25 de junio de 2010

Urbanismo colonial en Palestina


El territorio es poder. En realidad constituye la manifestación más representativa del poder, y controlarlo significa la demostración inequívoca de quién lo ostenta, para qué y de qué manera. En la tierra palestina, ilegalmente ocupada, la codicia por el territorio y sus recursos - especialmente, el agua (véase la Tesis de Ferrán Izquierdo) - alcanza cotas de violencia y agresividad insólitas en este nuestro mundo que con tanto esfuerzo como decepción trata de organizar el Derecho Internacional, sistemática e impunemente conculcado por el ocupante ilegal de Cisjordania.

Mas en ese espacio atormentado del Oriente Próximo los principios de respeto a la ley y a los derechos humanos desaparecen en aras de un desprecio absoluto hacia el vecino, cuya existencia se ignora y degrada. La esencia del problema radica en el dominio irrestricto del espacio. De ahí el urbanismo colonial, el urbanismo de la rapiña y la exclusión que se expande sin freno, que ofende la justicia, que humilla al adversario, que enaltece la violencia y trata de legitimar la usurpación ilegal de la tierra mediante argumentos que ofenden la inteligencia y suponen un inmenso ultraje a la dignidad del ser humano.


24 de junio de 2010

Severidad con los débiles, tolerancia con los poderosos


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No quisiera que el título de esta entrada rozase la demagogia, pero es el que se me ha ocurrido para poner en evidencia un hecho que de demagógico no tiene nada. ¿Cómo explicar al ciudadano que trabaja por cuenta ajena y que cumple con sus obligaciones fiscales el que hasta ahora la Administración tributaria española no haya decidido intervenir sobre las grandes fortunas depositadas en Suiza y que suponen, en una primera aproximación, la ocultación de más de 6.000 millones de euros? Durante mucho tiempo quienes recurrían a las prácticas de evasión de capital, características de quienes sienten que su dinero es apátrida, han tenido una sensación de impunidad que les reconfortaba de su forma de entender el ahorro o, mejor dicho, el destino de los beneficios obtenidos mediante procedimientos que difícilmente eran conciliables con el trabajo honesto y dignamente retribuido.
Sorprende que siendo algo sabido, y conscientes de que la prosperidad suiza debe mucho a la neutralidad que le lleva a ser el refugio de las finanzas fraudulentamente obtenidas o domiciliadas por las rutilantes figuras del deporte, la farándula o los "negocios" que presumen de patriotas y que en su terruño son objeto de toda suerte de pleitesías mientras su peculio permanece fuera a buen recaudo, el tema haya permanecido en el silencio que sólo cabe entender en función de una permisividad deliberadamente ejercida. Es sencillamente escandaloso. Pero no ha sido la Hacienda española la que ha tomado la decisión de controlar esos depósitos de españoles fiscalmente opacos, sino la advertencia de las autoridades francesas, que han informado de los contribuyentes con fondos depositados en la filial suiza del HSBC (Hongkong and Shanghai Banking Corporation), bien conocido en el mundo por su política financiera sin escrúpulos.
La madurez, la credibilidad y la solvencia de un país se miden, en buena medida, por el nivel de su cultura fiscal y por el respeto a las normas que llevan a entender que la tributación sin privilegios beneficia a toda la sociedad. Nunca he sido partidario de la objeción fiscal, pero sí de la justicia fiscal sin paliativos de ningún tipo. Porque cuando se observa que el cumplimiento de las reglas es estricto con unos y tolerante con el fraude y la evasión, la indignación aflora de inmediato, ya que no hay que ser demasiado perspicaz para darse cuenta de cuántos sacrificios serían mucho más livianos si todas esas fortunas que escapan al fisco o se desenvuelven en el terreno etéreo de la irregularidad impune aflorasen y no permitieran que la lucha contra la deuda y el recorte consiguiente recayesen vergonzosamente en las espaldas de los más indefensos a la par que cumplidores.

19 de junio de 2010

José Saramago: compromiso y coherencia de un portugués sin fronteras


Admiro la figura del intelectual comprometido. Comprometido con su tiempo, con los problemas y vicisitudes de la época que le ha tocado vivir, alerta y vigilante hacia cuanto acontece a su alrededor y con la mirada puesta en la defensa de quienes más necesitan el amparo y el aliento que hagan posible el alivio de sus tragedias. Y comprometido con su espacio también, con ese entorno convulso y repleto de contradicciones en el que todos nos desenvolvemos y que cada dia ofrece a nuestra vista perpleja las tensiones motivadas por el estigma omnipresente de la desigualdad.

Cuánta razón tenía Gabriel Celaya al escribir aquel poema que tanto me impactó en mi juventud:
(...)
Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.
(...)
No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
Es algo como el aire que todos respiramos
y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.

Sirva este recuerdo como testimonio de admiración, respeto y reconocimiento a la figura de José Saramago, el portugués de mil miradas que acaba de partir. Ninguna causa noble le supuso incomodidad. Consciente de que su palabra era un buril incisivo sobre la injusticia, jamás puso obstáculo alguno para hacerla notar y combatirla - siempre con el coraje de la palabra - allí donde era necesario. En el Sahara Occidental, en Palestina, en Haití, en el África admirada….
Su obra es inmensa, tanto como el océano que se extiende sin límites frente a las costas de Portugal, el mismo que divisaba desde su atalaya de Lanzarote. Recuerdo haberle visto en varias ocasiones en el Circulo de Bellas Artes de Madrid, en la Feria del Libro del Parque del Retiro madrileño, en el Dia del Libro y de la Rosa de Barcelona, en la manifestación contra la guerra de Irak aquel memorable 13 de Febrero de 2003 en la Plaza de Cibeles... Valiente y decidido, enamorado de la “balsa de piedra” que identificó con la Península Ibérica, nunca comulgó con la feria de las vanidades ni se sumó a la conjura de los necios. Anteponía la sinceridad a la petulancia tan frecuente en el oficio, no se recataba ante la barbarie y enarboló como nadie la bandera de la libertad.
Coherente consigo mismo, nos hizo intuir que otro mundo era posible. Un mundo alejado de la mediocridad, de la explotación, del lucro desmedido, de la banalidad y, ante todo, de la opresión y la injusticia
¿Cómo homenajear a Saramago en estos momentos?. No se me ocurre nada mejor que , recurriendo a la voz de Carlos do Carmo, traer a colación la imagen de Lisboa y el rumor del Tajo que se abren al Atlántico, y que con tanta fuerza nos evocan los aires de Portugal. Y es que, aunque hombre de un mundo sin fronteras y no bien comprendido a veces por algunos de sus compatriotas, dificilmente podría entenderse la creatividad de Saramago sin asociarla a lo más encomiable y recóndito de la personalidad portuguesa.








12 de junio de 2010

Mensajes en la calle (28): ¿por qué correr innecesariamente?


La frase es lacónica, pero muy expresiva. Y es que, aunque la prisa es mala consejera, lo cierto es que ha acabado por adueñarse de nuestras vidas. Se dice que el tiempo es el bien más escaso que existe, pues, una vez perdido, ya no se puede recuperar. Hasta tal punto se ha afianzado en la conciencia la sensación de que el tiempo nos falta que cualquier propósito de entenderlo de manera relajada resulta, a la postre, baldío. ¿Despilfarramos el tiempo o nos invade la sensación de que lo hacemos simplemente por el hecho de que nos parece insuficiente para hacer lo que pretendemos, sin saber muy bien cómo debemos utilizarlo? Nos hacemos con un sinfín de instrumentos - agendas, móviles, papeles sueltos, confianzas en la memoria ... - para ordenar las tareas que marcan el ritmo cadencial de los compromisos contraidos, que asumimos advertidos y conscientes de que muchas veces quizá no podremos afrontarlos como desearíamos. Se apelotonan en esos formatos informales que ordenan los recuerdos y ocupan una parte sustancial de la mente, ante la incapacidad que tenemos para desprendernos de sus referencias más o menos esporádicas. Correr por algo o por alguien se ha convertido en un hábito asumido sin apenas resistencia.


Si uno de los aspectos esenciales de la felicidad consiste en ser dueños del tiempo que nos pertenece, si admitimos que resulta necesario detenerse de cuando en cuando para ordenar las ideas amalgamadas, si consideramos que la lentitud en hacer las cosas no es sinónimo de indolencia sino muchas veces de creatividad, buen gusto y resultados satisfactorios…. Entonces, ¿por qué correr incesantemente? ¿Porqué sentirnos prisioneros de algo o de alguien que nos impulsa a la aceleración permanente de nuestras vidas a sabiendas de que quizá esa actitud nos puede suponer, sin desearlo ni necesitarlo, el viaje apresurado a ninguna parte?


Nota: La frase estaba escrita en en el centro de una ciudad uruguaya. No sorprende que así sea. El Uruguay es un pais tranquilo, donde se respira ambiente relajado y donde nada consigue alterar una buena conversación perfumada por los vapores que surgen en torno al mate compartido.




4 de junio de 2010

La lucha de Gaby Lasky por la paz

Hace años que Gaby Lasky se esfuerza en Israel por buscar la paz en un ambiente cada vez más radicalizado tras años de horror y sufrimiento. Israelí de origen mexicano, y ex oficial del Ejército, es actualmente Secretaria General de Shalom Ajshav (Peace Now/Paz Ahora), una organización de defensa de los derechos humanos que busca denodadamente la paz mediante iniciativas que cuestionan los métodos y las estrategias del Estado de Israel y su política de humillación y expolio hacia la comunidad palestina.


Al tiempo trabaja como asesora jurídica del Comité Público contra la Tortura en Israel, una organización no política dedicada a la eliminación de la tortura como medio de interrogatorio por las fuerzas de seguridad de ese país. Asimismo, cuenta con el apoyo del movimiento Rompiendo el Silencio, que militares del Ejército de Israel han creado para denunciar la ocupación de la Palestina usurpada. Si se sigue la trayectoria de esta abogada judía en un entorno que le es francamente hostil, nos encontraremos ante un caso realmente admirable de coherencia, tenacidad y dignidad humana. Hace unos años manifestó en la BBC una postura rotundamente contraria al muro de la vergüenza que el Estado hebreo está construyendo para dividir el territorio y a las sociedades hasta hacer de esta iniciativa una de las medidas más ignominiosas de nuestro tiempo.

En cuanto al muro, afirmaba entonces, puedo decir de primera mano, porque he visto las cosas, que el muro está, en los lugares donde se está construyendo, creando infracciones muy grandes de los derechos humanos hacia la población civil palestina, quitándoles su tierra, su modo de vida agrícola, quitándoles la posibilidad de reuniones familiares. Hay gente que tiene que vivir casi diría dentro de jaulas, porque su casa quedó de un lado del muro y sus familiares y la escuela del otro lado, pero al mismo tiempo no pueden entrar al territorio israelí, por lo cual quedan casi enjaulados en lugares muy pequeños. Yo estoy de acuerdo en que Israel tiene que terminar la ocupación, regresar a la "línea verde", a las fronteras de 1967, y permitir a los palestinos crear un país independiente en el que puedan vivir como a ellos les parezca”.
La misma actitud de denuncia ha mantenido en conversación con la prensa española cuando con gran escepticismo ha llegado a afirmar que "cambiar la política de Israel es imposible, pues me he dado cuenta que sólo se difunde la narrativa judía antes y después del Holocausto. El pueblo judío tiene derecho a un Estado, pero no a privar a otros del suyo. No puede haber democracia y ocupación al mismo tiempo". Si se siguen sus declaraciones en el tiempo da la impresión de que su pesimismo se ha acentuado. Varias de sus frases lo revelan:
"La clase política dice que quiere la paz. No les creo. La solución es simple, y si no hemos llegado a ella es porque Israel no quiere”.
"Estamos permitiendo que el Ejército cree los mitos de la sociedad civil, formando una sociedad militarista incapaz de comprender los derechos humanos, porque siempre prevalece la seguridad".
"He comprendido por mi trabajo que si hablaran todas las personas buenas que callan, se podrían cambiar muchas cosas".

1 de junio de 2010

Merecido homenaje a un hombre bueno, digno y memorable: Antonio García Quintana, el último alcalde republicano de Valladolid

Antonio García Quintana, alcalde de Valladolid (1932-1934 y 1936)


La biografía de Antonio García Quintana revela las características de un hombre bueno, sensible, de un político honesto, sencillo y obsesionado con un objetivo que marcó esencialmente su vida pública: el desarrollo de la educación. La tarea realizada en este sentido fue ingente y hoy se reconoce en el mundo de la enseñanza como una de las más activas de las llevadas a cabo en España. Baste señalar que en 1931 había en Valladolid 13.500 niños entre 6 y 11 años, de los que solo asistían a clase 3.000. Para afrontar este grave problema de falta de escolarización, impulsó la creación de nuevas escuelas, cuyo número se elevó, durante su mandato, de 59 a 127 centros, al tiempo que impulsó los comedores escolares en los que se atendía diariamente a 886 niños sin recursos. Conocido como el programa de “la gota de leche”, fue la primera vez en España que se puso en marcha una iniciativa de estas características.

Fue alcalde de Valladolid por el Partido Socialista entre 1932 y 1934, para presidir de nuevo el Ayuntamiento tras las elecciones de febrero de 1936. Al estallar la rebelión militar, que en la ciudad de Valladolid, sumidero del falangismo más brutal, se tradujo en una represión atroz, el alcalde García Quintana fue depuesto y durante algún tiempo permaneció escondido hasta que se produjo su detención, por delación, el 27 de febrero de 1937. Mediante un juicio farsa, realizado con pretensiones humillantes y de escarnio en el salón de plenos del Ayuntamiento y presidido por un tal Fajardo, fue condenado, por los sicarios de la rebelión golpista, por “delito de rebelión militar”, con pena de muerte. Su asesinato por fusilamiento el 8 de octubre de 1937, a las 6,30 horas, fue concebido de modo ejemplarizante por el matonismo falangista que atemorizaba la vida de la ciudad bañada por el Pisuerga. Ajusticiar al alcalde se convirtió en un ejercicio de insania calculada con el único fin de sembrar el terror y demostrar lo que los rebeldes, profesionales de las amanecidas sangrientas, eran capaces de hacer. He conocido testimonios personales del pavor provocado por aquella salvajada. La ciudad quedó durante mucho tiempo traumatizada por el hecho.

Setenta y tres años después, su nieta, Carmen Cazurro García Quintana, catedrática de Literatura y residente en Puerto Rico, ha viajado a Valladolid para presentar la obra en la que narra la vida de su abuelo, centrándola en la experiencia de su madre, Teresa, hija del alcalde, y que aún vive. Asi se titula la obra – La Hija del Alcalde – editada en Puerto Rico.



El acto de presentación de la obra, celebrado en el Paraninfo del Instituto de Enseñanza Secundaria Zorrilla de Valladolid ha sido un acontecimiento cultural particularmente emotivo en el que se trató de recuperar, en un salón abarrotado, la memoria del último alcalde republicano de Valladolid y de una de las figuras emblemáticas del municipalismo democrático en España.

De izquierda a derecha: Maria Antonia Salvador (profesora de Geografía e Historia del IES Zorrilla de Valladolid), Carmen Cazurro García de Quintana (nieta del alcalde republicano fusilado), Carlos Duque (Director del Instituto anfitrión) y Pedro Martín (poeta y actor)

Coordinado por el director del Centro, Carlos Duque, contó con la intervención, como presentadora de la obra, de Maria Antonia Salvador, Profesora de Geografía e Historia del IES Zorrilla y autora de varias investigaciones de gran resonancia sobre procesos de depuración del profesorado de Enseñanza Secundaria durante la guerra civil, de Pedro Martín, excelente actor y poeta, que leyó las cartas que García Quintana dirigió a cada uno de sus tres hijos dias antes de ser ejecutado, y de la autora del libro, Carmen Cazurro García de Quintana, que en la actualidad es profesora de Literatura en la Universidad de Puerto Rico.


Fue un acto de gran emotividad y de extraordinario valor como homenaje al último alcalde democrático de Valladolid antes de la guerra civil. Fue también la oportunidad, inédita hasta ahora en la historia de la ciudad, de rendir el reconocimiento que merece a la figura de su hija pequeña, Teresa, presente en la sala y en la que basan los recuerdos recogidos en un libro necesario para que una figura clave del municipalismo democrático español no quede relegada al olvido.

En segundo lugar por la izquierda, Teresa García Quintana, La Hija del Alcalde

Sin embargo, la inquina que deriva de la envidia continúa, promovida por quienes no admiten que la memoria de García Quintana siga vigente y permanezca asociada en la ciudad a una imagen ejemplar, que dista mucho de corresponderse con la que ofrecen sus debeladores. Obsesionado está con el tema el actual alcalde Valladolid, que en 1995 comenzó su mandato en el Ayuntamiento y al que le cuesta aceptar que otra forma de gobierno de la ciudad es posible. No entraré en detalles, pues la paranoia que le persigue aparece bien descrita en el texto que Orosia Castán ha publicado a propósito de unas declaraciones de dicho personaje tratando de desacreditar al último alcalde republicano, utilizando para ello la peor de las artes: la insidia, la descalificación velada, la sospecha sin explicación. Simplemente para hacer mella sobre el prestigio del padre de Teresa García Quintana, hoy residente en Puerto Rico, aunque es muy dudoso que lo consiga porque las sociedades  - o la mayor parte de sus miembros -  son refractarias a miserias morales o a resentimientos sectarios como el que nos ocupa. 



Enterada la familia de Don Antonio García Quintana de la insidia realizada por el sr. León de la Riva,  me hace llegar el siguiente comunicado: 


REACCIONES DE LA FAMILIA DEL ALCALDE GARCíA QUINTANA A JAVIER LEÓN DE LA RIVA

Hasta Puerto Rico, lugar donde vive actualmente la única hija viva de Antonio García Quintana, Teresa García Quintana,  junto a la nieta de éste, Carmen Cazurro García Quintana, han llegado estas declaraciones del alcalde Javier León de la Riva: "Sería bueno que no hablaran y no profundizaran en el fusilamiento de García Quintana a ver si tienen que escuchar lo que no quisieran".
Este desafío al PSOE sobre el alcalde que perteneció a este partido y que fue asesinado en la Guerra Civil se produjo en una rueda de prensa el 3 de junio del 2013 como réplica del político popular al portavoz del Grupo Municipal Socialista, Javier Izquierdo, molesto por las continuas referencias de los populares no sólo al anterior presidente del Gobierno, José Luís Rodríguez Zapatero, sino a Felipe González. Por eso Izquierdo dijo que esperaba que no hubiera ninguna alusión al alcalde socialista que fue asesinado en 1936.
Las declaraciones de la familia, por boca de la nieta, en seria discrepancia con las de Javier de la Riva, se producen como era de esperar.

Hay estilos de gobernar una ciudad en plena democracia que abochornan a sus ciudadanos. Son estilos de prepotencia e intimidación que si bien, a veces, acompañan a acertadas decisiones admistrativas en el aspecto físico de Valladolid, van creando una costra de insensateces e infundios propios de toda personalidad que, cuando no tiene contestaciones claras sobre sus adversarios políticos, responde con innuendos que tratan de ensombrecer  el camino de luces que otros que le precedieron en el cargo, como Antonio García Quintana, demostraron y pusieron a prueba ante circunstancias tan fuertes como la Guerra Civil. 

Javier León de la Riva ha tenido múltiples oportunidades de profundizar en la gestión edilicia de Antonio García Quintana, más conocido por “el alcalde de todos”: reconocimientos, destaques y muestras de recuerdo y afecto popular que se han ido produciendo en Valladolid, haciendo justicia a la temida Memoria Histórica. Momentos todos ellos propicios para que una persona como él mostrara a la ciudadanía eso “que deben escuchar sobre el fusilamiento de Antonio García Quintana”, pues si de lo que se trata es de predominar hubiera sido la gran estocada para el PSOE develar lo que le ronda en mente a Javier de la Riva. Pero el valor no acompaña forzosamente la mentira que, siempre frente a la verdad, sale maltrecha tarde o temprano.

¿Qué es lo que le sucede ahora , tan tardíamente, al alcalde? Piensa quizá que disminuir la dimensión de la eficaz y enérgica política  de la vivienda y la educación realizada en Valladolid por Antonio García Quintana - como se vio en la Exposición del Centenario del Ayuntamiento- y no  contestar la carta airada que Teresa García Quintana le envió engrandecen su respetable figura; piensa quizá que con el tiempo las cosas se olvidan y se le puede echar impunemente a un muerto no ya tierra, sino lodo; piensa quizá que, ausente la familia más cercana del alcalde socialista, será más fácil ensombrecer su figura…  

Cualesquiera que sean las razones de Javier León de la Riva para escoger como blanco de sus dardos políticos a un gran servidor de los vallisoletanos ya muerto, sacrificado y sepultado, pero consagrado en la memoria de toda la gente de bien y exaltado en su gestión edilicia por rigurosas investigaciones históricas, es a todas luces un acto ruin de Javier León de la Riva que perjudica la imagen de su gestión y le resta la debida inspiración moral para arrastrar las convicciones de los demás.

Dicho esto con el ardor de todo corazón atacado en lo más profundo, el mensaje sincero de la familia de Antonio Garcia Quintana a Javier León de la Riva es escueto y sencillo:

Moderación, señor alcalde, gane prestigio laborando por la ciudad por encima de partidismos políticos; busque el valor de la sinceridad y haga justicia con Antonio García Quintana. Tiene usted la oportunidad de cerrar heridas, máxime cuando aún se cierne la mancha  persistente sobre la sala de plenos, insultantemente convertida el 11 de mayo de 1937 en sala de justicia militar para condenarlo a muerte. García Quintana siguiera siendo ese imposible olvido; esa deuda pendiente que los hortelanos del recuerdo jamás se cansarán de abonar. Acepte la petición del PSOE e instaure una placa dedicada a él con la debida inscripción de  reconocimiento, no más, no menos, en la sala de plenos.  Usted no perderá, ganará ¡y mucho! se lo aseguro.


Dra. Carmen Cazurro García Quintana
Catedrática Universidad de Puerto Rico

27 de junio de 2013


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