12 de octubre de 2010

¿Qué tiene el flamenco que tanto procura? ¿Qué tiene ese arte que merece ser Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad?

Desde la Torre de la Calahorra, en Córdoba


Cuando mi hija se preparaba para asistir a un examen en su época de estudiante universitaria, momentos antes de salir de casa inundaba el ambiente con la voz del Camarón de la Isla, a ser posible con Tomatito a la guitarra, al toque. Necesitaba evadirse de ese modo ante la presión de la prueba inminente. Nos metió a Camarón en casa y desde entonces no ha salido. Nos hemos quedado con él sin olvidar aquella advertencia que en un recital impresionante, celebrado en Valladolid, le hicieron los gitanos que estaban a nuestro lado cuando le gritaron a pleno pulmón: “¡no cantes más, Camarón, que se lo quedan los payos!” Era suyo, formaba parte de su patrimonio, pero también nosotros le sentíamos como propio. "Yo soy el viento/tú eres la hoguera....". "La vida es una ilusión/que nadie vive sin ella..."

Recuerdo también cómo, tras una delicada operación de oído en Sevilla, el inolvidable Miguel Martín, abulense de origen y catedrático que fue de Estadística en la Universidad Complutense de Madrid, se convirtió, agradecido hacia el doctor otorrino Felipe Rodríguez Adrados (el admirado Felipe, ya fallecido) que le sanó, en un furibundo defensor del flamenco, de modo que no había conversación - incluso llegó a hablar de ello en alguna Tesis de Matemáticas - en la que no diera prueba de un conocimiento apabullante, casi pasional, del tema. Todas las reuniones de amigos terminaban siempre adobadas por Enrique Morente, el Lebrijano, José Mercé.....y, por supuesto, Camarón. Que no faltase Camarón. No obstante, "La Alhambra lloraba", cantada por el primero, era una de sus preferidas.


Mi mujer y yo tampoco olvidaremos el día en el que Carlos y Mila, nuestros amigos de toda la vida, nos llevaron en Ayamonte (Huelva) a oír a Mayte Martín, lo que nos permitió descubrir uno de los talentos más impresionantes y versátiles en ese mundo de sensaciones infinitas a la par que imprevisibles. ¿Y qué decir de las sesiones dedicadas a escuchar a Bernarda y Fernanda de Utrera, con las que Justo de Pablo, otro gran amigo, entabló amistad durante su estancia como director del Instituto de aquella ciudad sevillana? Mensajes de múltiples matices salían de la voz y los gestos de aquellas mujeres que siguen brillando con luz propia en un universo de canciones que nunca perecen.
Y lo son al igual que las sevillanas entonadas con una fuerza especial por Francisco Palacios, "El Pali", que tanto cautivaban a Julio Valdeón Baruque, el historiador fallecido y mi compañero en mil batallas, con quien compartí, en casa y en la carretera, infinidad de momentos de cuando en cuando salpicados por algunos de los versos de aquél que se enorgullecía de haber sido “siempre trovador de las cosas de Sevilla”. Ay, Sevilla, aquella ciudad que “tuvo una niña y la pusieron Triana” y que también “tiene una torre que presume de ser guapa”.


¿Y qué decir de los bailores y bailaoras que tantas veces cortan la respiración sin que ellos, ensimismados en la magia del "tablao" se den cuenta de lo que a su alrededor pasa? La magia infinita de Carmen Amaya y Antonio Gades puso al baile flamenco en lo más alto de la estratosfera, sacó puntas afiladas a las obras inmensas de los clásicos que aún conmueven cuando se las vuelve a ver y sentir, como vemos y sentimos als vibraciones que transmite como nadie Cristina Hoyos, que tanto aprendió del maestro y que también le supo enseñar porque él deseaba que así fuera. Y, cómo no, el flamenco se engrandece ante el embrujo que aportan los pies y los brazos de Sara Baras, de Antonio Canales o Joaquín Cortés. Ahí es nada el flamenco del compás que bordan como nadie esas coreografías de bailaores y bailaoras anónimos, que siguen resonando en lontananza cuando se abandona la fiesta y la memoria evoca escenas que son auténticas proezas de buen gusto.
En fin, amigos, se acerca la fecha, a comienzos de noviembre, en que el Comité de Patrimonio de la UNESCO resuelva en su reunión de Nairobi la propuesta de declarar el flamenco Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, una figura tipificada dentro de la categoría de bienes a proteger de acuerdo con la tipología y los criterios establecidos en las Convenciones de la UNESCO sobre el tema. Me sumo plenamente a esa iniciativa por tres razones: porque estoy convencido de que es una manifestación cultural que rebasa con creces su ámbito específico de creación y práctica habituales (la tierra andaluza) para convertirse en un valor cultural sin fronteras, porque creo en su autenticidad, en su calidad, en su contribución a las manifestaciones artísticas que desarrollan lo mejor de la personalidad de los pueblos y, sobre todo, porque encierra "tela marinera" de emociones y sensibilidades “que no se puén aguantar”.

15 comentarios:

  1. ¡Ozú, maestro!

    Pues algo tendrá, porque acabo de leerte de un tirón y me has dejado embobado.

    Por mí que lo hagan ya mismo patrimonio de lesa majestad.

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  2. Me parece estupendo que declaren al flamenco Patrimonio de la Humanidad. Sus cantes y bailes siempre han sido grandes embajadores de España por todo el orbe.
    Por cierto, en mi comentario sobre Vargas Llosa, tienes razón. Creo que he exagerado una "miaja" (ya que estamos hablando de flamenco...). Besotes, M.

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  3. No sé, Fernando, es que en la vida no se pué llevar tó palante, y esto del flamenco lo he ido dejando yo para no sé cuándo. Ahora, reconozco y entiendo que merece ser declarado de todo, patrimonio y de la humanidad, porque algunas cosas que he oído alguna vez me han gustado mucho, entre otras algunas piezas del Camarón, un genio total. Y ahora hay un bailarín espléndido, Israel Galván, que te recomiendo que veas algún vídeo. Una maravilla.
    Eso sí, tu entrada, preciosa, de verdad, que me ha dado rabia no ser más erudita en esto para disertar un poco.

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  4. Pues viviendo como vivo en Andalucía, no acabo de asimilarlo. Quizás por ignorancia, quizás por saturación...
    No lo sé.
    A este paso veo que me retiras el saludo
    ;)
    jaja
    Un abrazo
    ( Parrita actúa aquí en un par de semanas y ya le he dicho a mi marido que aún teniendo las entradas, no iré)
    ¿Sigues siendo mi amigo?
    jaja

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  5. MIGUEL ANGEL. Gracias por tu comentario, tan amable como siempre. De maestro nada. Simple aficionado y mero defensor de las manifestaciones culturales que emanan del fondo de la gente. Es decir de lo hondo.

    MERCHE. Creo que se ha abusado del flamenco, y sobre todo del flamenco adulterado, como imagen de España. Este país, como bien sabes, es mucho más que las soleás y las bulerías. Puestos a colocar cada cosa en su sitio, he pensado que no está mal echar una mano a los que defienden este reconocimiento hacia una foma de expresión artística realmente excepcional. En mi opinión, al menos.Un abrazo

    CLARES. Gracias, maestra de saberes sin límite. Yo tampoco le dedico mucho a esto del flamenco, pero tengo experiencias muy gratas en mi vida relacionadas con él. Por eso, aprovechando el dia festivo, he escrito sobre ello, sin más trascendencia. Gracias por ese consejo sobre el bailarín, al que seguiré los pasos. Cuánto me alegra verte de nuevo por aqui. Un abrazo.

    AMIGA. MONTSE. Confieso que al escribir esta entrada me acordé de tí, pero también soy consciente de que no a todos los andaluces les entusiasma la cosa. Qué le vamos a hacer. Pero la amistad está por encima de todo. Así que por nada del mundo nuestras pequeñísimas discrepancias sobre la cuestión impedirán el que compartamos el camino que conduce a la buena sintonía. Un abrazo

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  6. El flamenco es una cultura una forma de ser, de expresión diferentes a otras, no fácil muchas veces de entender ya que es un arte con más sentimiento que estudio, hay muy buenos flamencos pero como el maestro Camarón de momento para mi, en mi sentir, mi fondo y pensamiento no he conocido, segura estoy de que es por motivo de mi ignorancia.

    No tengo ninguna duda de que se declarará si no hoy, en un mañana, Patrimonio de la Humanidad.

    "Va por Tomatito y Camarón".

    Un saludo amigo.
    didi.

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  7. Querido amigo, uno que no es muy de flamenco, apoya ese arte pues, al igual que me pasa con otros elementos culturales, lo que uno no puede negar es que, los vídeos que has puesto eso, es arte. Y lo mejor, es un bien que no debe perderse y que debe cuidarse.
    Saludos y salud

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  8. Fernando, aunque a la gente del norte nos queda un poco lejos eso de que nos entusiame el flamenco... No por ello dejo de creer que es todo un arte y como tal, sale de lo más hondo del ser humano . Es la expresión máxima del sentir de un pueblo que lo manifiesta con su voz y como mejor sabe cantando. Me sumo a tu propuesta porque algo tiene cuando trapasa fronteras...Un abrazo

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  9. Fernando, hace años (50/60) sí que el flamenco que salía al exterior era paupérrimo (mucho olé,olé y castañuelas) pero recuerdo en los '80 en Toronto (en el "Don Quijote") ver un espectáculo flamenco dignísimo (la mayor parte del elenco eran los que habían participado en la película "Carmen" de Antonio Gades). Estupendos. Quedé gratamente sorprendida. Como todo, el flamenco ha evolucionado y es una tradición y un arte singularmente representativo de nuestro país. Merece ser Patrimonio de la Humanidad. Besotes, M.

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  10. Excelente artículo. Me sumo a tu deseo. No soy un experto ni mucho menos en flamenco, pero admiro su arte y creo que es digno de ser declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Sin duda alguna.

    Un abrazo.

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  11. Duende, eso es lo que tiene, encanto y emoción juntos, algo que remueve por dentro subiendo por la espalda hasta el cerebro produciendo la respuesta inmediata en la piel, en el oído, en la vista...

    Jamas olvidaré al cura Paco, en la Parroquia de Vallecas, y tampoco a Enrique Morente en la presentación del libro "Veinticuatro sonetos inéditos" de Miguel Hernández (edición de José Carlos Rovira )que se realizó en la Biblioteca Nacional en Madrid, un 24 de Julio 87.

    Todo lo demás lo has puesto en tu entrada. Besos

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  12. A Camarón, querido amigo, no se le puede describir.

    Pero si...SENTIR.

    Un enorme abrazo.

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  13. No dejas de sorprenderme, Fernando. Estás hecho también un especialista en flamenco... Conozco a los cantantes que citas, sobre todo al Lebrijano, pero no son los que escucho habitualmente. Mis intereses giran más en torno al "jazz". Ya ves tú...Sin embargo, no tengo inconveniente que los incorporen al Patrimonio Cultural ese, a condición de que dejen espacio para muchos otros...

    Un abrazo

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  14. Soy andaluz, aunque eso no importe demasiado para esto de apreciar el flamenco. También soy súper-aficionado a la música, de todo tipo. Me gusta el cante flamenco, en casi todas sus variedades. digo casi, porque lo que no me llega es la "fusión". Para mí tengo que el flamenco y el jazz son músicas complejas, intensas, no fáciles de digerir. Por eso, para no indigestarme y aborrecerlas, las "tomo" en dosis más bien pequeñas. Y me va muy bien. Creo que Camarón era un genio. En general, me agradan mucho los cantaores gitanos/as o agitanados/as. Saludos.

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  15. ESCRITOR,POETA Y AMIGO: SIEMPRE ME GUSTO EL FLAMENCO...Y ME GUSTA TU ENTRADA INFORMANDO LO QUE SE VA A DECIDIR....
    ES UN PLACER VISITARTE...
    BESOTES.
    SILVIA CLOUD

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