1 de octubre de 2011

Un lúcido alegato contra "los intelectuales falsificadores"


Conocí personalmente a Pascal Boniface, director del Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas de París, en la Fundación Ramón Areces en un Seminario sobre Prospectiva hará aproximadamente un año en su sede de Madrid. Hablé con él un momento porque estaba interesado en saludarle y comentar con él un par de cuestiones, relacionadas con las ideas vertidas en algunas de sus obras. Se trata de un intelectual riguroso, serio y coherente. No se prodiga demasiado pero cuando expresa una opinión lo hace con la solvencia de la persona comprometida con su época, sensible con los problema de la sociedad y, sobre todo, con una encomiable independencia de criterio, que hace aún más sólidos y justificados la atención y el reconocimiento que merece.
Los hay sin duda, pero no abundan intelectuales de este tipo en el contexto que nos ha tocado vivir, aunque seguramente eso ha ocurrido siempre. Por esa razón, conviene seguirles de cerca, escuchar sus opiniones y atender sus advertencias. Abundan, por el contrario, los que se sitúan interesadamente en los aledaños del poder, a la búsqueda de la recompensa a la que creen tener derecho merced a la pleitesía y a la sumisión que le ofrecen. Los rehúyo por principio, pero no es fácil dejar de toparse de cuando en cuando con sus pequeños – por significado y calidad – textos y columnas mediáticos, concebidos de antemano con la pretensión de que sean objeto del beneficio recíproco deliberadamente perseguido. Abusando de la pedantería, de la frase rebuscada, del elogio excesivo y con frecuencia de la manipulación de los hechos, responden en cierto modo a la figura que José de Cadalso identificó como “eruditos a la violeta”, aunque más bien cabría calificarles simplemente de escribidores a sueldo, dispuestos impúdicamente a venderse al mejor postor.
De todo ello, y de mucho más, se hace eco Pascal Boniface en una obra que acaba de llegar a mis manos, tras haber sabido de ella por un amable colega francés. Lleva el expresivo título de “Los intelectuales falsificadores: el triunfo mediático de los expertos en mentiras”. El documento no tiene desperdicio: analiza, disecciona y pone al descubierto, con la contundencia que dan los argumentos basados en las propias opiniones de sus protagonistas, el método utilizado por un grupo nada desdeñable de intelectuales franceses que utilizan la tergiversación, el engaño y las medias verdades como instrumentos para fundamentar sus juicios de valor sobre lo que ocurre a su alrededor y sobre los temas que les interesa pragmáticamente abordar. Es una práctica más habitual de lo que parece y, por lo lucrativa que se muestra, harto frecuentada por cuantos hacen de la información, de la comunicación o de los fenómenos históricos - pues la Historia es otra de sus aficiones más queridas, que cultivan con tan poco rubor como llenos de prejuicios - el motivo de sus desvelos “intelectuales” con la doble pretensión de forrarse económicamente y de mostrar una versión de los hechos afín a sus intereses y a los de quienes de una u otra manera les arropan.
Sirva un ejemplo para demostrar la veracidad de la opinión de Boniface. Se ha publicado en la prensa española un artículo de Bernard-Henry Levy, uno de los "enfants terribles" del pensamiento mediático francés, sobre la solicitud presentada en Naciones Unidas para la creación del Estado Palestino. Levy lo titula "Contra una demanda palestina". Es un prodigio de ambigüedad y de sesgo calculados, un ejercicio de cinismo vergonzoso amparado en la ocultación y en la argumentación selectivas de ideas intencionadamente proyectadas en la dirección que al articulista más interesa, es decir, el rechazo a la propuesta defendida por Abas utilizando los mismos argumentos que la contraparte que rechaza para siempre esa iniciativa. Ocurra lo que ocurra, jamás se darán las circunstancias que den cumplimiento a ese objetivo que el propio Levy dice hipócritamente defender. La técnica utilizada, por transparente y mezquina, le situa plenamente en la órbita de la grey - "los expertos en mentiras"- denunciada por Pascal Boniface.

¿Para cuándo en España una obra así?

7 comentarios:

  1. La noticia del libro y de su autor que nos proporcionas es impagable. A ver si se puede conseguir el libro. Muchas gracias. El mundo de la escribanía parece a veces un lodazal. Salud(os), amigo Fernando.

    ResponderEliminar
  2. Yo no puedo con muchos de estos "intelectuales" sobre todo casi nunca leo a Henry-Lévy, por ejemplo. Me pone enferma. Besotes, M.

    ResponderEliminar
  3. el artículo del francés deja clara sus simpatías, sin sesgo alguno. Me parece más que parcial.

    ResponderEliminar
  4. Los intelectuales, a veces utilizan su inteligencia y erudición para fines partidistas. Y esto no es un auténtico intelectual, es más un político que un intelectual.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  5. Yo me quejo de la escasez de dirigentes y de intelectuales de prestigio que puedan conducirnos y orientarnos en esta jungla que nos envuelve. Por eso agradezco que nos des a conocer a Pascal Boniface.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  6. Ruego me disculpes mis ultimas ausencias, querido Fernando.

    Como ya he manifestado a otros amigos, por fin el agobio del trabajo, las carreras y sobre todo los gusanos informaticos (no veas en que me he visto para colgar mi ultima entrada), me dan un respiro.

    Un enorme abrazo.

    ResponderEliminar
  7. Me cuesta aceptar a los intelectuales con propósitos políticos porque me transmiten pedantería, sin embargo no tengo conocimiento de muchos de ellos por lo que seguro que los habrá de todo tipo, como en todo.
    Un abrazo, didi.

    ResponderEliminar

Related Posts with Thumbnails