8 de julio de 2010

El fútbol, más que un deporte, es “una metáfora de la condición humana”

Niños sudafricanos simulando un Mundial. La foto es de Jerôme De Perlinghi y ha sido publicada en el diario francés Libération 


Cuando Richard Kapuscinski escribió “La guerra del futbol” para profundizar en las causas de la guerra que enfrentó a Honduras y El Salvador en la fase clasificatoria para el Mundial de1970, lo hacía consciente, como él mismo señala, de encontrarse ante uno de los sucesos más insólitos de cuantos hasta entonces habían atraído su interés como periodista. No hay que escarbar demasiado para encontrarse en el panorama intelectual a ilustres personajes de la literatura, del arte o del pensamiento que no sienten apuro alguno a la hora de dejar constancia de sus pasiones por el balompié. Casi siempre lo hacen mientras miran para otro lado cuando se habla de la trama de tejemanejes que rodea ese deporte en el que se mueven cifras astronómicas, se prima con recompensas que, al conocerlas, provocan el sonrojo y se acomete sin recato operaciones especulativas que inciden sobre aspectos esenciales de la actividad económica, de la vida política, de los comportamientos sociales o de la gestión territorial.

Si se analiza bien, pocas vertientes de la vida contemporánea permanecen ajenas, directa o indirectamente, a las implicaciones concatenadas que en ella provoca el fútbol, tanto en relación con quienes lo admiran como de cuantos lo rechazan. Baste señalar que las inversiones publicitarias movilizadas por el Mundial de Sudáfrica 2010 supondrán – estima la Gazzetta dello Sport – 5.000 millones de euros, en tanto que la FIFA ingresará en sus arcas una cantidad superior a los 2.500 millones por los derechos abonados por las televisiones y por contratos varios de esponsorización. Entrar en detalles respecto a lo que suponen los fichajes a los futbolistas o las operaciones inmobiliarias acometidas por los presidentes de los Clubes en armonía con los Ayuntamientos no haría si no elevar hasta niveles inimaginables la espectacularidad de la bola financiera y de intereses, ocultos o explícitos, creada en torno al fútbol.

Pero, más allá de sus implicaciones económicas, es evidente que las actitudes de indiferencia hacia ese deporte quedan eclipsadas, a la postre, por la magnitud de lo que significa un “hecho social total” como expresivamente lo ha calificado Norbert Elias. Con mayor énfasis Ignacio Ramonet, que acuñó el concepto "Planeta Fútbol", afirma que ese juego "constituye una metáfora de la condición humana”, en la medida en que favorece una reflexión sobre el papel del individuo y del trabajo en equipo, permite debates apasionados sobre el valor, la camaradería, el espíritu de lucha, el descubrimiento de las ambiciones soterradas, lo arbitrario y la injusticia, mientras pone en evidencia los azares de la fortuna y el destino no previsto y, lo que no es menos importante, alienta complicidades y pasiones compartidas en la confianza de que quien participa de esta afición colectiva nunca se encuentra solo. "You’ll never walk alone" ("Nunca marcharás solo") : con esta frase se consuelan y animan en todos los encuentros los hinchas del Liverpool FC, un club representativo de los trabajadores en Gran Bretaña. Si en todos los deportes son más numerosos los que pierden que los que ganan, en el fútbol la crudeza de la derrota, más aún que en el caso de la victoria, sólo es soportable en un clima de solidaridad y consuelo masivos y sin fisuras.

Vehemente y apasionado manifiesto colocado en el entorno del Estadio Mestalla de Valencia, llamando a la solidaridad e incluso a la defensa de la identidad "racial", mientras sus autores dejan bien claro que la directiva puede hacer lo que le de la gana. Fotografía realizada el 30 de octubre de 2008 en la Avenida Blasco Ibáñez de Valencia.


Y, desde luego, no cabe duda de su dimensión sociológica y cultural. En torno a él gravitan y se entreveran actitudes capitales de la conciencia social e individual como son el sentimiento de pertenencia a unos símbolos y a unas referencias que sobreviven al paso del tiempo, el afianzamiento de la misma idea de identidad, las connotaciones pasionales en su grado más explícito, no exentas a veces de cierto misticismo casi religioso. No en vano los estadios se muestran como el escenario óptimo para la manifestación de ceremonias identitarias, para la exacerbación de los localismos o la materialización de comportamientos rayanos en lo tribal e incluso propensos a la violencia, amparada en tales santuarios para perder todo sentido cuando esos ámbitos se abandonan. Ya lo decía Eduardo Galeano: “podrás cambiar de profesión, de partido, de amigos o de cónyuge en la vida…. Pero nunca cambiarás de equipo de futbol". Es "la pasión", esa pasión que tan bien expresaba el curioso personaje, enamorado del futbol, que destaca entrañable en “El secreto de sus ojos”, la famosa película de Juan José Campanella, que recurre a la famosa frase de Galeano. ¿Lo recuerdan?

No hay espectáculo igual. Ningún otro evento, sea de lo que sea, es capaz de lograr, como se prevé en el Mundial de Sudáfrica, una audiencia acumulada de 21.000 millones de personas. Y, finalmente, la apoteosis ha llegado. Nunca hasta ahora un espectáculo ha sido visto al mismo tiempo por tanta gente. El domingo 11 de julio de 2010, cerca de 4.000 millones de personas, más de la mitad de la humanidad, han asistido expectantes a la final en que España, compitiendo con los Países Bajos en el Soccer City de Johannesburgo, ha logrado, al fin, hacerse por vez primera en la historia con la Copa del Mundo de Futbol. ¿ O es que alguien había puesto en duda que esto podía suceder?

9 comentarios:

  1. Sí, Fernando, has hecho una estupenda exposición sobre el fenómeno, incomprensible para muchos, que supone el fútbol. Mueve unas cantidades indecentes de dinero, causa importantes disturbios e incluso muertes y es capaz de paralizar no sólo ciudades, sino países enteros. Es un misterio cómo se ha llegado a estos extremos. Los no aficionados no lo entendemos, pero cualquiera con dos dedos de frente sabe que es algo irracional, ilógico y hasta vergonzoso. Para acontecimientos como los que vivimos (a la fuerza, si no somos sordos y ciegos) se destina el dinero que haga falta, no importa que estemos con el agua al cuello en otras cuestiones. Un partido, convertido en trascendental, llena horas y horas de televisión, con su correspondiente coste. Se repiten una y otra vez las escenas, los goles, los comentarios... Qué cansinos... Y hay millones de personas dispuestas a tragarse todo eso con sumo gusto, a celebrar como sea una victoria que ni les va ni les viene, no ganan nada con ella, su vida no va a cambiar en absoluto meta quien meta los goles de la victoria. Será uno de los signos de nuestro tiempo, qué le vamos a hacer. Quizá somos en realidad así de simples, así de fácil resulta entretenernos. Un partido, una buena provisión de cervezas y patatas fritas, y a vivir, que son dos días. ¿Qué o quién llenará luego ese vacío dejado al final del campeonato?
    Un abrazo.

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  2. Magnífica reflexión, Yolanda. Aunque soy aficionado a esa locura, mi respeto es total hacia quienes no la sienten. Fui socio de un club durante quince años. Lo dejé no por aburrimiento sino como muestra de rechazo por las componendas, enjuages, abusos y vergüenzas que anidan en el mundo del fútbol. Pero cuando algo moviliza a tanta gente y suscita tantas pasiones, la postura de distanciamiento debe dar paso al intento de explicar porqué eso sucede. Un fuerte abrazo

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  3. Esto del fútbol, como todo hoy en dia, está muy corrupto. Hay muchos intereses detrás de estos partidos y, creo, que muchos están pactados de antemano. Ayer, por primera vez vi un partido del mundial, España-Alemania y ¡menos mal! que lo pillé en la segunda parte que fue más amena. Vi que nuestros chicos jugaron muy bien y el golazo de Puyol fue muy emocionante pero me extrañó que Alemania estuviera tan, como decirlo, "parada". No cuadraba siendo Alemania lo que es... Por lo tanto creo que España sí puede muy bien ganar el final. Besotes, M.

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  4. Bien pueden servir como complemento a tu ya completa reflexión estos dos artículos aparecidos en los medios, que es posible que conozcas:

    El Confidencial

    El País

    Yo estaré de viaje, pero espero seguir el encuentro por la radio, si no hay demasiadas interferencias. Y me gustaría mucho que ganara España, por supuesto.

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  5. Soy nueva en esta plaza, y me ha gustado mucho,la exposición que has hecho del tema. Es verdad que mueve cantidades indecentes de dinero. que con lo que van a cobrar de prima los que ganen, habría y con creces para apagar, el hambre y la sed de miles de personas. I de esto no se acuerdan los organizadores ni les importa lo más mínimo.Es una injusticia se mire como se mire. Pero luego está la otra cuestión. La de los millones de fans que aunque comen todos los días, también están sujetos a muchas presiones, y grandes problemas, económicos y estructurales. También tienen derecho a su pequeño trocito de pastel: El que les hacer olvidar sus preocupaciones, el que les hará felices por unos dís, olvidando, su pequeñez y su triste deambular por entre las isobaras de la bolsa
    y entre los secretos que guarda su tarjeta VISA

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  6. Todo lo que dices es cierto, pero ¿Comprensible?. Es la muestra feaciente de que la humanidad es gregaria de por sí. Yo no puedo entenderlo. Por ejemplo, mi hija tenía un seminario en la Ucam el lunes a las 9 ( día siguiente al gran momento). No podía coger otro autobús para MUrcia que el de las 6.30 del domingo = me pierdo la final= nervios y mal humor= dudas de si perder el dinero y no asistir...
    Al final lo han suspendido por falta de personal. jaja.
    Si vieras como le cambió la cara...
    Yo no puedo entenderlo.
    Pero al mismo tiempo me alegro de que por un par de horas, todos seamos uno.
    Un abrazo

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  7. No lo dudo!!!!!!!
    tiene que ser España el campeón! mis más queridos jugadores de futbol están en esa selección,así que mi corazón está allí!
    Fernando que magnifico tu post,lo disfruté mucho,el futbol es mi deporte favorito ,mi camiseta es la blaugrana y eso que en Argentina tenemos grandes equipos sin embargo me fascinó el barça,es un fenómeno este deporte que abarca demasiado,a los que no lo quieren lo entiendo debido a la violencia que hay alrededor de e´l,y de lo incmrensible que es que habiendo tanta hambre en el mundo se puedan manejar semejantes cifras en un deporte,es escandaloso!
    pero como apasionada que soy dejo de lado lo que pienso en torno a eso,y disfruto de la pelota que rueda,de los hombres que en equipo ponen tactica y alma para llegar al arco contrario,este domingo estoy con la roja! seré uno de esos millones de personas prendidos al televisor haciendo fuerza por mi equipo favorito!!!! les deseo suerte!!!

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  8. MERCHE. Tienes razón. El mundo del futbol está lleno de puntos oscuros, que jamás se aclararán. Pero no cabe duda que es un deporte que engancha y abre paso a comentarios y reflexiones que muchas veces van más allá del juego en torno al balón. En el partido con España, Alemania quedó eclipsada. Sorprendentemente perdió la soberbia que habia mantenido en el Campeonato y que de nuevo volvió a aflorar frente a Uruguay. ¿Porqué pasó? Misterios insondables que el futbol tiene. Un abrazo

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  9. MIGUEL ANGEL. Gracias por tu información. Siempre estás alerta a cuanto puede mejorar el conocimiento de las cosas. Feliz viaje y ten cuidado con el subidón cuando marquemos el tercer gol.

    MONSERRAT SALA. Gracias por tu visita y tus palabras. Magnifica la reflexión que haces con ese espiritu crítico que tan necesario es y que tanto admiro. Tienes toda la razón, aunque, en verdad, el futbol no es sino otra manifestación más de ese punto de enriquecimiento, especulación y lucro desmedido que nos invade y frente al que nos sentimos impotentes. Otro testimonio más de la hipocresía e indecencia de lo que llaman "los mercados". Pero hay que reconocer que, al menos en este caso, y contrariamente a lo que sucede con los Madoff, Lehman Brothes y demás gentuza, hay espectáculo y entretenimiento. Gracias de nuevo

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