Son dos grupos de artistas que han decidido unir sus
esfuerzos para darse a conocer. Los vínculos anudados entre ellos responden en
origen a una causa personal pero el
tiempo se ha encargado de fraguar con solidez una relación que proyecta su obra
dentro de unas meritorias coordenadas compartidas. Son las que les llevan a
entender el arte como la plasmación de una sensibilidad conectada con la
innovación técnica, la expresividad de
los mensajes transmitidos y la dimensión vanguardista de lo que hacen y representan.
Durante unos días han expuesto sus obras en el
Palacio Garcigrande de Salamanca Al visitar la muestra - identificada con el nombre de Clamores - reconozco que me ha
impresionado. Allí se han dado cita el TALLER DE ARTE AÑIL, que agrupa a varios
artistas residentes en la villa abulense de Arenas de San Pedro, y PROYECTO UNO,
que vio la luz en Valencia para aprovechar la cercanía y las sensibilidades en
común de una decena de creadores. Ambas
son iniciativas recientes: la primera nace en 2009, en 2012 la segunda.
Sería prolijo entrar en detalles, pues poco más
podría decir yo de un panorama creativo tan amplio, tan diversificado y tan
repleto de matices. Me limitaré a señalar su existencia, acompañada de la recomendación
de que sus aportaciones al mundo del arte sean conocidas, valoradas e
interpretadas. Es sin duda loable el esfuerzo realizado a la hora de conciliar
inquietudes en torno a proyectos comunes, basados en el afán de proyección y en
la confianza que da a quienes los integran el hecho de sentirse acompañados en una tarea
que no resulta fácil, por más que se encuentre amparada en una calidad creativa
difícilmente cuestionable.
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