14 de mayo de 2014

El riesgo de la banalización formativa de las Ciencias Sociales



Qué gran responsabilidad tienen - tenemos - los profesores que imparten - impartimos - conocimientos en ese amplio universo  de cuestiones y contenidos  que atañen a las formas de vida, al comportamiento, y al desarrollo de la sensibilidad de los ciudadanos en los entornos donde se desenvuelven. Pertenecen al ámbito de las llamadas Ciencias Sociales, unificadas por el denominador común que las orienta a la maduración intelectual de la persona sobre lo que ocurre en la sociedad y en el mundo que la ha tocado vivir. Hay motivos para la preocupación y la alerta, pues serias son las amenazas que se ciernen sobre la función desempeñada por estos saberes.  Las observaciones apuntadas por Joaquín Estefanía en ese texto , referido a la enseñanza de la Economía, deben sacudir como un aldabonazo las conciencias de los enseñantes y de los alumnos en estos tiempos en que tienden a primar la banalidad sobre la explicación rigurosa, el tópico convencional frente a la interpretación crítica de los hechos, la resignación ante lo que sucede frente al conocimiento y la denuncia de los factores que lo provocan. 

Cuando la formación de un alumno queda sumida en el sectarismo ideológico que prima a la sombra del pensamiento único, propalado por maestros de la simplificación acrítica, que presenta como paradigma irreductible y dogmático de un statu quo inamovible, no se está procediendo a la formación de ciudadanos sino a esa especie de autómatas irreflexivos incapaces de entender su personalidad al margen de quien les domina para acabar imponiéndole sus propios códigos de conducta al servicio de presiones e intereses que acabaran deteriorando su dignidad y su libertad como persona. Bienvenidas sean las grandes contribuciones del saber científico-técnico, que tantas seguridades y beneficios depara, pero el conocimiento significa sin duda mucho más: significa en el ámbito que nos ocupa - en el de la realidad social, económica y territorial - el poder elaborar posturas libres, críticas, firmes ante el debate y con capacidad movilizadora para que los avances de la ciencia no deriven en el agravamiento de las desigualdades hasta cristalizar irreversiblemente en una sociedad resignada, conformista e incapaz de labrar su propio futuro.

1 comentario:

  1. Pondría en un marco este trozo: "sacudir como un aldabonazo las conciencias de los enseñantes y de los alumnos en estos tiempos en que tienden a primar la banalidad sobre la explicación rigurosa, el tópico convencional frente a la interpretación crítica de los hechos, la resignación ante lo que sucede frente al conocimiento y la denuncia de los factores que lo provocan". Me sitúo en la Secundaria y Bachillerato, donde la mayoría de los profesores somos incapaces (por actitud o por aptitud) de categorizar y evaluar mínimamente qué es lo que estamos impartiendo, su significado, sus repercusiones en el desarrollo de los alumnos... (Es duro el artículo ese que citas, Fernando)

    ResponderEliminar

Related Posts with Thumbnails