25 de octubre de 2011

Nuevos rostros en el cine español: Andrea Fernández y Nuno Pessoa


Andrea Fernández en el acto de presentación de “Despedida” (Seminci, 2011)
Me comentaba ayer Fernando Herrero, conocido crítico cultural de Valladolid, que la juventud que desea hacerse un nombre y un espacio en el cine lo tiene cada vez más difícil. Tan denso, complejo y sinuoso es ese mundo de la creación cinematográfica que cualquier pretensión de abrirse camino y consolidarse en él tropieza con tal cúmulo de dificultades que sólo la tenacidad, el esfuerzo y el talento pueden, tras no pocos sinsabores, propiciarlo.
Fue ésta una conversación mantenida tras haber asistido poco antes a la presentación de una serie de cortos que habían sido seleccionados y dados a conocer públicamente dentro del programa de la 56 edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci). La experiencia me permitió valorar la labor realizada por un grupo de jóvenes cineastas, presentes en la sala y entusiastas partidarios de la innovación y la creatividad en un contexto donde no es sencillo individualizarse. Entre ellos, la vida y la amistad me han llevado a seguir con detenimiento y curiosidad las iniciativas llevadas a cabo por Andrea Fernández y Nuno Pessoa, dos personas jóvenes, con gran formación artística, que las circunstancias de la vida han llevado a vivir y a trabajar en Lisboa, aunque ellos mismos se muestran dispuestos a desarrollar su afán creativo en los escenarios donde esta tarea reciba el reconocimiento y el respaldo que merece. No existen fronteras cuando de explayar lo que uno sabe hacer se trata y, sobre todo, si lo hace bien y es consciente de ello.


Mi primer contacto con su obra fue a raiz de un documento impresionante que ofrecieron en una de las primeras reuniones de la Asociación Cultural Ciudad Sostenible, de la que formo parte, y en la que nos sorprendieron a todos con su Noncity”, expresión viva, crítica y de extraordinaria calidad estética sobre los espacios desolados que surgen en las periferias urbanas brutalmente impactadas por el urbanismo despiadado. Esta pieza se integra en un conjunto de aportaciones muy relevantes y que bien pudieran considerarse representativas de las modernas formas de expresión cinematográfica. Véanlas y quedarán gratamente sorprendidos.

En la sesión de la 56 SEMINCI el corto que firmaban – “Despedida”- nos trasladó a las sensaciones visuales y perceptivas que el otoño introduce en la imagen de la ciudad. Eligieron para ello Lisboa, pero no incurrieron en el tópico tan manido de lo que el cine ha descrito como “la ciudad blanca”(Alain Tanner, 1983), sino a la ciudad envuelta en la grisura de la estación casi terminal del año, donde los colores se desvanecen, al tiempo que cobran sutiles matices cambiantes, la humedad se apodera del ambiente, los horizontes se difuminan y cuanto sucede viene a identificarse con la hoja del árbol que, seca ya, se resiste a caer...hasta que, al final, mecida por el viento, cae. Es un documento repleto de simbologías, abiertas a la capacidad del espectador para descifrarlas. Lástima que, al final de la proyección, no se abriera un cambio de impresiones entre los creadores y el público.
En cualquier caso, y reconociendo que fue una experiencia culturalmente tan valiosa como grata, he querido aludir en esta entrada al empeño de ambos cineastas jóvenes por dar muestra, con la honestidad y la solvencia técnica y estética con que lo hacen, de su talento y de su sensibilidad.

2 comentarios:

  1. Muchísimas gracias por tus elogiosas palabras, Fernando. Espero de verdad que seamos merecedores de ellas.
    Un placer leerte.

    Un fuerte abrazo,

    andrea

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  2. Ha sido un placer, Andrea. Lo digo con toda sinceridad: sois buenísimos y os deseo lo mejor. Un fuerte abrazo

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