12 de febrero de 2012

¿Indignación o resignación?


Plaza Mayor de Valladolid (España). 19 de junio de 2011
Como un vendaval de palabras y de furia irrumpió Stèphane Hessel en la escena política y cultural del mundo, aunque los motivos de su clamor surgieran de una aguda reflexión sobre la realidad europea. En España sus frases y textos hicieron mucha mella hasta el punto de que las ideas vertidas en su libro "Indignáos", sencillo, contundente y provocador a la vez, encontraron un eco como hacia tiempo que no se veía en este panorama nuestro de intelectuales demasiado timoratos o evasivos en sus actitudes y críticas. A punto está de culminar el año desde que estalló de pronto el movimiento de los indignados, que llenó las calles y las plazas de las ciudades españolas - no olvidemos que, con un efímero precedente en Atenas, fue precisamente en España donde cristalizó en un movimiento prolongado, de gran resonancia mundial y con fuerte impacto urbano - y que, de momento, ha tenido un epílogo sonoro en el corazón de Nueva York, que aún colea, aunque bastante mortecino.
Leer la entrevista que Álex Vicente ha hecho recientemente a Héssel en Berlín supone un aldabonazo en la mirada de quienes se interesan por lo que sucede en el espacio público. La perspectiva alcanzada es suficiente para que el inspirador de aquel mensaje ofrezca un panorama de algunas luces y bastantes sombras, que dan lugar a la crítica justificada. Cuando señala que "el movimiento indignado acabó llevando a la derecha al poder" en España, uno se pregunta si esa conclusión es correcta o cuestionable, sobre todo porque carecemos de una valoración clara y sincera en ese sentido. No estaría de más que se hiciera, que se analizase bien qué ha sucedido y porqué.

Tras la primavera y el verano de manos en alto y voces rotundas al viento, llegó el otoño de miradas calladas y el invierno de brazos caídos. Hasta ahora. Silencio en el ambiente y poco más. Mientras tanto, se indulta inconcebiblemente a un banquero inicuo, pirañas de la pésima gestión financiera consiguen impúdicas recompensas que ofenden el sentido común, las elecciones se traducen en la mayoría superabsoluta de la derecha que involuciona a pasos agigantados (magnífica a este respecto la columna - "Involución" - de Miguel Delibes de Castro), el hombre que ha hundido a la Comunidad Valenciana en la miseria y que es el contraejemplo de la política digna sale, por los pelos pero sale, indemne de la justicia y consigue el grado de doctor por arte de birlibirloque, el juez que trató de frenar el blanqueo masivo de capitales es expulsado de la judicatura, los abogados de la mafia Gürtel, envalentonados, tratan de invalidar las pruebas del escándalo, se pone en entredicho al juez instructor de la trama Palma Arena, en la que está implicado un duque de altos vuelos y baja estofa, y el mercado de trabajo se sumerge en las simas de la indefensión laboral... ¿qué ha pasado para que pase lo que pasa?
¿Qué rumbo adoptarán, si es que adopta alguno, los clamores a favor de la dignidad y que tanto justifican las posturas indignadas y resistentes?

4 comentarios:

  1. la resignación es una semilla, de incierto fruto.
    la indignación sin raiz y sin el agua del conocimiento tampoco es fácil que llegue resistir el viento mediático que se le viene encima.

    un saludo.

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  2. Totalmente de acuerdo, Izara. Movimientos sin estructura son movimientos desestructurados, que el tiempo se encarga de diluir.

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  3. Muy buena la entrevista a Hessel. Lo del 15-M fue muy electrizante e ilusionante pero a mi me gustaría saber quien o quienes lo empezaron. En mi blog yo copié la convocatoria del blog de ANTONIO AGUILERA de Priego, Córdoba porque me pareció muy justa, pero pasado el tiempo, he estado rumiando si no fuimos unos ingenuos en apoyarla tan masivamente en unas fechas tan cercanas a las elecciones autonómicas que hemos visto como han resultado... Todo el poder a la derecha. Por eso me gustaría saber quién/es prendieron la mecha. Besotes, M.

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  4. Hay una resignación por la no evolución de moviemientos como el 15M. La indignación ha quedado en resignación
    saludos y salud

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