1 de diciembre de 2010

¿Es esta la visión que tienen los catalanes del mundo?


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Desde el punto de vista didáctico y cultural los mapas mentales siempre han sido un ejercicio tan provechoso como ilustrativo. Revelan la visión que quien los hace tiene del entorno que le rodea, del mundo en el que vive. No hay en ellos rigor técnico o cartográfico alguno, pero es evidente que permiten extraer conclusiones valiosas sobre el modo de entender y valorar tanto lo que se tiene cerca como lo que, más alejado, merece también ser tenido en consideración simplemente porque existe y porque de ello se tienen constancias más o menos sólidas. Difícil es sustraerse a la dimensión globalizada de cuanto ocurre allí donde suceda. No son pocos los geógrafos que han dedicado páginas sin cuento a las manifestaciones empíricas de la llamada “Geografía de la Percepción, asociada a la concepción del espacio como expresión de una subjetividad que deriva de la cultura que se tiene y que a su vez explica comportamientos (behavioral geography) que de otro modo serían difíciles de interpretar.

Sirva esta reflexión previa para dejar constancia de la sorpresa que me ha producido el “mapa mental” que en la edición de El Pais Semanal de 28 de noviembre, publica el diseñador Javier Mariscal sobre la concepción que, a su juicio, los catalanes tienen del mundo, del mundo mundial, en el que viven. No lo hace un “charnego” o un catalán henchidos de visión crítica hacia Catalunya, sino un catalán, aunque de origen valenciano, de tomo y lomo, reconocido como uno de sus talentos más conspicuos, diseñador de la mascota con que se dieron a conocer los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 (¿se acuerdan de Cobi?), y qué sé yo cuantas cosas más.

Me he detenido con atención en el mapa, porque todo lo que tiene que ver con el territorio me interesa. Y mi asombro ha sido grande, ya que, más allá de la caricatura y la visión humorística con que han de verse estos dibujos realizados con un cierto aire de provocación, no cabe duda que invitan a la reflexión. Echen un vistazo a la imagen, y sabrán de qué estoy hablando. Según Mariscal, la parte del mundo que los catalanes perciben gravita no tanto sobre Catalunya como sobre Barcelona, el epicentro magnificado de la centralidad y del espacio dominante. Sus referencias son las tópicas, las que simbolizan la imagen más convencional de la Ciudad Condal, relegando a un segundo plano a los otros topónimos que identifican el territorio catalán en esa interface espléndida que en él se produce entre el Mediterráneo y las múltiples expresiones de la montaña.
Pero lo que sí queda sumido en lo remoto es lo que se extiende más allá del río Ebro, poderosa solución de continuidad poco menos que infranqueable. Barrera de separación rotunda, lo que se abre a partir de ese cauce inmenso es bien poca cosa: Madrid como fortaleza casi hedionda, emerge en medio de la nada, flanqueada por tierras de interiores donde sólo crece el cactus solitario, en tímido contraste con las regiones de la periferia, asociadas a las señas más tópicas en las que se fundamenta una identidad no bien entendida. Una identidad que en el caso del Pais Vasco y de Galicia sólo cunde por su verdor, sin que en ninguna de las dos sobresalga otro aliciente que el que le confiere unos nombres emblemáticos en la proyección de los nacionalismos que tapizan esta nuestra sufrida piel de toro.

Bien poco queda allende la mar océana, que diría el Almirante, cuya estatua se yergue, altiva, donde empiezan o terminan las Ramblas barcelonesas. América queda desvaída en un horizonte lejanísimo en el que sólo descuellan la “linea del cielo” de Nueva York y la individualidad de la “isla más hermosa”, calificativo que el descubridor utilizaría cuando de pronto se topó con Cuba. Nada más. Se echa de menos lo que falta, es decir, continentes (Asia, Africa, el profundo austral) que, pese a su distancia, cuentan mucho, por las razones que sean, en este mundo de imágenes globalizadas de las que no es posible evadirse, por más que uno se empeñe.
Entendámoslo, en fin, como una simplificación, como una "boutade", como un juego (¿divertido?) de cartografías ilusorias, que quizá solo aniden en la mente de un artista dechado de capacidad imaginativa, y, por supuesto, también de una actitud muy crítica hacia sus conciudadanos más próximos. Mas qué duda cabe que llaman la atención, proviniendo de un creador que se las sabe todas. ¿Será esa la visión que los catalanes, o una parte significativa de ellos, tienen del mundo? ¿Será la que tiene el propio Mariscal, sin calibrar suficientemente la que tienen los demás?
En realidad, importa poco, ya que, para bien o para mal, el mundo está ahí, girando en torno a su eje, y, aunque no queramos o no nos guste, jamás nos podremos desprender de sus referencias universales, múltiples y contrastadas, ya inviten a la solidaridad o a la indiferencia.



21 comentarios:

  1. Javier Mariscal es un diseñador gráfico extraordinario. Como creador, nadie le cuestiona, incluso a nivel internacional. Como pensador, no hay que darle más crédito que a cualquier otra persona. Suponiendo que el mapa mental que ilustra esta entrada sea reflejo de su manera de ver el mundo....

    Es un error hablar de los catalanes como si fuésemos un todo uniforme. Las recientes elecciones autonómicas reflejan el pluralismo multipartidista que existe en la sociedad catalana.

    Es cierto que la sentencia del Constitucional nos ha cabreado a muchos, incluso a los que no votamos el Estatut, pero respetamos a los que sí lo hicieron. Esto ha soliviantado y, en cierto modo, abonado el independentismo, pero las circunstancias son cambiantes y los ánimos también.

    Aunque estoy diciendo cosas incoherentes, también quiero añadir que los catalanes viajan mucho por dentro y por fuera de la península. Eso, en general, abre las mentes y permite tener una visión del mundo más allá de la pequeñez de la sombra de una barretina...

    Como catalán adoptivo, pues, niego rotundamente que esa visión del mapa mental tenga muchos partidarios. Creo.

    Un abrazo, Fernando

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  2. Asi lo creo yo también, Luis. Pero, como geógrafo que soy, he querido con esta entrada llamar la atención, provocativamente, sobre algo a lo que se ha dado gran proyección mediática, simplemente con la finalidad de cuestionarlo. Tienes razón. No se puede generalizar ni simplificar los rasgos de una comunidad tan compleja y rica en matices como la catalana, a la que conozco relativamente bien y que siempre me ha resultado admirable. Reacio al anticatalismo que a veces prima por estas tierras donde vivo, deseo cuestionar los riesgos que entraña una visión reduccionista de una sociedad tan plural como la catalana. Un abrazo

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  3. Leerte es un placer.

    Cariños

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  4. Me quito el sombrero ante el señor Mariscal y su realista visión de lo que pretenden "algunos" catalanes.
    Es increible como ponen la mano para recibir, pero la esconden para dar.
    son cuando quieren, no son cuando no interesa.
    No hablo de "chaquetas" pero algo tiene que ver en su actitud.
    Un abrazo

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  5. Yo veo ese "mapa" como una sátira gráfica del nacionalismo que predican algunos catalanes con acceso a los medios (y poder sobre ellos). A ver si de una puñetera vez se acalla el griterío nacionalista. Lo mismo que en la parejas (de novios o de esposos) o en la amistad, las diferencias deberían unir, no separar o enfrentar, o llevar a mirarse continuamente el propio ombligo, como en el "mapa" de Mariscal. Buen artículo a propósito del dibujo (por cierto, ¿dónde fue publicado? Saludos.

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  6. Hola Fernando. Pues yo creo que esta es una visión de él en particular, como todas sus cosas.
    Yo también mande a un diario un mapa de una Catalunya pobre, enferma, cansada de ser solidaria -se diga lo que se diga-, decepcionada y cabreada con sus políticos y desengañada con los de Madrid. Esta Catalunya estaba en un taller de reparaciones, y desde todos los lados la querian reparar pero nadie sabía hacerlo.
    No me la publicaron, es normal, a Mariscal aun le dura el Cobi.
    Por suerte ahora tenemos un Sr Rajoy -todo iluminado- que desde Madrid nos descubre (como si hubiesemos nadido el dia antes de las elecciones), y además de hablar en catalán como Aznar, nos quiere españolizar para que los españoles nos quieran más, como la portada del ABC.
    Saludos.

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  7. Veo que en este mapa mental que dibuja el diseñador del Cobi, a riesgo de ser considerada iconoclasta voy a decir que su mascota nunca me gustó, Lleida queda en el lejano Oeste y tan diminuta que he tenido que buscarla.
    Desde la periferia de la periferia me provoca una sonrisa este mapa en el que el señor Mariscal pretende identificar la percepción del mundo desde Cataluña.
    ¿Tenemos una tendencia intrínseca a mirarnos demasiado el ombligo? Puede aunque no se yo si más que en cualquier otra comunidad.
    Barcelona me gusta para visitarla o para encontrar lo que no tengo en Lleida pero ni aún cobrando por ello viviría alli. Es una ciudad terrible, contaminada, llena de ruido pero también cosmopolita y multicultural. Las personas que tienen de vecino un paquistaní o senegalés es difícil que no se pregunte de dónde procede y qué hay más allá de esta frontera mental que es el Ebro.
    En las escuelas nuestros niños comparten pupitre con niños de procedencias diversas, desde nepalíes, turcos, marroquíes, senegaleses, sirios...etc. y me consta que cada vez que un alumno recién llegado se incorpora, el mapa de su país de origen se cuelga de una pared y que en un planisferio hay pequeños carteles con los nombres de los niños colocados sobre su lugar de origen.
    En cuanto al comentario de amiga, me parece tan profundamente injusto que me abstendré de cualquier comentario. Sólo decir que si Catalunya se plantea el concierto económico al mismo nivel que Euskadi debe ser porque somos imbéciles profundos: a pesar que recibimos y no damos con el concierto sólo queremos lo nuestro y que no nos den, lo que también rebate su afirmación en la que nos acusa generalizando de sólo poner la mano.
    Somos cuando nos intersa, españoles, supongo que quiere decir y no somos cuando no nos interesa. No sé, de momento somos, nos guste o no nos guste.
    A causa de actitudes catalanófobicas propiciadas por ciertos partidos ya sabemos para qué, el encaje de Cataluña con el resto del país no es todo lo bueno que debería ser. También me gustaría remarcar que en las últimas elecciones, los catalanes hemos castigado con los peores resultados de la historia de la democracia al partido que proponía un referéndum vacío de contenido.
    El griterío nacionalista, dice otro opinante supongo que se acallará cuando se acallen todos los griteríos entre ellos el españolista que aquí, y me incluyo, somos todos muy proclives a ver la paja y a ignorar la viga.
    Un abrazo Fernando.

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  8. Estoy con ANTÒNIA. Tampoco me ha gustado el comentario de AMIGA. Lo siento. Mariscal habrá dibujado la típica mamarrachada de SU visión de la Cataluña actual. Yo vi y leí el artículo y no le dí mucha importancia, la verdad. Lo que sí puedo decir desde que vivo aquí, desde junio exactamente, que los catalanes que he conocido en el pueblo, mis vecinos, son en-can-ta-do-res, gente respetuosa (TODOS me hablan en castellano aunque les digo que entiendo el catalán y que me lo pueden hablar aunque les conteste en castellano porque, la verdad es que el catalán lo hablo, más bien PRONUNCIO muy mal y yo soy muy perfeccionista con mis idiomas y no me gusta hablarlos mal. Es una manía mía...) pues, nada, todos me hablan en castellano la mar de campantes. Admiro y quiero mucho a este rincón de nuestra península ibérica. La mala propaganda instigada por el PP, con el estatuto, boicot al cava y a los productos catalanes ha hecho MUCHO daño a nivel nacional tanto de un lado como del otro. Y esa manía y mala fama de que los catalanes son ávaros y roñosos. Yo no lo veo por ninguna parte. Al contrario, una vez que te ganas su confianza--no es fácil, cuesta--son de los más generosos, cariñosos y abiertos. Estoy feliz viviendo en Catalunya. Besotes, M.

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  9. El ilustrador habrá querido complacer a algunos políticos o gerifaltes que ven territorio enemigo más allá del Ebro. Como ese que dijo que en Andalucía no pagan impuestos y que en Madrid hay una fiesta fiscal (¡con el IBI exagerado que pagamos, santo cielo!). Claro que ese es uno de los que se han llevado un buen varapalo el domingo pasado. Supongo que no porque dijera eso, sino porque ha demostrado que tiene poco seso y pocos argumentos.
    No entiendo esa rivalidad Cataluña-España o Cataluña-Madrid. No la entiendo y no la he encontrado en la gente de la calle cuando he estado en Barcelona (una ciudad que adoro), en Gerona, en Tarragona. Además, por si hubiera alguna duda, aquí están Josep, Antonia, Merche, y están por ahí Geni, Eastriver y otra gente de miras amplias, de perspectivas universales, a las que no se podría nunca identificar con esa separación física del dibujo ni con esa ideología narcisista u ombliguista de Mariscal.
    Los que vociferan y aportan esa visión restringida y absurda de su tierra son, creo yo, los que necesitan ser originales o ser llamativos para ganar votos o salir en los periódicos.

    ¿Les gustaría a estos señores que realmente Cataluña fuera una isla aislada de España, de Europa, sin caminos para bajar a Levante o cruzar a Aragón? ¿Les gustaría, en serio?

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  10. Cecilia, ese mismo es el que proponía un referéndum vacío de contenido.
    Los electores, a pesar de lo que piensen los directores de las campañas, por cierto detestables con unos productos de vergüenza ajena (el vídeo orgasmático y el del vídeojuego)no son tan simples y por más independentistas o nacionalistas que seamos queremos saber algo más de esto tan sudado de la independencia, ¿y después qué? es la pregunta que cualquier catalán con seny se hace.
    Me tragué todo el debate electoral y te aseguro que oír a Puigcercós decir que la culpa de la crisis es de Madrit, que el paro también de Madrit, que la sequía: Madrit; a mi me puso de los nervios e iba pensando: vamos, dinos tus propuestas y deja Madrid en paz de una pajolera vez.
    Así les ha ido a los tres socios: fatal. El único que se salva es Herrera que para mi es básicamente honesto y eso hizo que saliera algo mejor que sus socios.
    No se puede ofender ni en campaña electoral ni fuera de ella, y mucho menos azuzar unas comunidades contra otras. Me parece muy poco responsable y quién lo hace indigno de representarnos en nuestras instituciones.
    Un abrazo.

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  11. Cecilia, lo que dices tu, Merche y Antònia en referencia a los catalanes tenis razón, y os agradezco especialmente vuestro apoyo,pero cuando se leen comentarios cono los de Amig@ da mucha rabia, porque yo me he pasado la vida -antes con Franco- y hasta la fecha explicando quien somos, que queremos y adonde queremos ir, y sobretodo que no somos estos gansters como apunta esta señor/a.
    En cuanto a la independencia es mi parecer que quien ha hecho más número de independentistas no es otro que el PP con sus campañas en contra de todo lo que llegue de Catalunya. -lease boicots, firmas, Intereconomia, Mundo y la madre que los hizo-...
    Cecilia, no pienses que nosotros estamos enfretados con los ciudadanos de Madrid, no es así, y te lo pueden confirmar todos nuestros compañeros que aquí comentan. Yo personalmente tengo buenos amigos madrileños y amigos personales que trabajan con vosotros, y todos hablan igual que lo haces tu.
    Un abrazo.

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  12. ABUELA. Muchas gracias. Yo también disfruto mucho con tus mensajes desde el Rio de la Plata, que tanto admiro.

    AMIGA. Creo que eres algo injusta con los catalanes, Montse. Es una comunidad más heterogénea de lo que parece, aunque lo que está claro es que tienen una identidad muy fuerte, de mucho tiempo, y en la que se apoyan para mantener una reivindicación permanente ante el Estado. Un abrazo.

    JOSE ANTONIO. Tiene, en efecto, algo se sátira y bastante de crítica, muy al estilo actual de Boadella, aunque desconozco si Mariscal va por los mismos derroteros. El nacionalismo existe, y existirá siempre. Hay que coexistir con sus manifestaciones y utilizar las herramientas que, basadas en la razón y en el sentido común, permitan una convivencia lo más tranquila posible. Se publicó en la edición de El Pais Semanal, dedicada a Catalunya el 28 de noviembre. Un cordial saludo.

    JOSEP. Me encantaría conocer ese mapa realizado por ti. Seguro que es una prueba elocuente sobre el sentimiento compartido por un sector relevante de la sociedad catalana. Participo de una visión comprensiva de lo que significa Catalunya en Europa y en España, convencido de que, entre todos, debemos encontrar la fórmula que permita sumar esfuerzos más que en restar posibilidades. Un cordial saludo.

    ANTONIA. Admirable Antònia. Gracias por venir. Me gusta tu reflexión, tan sensata y pertinente comon todas las que haces. Catalunya se ha convertido en una sociedad multicultural, donde coexisten el nacionalismo catalán y las posturas diversas de las comunidades que comparten ese espacio. De ahi el gran desafío que tiene Catalunya: engarzar todo eso en el seno de un Estado que no puede ignorar la personalidad catalana sin abandonar también la visión integradora y solidaria que ha de tener. Nunca he estado de acuerdo ni con el Concierto vasco-navarro ni con lo de las balanzas fiscales como reclamación unilateral. Ambas encierran trampas, que no salen a la luz. De todos modos, creo que la simplificación de Mariscal no ayuda a entender la amplitud de miras de un sector importante de la sociedad catalana.

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  13. MERCHE. Eres ciudadana del mundo y no lo puedes ocultar. Desde Canadá a Ibiza, desde el Bidasoa a tierras del Ebro, todas las posiciones a favor de la tolerancia cultural convergen en tu persona. No me extraña, por tanto, tu comentario, el propio de una persona sin fronteras, que entiende y se hace entender sin barreras idiomáticas. Basta en tu caso la mirada y la sonrisa para establecer la comunicación más gratificante. Un abrazo.

    CECILIA. Totalmente de acuerdo contigo. Yo también he vivido las mismas experiencias y me precio de tener amistades en Cataluña, que darían mil vueltas al menos introvertido que imaginarse pueda. Creo, sin embargo, que Mariscal ha pretendido una provocación, inmerso, aunque no sé si es consciente de ello, en la línea de Boadella, de Arcadi Espada y de otros catalanes que se muestros adversos hacia el nacionalismo, exagerando sus perfiles más refractarios hacia el otro. Es sorprendente, y doloroso a la vez, que, tras más de 30 años, de Constitución estemos todavía enzarzados en polémicas que muchas veces son azuzadas con fines electoralistas, que hacen mucho daño a la convivencia y a la estabilidad del sistema institucional. Un abrazo

    ANTONIA y JOSEP. Gracias por vuestros comentarios. Satisface comprobar cómo es posible una buena sintonia entre las gentes de Madrid (pocos las representan tan bien como Cecilia) y quienes viven en esa Catalunya que tantos valores admirables encierra.

    Gracias a todos, amigos. Menudo nivelón habéis aportado con vuestras reflexiones. Gracias.

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  14. Yo creo que la intención de Mariscal no ha sido otra que la de dar una visión artística y sin nigún fundamento geográfico ni político de Cataluña. La creatividad y la imaginación de este artista ha volado y creado un país imaginario, un mundo inexistente donde todo está y no está. Y el resultado es una caricatura (que a mí personalmente me ha gustado) que a lo mejor es un tanto individualista, tal vez naif, de una realidad política. Y esto es el arte. Salirse de esta faceta, buscar más cosas en el ámbito independentista o político, creo que está fuera de la intención de Mariscal. A lo mejor soy un poco ingenuo, pero es mi opinión...

    Un abrazo.

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  15. Acabo de escanear este artículo que, creo, viene a cuento de lo que hemos tratado aquí a raíz de tu sugerente entrada:

    “NO PARECES CATALÁN” (JOAN-PERE VILADECANS) (La Vanguardia, 3-XII-2010)

    No pareces catalán". ¿No se lo han dicho nunca? Conforme uno sale de la autonomía y se descontextualiza, empieza a estar expuesto al imaginario español, tan dado al arquetipo y Al casticismo. Entendámonos, el "no pareces catalán" viene a ser un elogio, un "para venir de donde vienes, eres muy normal". Significa que uno ya es homologable. Un inesperado. Recuperable. Inmediatamente el catalanito, el catalanufo, enorgullecido ante tan jabonosa adulación y víctima ya del catalanesco desvelo por quedar bien, empezará a travestirse y pondrá en marcha todos sus recursos para demostrar que, efectivamente, no es lo que, en principio, esperaban de él. Se convertirá en un ser rumboso, abrazador, gracioso ... ¡Lástima del acento delator! Le ayudará mucho repetir: "Todos no somos iguales, ¿eh? y comentar, en estilo conversacional, aspectos tendenciosos de su país y sus compatriotas. Es decir: aplicar lo que los críticos teatrales llaman distanciamiento brechtiano. O Sea: deberá alejarse de su arquetipo. ¿Sería más apropiado decir traicionarse? Tal como están las cosas, lo mejor que puede hacer un catalán de visita peninsular es no parecerlo. El "no pareces catalán" aboca a una duda existencial, ser una cosa y no querer aparentarla. Más o menos, como pasar de lo figurativo al abstracto.En el franquismo, que tantos descendientes reconocibles nos ha dejado -como los joseantonianos de Intermonomanía-, decían aquello de "la muy noble y trabajadora-región catalana ... ", un pérfido eslogan para ahondar aún más en el arquetipo y el tópico y el fenotipo. Pasado el espejismo de la transición y con él la etapa de diálogo entre España y Catalunya, y ante los embates de la secular catalanomanía reavivada, Catalunya se ha ensimismado, se ha perdido el respeto a sí misma, y ha establecido su propio sistema de defensa. Partidista y tacticista. Y ha dejado de proyectar sus principales valores identitarios: la cultura, la modernidad, la creatividad ... Antes, intelectuales y artistas hacían brillar el nombre de Catalunya en el mundo -también en Madrid-. ¿A qué se dedican ahora? Todos acurrucados en sus labores. Sobreviviendo. O a representar el desconcierto y la apatía. Las sociedades confundidas no presentan demandas claras. Aunque se intuya el fracaso, habrá que intentarlo de nuevo. Valores no faltan .

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  16. Que el mapa de Mariscal tiene una clara intención satírica no ofrece ninguna duda. Como toda sátira es una exageración y una broma, pero, cuidado, que bajo toda broma y toda sátira subyace siempre un fondo de verdad, y es que puede ser que ese mapa imaginario tenga su referencia en un pensamiento nacionalista, a la manera francesa, o americana, muy exclusivista y hasta chauvinista.
    Como broma con fondo de verdad lo tomo, pero sabiendo que es una exageración y que Cataluña es mucho más que ese pensamiento primario que Mariscal plasma en su, por otra parte, precioso dibujo.
    Me ha interesado y gustado mucho tu artículo, Fernando.

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  17. Soy habitante de una población que en el mapa de Mariscal cae entre Montserrat y el Ebro. Tampoco yo me siento muy apreciado. Es el mapa mental de un barcelonés, lo que los habitantes de esa Cataluña ignota llamamos un pixapins (meapinos), no de un catalán, que no es lo mismo aunque los barceloneses no lo sepan.

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  18. Javier Mariscal es el ejemplo perfecto de persona sin talento alguno que pese a ello tiene un gran éxito gracias a tener un enchufe muy gordo, para más ejemplos basta ver al gobierno en pleno.

    También es un ejemplo clarísimo de una persona que es "artista" porque así lo decide la ideología. Es la ideología la que lo promociona, igual que la cienciología promociona a Tom Cruise, pero en cutre, ya que el nuestro es un país casposo.

    Los catalanes llevan años programados para no ver más allá de su ombligo, y la razón es la misma que la de la zorra que engañaba al cuervo para robarle el queso del pico. La diferencia es que el cuervo al menos se da cuenta de que le engañaron alimentándole el ego, mientras que los catalanes se traen más queso a ver si la zorra vuelve a piropearles.

    Y esta es la visión de Cataluña de puertas afuera.

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  19. ESCRITOR,POETA Y AMIGO: ES UN LUJO TU BLOG ...UN PLACER LEERTE .CUANTO APRENDO CON VOS!!!!!
    GRACIAS!!!!
    BESOTES
    SILVIA CLOUD

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  20. hace unas semanas, en Barcelona, comentamos ese dibujo. La mayoría vio más una crítica al centralismo barcelonés, que un rechazo a España. Ya ves.

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  21. Es vergonzoso que a estas alturas de la película se siga hablando de semejantes TÓPICOS, menos hacer mapas y mas viajar. Algo es evidente querido blogger, lo anticatalan vende, prueba de ello es los comentarios que tienes en es post. Deberías preguntar a la mayoría de catalanes lo que pensamos del tal Mariscal. Saludos

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