1 de junio de 2008
Mensajes en la calle: Flexibilidad ante todo
He ahí otro de los grandes paradigmas de nuestro tiempo: la flexibilidad. Una palabra casi mágica que se utiliza para todo. Se habla de modelo de acumulación flexible, de flexibilización estratégica, de programas flexibles ante la crisis y, ante todo, de la flexibilización de las plantillas. Ajustar el sistema, procurar que las rigideces no entorpezcan el proceso de acumulación esencial, el de los beneficios de unos pocos, tratar que las medidas que reglamentan el funcionamiento de una sociedad no estén sujetas a pautas estructuradas y planificadas con visión de futuro, sino al albur de los acontecimientos, para que en cualquier momento, y al amparo de las ventajas de lo flexible, se acomoden a lo que importa primordialmente desde la perspectiva de quien más interesado está en la defensa de sus intereses.
Imbuido de las bondades del paradigma flexible, este bar de Andalucía ha decidido subirse al carro sin pensárselo dos veces. Para flexibles nosotros, se han dicho para sí los responsables del negocio. Pero nada de flexibilidad a medias, algo para andar por casa. No. Si se es flexible se es en su integridad, para todo y a todo momento. No vaya a ser que por comprometernos a algo en firme, no nos vayan a salir las cuentas y tengamos que someternos a la flexibilización que otros nos impongan. Por ahí sí que no pasamos.
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Fernando, la foto es buenísima y el texto más aún. Me he reído un montón.
ResponderEliminarPor lo que respecta a la flexibilidad, está de moda. En educación flexibilizan los currículums, los horarios e incluso la asistencia. Pero digo yo que unas prácticas tendrán que realizarse y asistir a clase por más flexible que se quiera ser.
A veces pienso que muchos de los amantes de la flexibilidad lo son por lo que a ellos respecta. Por lo que hace referencia a otros son los más rígidos.
Un abrazo.
Gracias, ANTONIA. Un abrazo
ResponderEliminarMe ha encantado el letrero... ay, la gracia y el ingenio de los andaluces ¡qué haríamos sin ellos! Besotes, M.
ResponderEliminarVoy a ver si encuentro la manera de convencer a los profesores de la facultad de que soy una persona flexible...
ResponderEliminarPor cierto, algún día coincidiremos en la facultad, digo yo, al fin y al cabo, tu departamento está al lado del mío.
Saludos
Más que flexibilidad, yo diría que un gancho comercial. Imagina que pasas frente al cartel, lo lees y resulta que está abierto el bar. ¿Qué piensas? Que ya que tienes la suerte de que en ese momento esté abierto, no vas a desaprovechar la oportunidad de entrar a tomarte algo, ¿no?
ResponderEliminarMERCHE. No sólo en Andalucia, que también, sino en toda España encontramos testimonios de la gracia y el ingenio que ponen nuestras gentes en sobrevivir como sea. Un abrazo
ResponderEliminarJ.SANZ. No te será fácil convencerlos, pero con intentarlo no se pierde nada. En cuanto a lo de la coincidencia, encantado. No será dificil en un espacio compartido, aunque en exceso fragmentado. ¿No te parece?. Un cordial saludo
CECILIA. Naturalmente que es un reclamo publicitario, pero no me digas que no tiene guasa el mensaje, que defiende la superflexibilidad de los horarios. La palabra está tan manida que no viene mal entenderla con una miaja de sentido del humor. ¿Qué sería de nosotros si no nos tomásemos las cosas con humor y gracia de la buena?.
La flexibilidad no tiene límites! Y así buscamos flexibilizar los horarios, el trabajo, la pareja, el testamento...Me gusta la flexibilidad pero no la falta de compromiso!
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