"La calle es la expresión del paisaje que cambia sin cesar", así la definió el geógrafo Manuel de Terán. Basta observar lo que ocurre en ella para captar el pulso de la vida y los avatares de la realidad cotidiana, con sus advertencias y lecciones. De pronto, un espacio tranquilo se transforma y cobra una vitalidad sorprendente que, vista en detalle, es sinónimo de tensión y conflicto. El observador no puede permanecer ajeno a lo que sucede y trata de indagar en ello, consciente de que una concentración humana nunca es baladí. Pregunta y le informan de algo que ya es conocido e interpretado como impacto lesivo para un sector de la sociedad. La conversación se prolonga durante unos minutos, que perviven en el recuerdo y en el bloc de notas.
Recuerdo cuando se nos decía que las nuevas tecnologías no reducirían el empleo y sí disminuirían las horas laborabels...
ResponderEliminar