31 de agosto de 2025
Viñetas que invitan a pensar. El periodismo libre es asesinado cuando informa de lo que sucede en Palestina
30 de agosto de 2025
Excelente aportación sobre el problema de los incendios forestales
Incluyo aquí de forma íntegra (ya que el acceso está restringido a los abonados al diario que lo publica) una de las mejores aportaciones que he leído sobre la problemática de los incendios forestales, cuyo impacto ha sido estremecedor en España en los meses de julio y agosto de 2025, como la información adjunta señala. El texto es obra de Xabier Vázquez Pumariño, prestigioso biólogo ambiental español.
Incendios invisibles, populismo y gestión fallida
Es importante desterrar los mantras del abandono y la limpieza, aceptar la renaturalización como estrategia y mantener una vigilancia continua y detallada del terreno. Los incendios en áreas silvestres son de una complejidad extraordinaria, difícil de plasmar en una breve columna con la profundidad requerida. Ahora bien, sí conviene señalar algunas cuestiones que encarrilen el debate público, porque con cada incendio se encienden fuegos aún más devastadores: el populismo acientífico y la confusión. Se ignoran datos y se abrazan lugares comunes, cuando no se emiten calculados mensajes de parte.
Uno de esos lugares comunes es el
“abandono”, palabra repetida hasta el agotamiento por políticos, periodistas y
tertulianos. ¿Cómo medimos ese abandono? A continuación, aparecen las consignas
“limpieza”, “suciedad” y “desbroce”, términos no inocentes que lo aplastan todo
dialécticamente. Pero la realidad tiene otras perspectivas: lo que
se llama suciedad o broza es biodiversidad, hábitats que sostienen flora y
fauna, sumideros de carbono.
Las cifras oficiales (y públicas)
indican que desde 1968 hasta 1999 —cuando había poco “abandono”— no se bajaba
de 100.000 hectáreas quemadas al año, con picos de más de 400.000 (1994). Hubo
significativas mejoras con el cambio de siglo, si bien con repuntes graves ocurridos en
2012, 2017 o 2022. Si el “abandono” explicase algo, las estadísticas serían muy
diferentes. En definitiva, cuando alguien introduce este comodín, podemos
pensar que no ha dedicado un gran esfuerzo a esta materia ni, probablemente,
está realmente interesado en buscar soluciones.
Las áreas más castigadas en estos
últimos días tienen elementos comunes: son frontera entre el mundo atlántico y
el mediterráneo con lluvias primaverales y otoñales, sequía estival, suelos
silíceos, vegetación fácilmente inflamable y un relieve muy accidentado. Son
sitios duros para ganarse la vida en el marco económico actual.
A esto se suma el cambio climático. El
verano se ha alargado semanas por cada extremo: empieza antes y acaba más
tarde, la temperatura es más elevada, lo que dispara la evapotranspiración y
reseca aún más la vegetación. Los inviernos se han suavizado, por lo que el
periodo de crecimiento de la vegetación es más largo. Todo ello conduce a un
punto: el fuego es la respuesta esperable de los ecosistemas a una transformación
drástica. Sorprende, con todo, la velocidad a la que está ocurriendo.
Otro error común es juntar churras con
merinas. Cuando el monte arde, lo que se quema son realidades distintas:
vegetación natural y cultivos forestales. ¿Se puede analizar del mismo modo?
Obviamente no. Y hace décadas que sabemos que apostar por especies pirófitas de
crecimiento rápido —eucaliptos, pero sobre todo pinos en buena parte de las
áreas mencionadas— siempre fue una pésima idea.
Es esencial saber que el fuego necesita
tres elementos: combustible, condiciones favorables y un factor de ignición. En
este último punto, insistir en la figura del “pirómano” es irresponsable, una
cortina de humo. Los datos son claros: la piromanía real es minoritaria; lo que
abunda son negligencias, accidentes y, de nuevo, en el noroeste, la cultura de
la “limpieza” en la que el uso del fuego sigue estando a la orden del día: se detesta
la vegetación natural y se sacraliza el pastoreo y los hechos demuestran que
este tampoco frena los grandes incendios, mucho menos los de sexta generación.
La paradoja es evidente: los terrenos
quemados son el culmen de la “limpieza”. Pero la experiencia muestra que
tampoco sirve: buena parte de lo que hoy arde ya se quemó en 2022, por ejemplo,
hace apenas tres temporadas.
¿Soluciones? Nadie debería esperar ni
ofrecer recetas definitivas. Pero sí hay caminos: desterrar de una vez los
mantras del abandono y la limpieza, aceptar la renaturalización como
estrategia, mantener una vigilancia continua y detallada, hectárea a hectárea.
Y, sobre todo, invertir mucho más en medios: desde brigadas de intervención
inmediata, hasta equipos de vigilancia, pasando por el mantenimiento de
infraestructuras como cortafuegos bien diseñados. Todo ello debe estar dotado de los recursos humanos
precisos, bien formados y dignamente pagados. Esto supone gasto
público, claro está, si bien para proteger intereses privados, los cultivos, se
podrían articular otras medidas.
Estos apuntes, que apenas rozan la
complejidad del tema, señalan una certeza: los incendios de hoy son la
expresión más evidente del fracaso de décadas de gestión del medio, empeñada en
tratar los montes como fábricas de madera o forraje. Pero los montes son, ante
todo, ecosistemas vivos.
29 de agosto de 2025
La transformación del mundo rural: entre la nostalgia y la incertidumbre
Tal vez convendría tener un debate sobre el significado de las transformaciones producidas en el mundo rural y sus implicaciones demográficas, económicas y ambientales. Es una cuestión que acabo de abordar esta tarde con unos amigos y que desearía comentar aquí.
Y es que no dejan de llamarme la atención las invocaciones, henchidas de pesimismo, nostalgia y añoranzas, sobre un mundo lastrado por el abandono poblacional y la pérdida de una añorada identidad en contraposición a una etapa en la que las formas de aprovechamiento mostraban una simbiosis positiva, entrañable, equilibrada y estable entre la sociedad, la producción y la naturaleza: una especie de Arcadia feliz, sostenible, ya desaparecida y sumida hoy, por mor de unas fuerzas externas demoledoras, en la desolación total.
Quienes hemos conocido el mundo rural tradicional aún recordamos que esa armonía, no exenta de tensiones y precariedades, estaba muy condicionada por las limitaciones inherentes a las economías de subsistencia, al trabajo oneroso, a los azares de la climatología y a una muy deficiente calidad de vida. En las tierras de secano de mi familia, de mujeres espigadoras deslomadas, entre ellas mi madre y mi abuela, y largos días de trilla, que viví subido durante los veranos en aquellos viejos trillos de Cantalejo, y bajo un sol implacable, he visto mucha incertidumbre y muchos ojos lesionados de tanto mirar el cielo. Cuando llegaba septiembre había que pagar las deudas y no "todo era maravilloso". Al poco aparecían el frío y más incertidumbres.
Los cambios comenzaron mucho antes de la incorporación a las Comunidades Europeas y a los efectos de la "maléfica" Política Agraria Común. Por experiencia familiar tengo constancia de cómo el proceso migratorio de los primos más jóvenes, ocurrido a partir de finales de los cincuenta provocó una metamorfosis intensa en paralelo con la despoblación progresiva y con la mecanización asociada a un aumento de la productividad y a un cambio cualitativo de las condiciones de vida para quienes se mantuvieron en el campo o se fueron a vivir a la ciudad sin perder su condición de activos agrarios, al socaire de las posibilidades permitidas por la expansión del vehículo privado.
El tema da para mucho y conviene reflexionar si las decisiones adoptadas podrían haber sido otras o haberse planteado de otro modo. El tema está abierto al debate y a la clarificación de la función asignada a la ruralidad en una economía abierta a las reglas de la competitividad inexorable en una economía de mercado e interdependiente.
Es en este contexto donde, evitando caer en la aceptación acrítica de la realidad, cobra pleno sentido la reflexión de Kristen Ghodsee cuando afirma que tal vez "hemos perdido la habilidad colectiva para imaginar un mundo al margen de las lógicas del mercado". Lo dice en su interesante "Utopías cotidianas. Lo que dos mil años de experimentos pueden enseñarnos sobre vivir bien' (Capitán Swing, 2024).
27 de agosto de 2025
Algunas notas sobre el impacto cultural y espacial de la inteligencia artificial
EN TORNO AL CONCEPTO DE "LOS ESPACIOS LATENTES"
26 de agosto de 2025
El genocidio de Gaza o el descrédito de la causa judía en el mundo
No estaría de más plantearse - me comenta una amiga francesa, de Montpellier- hasta qué punto el genocidio y el expolio practicados por el gobierno criminal de Netanyahu en Palestina están lesionando las muestras de respeto y solidaridad manifestadas contra el Holocausto sufrido por los judíos bajo el nazismo.
Aunque no cabe duda que esa experiencia atroz que afectó al pueblo hebreo en la primera mitad del. siglo XX se mantiene viva en la memoria, tal vez su fortaleza queda diluida o muy debilitada cuando inevitable e instintivamente aparece, en sus imágenes y en la magnitud de la tragedia a la que estamos asistiendo en vivo y en directo, asociada a la barbarie que padecen la sociedad y la tierra palestinas sometidas a las atrocidades israelíes con utilización de los mismos procedimientos y objetivos aplicados a los judíos por los nazis.
La implicación de Donald Trump en el genocidio palestino no puede ser reconocida con el Nobel de la Paz
Ignoro si los asesores de Donald Trump le han advertido de los riesgos que corre manteniendo su connivencia total con el Holocausto, la Nakba, de Palestina. A medida que se agravan las manifestaciones derivadas de la limpieza étnica que el régimen criminal de Israel lleva a cabo sobre la sociedad y el territorio palestinos, se afianza la idea de que ese genocidio sería imposible sin el respaldo, apoyo y obscena sumisión de la presidencia norteamericana. Es en ella donde hay que centrar la atención para poner en el lugar que corresponde al exterminio y el expolio llevados a cabo impunemente y de forma inhumana por Israel.
La complicidad internacional de que goza la estrategia del criminal y corrupto Netanyahu queda sin duda supeditada a la implicación decidida que en esa catástrofe ha asumido con todas sus consecuencias el ocupante actual de la Casa Blanca. Si la historia de la colaboración de Estados Unidos con Israel es inherente a la impunidad de que siempre ha disfrutado el gobierno de Tel Aviv frente a toda norma de Derecho y Justicia, nunca como en estos momentos esa mancuerna ha alcanzado los niveles de corresponsabilidad en acciones de genocidio y expolio tan atroces, que están conmocionando al mundo.
16 de agosto de 2025
Espacios amenazados, territorios admirables
Recuperar la imagen de esos lugares dotados de paisajes admirables y creadores de experiencias vivificadoras de la sensibilidad es una necesidad insoslayable.
Todo vale para figurar en la cartografía del turismo anhelado y más apetecido por su sosiego y su calidad paisajística. No hay condicionamientos que lo impidan. Allá, en el Aliste profundo, donde la frontera con Portugal pasa desapercibida, donde los caminos se confunden en el bosque, donde los servicios brillan por su ausencia, donde nadie se aventuraba a adentrarse hasta hace dos días salvo para practicar el contrabando del café... he ahí un lugar en el mundo que enarbola sus propios reclamos al socaire de las inestimables ventajas que emanan de la soledad, el silencio, la belleza del paisaje y la pureza del aire.
15 de agosto de 2025
La necesaria cultura del territorio
Bien sabemos todos que el factor determinante de las tragedias naturales estriba en la debilidad o carencia de una cultura rigurosa del territorio por parte de una mayoría de los que ostentan responsabilidades públicas y también privadas. El territorio es concebido como un bien generador de beneficio a corto plazo y no como un recurso a preservar mediante la aplicación de las cautelas preventivas y con visión prospectiva.
14 de agosto de 2025
Después del incendio: reflexiones sobre la tragedia del fuego incontrolado
Este texto corresponde a una intervención realizada el 28 de junio de 2009 en la villa abulense de Arenas de San Pedro, tras el incendio sufrido en el Valle del Tiétar. Lo reproduzco ahora ante la sensibilización provocada por los incendios que afectan a numerosos espacios de España y Portugal.
Pocas imágenes
resultan tan dramáticas como las que ofrece un paisaje lacerado por el
incendio. Desolación, ruina, fealdad, impotencia, rabia incontenible. Son las
sensaciones que se acumulan al comprobar los rastros de la destrucción
provocada por el fuego, los efectos catastróficos de su huella tan atroz como
inconfundible, tan nefasta como persistente. En estos casos la llama nada
purifica, todo queda sumido en la negrura indiferenciada de la naturaleza
desprovista de vida y de los matices y contrastes a que esta da lugar.
La tragedia delfuego se ha cebado con España con harta reiteración. Desde que tenemos memoria,
el estigma de las llamas devorando los bosques sin control es algo percibido como
una realidad insistente en el tiempo, que año tras año se repite como una
especie de maleficio, hasta convertirse en una de las manifestaciones más
dramáticas de la catástrofe ambiental en España, el país que ostenta la
primacía de un hecho tan grave dentro del mundo mediterráneo. Y es que
sobrecoge pensar lo que supone la ruina de un escenario natural construido
laboriosa y lentamente a lo largo de ese tiempo prolongado que los elementos
naturales, vivos y dinámicos, necesitan para configurar la trabazón en la que
se asienta su personalidad ecológica, a sabiendas de que las interacciones que
tienen lugar en él se encuentran permanentemente amenazadas por la
intervención desestabilizadora ejercida
por la acción humana o el accidente natural.
La magnitud del problema asociada al fuego,
que en este año 2009 ha elevado la dimensión de la superficie afectada por encima de
las 70.000 Has., hasta duplicar con creces la del año anterior, nos vuelve a
situar una vez más ante una tragedia ambiental a la que nunca se podrá
responder con la resignación, la indiferencia o la ineptitud organizativa de la lucha contra el fuego. No valen estas actitudes cuando
la cifra se mantiene en niveles altísimos de incidencia (3.857 incendios a
finales de julio 2009), tiende a incrementarse la superficie arrasada, al superar
las 500 Has. de promedio, y su impacto desencadena efectos devastadores en
áreas de especial calidad paisajística y medioambiental. Todos los incendios
son lamentables, pero el hecho de que este año hayan sido pasto de las llamas
comarcas tan emblemáticas como la turolense de Aliaga, el sector central de Las
Hurdes extremeñas o la isla de
Definen, desde
luego, la misma realidad que al tiempo encontramos en el Valle del Tiétar
abulense, víctima también de una catástrofe que se ha saldado con vidas humanas
y con la devastación de uno de los ámbitos más singulares y representativos de
la riqueza natural de las montañas españolas y de Castilla y León. Basta
imaginar la nueva perspectiva que se divisa desde el Puerto de El Pico en la Sierra de Gredos para
sentir una verdadera conmoción como la sufrida por quienes vivís en esta comarca de inestimable valor ambiental. Quien se haya asomado alguna vez a ese balcón
que invita a mirar en todas las direcciones, ampliando sobremanera los horizontes
hacia los que se abre un riquísimo muestrario de estructuras y formas de vida
en uno de los tramos más bellos y espectaculares de
Bien sabemos que
el incendio es una ruptura brutal en la historia del paisaje. Cuando eso
ocurre, valores esenciales de nuestra cultura, cimentada en la percepción de
una realidad física avalorada, se alteran y se destruyen. Y, aunque es cierto
que la naturaleza es indómita y tiende a regenerarse, lo hace lentamente, los
elementos que configuran su personalidad tienden a quedar distorsionados
durante mucho tiempo por las consecuencias de una catástrofe que siempre se
acompaña de resultados lesivos para el restablecimiento de los equilibrios
perdidos y que tanto ha costado mantener.
Ante un escenario
de alto riesgo como el que afecta a
Pues si hoy
sabemos que las técnicas de teledetección permiten advertencias de plena
fiabilidad en tiempo real, no es menos cierto que el esfuerzo que en este
sentido compete a los programas preventivos, a medio y largo plazo, organizados
y financiados sin tibieza por las Comunidades Autónomas resulta de primordial
importancia. En suma, serían los que, en buena lógica, debieran sustentar los
planes de innovación aplicados a la gestión integral del bosque, la cooperación
entre las administraciones públicas implicadas y la sensibilidad ciudadana
mediante señales de alerta más efectivas y contundentes que las hasta ahora
llevadas a cabo.
LOCALIZACIÓN DE LOS INCENDIOS EN ESPAÑA
(14. agosto. 2025)
8 de agosto de 2025
La revisión del concepto de identidad
Con motivo de la decisión adoptada por el Ayuntamiento de la localidad de Jumilla (Murcia) y a raíz de las declaración de su alcaldesa que la justifica con el argumento de "priorizar nuestras tradiciones y nuestra identidad”, creo oportuno realizar la siguiente reflexión:
Hace mucho tiempo que el concepto de "identidad" está sometido a una profunda revisión, como corresponde a la necesidad de clarificar las situaciones críticas que trae consigo. Acudir a él como manifestación de una singularidad refractaria a lo diferente, a aquello que se entiende como hostil a lo identitario, sin caer en la cuenta de que las "identidades" defendidas adolecen a menudo de manipulación y artificialidad, es una posición reaccionaria, retrógrada y abocada a la frustración y el fracaso.
Acertada me parece la opinión de David Berlinier (2023) cuando señala que "las identidades nos hacen vivir en una era inquietante, porque observamos una tensión esencialista en torno al yo, un prejuicio de unidad que nacionalistas y populistas mantienen constantemente".
4 de agosto de 2025
La rendición de Europa
Incluyo aquí el artículo publicado en Infolibre por Ana Manero Salvador, Catedrática de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales de la Universidad Carlos III de Madrid. Es una aportación interesante, que profundiza en "la claudicación anunciada", como acertadamente define Huffpost el acuerdo comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea.
"Nos
enfrentamos a un momento crítico sin precedentes para la Unión
Europea. Dos son los eventos recientes que ponen de manifiesto su pérdida de
autonomía y de relevancia en un mundo cada vez más hostil y que cuestionan su
papel como actor global en tanto que gigante comercial: el “acuerdo” alcanzado entre Von der Leyen y Donald Trump en
un campo de golf propiedad del mandatario estadounidense y la práctica total
ausencia de reacción ante el genocidio de Gaza.
A falta de conocer en detalle lo acordado, los datos que se saben
son preocupantes y revelan una claudicación que sólo beneficia a los intereses
de Estados Unidos. La amenaza constante en relación con
la imposición de aranceles, el desprecio a los intereses europeos y la grosería
con la institución y con lo que representa, se han materializado. Por lo que
hasta ahora sabemos, se ignora cualquier referencia al marco multilateral del
que nos habíamos dotado y se establece una relación profundamente asimétrica
que no tiene en cuenta los intereses europeos –compra de energía por valor de 750.000 millones de euros en tres
años a Estados Unidos al margen de cualquier
condicionalidad ambiental, imposición de un arancel general del 15% a los bienes europeos, sin reciprocidad, inversiones
europeas en Estados Unidos por valor de 600.000 millones de euros durante el
mandato del actual presidente–.
Pero, tanto como su contenido, es igual de grave su simbolismo. Si existía un ámbito en el cual la UE era capaz de mostrar fortaleza y asertividad, éste era el comercial. Estados Unidos ha dejado de ser un socio fiable en materia comercial, ambiental, política y de seguridad; y hubiera sido necesario mostrar una postura sólida que evidenciara el poder económico de la Unión en el mundo. No ha sido así.
¿Podemos seguir siendo considerados como un actor clave en el mundo si nos rendimos ante la voluntad autoritaria de Estados Unidos? Esta misma postura acrítica y de vasallaje se está demostrando ante el genocidio de Gaza. La información que llega desde la Franja es estremecedora: más de 60.000 muertos, la utilización del hambre como arma de guerra, el bombardeo de hospitales, escuelas, zonas residenciales y campamentos de desplazados altamente poblados han convertido a Gaza en un infierno en la tierra. A la clara intención genocida del gobierno israelí, se suman las conductas que configuran el crimen de genocidio y, ante ello, ni la Unión ni los Estados miembros adoptan medidas contundentes.
Nuevamente, el comercio debería ser el instrumento clave para hacer frente a esta situación con la herramienta que provee el Acuerdo de Asociación con Israel. No se puede olvidar que el principal socio comercial de este Estado es la Unión Europea, y si realmente la Unión quiere hacer valer los valores y principios que formaban parte de su ADN y que se han incluido en estos acuerdos a través de la cláusula democrática, Bruselas debería, como poco, suspender inmediatamente su aplicación. No hacerlo nos convierte en cómplices.
Esta doble rendición nos lleva a plantearnos preguntas sobre el
futuro del proyecto europeo. ¿Es tolerable permitir que se
cometa un genocidio sin responder con las herramientas de las que nos hemos
dotado? ¿Podemos
seguir siendo considerados como un actor clave en el mundo si nos rendimos ante
la voluntad autoritaria de Estados Unidos?
Ante la desazón que nos generan estos acontecimientos, es necesario que la Unión
recupere su dignidad,
que no se abrace a alianzas contraproducentes y que apueste por una política
comercial basada en valores y principios."
En este contexto me permito aludir a la reflexión de Jean François Collin cuando afirma que "dependiente de las cadenas de producción externas, impotente ante la guerra que se prolonga, humillada por los nuevos dirigentes políticos estadounidenses y rezagada en materia de transición ecológica, Europa verá confirmada su pérdida de influencia y su incapacidad de acción a partir de principios de 2025. ¿Cuándo veremos una Europa que defina prioridades de acción política y se ciña a ellas?"