De tanto oír la expresión ya nos hemos familiarizado con ella. Nos parece normal, lógica, asumible y de fácil recuerdo pues forma parte de todos los organigramas de las empresas, de las administraciones, de las universidades. Sin duda su arraigo y generalización obedece a que en una expresión tan concisa queda resumida con precisión el objetivo de que se trata: entender la gestión de personal como tarea sujeta a la lógica productiva inherente a la condición de “recurso”.
Pues, ¿qué es un recurso?
¿Correcto o incorrecto? Habituado a él, no me decanto por una descalificación rotunda del concepto, aunque me alarman sus perfiles deshumanizados. Es el signo de los tiempos. Tiempos en los que el trabajo se ha degradado sobremanera, poniendo en revisión conquistas sociales que se creian irreversibles, y en función de lo cual cobra pleno sentido la consideración de la persona como un “recurso” que hay que gestionar aplicando las técnicas del “management”, otra palabra que se ha impuesto con fuerza en el panorama de la terminología que todo lo justifica. Pretendidamente aséptica, encierra un mensaje que no lo es tanto.
Realicé la fotografía paseando por Burgos el 16 de Mayo de 2009. Estaba en el Barrio de las Fuentecillas. No creo que continúe ya pues figuraba en la valla de una obra. Conviene ir vigilante por la calle. Cuando menos se lo espera, aparece el mensaje de alguien que utiliza la pared para decir algo que invita a la reflexión.
Fernando, comparto esa vigilancia que propones. En varias ocasiones he pescado por Valladolid pintadas con textos reflexivos. Es probable que estemos ante una oleada de propuestas textuales que permitirían recuperar la antigua pintada de atención.
ResponderEliminarMuy bien por hacerte eco y comentar.
Un abrazo.
Usamos palabras para camuflar los conceptos, palabras para disimular las verdaderas intenciones y hemos pervertido tanto el lenguaje que ya para decir la verdad no basta con expresarla sencillamente.
ResponderEliminarUn abrazo Fernando.
P.D. Gracias por tu comentario en mi blog. Ya sé que en todo bosque hay árboles sanos, pero a veces un atracón de noticias me deja esa impresión amarga de lo difícil que se hace en encontrarlos.
Hacía tiempo que no nos escribías sobre pintadas que encuentras en tus paseos. Ésta es muy certera. Todo está deshumanizándose de manera alarmante. ¡Qué pena para los jóvenes! Excelente post, como siempre. Besotes, M.
ResponderEliminarYo creo que tiene razón el que escribe esto. Aunque hay excepciones, empresas que saben que sus trabajadores son humanos, que tienen sentimientos, problemas, necesidades, ánimos que suben y bajan. Quizás esas empresas que no usan a sus trabajadores como robots ganen en calidad, en eficacia y hasta en resultados económicos.
ResponderEliminarDa para pensar mucho este texto que fotografiaste, querido Fernando.
ResponderEliminarCuánta deshumanización...!
Me asusta.
Gracias por compartirlo.
Un fuerte abrazo,
Hace ya muchos años visité con un grupo de alumnos de un centro rural de formación algunas instalaciones de FASA en Valladolid. Me llamó la atención el uso del término “productores” para referirse a los obreros manuales que trabajaban en la cadena de montaje.
ResponderEliminarAcababa de terminar en la Escuela de Estudios Empresariales y de aprender en las clases de Teoría de la Contabilidad que el empresario era como un padre de familia que velaba por la salud integral de cuantos colaboraban en la producción de bienes de consumo.
Ya desde entonces me convencí de que no hay que esperar peras de un olmo, y que la economía llevaba a sus extremos de máximo beneficio y mínimo coste no estaba pensada desde sentimientos humanos.
Iluso de mí que pretendía apreciar la base ética de esta actividad.
Salvo excepciones apenas reseñables, no encontré gran cosa ni siquiera en Keynes. Tal vez ahora sí lo pudiera encontrar en Muhammad Yunus.
El ejercicio de la doncencia no es fácil, pero en toda mi vida profesional - tanto en la privada como en la pública - nunca he tenido ni tengo la sensación de no ser tratado como una persona.
ResponderEliminarAlguna fmilia puede recordar que con lo que pagan tienen tal o cual derecho, pero es anecdótico.
Sin embargo tengo constancia de que la humanización - para muchos empresarios y jefes de personal- está reñída con la rentabilidad. Craso error.
Y para mayor desesperanza, no se otea en el horizonte ninguna alternativa a este sistema capitalista deshumanizado...
Un abrazo
Pues yo hasta ahora me creía "un número", casi me gusta más lo de "recurso".
ResponderEliminarEn serio Fernando, el otro día en la seguridad social, tuve tiempo para reflexionar, sin pintada ni ningún otro estímulo, con sólo mirar alrededor...
Un abrazo
Cierto... cada día hay más deshumanización en el mundo laboral.
ResponderEliminarPara que no se diga, te envío un abrazo grande para que sea un mensaje lo más humanizado posible, con ganas de que lo laboral no traspase lo personal. ;)
Yo tengo esta sensación a veces. Normalmente me pasa cuando estoy en la cola de algún centro oficial, pero en mi trabajo, estoy de acuerdo con Luís Antonio, no me siento un recurso, me siento una persona. La verdad es que en la enseñanza se trata a nuestros clientes (el alumnado) como lo que son, personas. Y toda la dificultad, que la hay, deriva de lo complicadas que son las personas. Pero como aquí no se produce nada, sólo es un proceso a largo plazo (la educación) no hay jefes que te vengan confundiendo con un recurso.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hoy, 23 de abril
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=wsbXAUBYZM0&feature=PlayList&p=0E21C5D85546B619&playnext_from=PL&playnext=1&index=4