19 de junio de 2010

José Saramago: compromiso y coherencia de un portugués sin fronteras


Admiro la figura del intelectual comprometido. Comprometido con su tiempo, con los problemas y vicisitudes de la época que le ha tocado vivir, alerta y vigilante hacia cuanto acontece a su alrededor y con la mirada puesta en la defensa de quienes más necesitan el amparo y el aliento que hagan posible el alivio de sus tragedias. Y comprometido con su espacio también, con ese entorno convulso y repleto de contradicciones en el que todos nos desenvolvemos y que cada dia ofrece a nuestra vista perpleja las tensiones motivadas por el estigma omnipresente de la desigualdad.

Cuánta razón tenía Gabriel Celaya al escribir aquel poema que tanto me impactó en mi juventud:
(...)
Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.
(...)
No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
Es algo como el aire que todos respiramos
y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.

Sirva este recuerdo como testimonio de admiración, respeto y reconocimiento a la figura de José Saramago, el portugués de mil miradas que acaba de partir. Ninguna causa noble le supuso incomodidad. Consciente de que su palabra era un buril incisivo sobre la injusticia, jamás puso obstáculo alguno para hacerla notar y combatirla - siempre con el coraje de la palabra - allí donde era necesario. En el Sahara Occidental, en Palestina, en Haití, en el África admirada….
Su obra es inmensa, tanto como el océano que se extiende sin límites frente a las costas de Portugal, el mismo que divisaba desde su atalaya de Lanzarote. Recuerdo haberle visto en varias ocasiones en el Circulo de Bellas Artes de Madrid, en la Feria del Libro del Parque del Retiro madrileño, en el Dia del Libro y de la Rosa de Barcelona, en la manifestación contra la guerra de Irak aquel memorable 13 de Febrero de 2003 en la Plaza de Cibeles... Valiente y decidido, enamorado de la “balsa de piedra” que identificó con la Península Ibérica, nunca comulgó con la feria de las vanidades ni se sumó a la conjura de los necios. Anteponía la sinceridad a la petulancia tan frecuente en el oficio, no se recataba ante la barbarie y enarboló como nadie la bandera de la libertad.
Coherente consigo mismo, nos hizo intuir que otro mundo era posible. Un mundo alejado de la mediocridad, de la explotación, del lucro desmedido, de la banalidad y, ante todo, de la opresión y la injusticia
¿Cómo homenajear a Saramago en estos momentos?. No se me ocurre nada mejor que , recurriendo a la voz de Carlos do Carmo, traer a colación la imagen de Lisboa y el rumor del Tajo que se abren al Atlántico, y que con tanta fuerza nos evocan los aires de Portugal. Y es que, aunque hombre de un mundo sin fronteras y no bien comprendido a veces por algunos de sus compatriotas, dificilmente podría entenderse la creatividad de Saramago sin asociarla a lo más encomiable y recóndito de la personalidad portuguesa.








10 comentarios:

  1. Yo admiro de Saramago ese compromiso. Un hombre que era capaz de escribir como sólo consiguen hacerlo los más grandes, no eludió pronunciarse a favor de todas las causas que consideraba justas, en contra de todo lo que supusiera injusticia y miseria. Por eso logró tantos adeptos y, a la par, tantas enemistades. Porque fue capaz de acuñar con letras rotundas el pensamiento audaz que latía en el fondo de otras mentes que no tuvieron agallas o facultades para emitirlo.
    Siempre será un gusto leer a Saramago.

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  2. Hago mías tus palabras, una por una.
    Gracias por este escrito de homenaje a una persona que deja un gran vacío en el campo de la cultura comprometida, a la vez que un hermoso legado en su obra.
    Un abrazo.

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  3. ¿Que mas puedo yo añadir, amigo Fernando, puesto que coincido integramente con tu post de hoy? Solo adherirme a lo escrito.

    Si, Saramago sera inolvidable.

    Un abrazo.

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  4. Voces que por suerte dejan de oírse, pero no de leerse.
    Nunca callará del todo, y eso es una suerte para los que lo admiramos.
    Un abrazo

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  5. De Saramago, además del compromiso con su tiempo, se pueden aprender más cosas. Cito un par de frases suyas que para mi tienen relevancia:

    Invitación al acto, cada vez más abandonado, de PENSAR:

    “Nos falta reflexión, pensar, necesitamos el trabajo de pensar, y me parece que, sin ideas, no vamos a ninguna parte".

    Quizá la falta de ideas del momento actual tiene algo que ver con la ausencia de la reflexión...

    También sabe reconocer la importancia de saber elegir o no la palabra más adecuada:

    "La importancia que puede tener usar una palabra en vez de otra, aquí, más allá, un verbo más certero, un adjetivo menos visible, parece nada y finalmente lo es todo".

    Merecido homenaje el que le brindas, Fernando

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  6. El escritor comprometido, que no se asustaba a la hora de criticar lo que le parecía mal, así criticó a Cuba cuando antes la defendía o, no se mordió, cuando decidió realizar ese Caín tan genial. Gracias Don José
    Saludos y salud

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  7. Para conocimiento, erudición y sensibilidad, y además añado saber expresarlo con las palabras justas, atinadas y exactas, eres tú el pintiparado.

    De Burgos tenías que ser.

    De Saramago la historia quién sabe qué dirá. Otras muchas personas antes que él, tan… como él, apenas ahora son recordadas.

    Yo no olvidaré jamás su sencillez, su acertado juicio y su humanidad acrisolada.

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  8. ¡Qué bellísimo elogio le has dedicado a ese gran hombre! Y el video que nos has regalado de Carlos do Carmo y esas vistas de Lisboa, precioso. También los comentarios que me preceden son fantásticos, no sería capaz de explicarme mejor de lo que ya lo han hecho ellos. Besotes, M.

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  9. Las personas que tienen la valentía de comprometerse y luchar por todo aquello que consideran justo tienen para mí, mi más alta estima. Descanse en paz.

    Un abrazo.

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  10. Belíssima homenagem fizestes ao nosso grande José Saramago, texto, fotografia da terra natal do Comandante em letras e ações,
    JOSÉ SARAMAGO,
    HASTA SIEMPRE, SARAMAGO!
    SAUDADES...

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