Ya lo han sustituido y es una lástima. Hace
unos días vi en Facebook la solicitud de firmas para relevar a José Chamizo de la Rubia como Defensor del Pueblo Andaluz. Comenté negativamente esa campaña porque
considero que la figura de Chamizo ha dignificado la figura de Defensor del Pueblo como en pocas
Comunidades ha sucedido y, menos aún, en el ámbito del Estado. He conocido, leído y utilizado algunos informes realizados por él y me han parecido excelentes, serios,
rigurosos y, ante todo, independientes y críticos con el poder. Sin
miramientos, sin edulcoranciones, sin ambigüedades, con la verdad por delante. Siempre con la contundencia
de quien denuncia la injusticia, el caciquismo, la venalidad y la corrupción. A
chamusquina huele esa iniciativa tan unánime en pro del relevo cuando las fuerzas
políticas se deshacen en elogios que contrastan con la intención no oculta de
quitárselo de encima como sea.
Traigo el tema aquí porque creo que rebasa el
estricto escenario de Andalucía. No en vano la figura del Defensor del Pueblo
queda mediatizada cuando se supedita a la aquiescencia de quien o quienes lo
nombran en virtud de afinidades que pudieran condicionar la libertad de
criterio y el ejercicio independiente de una tarea que si, por algo se
distingue, es porque está por encima de las cuitas partidarias. Ha ocurrido en
España de forma clamorosa, pues en nuestro país ha sido siempre una figura
anodina, irrelevante, falta de garra y de voluntad crítica. Basta echar un
vistazo al balance como tal de Doña Soledad Becerril, que actualmente
ostenta dicha responsabilidad, para darse cuenta de lo que no debe ser un
Defensor del Pueblo, máxime en estos tiempos de crisis y de vulneración sistemática de derechos básicos. Lo siento por José Chamizo, lo siento por los andaluces, lo
siento por la defensa de los derechos del ciudadano.
No he seguido la trayectoria del Padre Chamizo y me creo a pies juntillas lo que dices de él, claro. Sin embargo, amigo Fernando, tengo que reconocer que me chocó un poco la queja y los ataques, fuertes, que publicó (no sé si en alguna entrevista o declaración, no recuerdo) cuando fue destituido. Creo que una persona nombrada a dedo para un cargo, como lo fue él, no debe arremeter contra el dedo que lo destituya para nombrar a otra. Salud(os).
ResponderEliminarUna nota sobre los derechos de las ballenas. Saludos cordiales.
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