26 de mayo de 2013

En apoyo de José Chamizo



Ya lo han sustituido y es una lástima. Hace unos días vi en Facebook la solicitud de firmas para relevar a José Chamizo de la Rubia como Defensor del Pueblo Andaluz. Comenté negativamente esa campaña porque considero que la figura de Chamizo ha dignificado la figura de Defensor del Pueblo como en pocas Comunidades ha sucedido y, menos aún, en el ámbito del Estado. He conocido, leído y utilizado algunos informes realizados por él y me han parecido excelentes, serios, rigurosos y, ante todo, independientes y críticos con el poder. Sin miramientos, sin edulcoranciones,  sin ambigüedades, con la verdad por delante. Siempre con la contundencia de quien denuncia la injusticia, el caciquismo, la venalidad y la corrupción. A chamusquina huele esa iniciativa tan unánime en pro del relevo cuando las fuerzas políticas se deshacen en elogios que contrastan con la intención no oculta de quitárselo de encima como sea.

Traigo el tema aquí porque creo que rebasa el estricto escenario de Andalucía. No en vano la figura del Defensor del Pueblo queda mediatizada cuando se supedita a la aquiescencia de quien o quienes lo nombran en virtud de afinidades que pudieran condicionar la libertad de criterio y el ejercicio independiente de una tarea que si, por algo se distingue, es porque está por encima de las cuitas partidarias. Ha ocurrido en España de forma clamorosa, pues en nuestro país ha sido siempre una figura anodina, irrelevante, falta de garra y de voluntad crítica. Basta echar un vistazo al balance como tal de Doña Soledad Becerril, que actualmente ostenta dicha responsabilidad, para darse cuenta de lo que no debe ser un Defensor del Pueblo, máxime en estos tiempos de crisis y de vulneración sistemática  de derechos básicos. Lo siento por José Chamizo, lo siento por los andaluces, lo siento por la defensa de los derechos del ciudadano.

23 de mayo de 2013

La defensa de la investigación por la Conferencia de Rectores




Que la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas se movilice en torno a una reivindicación que asume de forma unánime no es empresa fácil. Mucha trascendencia ha de tener la idea motivadora para que las diferencias queden aparcadas en aras de la contundencia de la actitud manifestada. Y, desde luego, trascendencia tiene algo tan preocupante como la situación de asfixia, deterioro y marginación a que se ve sometida la investigación científica en España. No es solo un problema; es una tragedia, que amenaza con convertir al país en la tierra del futuro banal, mediocre, sombrío, por más que luzca el sol y surjan en el horizonte, tanto en el entorno de las grandes ciudades del interior como en la costa atiborrada, las construcciones dedicadas al juego, al ocio, a la gastronomía o a la tauromaquia. Sus usuarios (habrá que ver con qué medios se lo permiten), se moverán a sus anchas entre tanto cachondeo, mientras los científicos se sumergen en sus espacios de precariedad y los jóvenes con talento parten presurosos allende las fronteras donde encontrarán los únicos lugares en los que, huyendo del desguace, poder desplegar sus inquietudes y demostrar lo lejos que se sienten del país en el que hubieran deseado aportar lo mucho de lo que son capaces y que ahora les abandona a su suerte. 

Cómo desearía no tratar este tipo de cuestiones. Pero, cuando se observa la deriva a que está sometida España, en esa especie de regreso al pasado y a lo retrógrado en el que el futuro no ofrece esperanzas alentadoras, y cuando la juventud está sumida en la desesperanza cuesta mucho evadirse de panorama tan desolador. ¿Alguien podría señalar una idea, un hecho, un aspecto, que en estos momentos merezca en España una valoración positiva desde la perspectiva de la acción política?  

21 de mayo de 2013

Cuando los genocidas quedan libres el mundo empeora. Pobre Guatemala


Pobre Guatemala, pobres guatemaltecos. Qué triste este día para los Derechos Humanos, la dignidad de la persona, la justicia universal. Uno de los mayores criminales del siglo XX ha quedado libre tras ser condenado por genocidio en el pais que vivió el "apartheid" más atroz, como lo ha definido acertadamente John Carlin


Pueblos indígenas de Guatemala, gentes humildes, trabajadoras, castigadas por la naturaleza, han sido víctimas de una de las historias más terribles que se conocen. Han buscado la justicia, la justa reparación, el derecho a que se reconociera lo mucho que han sufrido, las torturas que padecieron, los asesinatos sin límite, el robo, el expolio, la destrucción de su misma existencia. Indígenas de Quiché, de Alta Verapaz, de Sololá, mayas, ixiles, etnias que enriquecen y dan vida al país de los mil colores. Hombres, mujeres, niños destrozados en su tierra. 

Efraín Rios Montt, bestia peor que las bestias, despojo humano que las hienas rechazarían. Libre. No puede ser. No es justo. El mundo se degrada cuando el genocidio permanece impune.  ¿Qué esperanza queda ante tanta injusticia?. Hoy es día de luto en Guatemala. Es día de luto en el mundo que lucha por un mundo mejor. Qué horror. Pobre Guatemala. Que nadie olvide su tragedia, su historia desgarrada. 

18 de mayo de 2013

Evocaciones




Cuando el viento amaina
es momento de descifrar
el silbo que nace de la loma
¡Silencio! 
mensajes esperados tanto tiempo

De allí surgen los enigmas
que nuestros ancestros 
trataron de entender
y que con paciencia infinita
explicaban al amor de la lumbre 
en los inviernos de mi infancia

Silencio repleto de palabras
palabras en medio del silencio

Explicaciones variadas
para mí ininteligibles
con frecuencia contradictorias
ilusionantes y misteriosas

Siempre las mismas
siempre diferentes
siempre cercanas a la fuente de la vida


Mensajes en la calle (42): la cultura que se extingue


Cierra el Museo de la Radio en Tordesillas (Valladolid) 


¿Cuántas manifestaciones culturales sobrevivirán a la catástrofe? ¿Qué será de buena parte de esas infraestructuras,  dotaciones, obras y demás elementos físicos que han visto la luz cuando todo prometía buena ventura y satisfacciones sin cuento y de porvenir asegurado? Al observar la lista  de cuanto se ha puesto en pie con tal fin en España desde los años noventa hasta prácticamente antes de ayer, cuando han comenzado a tocar a rebato los tambores demoledores de la crisis que no cesa, nos damos cuenta de hasta qué punto  la creatividad y la capacidad de iniciativa se han desplegado profusamente hasta cristalizar en uno de los inventarios más nutridos de cuantos se tiene noticia en la Vieja Europa. De todo hay sin duda: realizaciones excelentes, iniciativas mediocres, propuestas prescindibles. Soy, sin embargo, de la opinión que la perspectiva de poder elegir en un frente tan amplio incrementa las posibilidades de enriquecimiento cultural y personal, de modo que más pronto que tarde los criterios de calidad acabarán prevaleciendo sobre la cantidad hasta dibujar, a la postre, un panorama en el que sólo cobre vida y justificación aquello que realmente merece la atención y el interés de ser conocido y valorado. Y no siempre lo grande lo es: hay manifestaciones de pequeño tamaño, obras modestas que encierran lecciones de excelencia, buen gusto y mejor hacer. 


Al menos así ha de ser en teoría, habida cuenta de que la mayoría de los proyectos puestos en marcha se han amparado en ayudas públicas sin las cuales difícilmente hubieran visto la luz. De ellas depende también su mantenimiento, su continuidad, su presencia en los catálogos y en las sugerencias que invitan al conocimiento de lo que no se conoce. Cuando las aportaciones de los fondos públicos declinan, los horizontes se cierran para muchos de ellos e incluso amenazan o culminan con su desaparición. Es lo que ha sucedido con el hecho que justifica esta entrada. Paseando por Tordesillas, mi pueblo adoptivo, me he encontrado con la noticia de que cierra el Museo de la Radio, tan ayudado y que tanto prometía. Ni siquiera les ha dado tiempo a corregir la errata ortográfica del cartel. 

Es en este contexto en el que ha de imponerse el despliegue de una verdadera estrategia cultural, que pase de la prodigalidad de antaño a la adopción de criterios que garanticen la preservación de aquellas muestras de la acción cultural que verdaderamente merecen ser respaldadas, sobre la base de su calidad, de su utilidad formativa, de su pertinencia como fundamento de una voluntad decidida de apoyo al patrimonio cultural. Y ha de ser así porque la cultura no puede sobrevivir en un panorama de mercantilización pura y dura: necesita el respaldo institucional, serio y responsable, no dominado por los grupos de presión o por la concepción populista o populachera de la cultura. Se trata de un contexto renovado, en el que, como en tantas otras cosas, va a quedar en evidencia la categoría política de los responsables públicos y su voluntad para asegurar la pervivencia de una cultura de calidad que nunca podrá ser objeto de negocio o de satisfacción de intereses extraculturales.  

12 de mayo de 2013

Espacios transformados (15): la plaza pública en apoyo de la enseñanza integradora




Nada impide el clamor de la calle en un día de lluvia. Al atardecer el paisaje urbano del centro de la ciudad se transforma al compás de la riada humana que enarbola el Verde con el que quiere simbolizar el valor de la educación que integra, une y cohesiona. Diríase que el agua de mayo, lejos de ser inoportuna, vivifica el ambiente y le aporta esa sensación de viveza, rabia y energía que acentúa la resonancia de las palabras reivindicativas en defensa de un modelo educativo que se aviene mal con los postulados y fines de una ley sectaria que discrimina, segrega y deteriora aún más la concepción y el funcionamiento de uno de los servicios esenciales sobre los que descansa la dignidad del ser humano. Un servicio cuyo desarrollo debiera ir unido a los compromisos inherentes a un pacto educativo, que lograse la necesaria articulación de fuerzas y estrategias capaces de  superar los problemas y disfunciones de que adolece la educación en España, y que la crisis ha puesto en evidencia  con tintes aún más dramáticos. 

En ese espacio de encuentro, protesta y llamamiento a la sensibilidad, a la equidad, a la calidad y a la dotación adecuada frente al privilegio, el sectarismo y los riesgos de exclusión, los colores abigarrados de la manifestación, con su cortejo de paraguas abiertos y de impermeables al viento, tienden a difuminarse mientras profesores, padres, niños, ciudadanos en fin, adquieren el convencimiento de que ese momento y ese lugar les pertenece.

9 de mayo de 2013

Siempre ha habido un maestro o una maestra en nuestra vida




He comprobado que a medida que pasa el tiempo y observo tras de mí una larga ristra de recuerdos que me señalan la longitud de la vida vivida y la constatación de que el pasado prima sobre el futuro, me vienen a la memoria los nombres y los rostros de los mejores profesores que he tenido y con los que he disfrutado en ese proceso tan difícil y azaroso como es el de la formación. No muchos, la verdad, pero sí importantes en algún momento, asociados a circunstancias y situaciones que dejaron huella y que con habilidad, inteligencia y afecto me enseñaron a afrontar. No recuerdo lo que me explicaban, aunque mantengo nítida la imagen de cómo lo hacían, el empeño puesto en su afán por enseñar a aprender y a vivir, a descifrar esas incógnitas complejas a que se enfrenta la vida cotidiana en la infancia, en la adolescencia y en la juventud, cuando en el panorama de confusiones que se crean uno va descubriendo las cosas y abriéndose a la luz al compás de la voz de la maestra, del consejo del maestro, de la advertencia del profesor, de la reflexión pertinente de la profesora. Lecciones valiosas que el paso de la vida no consigue relegar al olvido.

Ninguno vive ya, pero ellos viven en mí y de cuando en cuando los evoco sobre todo si necesito referencias personales en las que apoyarme para seguir reafirmado en la convicción de que pocas cosas hay tan importantes en la vida como la impronta indeleble del buen maestro. La lectura del texto de Carlos Arroyo me ha inducido a hacer este pequeño homenaje a los mejores profesores de mi vida. Seguro que todos los tenemos.

5 de mayo de 2013

Taller de Arte Añil y Proyecto UNO: cuando el arte moviliza sensibilidades compartidas




Son dos grupos de artistas que han decidido unir sus esfuerzos para darse a conocer. Los vínculos anudados entre ellos responden en origen a una causa personal  pero el tiempo se ha encargado de fraguar con solidez una relación que proyecta su obra dentro de unas meritorias coordenadas compartidas. Son las que les llevan a entender el arte como la plasmación de una sensibilidad conectada con la innovación técnica,  la expresividad de los mensajes transmitidos y la dimensión vanguardista  de lo que hacen y representan.



Durante unos días han expuesto sus obras en el Palacio Garcigrande de Salamanca  Al visitar la muestra - identificada con el nombre de Clamores - reconozco que me ha impresionado. Allí se han dado cita el TALLER DE ARTE AÑIL, que agrupa a varios artistas residentes en la villa abulense de Arenas de San Pedro, y PROYECTO UNO, que vio la luz en Valencia para aprovechar la cercanía y las sensibilidades en común de una decena de creadores.  Ambas son iniciativas recientes: la primera nace en 2009, en 2012 la segunda.


Sería prolijo entrar en detalles, pues poco más podría decir yo de un panorama creativo tan amplio, tan diversificado y tan repleto de matices. Me limitaré a señalar su existencia, acompañada de la recomendación de que sus aportaciones al mundo del arte sean conocidas, valoradas e interpretadas. Es sin duda loable el esfuerzo realizado a la hora de conciliar inquietudes en torno a proyectos comunes, basados en el afán de proyección y en la confianza que da a quienes los integran el hecho de sentirse acompañados en una tarea que no resulta fácil, por más que se encuentre amparada en una calidad creativa difícilmente cuestionable.  


4 de mayo de 2013

Cuando desaparece la corteza...



¿Qué quedará del árbol desangrado hasta la extenuación? ¿En qué se convertirá ese tronco enhiesto y curtido por la historia cuando ya no quede en él un gramo de resina vivificadora? He visitado con mis compañeros y alumnos la tierra pinariega de Segovia, donde la resinación del Pino negral se confunde con el tiempo y el espacio hasta identificarse con ellos. 

Contemplando el espectáculo, y sin entrar en lo que significa la recuperación de esta actividad económica en el contexto de la crisis y del encarecimiento de los hidrocarburos, no he podido por menos de tener la sensación de que la conífera enraizada en el paisaje de la Castilla meridional se me antoja una metáfora plausible de lo que actualmente sucede en España. Cortes y más cortes, siempre en la misma dirección, hendiduras que laminan la corteza, riqueza de interior que emana hacia afuera para ser arrebatada, indefensión ante la intemperie, desvitalización de la estructura viva... en fin, un remedo ejemplificador de lo que está pasando, de lo que estamos viendo.

2 de mayo de 2013

¿Qué entendemos por reforma de la Administración pública?




Cuando se habla de aplicar la política de recortes a la Administración Pública es evidente que no todos la entienden de la misma manera. Cuando de la proclama general se desciende a los detalles, las cosas cambian en función de la perspectiva y de la orientación con la que se plantee. Es razonable pensar, a la vista de los hechos, que numerosos aspectos de la organización y funcionamiento de la realidad administrativa deben ser corregidos, pues no cabe duda que se han cometido despilfarros  incurrido en duplicidades innecesarias y gravosas, adoptado medidas y líneas de acción que se han mostrado ineficaces en función de la alta dosis de clientelismo, nepotismo y mal uso de los recursos con que se han llevado a cabo. Cientos de ejemplos lo avalan. 

Reformar la Administración, sí, pero para mejorarla, liberarla de sus adherencias espurias y lograr que su actividad se adecue no a los privilegios de muchos de los que la mangonean y se han servido de ella sino a los intereses y necesidades de los ciudadanos de acuerdo con los principios que han de regir el buen gobierno de la "res pública". Pero me temo que no va por ahí la perorata que anima el espíritu lenguaraz y demagógico de la madrileña Aguirre, ex presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid, cuando, al enarbolar la bandera del recorte implacable de la estructura del Estado, se limita a consideraciones vagas, sin precisar qué, dónde, cuándo y cuánto hay que mutilar. 


Si no se desciende al detalle, si no se precisa el alcance y las repercusiones de la iniciativa, si no se plantea desde la posición autocrítica por parte de quien no ha hecho otra cosa que desarrollar su carrera a expensas de la Administración, el sentido común lleva a pensar que lo que late en el ánimo de esa mujer y  de otros tantos como ella es lisa y llanamente el adelgazamiento del Estado para que al tiempo su relevancia en la gestión de lo público se debilite y abra camino al escenario esplendoroso y lucrativo de la llamada "externalización".  ¿Realmente, y sin clarificar los límites en los que han de encuadrarse las medidas de ajuste en la estructura del Estado, se han hecho los esfuerzos suficientes para profundizar en otras soluciones encaminadas a minorar el déficit mediante una política fiscalmente más equitativa?


Decir esas cosas desde la ciudad de Madrid, que acumula más de la mitad de la deuda viva de los Ayuntamientos españoles, y desde la Comunidad donde la corrupción forma parte de su misma esencia, es un planteamiento criticable que debe ser denunciado. Ya sabemos que sus palabras y escritos están espoleados por manos que mecen la cuna en las trincheras mediáticas y que, en el fondo, y como bien dijo ayer el Consejero de Presidencia de la Junta de Castilla y León, también de su mismo partido, "de ser un verso suelto, Aguirre se ha convertido en un auténtico poema". 

La fotografia hace referencia a la conmemoración de los doscientos años cumplidos por las Diputaciones Provinciales. En este caso la de la provincia que vio nacer a Rosa Chacel, su mejor escritora, como bien afirmó Andrés Trapiello.
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