1 de noviembre de 2010

Mensajes en la calle (30): ¿Alcalde vanidoso o nuevos tiempos para los monarcas?


El río Ebro a su paso por la ciudad de Miranda de Ebro (Burgos)

Observar y detenerse en los letreros que en la calle dan cuenta de la vida y de la historia de un lugar arroja enseñanzas valiosas, que a veces sorprenden. Nada de lo que se difunde gráficamente en el espacio público para que los demás lo vean es inocente y banal. Nada es casual e intrascendente. Esconde siempre una intencionalidad, un propósito decidido, que invita a la reflexión, alienta el comentario o simplemente sirve para hacerse una idea de lo que el responsable del aviso o del anuncio pretende.


Pasear por el espléndido puente del siglo XVIII que cruza el Ebro en Miranda de Ebro, una villa industrial en el nordeste de la provincia de Burgos, es un placer, que permite no sólo contemplar la perspectiva del río más caudaloso de España, patrimonio de todos porque varias regiones atraviesa, sino también apreciar el significado histórico que esa obra desempeña en el engarce del núcleo originario de la ciudad (el barrio de Aquende: magníficas las referencias de los edificios catalogados por su interés arquitectónico) con el espacio en el que han tenido lugar los principales procesos de crecimiento y transformación urbanística (el barrio de Allende). Mas el viajero que mira en lontananza sin reparar en detalles nimios de pronto se detiene porque el ojo izquierdo, que guarda para los detalles de cerca, le indica que algo llama la atención. Pocos quizá se fijan en el hecho, pero, a fe del paseante, la cosa tiene su intríngulis.


Excelentes descripciones sobre los caracteres arquitectónicos de los edificios singulares del barrio histórico de Miranda de Ebro. Un ejemplo a seguir.


¿De qué se trata? De algo tan significativo como los cambios introducidos en las placas que dan testimonio de las reparaciones efectuadas en tan destacada infraestructura. Han sido tres:





La primera durante el reinado de Carlos III, aquel monarca admirable que trató de modernizar España contando con algunas de las mejoras cabezas que ha dado la historia del país y bajo cuyo mandato se acometieron importantes obras públicas; en la segunda gobernaba a la sazón Alfonso XIII, aquel rey de imprudencias gravísimas que acabó en el exilio y en la ruina…. Y en la tercera, ¿qué ha ocurrido en la tercera reparación? Pues nada, que alterando el modelo utilizado hasta entonces, la figura del Jefe del Estado ha desaparecido. No hay rey que valga, ni referencias monárquicas que encuadren la época. El que mandaba en el momento no lo hacía en España, sino en su ciudad, en su pueblo, en su ámbito de poder y relaciones. Mandaba el alcalde. Y punto.


Lo curioso es que el munícipe que hizo tal cosa fue el mismo que encargó la inscripción relativa a la reforma anterior, en la que sí figuraba el rey pero no el alcalde. ¿Cómo entender esa modificación? ¿Como olvido deliberado, que lo es, del monarca de la época o como demostración de ese empeño obsesivo de los alcaldes de nuestros días que, celosos de su legitimidad, que la tienen, están dispuestos a figurar en todo lo que inauguran para que su nombre vaya asociado para siempre a su paso por el poder que todo lo puede?


4 comentarios:

  1. Paso a dejarte un saludo querido Fernando.

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  2. Pues los que pecan de "incontinencia verbal", como se califica ahora a los maleducados y machistas, también son merecedores de nuestra más absoluta repulsa, ¿no?

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  3. ¡Qué raro...! Te tengo linkeado en mi blog y me he perdido estas dos últimas entradas tuyas... Pues aquí van mis comentarios: primero, sobre Miguel Hernández, grandísimo poeta que he descubierto en estos últimos años. En mi época canadiense solo sabía de Lorca, la verdad. (Era muy famoso en Norte América), ni Cernuda, ni Machado, ni Hernández ni sobre tantos otros que sucumbieron bajo la dictadura se supo mucho.
    Lo de Miranda de Ebro y su arquitectura, pues, ya que muchos la estais nombrando últimamente, ¡tendré que visitarla! Y lo de los alcaldes llevándose los laureles, normal. Antes tenían que rendir pleitesía a los reyes, ahora ya no. Besotes, M.

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  4. ESCRITOR,POETA Y AMIGO. MUY BUENA ENTRADA..UNPLACER VISITARTE CUANTO SE APRENDE CONTIGO!!!!
    BESOTES
    SILVIA CLOUD

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