22 de octubre de 2011

Ha llegado la hora de la Política de verdad, el momento de la sinceridad histórica


Que no traten esos abertzales, que tanto braman, de reescribir la historia porque la Historia ya está escrita. Y además con letras grandes, que hay que seguir sacando a la luz del día, para descubrir situaciones que nos acabarán sobrecogiendo. Sin el temor de la pistola en la nuca, se acabaron los silencios: ha llegado el momento de la Política de verdad, del esclarecimiento de los hechos, del debate riguroso y bien fundamentado, de dejar las cosas y a cada cual en el lugar que les corresponde. Se acabaron las soflamas incendiarias, con parafernalia nazi, que obligaban a contemplarlas a hurtadillas por miedo a que la contestación fuese trágica. Se acabó el autoexilio de tantos vascos y el exilio geográfico de cuantos encontraban aquel ambiente irrespirable y tuvieron que abandonar su tierra como en el peor de los escenarios posibles. La ofensiva democrática se impone como una necesidad para limpiar de miasmas un ambiente enrarecido en el que las voces más nobles estaban silenciadas. Que no nos vengan con latiguillos reivindicativos infundados, como han hecho esta tarde en Bilbao, pretendiendo eludir las responsabilidades y pretextando una situación de relegación como pueblo que no existe.

Tendremos la memoria siempre alerta porque la desmemoria es el mejor caldo de cultivo del que los que cínicamente hablan de "conflicto" y de "confrontación armada" pueden disponer para seguir teniendo la sensación de que siguen marcando la agenda de los demócratas. Patxi López, Antonio Basagoiti e Iñigo Urkullu lo saben bien, pues en ello les va el futuro de su pueblo, que no se merece tanto horror ni tanta ofensa ni tanta humillación como se han vertido durante años en las calles y en las plazas del Pais Vasco.

Se impone el conocimiento de lo que significan hechos y datos reveladores de cuál ha sido la trayectoria de ETA y de qué modo su acción terrorista ha ido unida a un sistema de financiación en el que, aparte de los fondos obtenidos mediante los secuestros, la extorsión, el narcotráfico y otras prácticas ilegales, ha tenido una importancia relevante los derivados de los apoyos de su entorno de colaboración, de una parte nada desdeñable del nacionalismo vasco democrático e incluso de la Unión Europea. La lectura del libro de Mikel Buesa (ETA, S.A.) , con el que se podrá discutir de estrategia antiterrorista pero en modo alguno de su acreditada solvencia y honestidad como economista, lo pone al descubierto de forma tan rigurosa como impresionante.

En un escenario de paz la fraseología huera del falso “conflicto” o de la "confrontación armada" tendrá los días contados. Quizá sea capaz de aglutinar el voto de los que ven en ellos algo que les reclama de momento la atención emocional. Pero, frente a los que vaticinan un sesgo en este aspecto, pienso que el tiempo se encargará de diluir la fanfarria cuando queden en evidencia que, tras el discurso repetitivo hasta la náusea, ya no queda nada. Su fuerza en Guipúzcoa decaerá, hasta convertirse en testimonial en Vizcaya y en Álava, para quedar desvanecida al otro lado de la muga, en territorio francés, donde ya se les considera irrelevantes.

Cuánto lamento que Francisco Tomás y Valiente, Gregorio Ordóñez o Ernest Lluch, a quienes en algún momento conocí y traté en circunstancias muy diversas, no vivan para verlo. ¡Con qué agudeza analizarían la situación! ¡Qué gran utilidad tendrían sus palabras en un horizonte de esperanza! Los del hacha y la serpiente segaron vilmente sus vidas, pero, como ocurre con el conjunto de las víctimas mortales de la barbarie , su recuerdo permanece vivo e indeleble.

3 comentarios:

  1. Esperemos que así sea. Besotes, M.

    ResponderEliminar
  2. Olvidar nunca. Quien olvida se pone en manos de quien gestiona la memoria, y siempre hay quienes están dispuestos a monopolizar el pasado. Venganza tampoco. Una cosa es no olvidar y otra convertir el pasado en rencor. Una sociedad que no está dispuesta a reconducir el horror es una sociedad enferma, que revivirá el horror a las primeras de cambio. Todos, unos más y otros menos, tenemos alguna responsabilidad en ese pasado y entre todos hemos de enterrarlo, como alimento de los próximos años.

    ResponderEliminar
  3. Quizás perdonar, el que pueda, pero nunca olvidar. Eso es imposible.
    Un abrazo, Fernando.

    ResponderEliminar

Related Posts with Thumbnails