Con todas las matizaciones y salvedades que pudieran hacerse (injustificable y mezquina la no inclusión de Garzón y Herzog, ambos con grupo parlamentario en la legislatura precedente), no cabe duda que ayer asistimos al mejor y más interesante debate entre líderes de cuantos han tenido lugar, que yo recuerde, en la política española. Bien es verdad que la ausencia del candidato a la presidencia del gobierno por el PP dejó una vez más en el aire la capacidad y consistencia del sr. Rajoy Brey para medirse en pie de igualdad y sin corsés predeterminados con sus competidores. Es seguro que jamás vamos a tener esa oportunidad.
Sin embargo, y aun
admitiendo que las cuestiones a debatir son muy numerosas, quiero llamar la
atención sobre la ausencia de temas capitales, que incomprensiblemente
permanecen fuera de la agenda de las preocupaciones o al menos no afloran, pese
a su trascendencia, en la confrontación de ideas, diagnósticos y propuestas
destinados a la ciudadanía. Son temas decisivos, cruciales, determinantes de
las otras políticas públicas que sí aparecen en la polémica y sin las cuales
muchas de las medidas lanzadas al aire quedan insuficientemente explicadas. Sin detenerme en ellas, me limitaré a mencionarlas:
- ¿Qué piensan los líderes españoles, desde la
perspectiva de sus programas, de las medidas a adoptar en relación con el uso
del suelo y la ordenación del territorio desde el punto de vista urbanístico? Si la llamada "burbuja inmobiliaria", el endeudamiento asociado a ella, la destrucción de una parte significativa del paisaje y la profunda crisis del sector financiero - responsable del rescate sufrido - están en la raiz de los problemas que no asuelan, ¿cómo entender la omisión de un problema tan trascendental?
- ¿Cómo se afrontan los desafíos planteados por el
cambio climático y la asunción de los compromisos que van a surgir de la Cumbre
internacional sobre el tema celebrada en París?
- ¿Qué actuaciones se piensan tomar respecto a la aplicación
del TTPI (Tratado Transatlantico de Libre Comercio e Inversión), cuyo impactosobre la economía española va a ser decisivo, hasta el punto de condicionar el
futuro de la producción y de los servicios, cuando observamos que España no ha
presentado, a diferencia de lo que han hecho otros gobiernos europeos, ninguna
alegación de fondo sobre las implicaciones del Tratado, del que nadie habla
pero que flota en el ambiente como una cuestión de obligado conocimiento por la
ciudadanía?
- Y, en fín, ¿qué se piensa del porvenir de la ciencia
y de la cultura en España? Nadie habló ayer en el debate de Atresmedia sobre la
losa del IVA cultural ( el más alto de la Union Europea), nadie habló de lo que haya de ocurrir con el cine, con la
música, con la creación artística. Y, desde luego, el horizonte de la
investigación científica permaneció eludido, sin percatarse hasta qué punto de
la política de apoyo aplicada a un sector tan maltratado depende, más allá de
la insistencia en las juventudes o vejeces partidarias, lo que haya de ser
España en el escenario internacional.
Omisiones y elusiones gravísimas, in my opinion.
No hay comentarios:
Publicar un comentario