28 de febrero de 2014

La fotografía comprometida de Lewis Hine




Sin duda somos deudores de los fotógrafos que nos han transmitido los testimonios fidedignos de una realidad que fue y que no podemos ignorar. Tomar contacto con esas imágenes, efectuadas desde la voluntad de dejar constancia de una realidad conmovedora de las sensibilidades,  obliga a la reflexión sobre lo que ha sido la historia de la sociedad y de sus espacios en el momento de la gran transformación ocurrida en las primeras décadas del siglo XX. Toda una generación de grandes maestros de la imagen nos han puesto al descubierto, con su sensibilidad y espíritu de compromiso y denuncia, hechos, rostros e imágenes que, cuando se observan detenidamente, dejan una huella indeleble en la memoria y en el pensamiento. Cualquier actitud, menos la indiferencia, es posible cuando uno se detiene ante esas miradas y esas perspectivas en blanco y negro.



"Quise hacer dos cosas. Quise mostrar lo que había que corregir. 
Quise mostrar lo que había que apreciar"


He conocido, al fin, la admirable obra del fotógrafo norteamericano Lewis Hine (Wisconsin, 1874 - New York, 1940), que justificó su labor con esas elocuentes palabras. Confieso que me ha impresionado. Reconocido por críticos solventes como el padre de la fotografía social moderna, nos acerca con fuerza y enorme capacidad expresiva a la realidad de Estados Unidos en las primeras décadas del siglo XX. Fue profesor de Geografía en la Ethical Culture School de New York. A él se deben imágenes de tanto impacto visual como las que descubren la sociedad en la ciudad industrial de Pittsburgh, la forma de trabajo en la construcción del Empire State neoyorquino, la llegada de los inmigrantes a Ellis Island o a la sociedad que habita la realidad profunda norteamericana en Virginia y Carolina del Norte sin olvidar tampoco sus estremecedores reportajes sobre el trabajo de los niños o los testimonios de su labor en las misiones efectuadas en Europa bajo los auspicios de la Cruz Roja Americana. Sin duda no podría entenderse sin acudir a su legado lo que representó la creación de la Photo League en la historia de la fotografía. Su herencia fotográfica se conserva, magníficamente custodiada y localizable, en la Biblioteca del Congreso de Washington y en ese impresionante museo de la fotografía que es la George Eastman House , sito en el 900 de la East Avenue en Rochester, NY. Si van a esa ciudad, no se arrepentirán de la visita. 


En el texto que presenta la muestra se hace mención expresa al impacto provocado por las imágenes relativas al trabajo de los niños. "Fueron tan fuertemente emotivas y éticamente comprometedoras para la opinión pública americana que determinaron la reforma de la legislación del trabajo infantil", señala Nicolo Letta, profesor de Ciencias de la Comunicación en la ITSOS Albe Steiner de Milán. 








1 comentario:

  1. No sé si una imagen vale más o menos que mil palabras, pero las que nos muestra el vídeo me han conmovido e indignado más que la narración de los mismos hechos. Y lo más gratificante de las mismas es " que determinaron la reforma de la legislación del trabajo infantil",

    Un abrazo, Fernando

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