18 de septiembre de 2011

Espacios transformados (1): de la escuela al refugio


Del ayer al hoy. De la tradición a la "modernidad". Antaño la escuela era el punto de encuentro, casi el único lugar de relación social del que se disponía en aquellos pueblos, que trataban de superar los destrozos de la guerra civil. El año de 1948 corría a la sazón. Eran edificios de piedra, sólidos, desangelados en invierno. Espacios vivos y animados, con dificultad llegaba a ellos la luz.
Hoy la escuela, ya abandonada, permanece silenciosa y convertida en el lugar de cita pública a que obliga, frente al riesgo latente, la proximidad de una fábrica poderosa de electricidad mediante energía de fisión, que hay que mirar con cautela, cumpliendo el requisito impuesto por la Central de Santa María de Garoña.

Sucede en Pangusión (Burgos), a tres kilómetros de la planta nuclear.

6 comentarios:

  1. Miro el cartel y leo: punto de reunión, plan municipal de emergencia nuclear. ¿No será tu relato una parábola? Que una escuela sea un punto de reunión es barato, que sea escuela quizá sea caro en época de recortes presupuestarios.

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  2. No entiendo muy bien el post. Vamos a ver: ¿el punto de reunión es como un refugio en caso de que se forme el pollo nuclear o algo así? Perdona mi torpeza.

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  3. Me apena la imagen de una escuela abandonada, cerrada, olvidada...

    Habrá que replantarse lo de las centrales nucleares y ser consecuentes con las decisiones que se tomen. Tema para llevar a un referéndum, ¿no?

    Un abrazo

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  4. A mi también me ha chocado eso de "punto de reunión", al principio creí que era para los "benedictos" de este verano pero creo ver que es para algo más tétrico ¿por si hay un escape nuclear? Qué fuerte. Besotes, M.

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  5. ¡Qué pena causan estas escuelas rurales abandonadas!
    En Castilla no sé pero en Catalunya hay cientos y duele comprobar que cuando una escuela se cierra la vida del pueblo se va acabando poco a poco.
    Un abrazo.

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  6. Es verdad que estas escuelas abandonadas tienen un cierto encanto. Hay algo en ellas que las hace conservar esta vitalidad que antaño tuvieron. Pero la antítesis de que este punto de reunión sea para una catástrofe nuclear cuando antes el punto de reunión era para albergar a los más jóvenes del pueblo para que crecieran en una buena educación es bastante llamativo.

    Un abrazo.

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