Esta Conferencia ha sido convocada con un objetivo especialmente ambicioso como es la voluntad de acometer una reforma de los instrumentos que modelan el entramado financiero internacional ante la comprobación reiterada de que muchos de los países que lo integran se encuentran afectados por niveles de deuda excesivamente elevados, lo que les obliga a destinar más recursos financieros al pago de la deuda que a los sectores básicos que garanticen los servicios destinados al bienestar de la sociedad.
De ahí la insistencia en la necesidad de promover mecanismos de reestructuración de la deuda, fortalecer una mejor y más justa representación de los países del Sur en las instituciones financieras internacionales y llevar a cabo la creación de una agencia pública de calificación crediticia amparada en el apoyo y salvaguarda de Naciones Unidas. Del mismo modo se plantea la necesidad de luchar contra los flujos financieros ilegales y la evasión fiscal, pues resulta sorprendente que en torno a un billón de dólares son evadidos en estos paises, con todo lo que ello significa en términos de debilitamiento de su capacidad para financiar los Objetivos del Desarrollo Sostenible.
Sus conclusiones se apoyan en un interesante documento denominado Compromiso de Sevilla , cuyos objetivos aparecen explícitamente señalados en el apartado 2 cuando señala que
"Reafirmamos nuestro compromiso con el logro del desarrollo sostenible,
incluidas la implementación efectiva de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible 5
y sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible y la defensa de todos los principios
consagrados en ella. Reafirmamos también que la pobreza en todas sus formas y
dimensiones, incluida la pobreza extrema, sigue siendo el mayor problema que
enfrenta el mundo, y su erradicación es un requisito indispensable para el desarrollo
sostenible. Nos comprometemos de nuevo a poner fin a la pobreza y el hambre en
todo el mundo, sin dejar a nadie atrás"
No hay comentarios:
Publicar un comentario