientos transparentes de rendición de cuentas, acordes con las exigencias de los ciudadanos”.

El problema surge, digo yo, cuando esa reflexión autocrítica no tiene lugar y se opta directamente por la total supresión de las ayudas

14 de noviembre de 2011

Espacios transformados (3): la simbología contrastada de los lugares de relación


Los espacios heredados se adaptan a las necesidades que las gentes tienen de encuentro y relación, aunque, como se percibe en la imagen, vengan marcados por el silencio. La pequeña plaza constituye en los centros históricos de las ciudades el escenario idóneo para crear el ámbito que haga posible la superación de la soledad no deseada. Así se explica que el entorno se transforme y adecue a los usos de ocio ofrecidos precisamente porque quienes lo comparten tratan de aprovechar las ventajas que ofrece para introducir en él una yuxtaposición de referencias visuales que, aun mostrándose contrastadas, establecen entre sí complementariedades estéticas que no son sino representaciones diferenciadas de los cambios que el tiempo ha acabado incorporando, con toda normalidad, en la ocupación del espacio público.
Las reminiscencias históricas, labradas en piedra y testimonios de un legado artístico que ha logrado sobrevivir a la remodelación urbanística, coexisten en nuestros días con imágenes de nuevo cuño, que transmiten otros mensajes y otros contenidos, culturales, comerciales y sociales, ligados a los usos que las propias dinámicas de la sociedad - entre ellas las provocadas por la inmigración - provocan porque forman parte del signo de los tiempos. La escena corresponde al centro histórico de Manacor (Mallorca)

5 de noviembre de 2011

Un tema decisivo fuera de debate



He procurado seguir de cerca los debates previos a la campaña electoral y no me sorprenden los que ocupan el aire cuando ésta ha comenzado. Examino las propuestas de los que más relevancia y posibilidades tienen o han de tener en la toma de decisiones, observo las actitudes de los candidatos, detecto sus posturas, inclinaciones, tácticas y estrategias, pero, por más que rebusco, no veo en el aire, en lo dicho y en lo escrito ninguna reflexión que haga referencia al territorio o, para ser más preciso, a las propuestas que desde las perspectivas en liza se barajan para que su gestión no vuelva a ser el origen de la patología económica y social que nos carcome. Salvo excepciones honrosas y puntuales, la mayoría de los protagonistas en liza nada dicen al respecto, mientras miran para otro lado cuando de concretar ideas se trata.
Grave paradoja, en verdad, pues de todos es sabido que la crisis en España adquiere niveles mayúsculos - de ahí el abrumador peso de la deuda privada - precisamente por el desastre, la incuria, la corrupción y el despilfarro que han modelado la transformación del espacio, con funestas repercusiones en la vida del país y en el comportamiento de sus gentes durante los años en los que el frenesí especulativo sobre el territorio ejercía una fascinación y un embrujo de los que pocos estaban ajenos, por enajenados. No es aventurado afirmar que de aquellos polvos vienen estos barros que nos entarquinan y nos hacen zozobrar en medio de una pavorosa incertidumbre. Se habla de recortes, sólo de recortes, de austeridades selectivas, de reformas estructurales que ante todo inciden en la precarización irreversible del mercado de trabajo, pero nadie habla de cómo gestionar en el futuro la ordenación del suelo, bajo qué pautas, en función de qué directrices, con qué cautelas y supervisiones.
Y eso es muy grave: deliberadamente ocultado el problema o sumido en la nebulosa de lo tópico, todo hace pensar que la trágica lección que nos ha dado esta crisis no ha sido aprendida todavía. Hace unos días ha dejado de operar la única compañía que lo hacía en el aeropuerto de Ciudad Real (foto), en tanto los hurones campan a sus anchas por las pistas del de Castellón y las hierbas amenazan el sinfín de complejos urbanísticos que quedaron en suspenso - qué interesante documento el ofrecido por Lucía Sánchez en "La guerra del golf", basada en lo ocurrido en la Región de Murcia - y que forman hoy la desolada imagen de un país avergonzado de quienes ordenaron las cosas de ese modo, mientras los que se lucraron de ello no cesan de presumir de lo "listos" que han sido, aunque lo hagan en secreto e indemnes ante la tragedia que asuela a la mayor parte de la sociedad.

31 de octubre de 2011

"El círculo de tiza asiático"

Mirar en dirección a Asia nos está resultando ya más habitual que nunca. De allí nos vienen las informaciones que ponen al descubierto el peso creciente que ese continente ha adquirido en varios de los aspectos más importantes de la sociedad, de la economía y de la cultura contemporáneas.

Se dice que Latinoamérica ha perdido el interés por Europa (sorprendente la ausencia de la presidenta brasileña en la Cumbre Iberoamericana de Asunción, elocuentes los llamamientos a fortalecer las relaciones con Asia en el Foro APEC), que África se ha convertido en el patio trasero en el que China e India despliegan una influencia nunca vista por su magnitud económica y su impacto espacial, que la Eurozona depende hasta lo indecible de los impresionantes fondos soberanos acumulados en esos dos grandes colosos (el mayor de todos se llama curiosamente SAFE Investment, y está destinado a gestionar las reservas chinas en moneda extranjera, que asciende a 3 billones de dólares). Se dice, se comenta, se sabe....

Y de nuevo las noticias subrayan esta perspectiva. Hemos alcanzado la cifra de 7.000 millones de personas en el mundo, pero... ¿a que no imaginan dónde ha nacido quien ese mágico número simboliza? Acertaron: de Asia, de Filipinas. Se cierra, parafraseando a Bertolt Brecht, "el círculo de tiza asiático".

29 de octubre de 2011

Haití en el punto de mira de la sensibilidad internacional. Que nunca se olvide su tragedia

De izda. a derecha, Fernando Guillén Cuervo, Soraya Rodríguez y Antonio Fraguas “Forges”

El brutal terremoto que asoló Haití a comienzos de 2010 marcó con especial dureza los acontecimientos de lo sucedido en ese año. Las dimensiones de la tragedia fueron asombrosas: murieron más de 250.000 personas, 280.000 resultaron heridas, dos millones fueron desplazadas de sus lugares de residencia habitual y cerca de millón y medio se quedaron sin techo que las cobijara. Se ha señalado que, dada la magnitud del problema y como consecuencia de la sensibilidad provocada por las imágenes impactantes que conmocionaron muchas conciencias hasta entonces ajenas a aquella realidad, la operación de ayuda humanitaria destinada a paliar las consecuencias del seísmo puede considerarse la más importantes de cuantas hasta la fecha se había llevado a cabo con motivo de una catástrofe natural. El balance, según estimaciones de Naciones Unidas, no es baladí: un millón y medio de personas han sido alojadas, a 1,2 millones se les ha facilitado el acceso al agua potable y nada menos que cuatro millones han recibido asistencia alimentaria.

Sin embargo, Haití sigue siendo un problema muy serio para los propios haitianos y para la comunidad internacional. La labor realizada por las organizaciones internacionales de ayuda humanitaria no está exenta de observaciones que cuestionan su eficacia. Julien Bousac (La Decouverte, 2011) ha escrito que “numerosas críticas, surgidas tanto de los propios haitianos como de los responsables de la ayuda han puesto de manifiesto la debilidad de la coordinación, la falta de liderazgo en el seno de la comunidad humanitaria y el insuficiente conocimiento del contexto haitiano por parte de los agentes extranjeros. Peor aún – insiste -, la ausencia de toma en consideración de las iniciativas locales, el débil nivel de consulta y de participación de los habitantes, la marginación de los responsables institucionales haitianos y la bunquerización de los agentes internacionales han provocado la ralentización de programas completos de ayuda humanitaria, obstaculizando la intervención en las operaciones de la comunidad haitiana y dando origen a una sensación de distanciamiento hacia las poblaciones afectadas”.

Hubiera deseado plantear este debate en la sesión, a la que asistí, y que, con motivo de la Seminci vallisoletana, se dedicó a Haití, donde se dieron a conocer diversos documentales, de gran calidad, realizados por creadores españoles que se desplazaron al castigado país caribeño con ese propósito. No hubo tiempo, por lo que habrá que dejar el tema para otra ocasión. Con todo, la presencia de Antonio Fraguas “Forges” entre los invitados aportó un valor adicional a la dosis de brillantez y coherencia de la que también participaron los demás. El magnífico dibujante, que ha creado un estilo inconfundible en el humor gráfico español sin perder un ápice de ese espíritu crítico tan necesario como saludable en España, apuntó un par de ideas que no me resisto a mencionar.

Habló, por un lado, de su “tercer brazo”, el que le permite captar desde una nube lo que ocurre en los lugares castigados por la historia y por la naturaleza, para nunca perder de vista la incorporación de ese mundo al escenario donde también el humor aporta un valor añadido al conocimiento: “pero no te olvides de Haití”, dibuja en un minúsculo espacio de su viñeta cotidiana para dar testimonio de un mensaje grande a la vez que reiterado por necesario. Y comentó, por otro lado, el impacto que le provocó, cuando trato de adentrarse imaginariamente en aquella realidad, el contraste de color entre los dos países que integran la isla de La Española, para, a partir de ahí, evocar el pasado del que considera “el pueblo que más ha sufrido de la Historia”. Una Historia terrible, muy bien analizada en un libro de reciente publicación por el Ministerio español de Defensa. La Secretaria de Estado de Cooperación, Soraya Rodríguez, a su lado, trató de explicar que muchos otros también han sufrido muchísimo. No le faltaba razón. Pero allí se hablaba de Haití, de ese Titanic al que he hecho referencia en otra ocasión, y que nunca debiera ser relegado al olvido, aunque los terremotos no se ceben de momento en su maltrecho territorio. Y es que la primera República latinoamericana, el país de los "esclavos libres", ha vivido en una convulsión histórica permanente.

25 de octubre de 2011

Nuevos rostros en el cine español: Andrea Fernández y Nuno Pessoa


Andrea Fernández en el acto de presentación de “Despedida” (Seminci, 2011)
Me comentaba ayer Fernando Herrero, conocido crítico cultural de Valladolid, que la juventud que desea hacerse un nombre y un espacio en el cine lo tiene cada vez más difícil. Tan denso, complejo y sinuoso es ese mundo de la creación cinematográfica que cualquier pretensión de abrirse camino y consolidarse en él tropieza con tal cúmulo de dificultades que sólo la tenacidad, el esfuerzo y el talento pueden, tras no pocos sinsabores, propiciarlo.
Fue ésta una conversación mantenida tras haber asistido poco antes a la presentación de una serie de cortos que habían sido seleccionados y dados a conocer públicamente dentro del programa de la 56 edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci). La experiencia me permitió valorar la labor realizada por un grupo de jóvenes cineastas, presentes en la sala y entusiastas partidarios de la innovación y la creatividad en un contexto donde no es sencillo individualizarse. Entre ellos, la vida y la amistad me han llevado a seguir con detenimiento y curiosidad las iniciativas llevadas a cabo por Andrea Fernández y Nuno Pessoa, dos personas jóvenes, con gran formación artística, que las circunstancias de la vida han llevado a vivir y a trabajar en Lisboa, aunque ellos mismos se muestran dispuestos a desarrollar su afán creativo en los escenarios donde esta tarea reciba el reconocimiento y el respaldo que merece. No existen fronteras cuando de explayar lo que uno sabe hacer se trata y, sobre todo, si lo hace bien y es consciente de ello.


Mi primer contacto con su obra fue a raiz de un documento impresionante que ofrecieron en una de las primeras reuniones de la Asociación Cultural Ciudad Sostenible, de la que formo parte, y en la que nos sorprendieron a todos con su Noncity”, expresión viva, crítica y de extraordinaria calidad estética sobre los espacios desolados que surgen en las periferias urbanas brutalmente impactadas por el urbanismo despiadado. Esta pieza se integra en un conjunto de aportaciones muy relevantes y que bien pudieran considerarse representativas de las modernas formas de expresión cinematográfica. Véanlas y quedarán gratamente sorprendidos.

En la sesión de la 56 SEMINCI el corto que firmaban – “Despedida”- nos trasladó a las sensaciones visuales y perceptivas que el otoño introduce en la imagen de la ciudad. Eligieron para ello Lisboa, pero no incurrieron en el tópico tan manido de lo que el cine ha descrito como “la ciudad blanca”(Alain Tanner, 1983), sino a la ciudad envuelta en la grisura de la estación casi terminal del año, donde los colores se desvanecen, al tiempo que cobran sutiles matices cambiantes, la humedad se apodera del ambiente, los horizontes se difuminan y cuanto sucede viene a identificarse con la hoja del árbol que, seca ya, se resiste a caer...hasta que, al final, mecida por el viento, cae. Es un documento repleto de simbologías, abiertas a la capacidad del espectador para descifrarlas. Lástima que, al final de la proyección, no se abriera un cambio de impresiones entre los creadores y el público.
En cualquier caso, y reconociendo que fue una experiencia culturalmente tan valiosa como grata, he querido aludir en esta entrada al empeño de ambos cineastas jóvenes por dar muestra, con la honestidad y la solvencia técnica y estética con que lo hacen, de su talento y de su sensibilidad.

22 de octubre de 2011

Ha llegado la hora de la Política de verdad, el momento de la sinceridad histórica


Que no traten esos abertzales, que tanto braman, de reescribir la historia porque la Historia ya está escrita. Y además con letras grandes, que hay que seguir sacando a la luz del día, para descubrir situaciones que nos acabarán sobrecogiendo. Sin el temor de la pistola en la nuca, se acabaron los silencios: ha llegado el momento de la Política de verdad, del esclarecimiento de los hechos, del debate riguroso y bien fundamentado, de dejar las cosas y a cada cual en el lugar que les corresponde. Se acabaron las soflamas incendiarias, con parafernalia nazi, que obligaban a contemplarlas a hurtadillas por miedo a que la contestación fuese trágica. Se acabó el autoexilio de tantos vascos y el exilio geográfico de cuantos encontraban aquel ambiente irrespirable y tuvieron que abandonar su tierra como en el peor de los escenarios posibles. La ofensiva democrática se impone como una necesidad para limpiar de miasmas un ambiente enrarecido en el que las voces más nobles estaban silenciadas. Que no nos vengan con latiguillos reivindicativos infundados, como han hecho esta tarde en Bilbao, pretendiendo eludir las responsabilidades y pretextando una situación de relegación como pueblo que no existe.

Tendremos la memoria siempre alerta porque la desmemoria es el mejor caldo de cultivo del que los que cínicamente hablan de "conflicto" y de "confrontación armada" pueden disponer para seguir teniendo la sensación de que siguen marcando la agenda de los demócratas. Patxi López, Antonio Basagoiti e Iñigo Urkullu lo saben bien, pues en ello les va el futuro de su pueblo, que no se merece tanto horror ni tanta ofensa ni tanta humillación como se han vertido durante años en las calles y en las plazas del Pais Vasco.

Se impone el conocimiento de lo que significan hechos y datos reveladores de cuál ha sido la trayectoria de ETA y de qué modo su acción terrorista ha ido unida a un sistema de financiación en el que, aparte de los fondos obtenidos mediante los secuestros, la extorsión, el narcotráfico y otras prácticas ilegales, ha tenido una importancia relevante los derivados de los apoyos de su entorno de colaboración, de una parte nada desdeñable del nacionalismo vasco democrático e incluso de la Unión Europea. La lectura del libro de Mikel Buesa (ETA, S.A.) , con el que se podrá discutir de estrategia antiterrorista pero en modo alguno de su acreditada solvencia y honestidad como economista, lo pone al descubierto de forma tan rigurosa como impresionante.

En un escenario de paz la fraseología huera del falso “conflicto” o de la "confrontación armada" tendrá los días contados. Quizá sea capaz de aglutinar el voto de los que ven en ellos algo que les reclama de momento la atención emocional. Pero, frente a los que vaticinan un sesgo en este aspecto, pienso que el tiempo se encargará de diluir la fanfarria cuando queden en evidencia que, tras el discurso repetitivo hasta la náusea, ya no queda nada. Su fuerza en Guipúzcoa decaerá, hasta convertirse en testimonial en Vizcaya y en Álava, para quedar desvanecida al otro lado de la muga, en territorio francés, donde ya se les considera irrelevantes.

Cuánto lamento que Francisco Tomás y Valiente, Gregorio Ordóñez o Ernest Lluch, a quienes en algún momento conocí y traté en circunstancias muy diversas, no vivan para verlo. ¡Con qué agudeza analizarían la situación! ¡Qué gran utilidad tendrían sus palabras en un horizonte de esperanza! Los del hacha y la serpiente segaron vilmente sus vidas, pero, como ocurre con el conjunto de las víctimas mortales de la barbarie , su recuerdo permanece vivo e indeleble.

¿Porqué llamarlos de izquierda si no lo son?


¿Porqué llamarles "izquierda abertzale" cuando sólo son simples "abertzales"? Si se entiende como "abertzale" el ser nacionalista radical, sobra a todas luces la connotación de "izquierda" con la que ellos mismos suelen presentarse y con la que indebidamente se les menciona aquí y acullá. Algo que es incorrecto, a mi juicio, ya que nada del pensamiento de izquierda anida en ese magma de vulgaridad teórica, sectarismo obsesivo, contemporización con el terror y marrullería estratégica de la que hacen gala permanentemente.
Si nunca levantaron la voz cuando ETA asesinaba a trabajadores, si jamás han hecho demostración de un pensamiento solidario y de defensa de los desfavorecidos, si la noción de solidaridad les es ajena, si todo en ellos es verborrea machacona, arrogancia y chulería de frontón, si su estética es de pésimo gusto y rezuma agresividad, si su presencia violenta degrada y ensucia hasta la náusea el espacio público, si no se les conoce ninguna aportación progresista en los lugares donde gobiernan, dominados por el miedo, la exclusión y la ruptura social.... ¿a qué viene eso de izquierda abertzale, mancillando y denigrando el propio concepto de izquierda, se esté o no de acuerdo con él?
Son simples sectarios, miserables corifeos del nacionalismo más rancio y ramplón, de baja estofa, sórdido y francamente casposo. Practican la exclusión y su fuerza se basa en el miedo y en el hostigamiento hacia el diferente. En resumen, una antigualla estéril y reaccionaria, lo peor para el futuro de Euskadi
Por favor, dejen ya de hablar de "izquierda abertzale": es una expresión contradictoria y equivocada al tiempo que injusta.

20 de octubre de 2011

Al fin, en el Pais Vasco se han abierto los espacios de la paz


Un día histórico. Este 20 de octubre de 2011, el Estado español ha derrotado a ETA. Cincuenta años de muerte, dolor, extorsión y sufrimiento culminan en el objetivo que siempre habíamos perseguido y deseado los defensores del Estado de Derecho. La libertad y el aire tranquilo, respirable por todos, vuelven a las calles y a las plazas del País Vasco mientras desde el resto de España se contemplan,definitivamente pacificadas, las tierras donde se dan "todos los colores del verde", como cantaba Raimon.
La Conferencia de San Sebastián ha sido el envoltorio con el que, al final y con un guión pautado, se ha querido salvar la cara, pero el proceso ya se mostraba inexorable, pese al ruido y las vacilaciones. Los de los múltiples nombres, aunque siempre los mismos, tratarán de camuflarlo con su verborrea habitual, pero, cuando se comprueba que ninguna de las pretensiones de la banda ha sido lograda, justo es reconocer su fracaso y el de sus corifeos. La lucha contraterrorista ha dado los resultados pretendidos, cerrando una etapa terrible y abriendo otra que necesariamente, y esto es lo importante, ha de apoyarse en la desaparición, ya irreversible, de la violencia criminal y mafiosa de Euskadi ta Askatasuna. El proceso no ha culminado, pero no cabe duda de que ha dado su paso más decisivo.
La contienda política se dirimirá a partir de ahora en condiciones de libertad y de respeto al adversario, como corresponde a una sociedad que no se merece más dolor. Y pondrá de relieve que la izquierda abertzale sólo es una máquina potente de gestos y escenografías varias aunque inepta por completo para el día a día de la política normalizada. Es ahí donde habrá que valorar lo que cada cual significa y vale. Ha llegado la hora de la política de verdad. La Historia será inequívoca en este sentido: en la fecha en que ETA anunció el cese definitivo de su carrera de muerte y extorsión el gobierno de España estaba presidido por Don José Luis Rodríguez Zapatero, depositario de un legado de lucha contra el terrorismo en la que ha habido muchos protagonistas. En ese mismo día, conviene recordarlo, la Audiencia Nacional impuso una condena centenaria a un asesino multirreincidente.

La Historia continúa mientras se despejan los horizontes y la gente puede pasear tranquila por el Boulevard y la parte vieja donostiarra, a la que da acceso (fotografía).

19 de octubre de 2011

Mensajes en la calle (32): Imágenes y espacios de la indignación


La calle es un escaparate permanente de motivos y sugerencias que invitan a detenerse en ellos con la mirada. La mayor parte de las veces surgen de pronto y llaman la atención. Conviene estar alerta pues la escena es fugaz, apenas dura unos segundos, y lo más probable es que no vuelva a repetirse. Las movilizaciones que están teniendo lugar en las ciudades españolas desde el 15 de mayo han transformado en cierto sentido el espacio urbano. Han dejado - están dejando - huella en él por su persistencia en el tiempo, por las modalidades empleadas en la ocupación del suelo público y por la escenografía singular con la que se expresan. Es un clamor que se expande y que evidencia la postura ciudadana en pro de reclamaciones que están en los antípodas de quienes han provocado la crisis y de quienes, incapaces de ver más allá de su nariz o refractarios a la crítica que consideran adversa a sus intereses, denuestan, muchas veces con argumentos de baja estofa, lo que no es sino la expresión de una voluntad cívica justificada. Con independencia de cual sea su trayectoria, lo cierto es que han dejado imágenes elocuentes, que el tiempo se encargará de recordar como uno de los episodios esenciales que han marcado el inicio de la segunda década del siglo XXI.

La imagen que presento, tomada por casualidad en el corazón de la ciudad de Valladolid, refleja bien lo que digo. El motivo central representa a un hombre joven, de buen aspecto, con expresión seria y seguramente con formación superior, que aparca su bicicleta (pieza simbólica, donde las haya, de otro modo y estilo de vida) junto a la vieja columna de los soportales del centro histórico. Ésta contribuye también a la escenografía como soporte de alguno de los muchísimos mensajes que han marcado expresivamente, con su laconismo, contundencia y a menudo con ciertas dosis de creatividad, el sentido de la protesta. En este caso, aluden a dos de los argumentos esenciales: la precariedad en el trabajo y en el salario, y el rechazo a la forma de hacer política amparada en la mentira o las medias verdades. Lejos de ser proclamas antisistema, se centran precisamente en dos perspectivas viciadas del propio sistema, que cualquiera en su sano juicio y honestamente vería necesario corregir. ¿Porqué ese empeño misérrimo en llamarles “radicales antisistema” cuando precisamente quieren mejorarlo en lo que atañe a los derechos sociales y políticos?

En el fondo, la escena introduce otros elementos que no son baladíes. Los contenedores de reciclaje de papel y vidrio revisten en este caso una significación casi metafórica, en la medida en que remiten a la necesidad de eliminar muchas de las tendencias, comportamientos y actitudes que han deteriorado sobremanera el ambiente social y que deben ser necesariamente reciclados. Al final de la escena, casi desvaido, figura el logotipo de una Caja de Ahorros local, cuya trayectoria, otro ejemplo más de la dilución de la capacidad de ahorro regional y sujeta a las mismas pautas que el resto - fusión con otras y a ver qué pasa -, es similar a la de cuantas entidades financieras se han visto conmocionadas por la crisis a la que han contribuido y que las ha obligado a un viraje estratégico con ayuda pública que ha acabado situando al sector financiero y a quienes lo gestionan en uno de los lugares más denostados en la consideración acreditada por parte de la sociedad española.

16 de octubre de 2011

El uso indebido de la palabra "conflicto"



Las grandes Conferencias internacionales suelen convocarse para resolver problemas de descolonización (Timor Leste), asegurar ayudas económicas en situaciones especialmente críticas (Conferencia de Donantes), afrontar catástrofes naturales (Conferencia Mundial sobre Prevención de Desastres) o culminar en acuerdos de armisticio o de paz tras períodos de guerra (Contadora, Esquipulas, Oslo, Dayton...). No es el caso de lo que, con el ampuloso nombre de Conferencia Internacional para Promover la Resolución del Conflicto en el País Vasco - se va a llevar a cabo en dicha Comunidad Autónoma el 17 de octubre, con un enfoque y dimensión tan solemnes como inciertos.

Esa reunión nace viciada por el empleo indebido del concepto de "conflicto" asociado a una interpretación deliberadamente sesgada y manipuladora de la realidad política vasca, pues, al emplearlo, desenfoca los rasgos esenciales del problema, que no es otro que el que deriva de una práctica terrorista criminal y mafiosa que durante medio siglo ha asesinado, herido, extorsionado y maltratado a miles de personas, y que ha vulnerado de manera sistemática y permanentemente ofensiva las reglas del juego en el que han de dirimirse las diferencias políticas en el seno de una sociedad democráticamente organizada.

La convocatoria en Donosti-San Sebastián de un encuentro internacional de estas características y naturaleza, cuando el terrorismo está ya vencido y la ley ha acabado prevaleciendo, no es sino un intento de decantar la cuestión hacia derroteros de negociación, de proporcionar al hecho una resonancia mediática inmerecida y de salvar la cara que a estas alturas ya no cabe plantear desde esa perspectiva internacionalizada - por más que sus integrantes sean prestigiosos y operen sin duda de buena fe - sino en función de un compromiso con el Estado sobre la base de la desaparición irreversible de la banda criminal que tanto daño ha hecho a tanta gente y durante tanto tiempo.

Partiendo del hecho de que seguramente de esa reunión, que durará tres horas, saldrá un comunicado que inste a ETA a abandonar definitivamente la violencia, surgen de inmediato dos preguntas y una incógnita. Las preguntas: ¿Qué grado de contundencia para la desaparición de la acción terrorista tendrá el contenido del texto tanto en el planteamiento como en la concreción del plazo a cumplir? ¿Se requerirán contrapartidas - obviamente mediante insinuaciones y nunca coercitivas - y, en su caso, de qué tipo, al gobierno español? Y la incógnita: ¿Qué ocurrirá si ETA desestima el acuerdo de la Conferencia y deja abierto el proceso de su disolución sine die? Pruebas ha dado sin cuento de insensibilidad y desprecio hacia reclamaciones de este tipo. On verra, pero, en cualquier caso, no deja de ser un riesgo muy serio para los propios convocantes del evento, máxime si no va acompañado de un reparación sincera y efectiva hacia las víctimas que durante décadas han sufrido esa lacra criminal y corrosiva.

ADDENDA (17 de octubre de 2011 a las 18 horas)

La reunión ha concluido y, por lo que se ve, no hay realmente nada nuevo bajo el sol. A decir verdad, no cabía esperar otra cosa que lo que ha ocurrido. Llamamientos a la paz, invocaciones a la desaparición de la violencia ejercida por la banda en todas las manifestaciones de las que es capaz. Se insta a los gobiernos de España y Francia a dialogar, aunque se supedita esta petición al cese definitivo de la violencia. ¿De qué otra forma podrían entenderse?

En general, estas conclusiones forman parte desde hace mucho tiempo de las ideas suscitadas en torno al proceso que se ha de seguir para que el terrorismo etarra desaparezca de España. Eran, pues, previsibles y hasta lógicas en la línea ya archiconocida. Como dije ayer, y a sabiendas de que el resultado, más allá de la escenografía utilizada, no podía ser otro, parece pertinente plantearse si, después de esta Conferencia de pompa y circunstancia, volvemos a la situación de antes de ayer, significa un paso en positivo o el proceso continúa en la nebulosa en que se ha mantenido en los dos últimos años, en los que, sin haber asesinatos ni extorsiones, el smog etarra no acaba de disiparse por completo.


14 de octubre de 2011

Espacios transformados (2): cuando avanza la otoñada


Todos los matices del ocre se dan cita cuando avanza la otoñada. El paisaje se transforma de pronto ofreciendo la imagen que asegura que el verano ha terminado. Los árboles de hoja caduca que flanquean el río avisan bien temprano, pero sobre todo son los viñedos los que acusan, en su masa abigarrada, el fin del ciclo que abre paso a la vendimia.
Tierras de pan llevar y vino dar: así se ha fraguado en el tiempo la personalidad de las tierras de la vieja Castilla. Y en la estampa que nos ocupa lo han hecho bajo la mirada, ya extinta, del palomar abandonado, por más que en lontananza los páramos enhiestos sirvan como vigorosas y sempiternas atalayas desde las que es posible divisar lo mucho que el Valle del Duero, en su tramo vallisoletano de la Ribera de Sardón - aquí representada-, pueda ofrecer.

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