Ha sido y es una de las intelectuales más
brillantes sobre los impactos de la globalización. Profesora de la Universidad
de Chicago, acuñó a comienzos del siglo XXI el concepto de "Global City", al que muchos hemos recurrido para explicar los procesos que transforman el mundo y nuestras sociedades.
Ha sido una mujer comprometida con las causas que merecen el compromiso de
quienes, con honestidad y fortaleza intelectual, se interesan por los problemas de nuestro tiempo y se esfuerzan por abrir horizontes a favor de una sociedad
más solidaria, justa e integrada. Hace unos años asistí a una conferencia suya
en la Universidad Autónoma de Madrid. Pronunció una frase que, al verla ayer en
el Teatro Campoamor de Oviedo, he recordado, pues tomé nota de ella: "si
nos nos esforzamos por luchar a favor de un mundo mejor, los que lo dominan
acabarán por ahogarnos en la miseria". En Oviedo ha vuelto a demostrar lo
que significan la coherencia, la ética y la dignidad de los intelectuales
comprometidos.
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