17 de octubre de 2020

Ese no es Miguel Delibes

 


Fotografía: Fernando Manero

Nunca hablé con él, y mucho que lo lamento, pero le recuerdo bien. Erguido, buena planta, paso ligero, espigado; en suma, como un ciprés de larga sombra. Además las fotografías siempre han destacado reiteradamente la agudeza y la amplitud de su mirada. Y es que se pasó toda la vida oteando el horizonte, los horizontes más diversos, y sus personajes, en todos sus detalles, para plasmarlos a continuación con su inconfundible letra manuscrita. Por eso es inimaginable y sorprendente la figura de Miguel Delibes con la cabeza baja, expresión torva, mirando al suelo, con la bufanda cerrando una boca de la que hacía continuo uso para comunicar e indagar.

El arte es libre para interpretar la realidad como el artista desee y prefiera. Nadie lo cuestiona. Pero cuando de reflejar la imagen simbólica de una persona para siempre se trata, la estética utilizada debe ser respetuosa y fiel a la estampa consagrada en vida, a sus rasgos distintivos y singulares, sobre todo cuando se pretende realismo y expresividad en la representación. En mi opinión, lo que hoy se ha inaugurado en Valladolid en homenaje y recuerdo a Delibes con motivo de su centenario es otra cosa. Reproduce un hombre en el declive de la vida, cerrado en si mismo, ausente de su entorno y con la vista dirigida hacia la nada, detalles que en nada se corresponden con la vitalidad y el sentido de la curiosidad que el escritor transmitió en vida y que tan bien refleja su obra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts with Thumbnails