Romper el silencio, denunciar la injusticia, revelar la magnitud de la barbarie, denunciar ante el mundo la ignominia de unos gobernantes que incumplen sistemáticamente la legislación internacional, los convenios de defensa de los derechos humanos, los principios básicos en los que se sustenta el respeto a la dignidad de las personas. Poner en evidencia, en fin, las actuaciones cometidas como crímenes de guerra, tal y como están definidos en
BREAKING THE SILENCE (Rompiendo el silencio). Con este nombre se conoce, y debiera conocerse aún más, la iniciativa llevada a cabo por un grupo de militares que han decidido agruparse para dar a conocer sin tapujos los crímenes de los que fueron testigos durante la ocupación y destrucción de la franja de Gaza a comienzos de este año, y a la que en su momento aludí reiteradamente en este blog. Recomiendo seguir este espacio de esclarecimiento de una realidad que, no por conocida, se nos antoja cada día más atroz e inadmisible.
Sabemos que el gobierno de Israel está tratando de que los países europeos boicoteen este proyecto dedicado a la revelación de unos hechos que no pueden ni deben ser ignorados. Pero no es posible poner puertas al campo e impedir que en la red de redes el mundo conozca lo que allí ocurrió, como una demostración de la voluntad de que la barbarie y la voluntad de exterminio de la realidad palestina, allí donde se produzca, no puede quedar oculta ni, en la medida de lo posible, impune.
Querido profesor:
ResponderEliminarEl problema es que todas estas denuncias a través de canales informales, aunque transiten un medio tan potente y universal como es la red Internet, pasan a formar parte de ese exótico conjunto de admoniciones que el imaginario colectivo llama Teoría de la Conspiración. Y el poder lo sabe. Incluso en el supuesto de que los medios de comunicación oficiales se hagan eco de la noticia, ésta será transmitida luego de atravesar el tamiz de los intereses particulares de las empresas y poderes políticos que están tras de esos medios. El mensaje habrá sido corrompido sin remedio.
Tengo grabada en mi retina la imagen del entonces líder de la oposición al Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, compareciendo ante las Cortes y ante los medios de comunicación para denunciar la falta de pruebas acerca de la existencia de armas de destrucción masiva en Irak. En el preciso instante en que pronunciaba esas palabras, un rótulo avisaba, en la parte inferior de la imagen que transmitían los canales de televisión pública de este país, controlados entonces por el Gobierno de Aznar, de un despacho urgente del Gobierno estadounidense según el cual el Pentágono acababa de hacer públicas fotografías aéreas de sus aviones espía en las que identificaba el arsenal químico y nuclear iraquí. La evidencia desmentía las palabras del político y Zapatero, ajeno a lo que estaba ocurriendo, seguía hundiéndose más y más en el despropósito con cada minuto que permanecía en la tribuna de oradores. Después se ha sabido que todo fue un montaje, que las fotografías aéreas eran una burda mentira, que nunca hubo o nunca se descubrió la existencia de aquellas armas, que los grandes medios de comunicación manipularon. ¿Y cuál fue el precio de todo aquello? Centenares de miles de muertos, familias cercenadas a uno y al otro lado del Atlántico, una situación de inestabilidad aún no resuelta en la región después de tantos años, y un odio enquistado en los unos y en los otros que tardará mucho en curar. Pero, ¿y el coste penal, y el coste político para los que mintieron? Sabemos todos que ninguno. Las denuncias de hoy día acerca de todo lo que ocurrió, después de tanto como se ha dicho en un sentido y en otro, habitan ya el universo de la Teoría de la Conspiración. El tiempo y la mentira reiterada de los grandes intereses tras los medios de comunicación formales han diluido el vigor de las pruebas de aquella infamia hasta hacerlo insignificante.
Esta iniciativa que ahora nos muestras me recuerda mucho al trabajo de los realizadores irlandeses Kim Bartley y Donnacha O'Briain que, con el título "The Revolution Will Not be Televised" ("La revolución no será televisada"), presentaron un documental en el que denunciaron el complot de los medios de comunicación opositores al Gobierno venezolano de Hugo Chávez para hurtar a la opinión pública la realidad de los sucesos que tuvieron lugar durante el golpe de estado del 11 de abril de 2002. El documental, que fue reconocido con numerosos premios internacionales, aún circula por la Red. Está disponible en:
http://video.google.com/videoplay?docid=5832390545689805144
Su mensaje, después de la intensa labor contaminadora de los medios de comunicación al servicio de los grandes intereses, pasa hoy completamente desapercibido.
Por eso el daño que esta iniciativa pueda ocasionarle al gobierno de Israel va a ser mínimo. Si acaso reafirmará la convicción de los que ya están convencidos, y añadirá un puñado de nuevas conciencias a la causa de develar todo lo que de podrido tiene este mundo en el que vivimos.
Y es valiente por parte de estos soldados sabiendo como se las gasta su gobierno en caso de "traición".. No es la única denuncia, no, por parte de los mismos israelies.. No, pero se pierde como tantas otras en el océano de las mentiras oficiales y el silencio complíce de la Comunidad Internacional...
ResponderEliminarUn abrazo, Fernando.
Fernando...Es la primera novedad que tengo ... y a diario recibo noticias de Israel.Te doy las gracias,y tratare de informarme. Que tengas un lindo domingo.Silvi.
ResponderEliminarLo leí y me parece muy valiente por parte de esos militares. Menos mal que hay un movimiento fuerte de judios americanos e israelies (Jewish Voice for Peace) que están luchando contra los desmanes, crueldades e injusticias de ese gobierno. Besotes, M.
ResponderEliminarNo debe quedar impune. Ni aunque transcurran cien años.
ResponderEliminarUn abrazo.
Volvi de mis vacaciones, querido amigo, y me alegro de poder leerte de nuevo...!
ResponderEliminar¿Todo bien? Espero que si.
Un abrazo...!
He visto el video linkeado por JOTA y he quedado gratamente sorprendida. Se ve, claramente, que a Chávez le apoya el "pueblo" completamente. Tambien me han gustado los miembros de su gobierno, gente inteligente y comprometida. Me ha gustado mucho y me ha hecho cambiar la opinión negativa, que debido a los medios de comunicación mayoritarios, tenía. Se ve que Chávez es un buen hombre no el payaso "comunista" que nos quieren hacer ver esos medios que menciono. Gracias JOTA. Besotes, M.
ResponderEliminarhola escritor,poeta y amigo!
ResponderEliminarbien por los que se animan adecir la verdad al mundo...
un placer visitarte.
besotes.
silvia cloud
Merche...creo que te dieron a conocer la pelicula equivocada.Ese hombre,es lo peor de lo peor.El Rey de España,fue el primero en notarlo.Si lo aqui expuesto viene de dicha persona;es el embuste mas grande.Besitos.Silvi.
ResponderEliminarMuy valientes estos soldados sabiendo la que se les va a caer encima. Esto es valentía y no la de los otros soldados sumisos que piensan que son unos osados por entrar en una casa de adobe con equipos militares de alta tecnología y masacrar a quien se encuentren en su interior.
ResponderEliminarSalud.
SILVI, el video es un documental hecho por unos irlandeses. Vale, que Chávez es, según nos han comido el coco, un populista payaso que habla más de la cuenta (por eso el ¡cállese! de nuestro rey) pero este documental te muestra el otro lado. El lado que no vemos, en el que el "pueblo" le apoya y para mi eso es una gran señal.
ResponderEliminarAdemás hace unas semanas me llamó la atención una carta en "El País" de un cura que defendía la labor de Chávez, diciendo que no entendía las críticas tan virulentas hacía ese régimen cuando él ha visto los avances sociales para los más desfavorecidos.
En América Latina hay que recortar las distancias entre los super-ricos (la minoría oligarca) y la extrema pobreza de la gran mayoría. Eso no puede continuar así. Y si el suelo de esos países son ricos en petroleo, minerales o lo que sea, es justo que se nacionalizen y se reparta esa riqueza entre todos. Ya está bien que Sudamérica sea el jardin trasero de los USA, de sus grandes multinacionales que, vale, favorecen a unos pocos pero donde la gran mayoría vive en la miseria mas absoluta. ¿No crees? Besotes, M.
Lo has explicado muy bien, Merche. La imagen que se nos transmite de Chávez tiene muy poco que ver con las conquistas sociales que su gestión ha logrado en Venezuela. Hay una campaña de descrédito desde los sectores más conservadores y desde los grandes intereses económicos de su país, apoyada en el extranjero por los medios de comunicación pertenecientes a los grupos empresariales que participan de esos mismos intereses.
ResponderEliminarEs cierto que Chávez ha cometido (y está cometiendo) errores en la aplicación de algunas de sus políticas. Y en ocasiones, no en la aplicación, sino en el propio diseño de esas políticas. Pero no es menos cierto que por primera vez en Venezuela un importante sector de la población, el de más bajos recursos, es perceptor de unos servicios -sanidad, educación- que hasta ahora le habían sido negados. Buena parte de quienes integran la oposición venezolana, el segmento de mayores niveles de renta, nunca antes, ni ahora, se había preocupado por esa otra parte de la sociedad de su país, que además es mayoritaria.
Se acusa a Chávez de coartar la libertad de expresión. Pero tales acusaciones se vierten desde la prensa escrita, la radio y la televisión venezolanas. ¿Podrían ocurrir tales cosas si Venezuela sufriera una dictadura, tal como se nos trata de convencer desde los medios de comunicación? Yo he vivido algunas temporadas en Caracas durante los últimos años, y te aseguro que la situación es muy diferente de la que se nos muestra en España. Si tienes interés en conocer este proceso que tiene lugar en Venezuela, ahora extendido a otros países de América Latina, desde una óptica diferente de la de la mayoría de los medios de comunicación, te recomiendo el libro Hugo Chávez y la Revolución Bolivariana, de Richard Gott. Gott es un escritor, periodista e historiador inglés, con amplia experiencia en asuntos latinoamericanos. En España, el libro lo edita Foca. Su ISBN es 84-95440-82-2.
Gracias JOTA. He tomado nota. Besotes, M.
ResponderEliminar¡los militares hicieron las denuncias ahora les toca a los organismos internacionales hacer su parte¡ ¡enhora buena por la entrada¡
ResponderEliminarsaludos a todos
La lucha desde el interior del ejército Israelí es importantísima para acabar con estas prácticas.
ResponderEliminarUn saludo.