12 de agosto de 2009

La mezquindad del plumilla mercenario



Hay un tipo por ahí que atiende por Pio Moa, o algo por estilo, que ha hecho de la infamia, la mentira y el odio su negociete particular. De terrorista del GRAPO, y participe de uno de los episodios más sórdidos del periodo a la transición democrática en España, ha devenido el personaje en palanganero sin rubor ni escrúpulos del franquismo, de la dictadura y de los crímenes cometidos por Francisco Franco Bahamonde durante los casi cuarenta años que duró su régimen de muerte, represión y corrupción. “Hay gente pa tó” que dijo una vez el torero El Gallo, por lo que nada tiene de extraño que a veces uno se tope con siniestros individuos como el que nos ocupa, que vive de engañar a incautos y de seducir los oídos de quienes aún añoran a aquel general de voz atiplada, mediocre, astuto y despiadado que nació en El Ferrol, y que ganó una guerra civil con ayuda de los nazis y los fascistas en la época más siniestra de la historia europea.

Ni una línea de atención debe merecer ese tal Moa, que dice lo que dice porque lo puede decir en un pais libre como el nuestro aunque todo lo que sale de su pluma y de su boca sólo está motivado por el deseo de lucrarse mediante la provocación, la manipulación, la mentira y la ignominia. Nada hubiera dicho yo de él - ya que frente a tanta infamia solo cabe la indiferencia- de no ser por el deseo de denunciar hasta qué punto puede llegar la mezquindad y la miseria moral de los terroristas presuntamente de izquierda reciclados en defensores del fascismo, de sus corruptelas y crímenes cuando, como acaba de hacer este indecente mercenario, justifica el asesinato de las trece muchachas, varias de ellas menores de edad, que fueron fusiladas en Madrid el 5 de Agosto de 1939, después de un juicio sumarísimo sin ninguna garantía y con la finalidad de aterrorizar a la población una vez finalizada la guerra. Sin prueba alguna, como acostumbra a su antojo ese cronista de pacotilla, el antiguo miembro de El GRAPO aplaude babosamente el fusilamiento de esas mujeres - las conocidas como las Trece Rosas - a las que acusa de asesinas en un libelo del que me he enterado a través de Público.


Tal comentario ha bastado para ratificar aún más la catadura moral y política de un sujeto que vive de la provocación con la única finalidad de hacer caja. Olvídense de él, que nada vale. Y si lo que desean es conocer mejor lo que realmente sucedió, como un episodio representativo de lo que fue el franquismo en sus primeros momentos, echen un vistazo al excelente libro sobre el tema de Jesús Ferrero, editado por Siruela (2003), o vayan a ver la película dirigida por Emilio Martinez Lázaro con guión de Ignacio Martínez de Pisón. En definitiva, huyan de la basura y conozcan la historia a partir de los que tienen dignidad y credibilidad para contarla.

Imagen: Recuerdo a las treces mujeres asesinadas en el cementerio mjunicipal de La Almudena (Madrid); cartel de la pelicula que sobre el tema ha dirigido Emilio Martínez Lázaro

12 comentarios:

  1. Fernando, ¡qué alegría leerte de nuevo!
    Sobre tu post decirte que nuestra Transición, para algunos modélica, y no seré yo quien diga que no, dejó temas pendientes en favor del consenso y la convivencia democrática. Tuvimos que pagar un peaje: la impunidad de todos los responsables de estos execrables crímenes y la rémora que suponen estos neo fascistas impresentables, mentirosos, manipuladores e intoxicadores de la opinión pública.
    Así como se ha legislado sobre la memoria histórica debería haber leyes contra todos los apologistas de la dictadura que al fin, era terrorismo de estado. Si alguien hace propaganda a favor de ETA puede y debe ser sometido a juicio y castigado si procede, debería suceder lo mismo con los que hacen pública y ostentosamente apología del franquismo, fascismo o nazismo.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Vuelvo tras una larga ausencia por diversos motivos, y me encuentro con un Fernando Manero enfadado. Tu blog siempre ha sido motivo de disfrute y enriquecimiento, pero por esta vez, debo decirte que comparto tu indignación.
    Sabias palabras las del maestro El Gallo.

    ResponderEliminar
  3. Hay un libro de Carlos Fonseca sobre las Trece Rosas que, si no me equivoco, es el que inspira el argumento que hizo para la película Martínez de Pisón.

    En cuanto al individuo al que mencionas arriba, totalmente de acuerdo contigo. Aunque también se le puede meter en el mismo saco a un tal césar que suele acompañarle en sus tesis descabelladas.

    ResponderEliminar
  4. Este tipo tiene la costumbre de revolcarse en la basura que el mismo produce. Y por lo visto eso le da satisfacción. Y a su público, que tristemente lo tiene. Tal vez ese sea el problema más importante de gente como esta. Que tienen detrás de ellos toda una legión de fieles seguidores que están dispuestos a decir sí a todo lo que su "gurú" diga.
    Una pena.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  5. Como ANTONIA P. dice ¡qué alegría leerte de nuevo! Y tambien estoy de acuerdo con ella en que deberían procesar a tipos como éste que tu describes tan magistralmente,igual que a los apologistas del terrorismo etarra. Igual. Estos individuos lo único que consiguen es emponzoñar y dividir a los españoles que bastante divididos están ya con las actuaciones y manifestaciones recientes de los peperos.
    Bienvenido de vuelta, querido Fernando. Besotes, M.

    ResponderEliminar
  6. Risa es lo único que me daría este individuo si no fuera porque hay miles de personas que le creen a pies juntillas. Qué triste que en este país parezca que la incultura está de moda.

    Salud.

    ResponderEliminar
  7. No conocía a ese sujeto y, después de leer tu entrada, me alegro porque personajes de esa catadura sólo producen dolor de estómago.

    Un placer, Fernando, tenerte de nuevo en las "ondas virtuales". Bienvenido y gracias por tus siempre gratas enseñanzas.

    ResponderEliminar
  8. ¡Bienvenido de nuevo amigo!
    No vi la película en su dia porque sabía que su final era ""chungo", y no me gustan las películas que me dejan mal sabor de boca, pero siempre en el cine la realidad se adapta a lo que vende, y eso es un recurso que por mucho que nos empeñemos o indignemos, como es tu caso hoy, no creo que cambie.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  9. Tú ya sabes lo importante que es para mí el reconocimiento de la verdad y la reparación moral...Hay personajes que no merecen ser leídos pero la pena es que hacen mucho daño a la verdad y a la justicia histórica.Yo conozco al hijo de una de ellas y sé que nunca hubo odio ni rencor pero sí un deseo de verdad pública.Mientras el resto de Europa lava sus culpas (vease alemania y sus últimas sentencias a genocidas) aquí tenemos que escuchar estas burradas y mentiras que intentan limpiar el nombre del franquismo.En fin...¿dormirá tranquilo el infame?
    Te mando un abrazo.

    ResponderEliminar
  10. Querido profesor:

    Quae sunt Caesaris, Caesari... Fue Rafael Guerra, y no El Divino Calvo, El Gallo, ni su hermano, Gallito, quien pronunció la ya ilustre frase. Pero no hay cuidado; es un error bastante frecuente.

    Del otro personajillo, para qué decir nada.

    ResponderEliminar
  11. Fernandito, Fernandito, Pío Moa es el mejor historiador español actua, y su artículo dice la verdad y no tiene vuelta de hoja. Vuestra indignación es solo una pose y un timo. Os recomiendo que leáis "Franco para antifranquistas", a ver si se os quitan las enteojeras, aunque sea un poco.

    ResponderEliminar
  12. hola poeta,escritor y amigo!cuánta alegría leerte ...
    intentare leerlo...
    y ese tipejo..ni tenerlo en cuenta ...la justicia seguro en algún momento lo alcanzará.
    cuidate,besotes.
    silvia cloud

    ResponderEliminar

Related Posts with Thumbnails